Disclaimer: Los personajes corresponden en derecho de propiedad a sus respectivos autores, esta historia es sin fines de lucro. Sólo con el único fin de entretener a un público lector; de una fan para fans.
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Por Ladykya0
Original 2012.
Re-edición 2019.
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Recuerdos
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No pasó mucho tiempo antes de que el último rayo del sol se esfumara por entre las montañas, dejando tras de sí una estela de oscuridad. Sin embargo, el cielo no tardo en comenzar a iluminarse repentinamente.
Relámpago tras relámpago, caían ensordeciendo todo alrededor.
La noche rápidamente se había convertido en una agitada tormenta. Con la lluvia cayendo sin tregua sobre la maleza verde, el viento resonaba una y otra vez entre las ramas de los árboles causando un rechinido espeluznante.
— No puedo dormir —, susurró el pequeño niño envuelto completamente en sus cobijas.
Tenía miedo.
La habitación solo se iluminaba de vez en cuando, cada que la luz parpadeante de algún relámpago caía. Ya había pasado un largo rato y el menor aún se encontraba hecho bolita en la cama, temblando ante cualquier mínimo ruido que pudiese percibir.
Quería ir con sus padres, pero tenía tanto miedo que la simple idea de cruzar el pasillo oscuro le aterraba por completo.
Comenzó a sollozar.
Un nuevo estruendo resonó por el cielo, haciéndolo apretar sus cobijas y ojos con más fuerza de las que en realidad tenía. Fue entonces cuando no pudo más y sus lágrimas comenzaron a caer resbalándose por sus mejillas. — Papá —. Fue lo único que pudo susurrar entre sollozos, con su voz aguda y entrecortada.
Y en un arrebato de valentía, sin previo aviso dio un salto, el cual lo sacó de la cama y lo dejo en medio de la oscuridad de su habitación.
Él era valiente, su padre siempre se lo decía. Así que, se propuso quitarse de encima las cobijas que aún lo cubrían de pies a cabeza y comenzó a andar hacia la puerta. Paso a paso, caminaba, estrechando su peluda cola contra su pecho mientras sus brazos y piernas daban pequeños temblores. Comenzó a vigilar hacia los lados, asegurándose de que nada extraño pudiese estarlo asechando entre las sombras.
Sollozo una vez más, pero un pequeño crujido le cortó la respiración.
— ¿Qué es ese sonido? — Se asustó de inmediato, y fijando la vista en la puerta que tenía justo enfrente, pudo notar como la manija se movía lentamente.
Se sintió desfallecer. Rápidamente su rostro palideció y aterrorizado, no tardo ni un segundo en estar de vuelta en la cama debajo de sus cobijas, temblando.
Y de nuevo, solo se podía observar un pequeño bulto cubierto por las sabanas de las cuales sobre salía una solitaria cola castaña.
Se escucharon unos pasos al acercarse. Más y más, lentamente. Sintió la cama hundirse a un lado suyo, estaba seguro, algo estaba ahí.
Él era un niño muy bueno, ¿Por qué le pasaban esas cosas a él?. Se preguntaba.
Sus lágrimas simplemente comenzaron a brotar de nuevo, y sus temblores se acrecentaron.
Pronto sintió como aquella presencia se acercaba a él.
No podía permitirlo.
Fuera lo que fuera, no iba a dejar que esa cosa monstruosa que se encontraba en ese momento con él, en medio de la noche, lo arrastrara hacia las sombras oscuras de su habitación.
Se destapó decidido, recogiendo todo el valor que minutos atrás había reunido, y con sus unos ojos vidriosos, comenzó a lanzar manotazos. Uno tras otro.
— Gohan.
Una voz grave llenó el repentino silencio de la habitación.
— Gohan, ¡Espera!
El pequeño entonces se detuvo. Y retrocediendo un poco, aun con lágrimas en los ojos, sollozó de nuevo mientras abrazaba su propia cola — Pa... ¿Papá? — susurró temeroso.
En ese momento el cielo se iluminó por un nuevo relámpago.
