"Una Forma de Amar"
Capítulo 1. Extrañas Coincidencias.
Hay veces en las que me pongo a recordar todos los momentos importantes de mi vida; Desde que llegue a este mundo hasta el día de hoy. Muchas cosas han sucedido, eso no se puede negar, y muchas estarán por venir, si es que la vida me alcanza.
De los momentos felices he aprendido a disfrutar, compartir y dar siempre lo mejor de mí. Los momentos tristes me enseñaron a continuar, a superarme como ser humano y mirar siempre al frente, aunque el corazón duela. Todos habremos de pasar por este tipo de situaciones, buenas y malas, pero será cada uno de nosotros quien decidirá que lección aprender o si existe alguna.
Deseo conservar esta historia, no porque sea especial o diferente a la de cualquier otro sujeto que se vea caminar por la calle, este relato es especial porque es la historia de mi vida, todo lo que fui y lo que soy, tan simple y complicado como los demás. No sé si estas paginas serán vistas por otros ojos o si llegaran a volver a ver la luz después de escritas, pero el recuerdo estará siempre allí cuando mi alma sienta que ya no puede continuar.
Que más queda por decir... no lo sé, nada más que creo que el ser humano es una criatura que esta hecha para vivir en compañía aunque a veces no nos visualizemos dependiendo de alguien, podemos pensar que la vida consiste en correr libres, como una hoja dejándose llevar por el viento y que es conducida hacia tierras extrañas, hacia nuevos horizontes, no quedarse estancados como una roca que solo observa a la vida pasar...
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Y lo que tú me has dado
Lo llevo en la sangre y en mi ser
Te sentiré a mi lado
No importa donde sea que estés
–Pero que cursi... –dijo en voz alta mientras buscaba alguna otra estación en la radio que no le causara revoltura de estomago. –Esto esta mucho mejor –el sonido estridente de una guitarra eléctrica lleno el ambiente cuando Tatsuha subió el volumen. Iba manejando con rumbo a su hogar después de una larga jornada laboral, ser publicista era un trabajo realmente agotador. La gente le señala cada vez que transitaba por las calles, su auto era rojo, convertible y de marca extranjera ¿qué mejor forma de llamar la atención? Esa siempre seria su personalidad, extrovertida. Freno abruptamente cuando una larga fila de autos le impidió continuar con su trayecto.
–Maldita sea mi suerte –mascullo entre dientes cuando se vio encerrado por otro auto. Para su desgracia, y poca paciencia, tuvo que esperar una larguísima hora para poder avanzar... 1 metro, aproximadamente... Muy cierto era que Tatsuha se caracterizaba por su poca paciencia para todo y ese tipo de situaciones solían relucir su instinto asesino, a punto estuvo de descender de su auto y aniquilar al responsable de todo aquello cuando, frente a sus ojos, brillo una posible solución. Un letrero de "No pasar" estaba puesto sobre una calle que parecía estar en perfectas condiciones, miro hacia ambos lados y al ver que tenia luz verde para romper con unas cuantas reglas de transito, tomo aquel atajo.
–Pero que inteligente eres Tatsuha –se felicito a si mismo, mientras calculaba que llegaría en 15 minutos si pisaba a fondo el acelerador, después de todo la calle estaba vacía. Manejaba feliz de la vida, sin prestar demasiada atención al camino pensando aun en lo astuto que era cuando, al dar vuelta en una esquina, una persona se cruzo en su camino. Quiso frenar en seco y hasta viro bruscamente dando como resultado un leve golpe contra un poste. Todo ocurrió en cuestión de segundos y ni siquiera tuvo tiempo de pensar; cuando al fin tomo conciencia sobre su situación, bajo rápidamente del auto y se enfilo hacia donde estaba la persona, encontró a un chico tirado a mitad de la calle.
– ¡Maldición, creo que acabo de matar alguien! –dijo en voz alta y llevándose una mano a la frente en clara actitud de preocupación. Para su fortuna, la calle estaba desierta por lo que no había testigos que lo pudieran culpar, sintió la necesidad de darse a la fuga pero su lado "humano" no se lo permitió.
