The Strongest & The Brightest

Por Kat Harley

Disclaimer: Shingeki no Kyojin o sus personajes no me pertenecen, sin embargo, la historia sí. Este fanfic/songfic se desarrolla 10 años después de la desaparición repentina de los titanes sobre la Tierra, y los personajes que permanecieron con vida después de la victoria, han hecho sus vidas después de estos hechos. Algunos permanecieron dentro de la milicia, a fin de continuar defendiendo a la humanidad de los nuevos retos e inconvenientes que se podrían cernir sobre esta: Delincuencia, guerras, robos, delitos en general y otros tantos, retomaron sus vidas alejados del ejército, dispuestos a pertenecer a la humanidad de forma activa.

Warning: Lemmon, yaoi/yuri y Lenguaje Ofensivo. La estructura del fanfic contiene saltos temporales y de espacio, por lo que les solicito pongan mucha atención o relean las partes que de pronto les parezcan ilógicas o aparentemente fuera de contexto. Comienza en la actualidad e irá dando saltos de tiempo a hace cinco, ocho, diez, dos, o equis cantidad de años; de éste modo, podré explicar de forma más práctica qué es lo que pasa en cada uno de los distintos momentos de la actualidad.

Agradezco a Alkimista Aurum por todo el apoyo para todos mis escritos y así mismo por basarse en esta idea para a su vez, desarrollar ella misma un fanfic nuevo que estaré apoyando y siguiendo con sumo interés. Elisa Torres, es en este fanfic donde quiero agradecerte todo tu apoyo en la situación de Engel: Paradies y por ello me daré a la tarea de incluirte en él siendo tú misma. Podrás notar dónde saldrás.

Me gusta dar las gracias de modo que puedan sentir que en verdad, porque es así, me interesa todo su amor y apoyo.

Notas Finales: La canción en que se basa este primer capítulo es Bang Bang (My Baby shot me down) de Nancy Sinatra, canción contenida en la banda sonora de Kill Bill Vol. 1. Este fanfic está lleno de metáforas y simbolismos, es casi poesía, y espero lo lleguen a percibir como pretendo escribirlo porque la idea es que sea emocionalmente poderoso. Es una idea muy íntima y personalmente me costó muchos meses estructurar una idea congruente y coherente que casara así mismo con la música de una película que es objeto de mi culto personal. El título del fanfic (como imagino algunas personas habrán notado) corresponde a los apodos que en su momento, Hajime Isayama dio a Levi y Hanji en Shingeki No Kyojin: El más fuerte de la humanidad y la mente más brillante de la humanidad. Kill Bill es una historia llena de simbolismos y ésta no es la excepción, pues admiro profundamente la concepción de Quentin Tarantino de cómo debe realizarse una película. Bajo ese esquema es que quiero realizar este fanfic.

Sin más, espero lo disfruten y me regalen un comentario.

Los amo.

Capítulo I.

Bang Bang: My Baby Shot Me Down

"…I was five and he was six

We rode on horses made of sticks

He wore black and I wore white

He would always win the fight, Bang, Bang…"

Aquella mañana nublada, Hanji iba cubierta de la cabeza a los pies. En dos semanas cumpliría 37 años. El pensamiento y el viento helado le causaron un estremecimiento.

Llevaba el cabello apenas rozándole los hombros en ondas castañas que se ondulaban en las puntas y un mechón de cabello se inclinaba hacia un lado de su frente, por sobre la que se echó la capucha del abrigo, de color vino. Ajustados a sus largas piernas, subían a todo lo largo unos pantalones blancos y calzaba unas botas largas a las rodillas no muy diferentes a las que usara en el ejército, de lustrosa piel negra. Llevaba apenas maquillaje, el que se había habituado a usar desde que retomara su trabajo científico. Una vez terminada la amenaza de los titanes, habiendo establecido una real y permanente victoria sobre éstos y habiéndose asegurado de que no hubiera reaparición alguna, todos retomaron su vida y, en gran parte gracias a Hanji y el ahora Ingeniero Militar Armin Arlet, gran parte de sus avances tecnológicos fueron realizados en pro de la vida cotidiana de la humanidad. Y dado que lo que los obligaba a vivir austeramente había desaparecido, reincorporaron los aparatos que, antes de la invasión de los titanes, aún eran usados en las ciudades más grandes, aunque su uso se generalizó también en ciudades pequeñas gracias a ellos. Cosas como estufas, automóviles, combustible, etc., volvían a ser de uso común. Después del primer año, las murallas fueron derribadas y los cadáveres de los titanes que permanecían dentro de éstos, aparecían transformados en el mismo granito del que las murallas habían sido construidas. No hubo humano que pudiera explicar tal acontecimiento, pero todos se alegraron de saber que no existían más.

