Bueno, este fic se sitúa un año después de la batalla contra el dios Hades. Tendrá parejas Yaoi como Hetero, pues considero que en pleno siglo XXI se puede aceptar la homosexualidad perfectamente. Me gusta el Yaoi, pero todos los caballeros gays no me los imagino, sinceramente, así que habrá ambas cosas

Advertencias: Yaoi ( Boy love ) y sufrimiento por parte de nuestros amados caballeros dorados

Disclaimer: Saint seiya no me pertenece a mi, más quisiese yo.

Había pasado un año desde que Athena y sus guerreros habían vencido al dios Hades en el inframundo. Había sido un año muy difícil para todos, pues la pérdida de los doce caballeros dorados había provocado tristezas y grandes cambios en el santuario de la diosa Athena. Muchos aun no aceptaban la muerte de estos, como Hyoga con su maestro Camus; muchos otros a pesar de la enorme tristeza aceptaron que ya no volverían a verles, como Shiryu con su maestro Dokho y unos pocos que decidieron olvidar por completo como Kiki con Mu.

La diosa se sentía muy triste porque sus caballeros, por mucho que no lo dijesen en voz alta, estaban muy tristes y desanimados. Además, esta sabía que tenía la culpa de que los dorados tuviesen que sacrificarse para salvarla del dios de los muertos. Esta, ante estos pensamientos decidió ir al Olimpo a ver a su padre Zeus y tener un acuerdo con él.

Athena se presentó junto con los otros once dioses olímpicos que habían sido llamados igual a la reunión. Hacía siglos que los doce no se juntaban para una reunión, siempre faltaba alguien, ya fuese Hades, Poseidón o Athena.

-Bien Athena ¿Qué es lo que deseas? - Preguntó el dios de dioses

-Padre, siento pedir algo tan egoísta, pero quiero que mis santos dorados revivan.

-¡Qué! ¡Athena hija, estás loca! No puedo permitir que esos santos revivan, hicieron un gran trabajo pero ya están muertos y bajo un castigo. - Protestó Zeus

-Zeus, hermano, escucha que quiere a chiquilla. Es la diosa de la sabiduría, no lo dirá porque si. - Le dijo sabiamente Demeter.

-No quiero que esos muchachos vuelvan, tuvieron la osadía de levantar sus puños contra los dioses, no merecen una segunda oportunidad -Dijo Hera mirando a Athena con odio.

-Soy consciente de ello, si tengo que pagar por ellos lo haré. -

-Hija ¿Estás segura de lo que dices? - Quiso saber Zeus – No es algo que se suela hacer, han cometido actos imperdonables. Athena, lo que me dices es imposible, lo siento.

-Athena, no servirá de nada que los revivas. - Intervino Ares – Se tienen mucho rencor entre ellos, solo habrá sufrimiento en sus vidas – Continuó con una enorme sonrisa

-Y de quien es la culpa... - Susurró Zeus mientras con su mirada le mandaba callas.

-¡No es culpa suya! - Hera señaló a la diosa de la sabiduría - ¡Tu hija es una incompetente que aun cree en esos estúpidos seres humanos! ¡Es débil porque cree en su pureza!

-Cuidado con lo que dices de mi hija -

-Lo mismo te digo con Ares -

-No creo necesario que metáis asuntos personales – Dijo Hades por primera vez – Sinceramente, me parece interesante. Yo igual quiero que mis 108 espectros revivan. EL infierno esta desolado y soy yo quien tiene que ocuparse de todo y es molesto.

-Lo mismo digo, mi hermano tiene razón – Apoyó Poseidón – También quiero a mis Marinas de vuelta, los perdí en una estúpida batalla sin sentido y nada prevista.

-Eso fue porque te dejaste manipular por un humano, encima santo de Athena – Le reprochó Hades.

-No. - Sentenció el todopoderoso Zeus.

-El dios de los muertos soy yo – Hades suspiró – Así que si quiero revivir a mis espectros lo haré, solo yo puedo hacerlo, por supuesto. Necesito de tu aprobación pero aun sin tenerla lo haré.

-Por favor padre, te lo suplico.

-De acuerdo, solo si me prometes que de vez en cuando irás al Olimpo y enviaré a Hermes cada cierto tiempo para vez como van tus santos dorados, si veo que siguen con rencores les arrebataré su vida.

-Así será, padre. Muchas gracias.

-Vosotros dos, Hades y Poseidón, lo mismo os digo. Aunque no tendréis tantos problemas dentro de vuestra orden si los tendréis con los demás, así que si veo que hay problemas entre vosotros y Athena lo mismo pasará.

Con eso, Zeus dejó en manos de Hades revivir a todos. Este tardó un poco, pues eran muchas almas que recoger y muchos cuerpos que reconstruir. Athena y Poseidón ayudaron para hacerlo todo más rápido, pero aun así tardaron bastante. Al final, después de unas cuantas semanas los santos dorados aparecieron en la sala patriarcal del santuario. Sus cuerpos estaban heridos, Hades solo pudo devolver los cuerpos de los santos momentos antes de morir, por lo que tenían heridas grabes. El que se recuperasen sería la voluntad de ellos.

-Athena-sama, será mejor que descanse. Ha estado estos últimos días sin dormir para poder regresar a los caballeros dorados. - Dijo Marin intranquila.

-Sí, lo sé. Marin, tu y Shaina vigilad el santuario con Jabu y los otros. Kiki y el grupo de Seiya ayudaran a los caballeros a recuperarse.