– ¿Y si fuera yo? – se imagino a él mismo en aquel tipo de situación y no deseo que lo dejasen abandonado; tomando valor, se acerco al cuerpo y suspiro profundamente al darse cuenta que aun respiraba, su cuerpo lucia bien, no había sangre por ningún lado, así que quizás no había sido tan fuerte el golpe, con cuidado subió al muchacho a su automóvil y enfilo hacia el hospital más cercano pensando en que excusa daría al llegar.
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–Gracias a Dios que hay gente como usted –dijo una de las enfermeras que había escuchado la historia, según Tatsuha, del porque del accidente.
–Si, verdad –sonrió nerviosamente.
–Pobre chico, de no ser por usted no sé que habría sido de él. ¿Cómo puede haber gente así en este mundo? Mire que darse a la fuga de esa forma, no lo puedo creer.
Según el relato del señor Uesugui, él iba conduciendo por esa calle, de casualidad y con todas las precauciones del mundo, cuando vio como un auto arrollaba al pobre chico, por desgracia no había podido ver las placas o a los pasajeros del móvil, pero, siendo él tan buen samaritano, decidió llevar a ese muchacho al hospital y correr con todos los gastos. "Es lo menos que puedo hacer" dijo al final, ganándose el corazón y confianza de todo el equipo medico.
–Pero bueno, la buena noticia de todo esto es que el muchacho se encuentra en perfectas condiciones y solo falta que despierte para que pueda volver a su casa.
– ¿En serio?
–Sí. Eso fue lo que dijo el doctor y él nunca se equivoca.
– ¡Uff! Que alivio escuchar eso.
– ¡Ay, pero que lindo es usted!
–Jejeje, algo...
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Para concluir con su fabulosa actuación, decidió pasar parte de la noche en el hospital, después de todo no tenia nada mejor que hacer y al día siguiente no trabajaría.
Lo tomare como un extraño momento de caridad, se dijo a si mismo. Buscó alguna posición cómoda sobre la silla metálica en la que estaba sentado pero, en definitiva, esas sillas estaban diseñadas para fregar la espalda.
Maldita conciencia, solo me causas inconvenientes. Suspiro cansinamente, observó al muchacho que estaba sobre la cama y dormía profundamente. Hasta el momento, no le había prestado demasiada atención, su cabello tenía un particular color verde, su rostro, aunque se veía un tanto pálido, era suave al tacto y de una inmaculada blancura, quizás su personalidad era alegre, en definitiva era un niño lindo, común y corriente o eso fue lo que pensó Tatsuha.
– ¿Por qué no despiertas y terminamos ya con esta farsa? –le dijo al peliverde, aguardo un momento pero el niño seguía sin despertar. Continúo un rato mas en silencio, solo escuchando su respiración pausada y viendo su pecho subir y bajar.
–Tu familia debe estar preocupada por ti –Tatsuha continuo hablando aunque su acompañante no le prestaba atención, –no deberías salir a la calle sin identificaciones; accidentes así suelen ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar¿qué nadie te lo dijo? –volvió a suspirar.
–Ahora parezco un demente, estoy aquí, en medio de la noche, hablando con un completo desconocido que ni siquiera esta conciente... ¡Dios, hasta estoy pagando la cuenta del hospital cuando deberías ser TÚ el que pagara por mi auto! Esa reparación va a salir muy cara¿sabias que es un auto exclusivo? No, claro que no, ni siquiera te habías fijado que iba a dar vuelta en ese preciso momento, cuando tu brillante cabecita te hizo cruzar la calle sin ver antes a los costados...
Las luces nocturnas se colaban a través de las ventanas que tenían sus cortinas a medio cerrar. Tatsuha se sintió muy cansado y, pensando que todo aquello no era más que una gran perdida de tiempo, decidió irse a su departamento y regresar a la mañana siguiente.
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