Gohan entonces, abriendo en sorpresa sus cristalinos ojos pudo distinguir la silueta de Goku frente a él. Sin pensarlo ni un momento más abrazó a su padre con todas las fuerzas que tenía. — ¡Papá! —, y lloró de alivio.
Dejándose abrazar, se acurrucó en los brazos del hombre, quien solo acariciaba la frágil espalda de su vástago, intentando serenarlo.
…
Observó hacia la ventana mientras jalaba la silla para tomar asiento y acomodarse frente a la mesa del comedor redonda que ahora se encontraba lleno de sus libros de estudio.
Esta sería una noche larga.
Eran cerca de las 10:00 pm y el joven pelinegro se encontraba realizando unos ejercicios de álgebra avanzada. Suspiró resignadamente, ya que había resuelto no dormir esa noche, al día siguiente haría su examen de admisión a la Orange Star High School.
Una escuela con gran prestigio, a la que su madre quería que él asistiera. A pesar de que él había alegado diciendo que le iba bien con los profesores particulares que lo ayudaban con sus estudios, Milk negó diciendo que la convivencia con jóvenes de su edad también eran indispensables para su futuro desarrollo profesional.
Así que sin remedio, ahí estaba, acomodado en la sala, ya que no le parecía justo que su decisión de desvelo afectara también a su pequeño hermano.
Pasaron las horas y para su suerte había terminado los ejercicios de matemáticas que debía, era tiempo de ocupar su mente en Biología, llevó su mirada hacia el frente y en la pared pudo observar como el reloj digital marcaba las 11:45 pm.
Comenzó a leer y a hacer pequeños apuntes en una libreta, mientras de fondo escuchaba el vaivén del viento al soplar sobre los árboles que rodeaban su hogar.
— Vaya, al parecer se acerca una tormenta —, observó por la ventana frente a él.
Decidió no prestar atención.
Las horas seguían pasando y él ya había terminado con al menos tres materias más. El sueño comenzaba a pesarle y el aburrimiento ya le pesaba, volvió su vista al reloj y observó lo tarde que era. 3:28 am.
— Que mal —, se dijo mientras estiraba sus brazos por sobre su cabeza — creo que lo mejor será tomar un pequeño descanso.
Se recargo sobre el respaldo de la silla sintiendo el cansancio sobre sus hombros; volvió a observar por la ventana, notando la lluvia constante que había estado cayendo desde, al parecer, bastante rato. Bostezo, el sonido de la lluvia comenzó a adormecerlo.
— Este clima me trae nostalgia — Recargó sus brazos y su cabeza sobre la mesa.
Se durmió.
— Vamos Gohan, no llores, ¿qué tienes? No me digas que tienes miedo, hijo —. El pequeño solo hundió más su cara en el pecho de su padre, el cual acariciaba la cabeza de su primogénito tratando de calmarlo. — Vaya, eres tan pequeño —. El niño seguía abrazado a su padre, ahora se sentía más tranquilo. No quería volver a quedarse solo. — Ya, ya —, lo separó un poco de su cuerpo —, debes dormir o mamá se enojará —, lo acostó y arropó para después ponerse de pie. — Recuerda, mañana iremos a Kame House.
El hombre sonrió al ver a su hijo asentir, desordenó alegremente los cabellos de este como despedida, pero antes de que comenzara su camino de regreso a la habitación que compartía con su esposa; el pequeño niño alcanzó la mano de su padre, llamando su atención de nuevo.
— Papá… — Goku se detuvo y observó a su hijo en la oscuridad, de nuevo un relámpago se hizo presente. — Quédate conmigo —. Susurró con miedo. El saiyajin no supo cómo negarse a su hijo, así que volvió a sentarse en la cama.
...
Gohan abrió los ojos despacio debido al piar de los pájaros en el exterior. Se había quedado completamente dormido sobre sus libros.
Se incorporó y lo primero que hizo fue buscar el reloj de la sala. 6:45 am, sintió entonces el dolor en su espalda debido a la mala posición en la que había estado.
Ya había amanecido y la luz de la mañana ya se filtraba por cada ventana de aquella pequeña casa.