Esa mañana, después de diez años de no tener contacto con varios de sus compañeros que permanecieron con vida después de la caída de los muros, se sentía ligeramente triste porque había personas que habría deseado ver, con las que habría deseado hablar y compartir sobre sus vidas como antaño, beber una cerveza o una taza de café como en el pasado, hablando de cuánto extrañaban a los compañeros que habían perdido en batalla y de la conspiración inmensa a la que se habían enfrentado y de la que habían resultado sobrevivientes, gloriosos, salvando una civilización entera. Se ciñó el bolso de cuero negro al cuerpo y comprobó que lloviznaba fuera, pero no quería permanecer encerrada y por eso había decidido pasar por Moblit a la Universidad donde trabajaba como Decano.

Dos años antes, Moblit había por fin decidido que debía revelarle sus sentimientos, el motivo por el que, aún en sus experimentos más dementes y en sus momentos más decisivos y frágiles había permanecido junto a ella, entero, pese a que lo carcomía el horror de los hechos que a ambos los rodeaban. No habría podido permanecer con vida y su conciencia tranquila nunca más, de saber que no había contribuido en nada en la preservación de la vida de la mujer que amaba. Luego que acabó la amenaza titánica, simplemente se vio imposibilitado a renunciar a permanecer cercano, atento a sus necesidades, a sus más pequeños caprichos, porque sencillamente le era imposible permanecer lejos de ella.

Hanji se sintió halagada, contenta… Y en su fuero interno aliviada de poder compartir su vida con alguien que la conocía quizá tanto como ella misma se conociera. No quería recordar los días en que permanecía encerrada en su habitación leyendo informes con Levi a un lado. Se negaba a reconocer que se había enamorado del tonto enano gruñón y sabía que, concentrarse en otra persona, le evitaría pues tener que reconocer ese hecho que parecía que la perseguiría por una eternidad.

No quería reconocer ante sí misma que añoraba los labios insistentes del que fuera en ese entonces su compañero de armas; no se sentía capaz de escarbar en esos recuerdos y por ello cuando Moblit habló, para Hanji todo se presentó con pasmosa facilidad. Moblit, después de hablar con Hanji, hizo lo propio con el Capitán Erwin Smith, y respetando las reglas del ejército, se retiró a ejercer como maestro de ciencias en la Academia Real pues en la milicia, las relaciones amorosas entre jefes y subordinados estaban específicamente prohibidas. Al paso de ocho meses, Moblit entregó a Hanji un pequeño aro de brillante oro con un cristal de diamante en forma de gota engarzado en él, en privado, sin más ceremonias que las estrictamente necesarias. Moblit era un hombre dulce, bueno y correcto y Hanji se sintió conmovida ante su propuesta de matrimonio. A sabiendas de que no encontraría a mejor hombre en el mundo para entregar su vida y después de una espera de dos días que a Moblit le parecieron interminables, Hanji aceptó entonces casarse con él y permanecer con él para siempre. Fueron los dos días más dolorosos en la vida de Hanji Zoe y su dilema moral y ético ante los sentimientos que se había negado a aceptar y que por largos años había enterrado en lo profundo de su ser, en aquel momento se presentaban furiosos en su mente. "¿Te casarás con un hombre al que no amas?", se decía a sí misma. "¿Estás dispuesta entonces a dejar de esperar al estúpido enano?". "Sí", se contestó después de dos días de llorar ambas noches acurrucada abrazándose a sí misma, dejando fluir en su llanto cada uno de los sentimientos que le dejara el contacto con Levi Ackerman.

Pero no olvidaba que, una vez anunciado que los titanes no existían más, anunciado por ella misma, Levi simplemente se presentó ante Erwin evitándola a ella, y se retiró de la milicia sin decir nada más, sin avisar, sin sencillamente decir un adiós, aunque fuese por pura y simple cortesía.

