Un hombre encapuchado recorría las frías calles del Valle de Godric en busca de la casa de las únicas personas que se habían atrevido a desafiarlo y habían salido vivitos y coleando tantas veces.
"Esta vez no escaparan tan fácilmente. Esta vez le daré donde más le duele al Potter ese y a su esposa impura. Esta vez les arrebatare la felicidad que los dos estaban buscando durante tantos años. Esta vez les daré en su punto débil. Esta vez tomare a su hijo, así me cueste la vida, pero claro, el gran Lord Voldemort no va a morir así de fácil, eso es seguro"
-que buen disfraz señor-dijo el niño que venia vestido de duende admirando la túnica del hombre.
-aléjate de mi niñito impuro-dijo el hombre con su voz seseante y escalofriante que le helo las entrañas al niño. Como alma que lleva el diablo salió a correr a todo lo que su túnica larga lo dejaba, pero aquel hombre era más rápido que el. De la manga de su túnica saco una rama, más una varita, y con un giro y un rayo verde que llego a toda velocidad al pequeño, termino con la inocente y joven vida, el ya no volvería a casa a contar sus caramelos junto a su mama para este Halloween, Lord Voldemort acababa de destruir otra familia más-ahora tendré que quemar la túnica-susurro el hombre como si fuera una terrible tragedia mientras la mujer, que deduzco fue la madre de aquel pequeño, se acercaba buscándolo y gritaba desesperada al ver su inocente cuerpecito de cinco años desparramado en el suelo, quieto y pálido. El hombre que parecía serpiente, admiraba esa escena con sus ojos rojos y sus pupilas negras verticales, adoraba la desesperación en las personas, adoraba quitarles lo que más amaban, tal como lo habían hecho con el cuando era niño.
Sin despegarse de su tarea siguió caminando, hasta que al final de la cuadra vio la casa con un adorno de una Snitch en la entrada. Esa era la casa de Potter, no había duda alguna. Entro como si se tratara de su casa y con toda la galantería que poseía paso por el jardín que rebosaba de hojas secas y crujientes que el hombre de aquella casa había decidido no recoger en los últimos dos días por pura pereza, o por querer pasar tiempo con su hijo de apenas un año.
Con un giro de su varita la puerta se abrió…ya no había marcha atrás para los habitantes de aquella casa. Lord Voldemort los había encontrado, ya tenían que enfrentarse al destino.
James Potter, un hombre de unos veinte años, quizás más, con cabello negro, ojos avellanados escondidos detrás de unas gafas de marco redondo, jugaba con su pequeño hijo en la sala de su casa en el Valle de Godric. El pequeño, de al menos un año de vida, con ojos verdes esmeralda destellantes y brillantes, además de cabello negro como la noche, idéntico al de su padre, reía encantado enseñando sus encías sin dientes cuando las lucecitas salían de la varita de su padre, que igualmente reía encantado al ver a su primogénito reírse. Su esposa, Lily Potter, que al igual que su esposo aparentaba unos veinte años, quizás más, de cabello rojo como el fuego y ojos verdes esmeralda brillantes, estaba sentada en la silla individual de la casa, leyendo la historia de Hogwarts por millonésima vez en su vida.
El crujir de la puerta alerto al matrimonio. Se giraron sigilosamente a ver quien había entrado. Usualmente James pensaría que había sido Sirius. Pero era imposible, el estaba recogiendo dulces con Bill, el hijo mayor de los Weasley, y con Elizabeth y Alex, los dos pequeños Potter d años respectivamente. Lily fue la primera en asomarse a la ventana, por el patio venia un hombre con una capucha negra, que detuvo su marcha para ver a la mujer. Sonrió con sorna y siguió su camino hacia la puerta principal de la casa.
-¡James es Voldemort!-grito Lily brincando de la silla tan rápido como pudo. James le entrego el bebe a su esposa tan rápido como pudo. El pequeño bebe dejo de reír, ya que el también parecía darse cuenta de que la situación era seria, más allá de su conocimiento del mundo, ya que no había salido de la casa más que para ir a la casa de los Weasley o ir a casa de su tío Sirius a jugar con sus primos, o con Lupin para jugar con los hijos del hombre lobo, o con los Malfoy, cuando Lucius lograba enviar a su hijo sin que nadie se diera cuenta, además que tenia a su hermanita y hermanito en casa en casa, no necesitaba salir para mucho.
-¡Lily sube con el bebe, te amo no lo olvides!-dijo el hombre alarmado. Un ligero "Tac" se escucho, la puerta de afuera la habían abierto.
-¡No me voy sin ti James!-respondió la mujer.
-¡Mujer no es tiempo para discusiones!-grito el desesperado-¡No quiero que mueran esta bien, vete, yo estaré bien, los veo en un rato!-le dio un beso corto en los labios de la pelirroja que tanto tiempo le había tomado conquistar, no planeaba perderla así de fácil.
-te amo-susurro la pelirroja antes de correr a toda velocidad al piso superior de la casa. Freno a toda velocidad y corriendo con el bebe se acerco al sofá y le tiro la varita a su esposo-sin esto te va a matar-el hombre sonrió y la mujer subió corriendo antes de que se escuchara un segundo "Tac" y una explosión cruzara la sala.
-*Protego*-grito James para protegerse de unas piezas de la puerta que volaron por toda la casa-¿No te enseñaron a tocar Tom?-pregunto el hombre pelinegro sonriendo con burla.
El hombre de la capucha subió una de sus blancas manos y se retiro la capa de la cabeza. Era blanco, casi como un fantasma, con ojos rojos y pupilas negras, bien podía ser un hibrido entre una serpiente y un humano.
-veo que estas más feo cada vez que te veo. Los muggles no son tan malos ¿Sabias? Puedo conseguirte una cirugía plástica, yo pago no te preocupes-continuo el hombre provocando a él recién llegado.