Se estiró, era demasiado tarde, o tal vez demasiado temprano para seguir con sus estudios.
Fue suficiente, estaba seguro en pasar el examen así que no había mayor problema.
La lluvia seguía presente en el ambiente, con una leve llovizna que aún empapaba a los grandes árboles, acompañado de una fría brisa montañosa.
— Papá —, dijo manteniendo aun el peculiar recuerdo que se había presentado como un sueño nítido.
Había pasado tanto tiempo. Ya eran siete años después de todo.
Siete años de paz.
Aún sentía esa culpa por no haber eliminado a Cell cuando tuvo la oportunidad, todavía sentía la responsabilidad por haber hecho, con su arrogancia, que su padre sacrificará su vida para salvarlos a todos. Aún cuando había puesto su confianza en él, sentía que le había fallado a su padre.
Lo extrañaba demasiado, porque en su niñez siempre había esperado que la relación con su padre mejorará, que fuera algo más allá de las peleas y los entrenamientos, pero lo cierto es que nunca supo cómo acercarse a él de otra forma.
Pero los hubieras no existen, y su padre había decidido no regresar, y no había mucho más que hacer porque él tampoco era más un niño.
Aspiró profundamente para así lograr despabilarse por completo.
Apiló los libros que había utilizado y recogiéndolos entre sus brazos los llevo a su habitación dejándolos sobre el escritorio. Miró a su alrededor sintiéndose un poco perdido ya que aún era un poco temprano, rápidamente el quejido entre sueños del pequeño ovillo en la cama a lado a la suya llamó su atención.
Vio dormir plácidamente a su pequeño hermano, con los mechones rebeldes de su cabello desordenados, y su semblante despreocupado. Sonrió, porque era tan parecido a su padre, que la primera vez que lo vio creyó que Goku había vuelto a nacer en su hermanito.
...
— ¡Oye Hermano! — Lo vio correr alegremente hacia él.
— Dime, Goten —, contestó agachándose a la altura del pequeño de 4 años.
— Dime, dime, ¿cómo era papá? ¿es verdad que me parezco a él? — preguntaba emocionado, el mayor se sorprendió al ver el brillo en los ojos de su hermano, llenos de anhelo y curiosidad.
— Papá era increíble, fuerte y amable, era imposible no quererlo —. Sonrió nostálgico mientras el menor continuaba con su mirada curiosa — y tú Goten, pareciera que eres su clon —. Le revolvió los negros cabellos rebeldes, tan iguales. — Son idénticos —, el menor satisfecho sonrió ampliamente.
…
— El clon perfecto.
De las cosas que Gohan más se lamentaba fue saber que su madre estaba sola haciéndose cargo de ellos dos. El como la mujer había llorado cuando había visto por primera vez a Goten, era de los recuerdos más nítidos que el mayor tenía. Ella no lo dijo, y todos los amigos de su padre solo habían sonreído con tristeza, no era necesario externar el sentimiento de acongojo que la imagen del recién nacido producía.
Tomó el porta retratos que se encontraba en su escritorio con la última foto familiar donde Goku aparecía.
Suspiró pesadamente volviendo a dejar el objeto en su lugar.
Todos extrañaban a ese peculiar guerrero, todos lo querían de vuelta, con su optimismo y su sonrisa amable. Pero, ya no había más que hacer, aunque quisiese las esferas de dragón esta vez no pueden traerlo de vuelta.
Abrió la ventana de su habitación, recargándose en el marco observó el cielo.
La lluvia había desaparecido y el sol comenzaba a calentar el ambiente.
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Hola.
Ha pasado tiempo.
No tengo mucho que decir, este fanfic se escribió, antes de que comenzará todo el asunto de DBS. Así que imagínense jaja
Solo quise darle una pulidita, así que espero lo hayan disfrutado como yo al releer.
Pero bueno, ya saben que cualquier cosa me la pueden hacer saber por medio de reviews o MP, siempre son bienvenidos.
También si se te ofrece, puedes visitarme en mi página de Facebook: LadyKya0
Gracias por leer.
Lady~