-De acuerdo, ahora mismo les doy la orden. Si me disculpa.

Marin se fue del templo del patriarca y marchó en busca de sus compañeros. Fue a la zona de las amazonas donde informó a Shaina y después buscó por el santuario a los demás chicos. Jabu y su grupo aceptaron su trabajo y se colocaron en diferentes sitios del santuario para vigilar entre todos. Mientras, Seiya y los demás caminaban por las doce casas para cuidar a los dorados.

-Kiki, si quieres quedarte con Jabu puedes hacerlo – Le dijo Shun

-No, no es correcto. Athena me ha dicho que tengo que estar con vosotros, por lo que así será, aun cuando tenga que ver a mi maestro de nuevo.

-Piensa que ahora estará a tu lado, tienes que ser feliz Kiki -

-Lo se Shun, pero es que no se que hacer o decirle cuando despierte... Es tan extraño tenerle de vuelta.

-Se como te sientes, a todos nos pasa. Hemos estado un año sin ellos y cuando por fin aceptábamos que no volverías... Athena va y los trae. - Dijo bajando la cabeza – Estoy feliz de que estés aquí pero es extraño, todos nos sentimos así.

-Shun... Gracias.

Los caballeros de bronce y Kiki llegaron al templo patriarcal después de una larga caminata por los doce templos y entraron. En camillas estaban los cuerpos de los caballeros muy malheridos. Lo primero era desinfectar las heridas y después vendar las zonas dañadas o que sangraban. Kiki se encargaba de ir y venir con su teletransportación a buscar medicamentos y vendajes cuando se acababan.

Se dieron cuenta de que Aioros de Sagitario había vuelto con ellos, que Kanon de Géminis también estaba vivo y que Shion y Dokho regresaron con su cuerpo joven. Todos se veían tan calmados en esos momentos que por un momento dudaban de que en verdad estuviesen vivos. Quien más heridas parecía tener era Shaka, quien había recibido en la batalla el impacto de la '' revolución de Athena '' lanzada por Saga, Camus y Shura. Aioros también estaba muy lastimado, quizás por el echo de que había estado catorce años muerto que su cuerpo fue el más difícil junto con su alma de encontrar; si por si eso ya fuera poco, Kanon estaba también herido con quemaduras muy serias.

Los santos de bronce estaban muy contentos, cuando despertaran todo sería normal y por primera vez en muchos años la orden dorada estaría completa, sin un solo caballero que faltase o que estuviese muerto. Con ese pensamiento se pusieron a curar las heridas de todos y así pasó una semana donde Seiya y los demás curaban y cuidaban de los dorados.

Un día, cuando solo se encontraba Shun con ellos, uno despertó. Abrió lentamente los ojos y notó un dolor punzante en sus costillas. Se incorporó algo aturdido y muy confundido y comprobó que en verdad estaba vivo, a su lado, Kanon descansaba con profundas y muy dolorosas quemaduras. Suspiró con dolor, no por sus heridas sino de ver por fin a su hermano. Saga de géminis, había despertado.

Shun entró para ver como estaban y cual fue su sorpresa al ver a saga sentado y acariciando los cabellos de su hermano. Este al sentirse observado giró su vista hacia él y sonrió. Shun se alegró de ver que estaba bien y se acercó.

-Bienvenido Saga, eres el primero en despertar.

-No sé si me lo merezco.

-Saga, claro que te lo mereces. Déjame ver las heridas, te voy a cambiar los vendajes.

-De acuerdo, muchas gracias... ¿Cómo te llamabas? Perdón por no acordarme.

-No pasa nada. Soy Shun. Shun de andrómeda.

Saga no dejaba de mirar a su hermano dormir tranquilamente, ajeno al dolor que tendría que soportar cuando despertase por tales quemaduras. Se sentía tan mal por el daño que le había echo hacía mucho tiempo atrás. Shun notó eso y sonrió.

-Él está bien, Ikki se encarga de él y me ha dicho hoy mismo que sus quemaduras no son grabes, su piel poco a poco se esta regenerando. Tardará más que los demás en despertar, será de los últimos pero lo hará.

-Gracias.

-Por cierto, hay alguien que quizás quieras vez además de tu hermano.

-¿De quien se trata?

-Aioros.

Saga abrió los ojos con sorpresa y su cuerpo se tensó comenzando a temblar un poco. De un momento a otro los recuerdos de la matanza del caballero de Sagitario, el momento en que descubrió que él era el sujeto bajo la máscara del patriarca y lo amigos que eran antes de eso, todos los recuerdos vinieron a su mente como flechas. Se levantó de golpe ahogando un quejido de dolor y caminó buscando entre todos el rostro del caballero hasta encontrarlo al lado de Shura de capricornio.

Se arrodilló delante de el y tocó su rostro temiendo que cuando lo hiciese este desapareciese o se despertara de una pesadilla, pero para su alegría no fue de ese modo. Sonrió y unas lágrimas salieron de sus ojos, era él, Aioros de Sagitario estaba vivo.

Bueno, las parejas de este fic no las puedo decir todas porque no sé, pero si sé que sí o sí habrá ( Aioria x Marin, Seiya x Saori, Aioros x Seika, Shun x june, Milo x Camus, Mu x Shaka, Saga x Kanon ) si quieren una pareja en especial podéis decirlo, si contradice alguna de las que tengo aquí la pondré pero como secundaria o uniliteral, ya me entienden.

Espero que les haya gustado, si tengo algún error me lo decís con tranquilidad. Acepto cualquier crítica, todoas me ayudan a mejorar.