-y a ti ¿No te han enseñado a cerrar la bocota Potter? *Expulso*-dijo el hombre con la varita en alto
-*Protego*-respondió James alzando la varita rápidamente y bloqueando el hechizo que se disparaba hacia el.
-*Sectusempra*-grito Voldemort con todas sus fuerzas dándole de lleno al pecho de James. Todo su cuerpo se lleno de cortes profundos que empezaron a sangrar-un Potter fuera, dos más hacen falta-dijo el hombre pasando por desapercibido que James tenia la varita en la mano y se curaba los cortes de a poco.
Una pelirroja se encontraba sosteniendo con todas sus fuerzas a su pequeño bebe. Rogaba a los cielos que el hechizo que había escuchado de los labios de Voldemort hubiera fallado y no le hubiera dado a su esposo, pero sabía que eso era mucho pedir.
-Harry, no olvides que mama y papa te aman-susurro la mujer apretando al bebe que se quedaba mirándola con sus ojitos verdes sin saber que era lo que pasaba.
Lily giro la mirada a la puerta, donde se veía una sombra pasar, era el momento de la verdad. Una segunda explosión sonó en la casa y la puerta del cuarto de Harry salió a volar al otro lado del cuarto.
-dame al bebe y nadie saldrá herido-dijo Voldemort apuntándole al pequeño con la varita. Lily lo apretó contra su pecho e intento buscar la varita en su bolsillo. Que tonta había sido, era la única bruja experimentada que olvidaba la varita en el baño.
-ni lo sueñes Tom. Tómame a mi pero deja a mi bebe en paz-respondió ella valientemente. Voldemort soltó una risita y se quedo mirándola, pero la pelirroja no flaqueaba en su decisión.
-muy bien, dos por uno, amo las promociones tan fáciles-dijo el hombre sin quitar la varita de donde la tenia-*AVADA KEDABRA*-el rayo verde salió disparado de la varita del hombre.
Lily apretó a Harry contra su pecho esperando el impacto que nunca llego. Abrió los ojos, y justo frente a ella se materializaba un escudo con tonalidad rosada que bloqueaba completamente el rayo verde. Voldemort volteo a mirar pero ella negó con la cabeza diciendo "no soy yo". El hechizo se empujaba a hacia atrás hasta que termino explotándole en la cara a Voldemort, haciendo que desapareciera.
James apenas terminaba de curarse las heridas cuando recordó que aun tenía a su familia enfrentándose a un maniaco desquiciado. Aun estaba muy débil para levantarse así que hiso lo que parecía más conveniente.
-*Expecto Patronum*-dijo moviendo la varita-Remus, Sirius, necesito que vengan inmediatamente. Voldemort nos encontró y algo me dice que fue la rata de Pettigrew la que le dijo donde estábamos. Sirius, por favor trae una de las pociones rellena sangre y otra para recargar energía, por favor, Lily y Harry está en peligro-el ciervo se materializo y salió cabalgando a toda velocidad por lo poco que quedaba de la puerta, y antes de que James pudiera decir "aush" Sirius y Remus estaban en la puerta de su casa con caras de preocupados que no podían con ellas.
-Re…Remus, sube las escaleras, Voldemort subió por Harry, protégelo por favor-pidió el pelinegro agarrándose una de las heridas que se había reabierto.
Harry lloraba mientras Lily no le quitaba la mirada al lugar donde hace unos segundos estaba el mago oscuro más poderoso del mundo, y ahora ni su capa quedaba, solo restos de cenizas, como si se hubiera quemado.
-ya Harry, no llores mi bebe hermoso-dijo ella limpiándose sus propias lagrimas de alegría al tiempo que lo hacia con las de Harry. El pequeño se llevo una de sus manitas a la frente, donde tenía una extraña cicatriz que brillaba con un amarillo brillante. Y después de cerrarse dejo de brillar. La cicatriz tenia forma de rayo, de la misma forma que se hacia con la varita cuando un hechizo asesino se producía.
-¿Lily, Harry, están bien?-pregunto Remus que pasaba por el hueco en donde antes había una puerta-Dios que gusto verlos bien-dijo el licántropo abrazando a quien había sido su mejor amiga de la infancia.
-a mi también me da un gusto enorme verte Remus, yo pensaba que no iba a salir de esta, sobretodo porque soy la única bruja que se le ocurre dejar su varita en el baño-respondió ella sonriendo para aliviar el ambiente-¿Y James?-
-esta abajo con Sirius. Sufrió un hechizo Sectusempra y tiene que tomar una poción para rehabilitar su sangre, y otra para rellenar energías-respondió Remus sonriéndole a la pelirroja. El pequeño bebe estiro sus brazos a él hombre que más que feliz lo tomo en sus brazos y bajo junto a Lily.
-Lily, que gusto que los dos estén bien-dijo James cuando vio a Remus bajar con su pequeño hijo y a Lily detrás de él.
Antes de que Sirius pudiera decir uno de sus comentarios estúpidos unos agentes del ministerio entraron junto con los reporteros, el ministro, y uno que otro chismoso.
Desde ese momento, Harry James Potter había dejado de ser un bebe normal, ahora era "El Niño que Vivió"…
BUENO POR AHORA ESO ES TODO. PARA LOS QUE YA ME CONOCEN TAMBIÉN ESTOY EN OTRA PAGINA DE FICS, ESTA HISTORIA YA ESTABA PUBLICADA ALLI PERO CON DEMASIADOS ERRORES QUE TENGO QUE CORREGIR E IRE CORRIGIENDO CON EL TIEMPO EN POTTERFICS. ESPERO QUE LES GUSTE Y NOS LEEREMOS EN OTRO CAPITULO