Hanji no lo culpaba. Sabía que Levi llevaba sobre sí una inmensa carga de remordimiento por las muertes de todos aquellos que le acompañaron en la lucha, muertes que llevaba sobre su conciencia y que nunca podría olvidar. Pero había algo que llegaron a hablar y que Hanji nunca entendió por qué él no podía ver: "Tú y yo continuamos vivos, Levi". Hanji pensaba que en parte, todo se debía realmente a que Levi había sufrido una pérdida más allá de un subordinado o amigo. La muerte de la única persona que había sido comprensiva con él y que había dado su vida para seguirle: Petra Ral. Hanji sabía, porque después de la muerte de Petra lo notó, que en él se había operado un cambio profundo, aunque los demás apenas hubieran podido percibirlo.

Levi nunca volvió a conservar ningún recuerdo o pertenencia de ningún soldado de su escuadrón.

Pero aún con eso, Hanji sentía una deuda de lealtad hacia Petra, de quien sí estaba segura al cien por ciento que tenía un amor y una devoción a Levi dignas de un cuento de hadas y por eso nunca hizo mención a él ni a nadie sobre sus sentimientos, por más difícil que le hubiera resultado ocultarlos. Si había una persona a quien considerase leal, era a ella misma.

Mientras pensaba en todo eso, comenzó a caminar, de forma mecánica a la Real Academia, a unas cuantas calles de donde se ubicaba la casa donde vivían.

Recordó su boda, simple, sencilla, sin sentimentalismos, por más curioso que sonara. En realidad no tenía aspiraciones a que fuese distinta, porque se sabía no enamorada de Moblit aunque debía aceptar que en aquel momento le tenía un profundo cariño y aprecio por permanecer con ella hasta el final de aquel infierno que alguna vez fue la vida de ambos y de todos los seres humanos. Cuando llegó a la puerta principal, se coló entre los estudiantes, con los que pareció confundirse. Hanji aún lucía como una joven, apenas si había cambiado de como lucía a los veinte años y nadie reparó en su presencia hasta que, abriéndose paso en el pasillo, apareció el profesor Berner, su esposo, y le pasó el brazo por los hombros, besándola en la mejilla.

Aún después de todos los años que habían pasado, él nunca dejó de tratarla respetuosamente y en público era todavía mucho más respetuoso que en privado, por lo que, después de saludarla, la condujo a la salida sin dejar de abrazarla y tomándole la mano salieron juntos mientras algunos estudiantes los observaban.

- ¿Sabes, Hanji? Hoy ha sido un día atareado. ¿Por qué en vez de llegar a preparar algo a casa, no vamos a cenar fuera? ¿Quieres? – y le sonrió, con la sonrisa de niño más pura y limpia que jamás Hanji viera en nadie. Siempre había pensado que era muy dulce. Se encogió de hombros.

- Por mí, lo que sea me viene bien – y sacó de su bolsillo un paraguas, el que levantó en alto cubriéndolos a ambos - ¿Sabes en qué pensaba? – y negó Moblit con la cabeza – Deberíamos visitar a Erwin. Desde que se casó, se ha hecho el bobo y ni siquiera se ha comunicado con nosotros de ningún modo. ¿Es que no somos sus amigos? – y la mueca que hizo, dejó claro a su esposo que eso la incomodaba.

- Claro que sí. Sólo dime cuando y dejaré todos los pendientes a Elisa.

- Eres muy cruel. Explotas a la pobre jovencita sólo porque quiere terminar su carrera pronto – y río mientras algunas personas la miraban, quizá pensando que reía demasiado fuerte.

- No soy cruel, pero al fin, igual tiene que cumplir como recepcionista o no tendría su título. Vamos, si me dices que quieres que sea mañana mismo, no tengo problema alguno y lo sabes – y la estrechó un poco más.

- Bueno, no sé, pero quizá pronto – y al divisar el mercado del centro de Shiganshina, sus ojos brillaron y sonrió – Me trajiste aquí porque sabes que adoro comprar pan en esa carpa, ¿verdad? – y se acercó besándole la mejilla – Eres muy bueno – y para Moblit era siempre un premio la sonrisa feliz de su esposa.

Lo llenaba de felicidad siempre que lo pensaba. Hanji Zoe era su esposa, la señora Berner y se sentía realizado por eso.

Cuando llegaron a la carpa, observaron alrededor las largas filas de puestos con verduras, frutas, carne y todo lo que ahora los agricultores y granjeros podían comerciar. Se sentía feliz de haber podido contribuir con la prosperidad de muchos de esos seres que ya quizá ni recordaban lo terrible que había sido su vida diez años antes.

