Corazón de Guerrero
Quería volver a ser el mismo de antes.
Reconozco que caí bajo para lograrlo, pero mi único interés era volver a sentir maldad en mi corazón.
Aún no puedo creer que me dejara influenciar por los amigos del estúpido de Kakaroto. Aquellos que me convirtieron en lo que ahora soy: un padre y un esposo.
Sigo asombrado de que lo que comenzó como pasión y deseo, se volviera una relación más formal.
Casi como lo que los humanos llaman: matrimonio.
Incluso la llamo "mi esposa".
Jamás se los he dicho, pero creo que les tengo más aprecio del que mi corazón de guerrero sayajin puede soportar.
Ese momento, ese día en que luché para vencer a Majinbu, fue ahí cuando comprendí que siento algo por ellos realmente.
Pensé que era mi imaginación, más sin embargo veo que no lo es.
Ver a Trunks, en medio de ese combate, me causó conmoción.
¡Ese niño sayajin es mi hijo!
Fruto de la relación que mantengo con esa mujer terrícola que, al principio, me resultaba un fastidio y estorbo.
La idea de que ese pequeño niño, de cabellos morados y rasgos parecidos a los míos, muriera en manos de la bola rosada me provocó escalofríos.
¡Es curioso! En toda mi vida, era la primera vez que experimentaba algo así.
Y entonces la recordé a ella.
Su cabello azul y sus ojos azules; la mujer con la que sólo pasaba el tiempo, pero creo que terminé sintiendo algo más por ella.
Tampoco deseaba que le pasara algo a ella.
Así que le pedí a Trunks que la cuidara.
Y…en ese instante…
No resistí más tiempo. Algo me motivó como nunca antes.
¿Desde cuándo el príncipe de los sayajin abraza a su hijo frente a los ojos de los demás?
La ardiente necesidad de despedirme "adecuadamente" se hizo presente en mí.
Lo abracé, lo estreché en mis brazos con el cariño que le tengo.
¿Cariño?
Sí, creo que eso es.
Al final, también me despedí, aunque no de forma audible ni en presencia de ellos, de aquellas personas que me cambiaron en el guerrero que soy en estos momentos.
Mandé un pensamiento a Bulma, mi esposa. La única que me aceptó con mi pasado y que, me doy cuenta, me preocupo por ella más de lo que alguna vez creí que podría interesarme en alguien.
Recordé de nuevo a Trunks, y le deseé lo mejor. Porque admito que convivir con él y entrenarlo, me hizo quererlo.
Y finalmente, hablé con aquel que siempre odie y con el que rivalicé por toda mi vida. Mi eterno rival: Kakaroto.
El corazón de guerrero que poseo me ha llevado a esto: cuidar de aquellos que aprecio.
Mi familia.
FIN
Es difícil escribir desde la perspectiva de este personaje, pero tenía que hacerlo algún día. Es mi favorito y este capítulo fue épico para mí.
