Epilogo
23 de junio 2007
En estos momentos, sentada en el avión rumbo a una nueva vida, me preguntaba si había tomado la decisión correcta. No podía enumerar las veces que me la había planteado, y la respuesta siempre era la misma, si, claro que era lo mejor, pero lo mejor no evita siempre el dolor, y esta decisión dolía mucho, dolía en el alma y en el corazón como ninguna otra.
Ahora, a kilómetros del suelo, sobrevolando las nubes me venían mil y un recuerdos a su lado. 25 años dan para crear muchos recuerdos; dicen que los malos se terminan olvidando, y era por eso por lo que decidí iniciar esta nueva aventura, olvidar aquello que solo lograba dañarme cada vez que le veía, lo sentía o simplemente escuchaba su nombre.
Las lágrimas escapaban de mis ojos pensando que en esos momentos se estaría casando, que estaría uniendo su vida a la de otra persona que no era yo. No había conseguido reunir el suficiente valor para quedarme, para estar al lado de la persona a la que consideraba mi mejor amigo, pero aparte de mi mejor amigo, era la persona de la que llevaba enamorada demasiados años. Tampoco había sido suficientemente valiente para decírselo a el, asíque en cierta manera yo tengo parte de esa culpa.
Había asumido que le perdería si cogia este avión, que no querría saber nunca nada mas de mi, le había abandonado en el que quizá, para el, fuese el día mas importante de su vida. Para mí, simplemente ese día, era el final de la mía. Dejaba atrás familia, amigos… si, mi vida entera. Pero era necesario hacerlo si quería pasar pagina, cada rincón de Forks, cada persona con la que me cruzaba, todo respiraba a Edward, y yo había decidido que ya no soportaba mas.
Ahora mi vida estaría en Londres, con un nuevo trabajo en una empresa de venta de pisos. No conocía a nadie, pero esa daba igual, pasaría allí mucho tiempo… quizá el resto de mi vida.
Pero ahora eso era lo de menos, solo quiero dormir y olvidar el porque de todo. A fin de cuentas, ya es hora de que empiece a pensar un poco mas en mi.