Ésa sensación…

Hanji se sintió marear y se sostuvo del brazo de Moblit en el momento en que sus ojos parecieron engañarla.

Frente a ella, en uno de los locales detrás del puesto de pan, vio una espalda que de inmediato reconoció. Era la espalda de un hombre de apenas un metro y sesenta centímetros de estatura que hablaba con un dependiente y sostenía la mano de una mujer de semblante reconocible para ella de inmediato. No, no podía ser. No podía ser Petra. Petra estaba muerta.

Moblit fijó entonces su vista en la dirección de los ojos de su esposa y su alegría menguó. Él no era ningún estúpido.

"… He shot me down

Bang bang, I hit the ground

Bang bang, that awful sound

Bang bang, my baby shot me down.

Seasons came and changed the time

When I grew up, I called him mine

He would always laugh and say

"Remember when we used to play?"

Bang bang, I shot you down

Bang bang, you hit the ground

Bang bang, that awful sound

Bang bang, I used to shoot you down…"

- ¿Hanji, estás bien? ¿Quieres verificar si es el cabo Ackerman? – No se le iba una.

- N-no – balbuceó – Simplemente me tomó por sorpresa… ¿Ves la chica que está con él? – Y asintió – ¡Es Petra! – casi murmuró – tenemos que irnos de aquí… Vamos a comer en casa…

- Vamos a averiguar – dijo, atrevido, tan atrevido que los ojos de su esposa se fijaron en él, sorprendidos.

- Bien… - y comenzó a mirar hacia el frente, mientras cruzaban por entre los puestos.

Cuando llegaron al frente del establecimiento, la chica, de ojos color verde y blanca piel, enmarcado su rostro en el cabello corto y de un rojo anaranjado idéntico al de Petra Ral le sonreía a Levi Ackerman mientras éste apenas si prestaba atención guardándose un paquetito en el bolsillo del saco negro. Cuando miró al frente, el rostro de Hanji, sorprendido, lo desequilibró. Por un momento cruzaron mirada por mirada, conteniendo la respiración, como si los controlase el mismo hilo conductor. Levi nunca dejó una nota, un recado, un adiós para ella que había sido su colega y hasta podría decir que su mejor amiga y ella jamás había tratado de buscarlo. Así pues, mientras Moblit apretó los dedos de la mano de su esposa con los suyos, Levi en vano trató de desasirse de la manita de la chica que le acompañaba. Hanji estaba preciosa, reconocible, pero al mismo tiempo la encontraba tan cambiada que no habría podido definir qué era lo que sentía. Y menos mientras el inútil de su ayudante le tomaba la mano como si ella fuese de su entera propiedad.

"…Music played, and people sang

Just for me, the church bells rang.

Now he's gone, I don't know why

And till this day, sometimes I cry

He didn't even say goodbye

He didn't take the time to lie…"

Hanji entreabrió los labios, parecía que la tensión podía cortarse. Todos permanecían en silencio, en contraste con el bullicio del mercado y de pronto Hanji sentía la necesidad de reclamar.

Pero ¿Reclamar qué?

Sintió su sangre en ebullición al ver cómo, inútilmente, la chica sostenía la mano que prácticamente no sostenía la de ella.

Cuando estaba por adelantarse y abrir la boca, sintió que tenía el rostro caliente y entonces Moblit le tendió la mano a Levi, en un ataque de inconcebible virilidad.

- ¡Cabo Ackerman! ¿Cómo está? Luce fantástico. Mucho gusto, señorita. Mi nombre es Moblit Berner y soy el Decano de la Facultad de la Real Academia de Shiganshina. Mi esposa, Hanji Zoe.

"… Bang bang, he shot me down

Bang bang, I hit the ground

Bang bang, that awful sound

Bang bang, my baby shot me down..."

El rostro de Levi se quedó de piedra un momento mientras Hanji sonreía inútilmente, tratando de controlarse, tratando de evitar un llanto que afluiría de inmediato si no se largaban de allí. Levi respondió con cortesía poco ceremoniosa al saludo de Moblit y asintió con la cabeza a Hanji sin decir una palabra. Disculpándose entre balbuceos, tomó con fuerza la mano de la chica con la que iba y caminó lejos del lugar sin que la chica pareciera siquiera percatarse de quiénes eran o qué hacían allí. Hanji parecía tan desconcertada que Moblit permaneció callado.

No hablaron una palabra de camino a casa.


Gracias por sus reviews, los amo!

Kat~