Advertencia: Esta historia no cuenta en absoluto como secuela de El viaje temporal de Shinku y Suigintou, de hecho este es sencillamente otro fic y otra historia. Sobran las palabras ya en este momento, así que pueden seguir :)

Un salto en falso

-Te reto a una batalla del juego de Alice. Mañana nos vemos en el campo N-kashira.

-¿Otra vez con eso-desu?

-Sí, y esta vez me aseguraré de arrebatarte tu Rosa Mística, y luego seguirán las demás-kashira- Kanaria apuntaba directamente a Suiseiseki con su paraguas, en pose triunfal.

Suiseiseki pierde la paciencia y llama a Sui dream para invocar su regadera. Si Kanaria venía a buscar pelea, sin duda la iba a encontrar, a pesar de los desesperados intentos de Souseiseki por detener aquella confrontación. Kanaria ríe con maldad y se dirige corriendo a la ventana para salir de allí volando. Hinaichigo y Shinku se dan cuenta de Kanaria justo a tiempo para verla alejarse y tener serias dificultades por un cuervo que empieza a molestarla.

-¿Qué ocurrió-nano?

-Kanaria siempre dando problemas- responde Shinku mirando seriamente a Kanaria que había empezado a caer en picada en una casa vecina.

-Ya sabía yo que era una gallina- Suiseiseki hace que Sui dream desaparezca la regadera, y luego pone brazos en jarras-. Ayer me las tuve que ver con la tonta de Kirakishou, y ahora Kanaria no me deja tener mi justo descanso-desu.


Dos horas más tarde

-No me lo puedo creer- Jun tenía consigo un cuaderno en el que venía anotando últimamente los distintos enfrentamientos y retos que hacían parte del juego de Alice-. Con este reto de Kanaria van cuatro en esta semana, y apenas es miércoles. Extraño cuando en esta casa habían dos días seguidos de paz.

-Eso no podrá ser posible, Jun- responde Shinku antes de tomar un sorbo de té-. Las Rozen Maiden debemos enfrentarnos en el juego de Alice. Es la manera en que nos mostró otou-sama que podemos llegar a alcanzar la perfección de Alice. Es nuestro camino y propósito de vida, y por lo tanto debemos seguir ese camino.

Jun no estaba convencido con el argumento de Shinku, solo mira el cuaderno, del cual ya llevaba varias hojas llenas de apuntes sobre las peleas acaecidas en los últimos tres meses, un tiempo en que la paz y tranquilidad se habían esfumado completamente. Jun extrañaba esos días en que regresaba de la escuela y su habitación no parecía haber sido azotado por un tifón por culpa de esas ridículas e irracionales peleas, en su mayor parte entre Shinku y Suigintou.

Luego de finalizar sus notas sobre el reto de Kanaria, Jun cierra el cuaderno y voltea la vista a Hinaichigo, Suiseiseki y Souseiseki, quienes estaban tan absortas viendo la televisión que no habían notado nada de lo que habían hecho él y Shinku, cosa que a él le causa cierto fastidio. El programa del show de marionetas justo estaba dando comienzo, así que Shinku también termina por ignorar a Jun y va directo al sofá para no perderse al detective Kun-kun.

Nori por su parte solo estaba secando la vajilla que acababa de lavar, también parecía ignorar la profunda angustia por la que atravesaba Jun en cuanto al asunto del juego de Alice. Sería solo cuestión de tiempo antes que una de esas peleas acabase realmente con la pérdida, por parte de alguna de las muñecas, de la Rosa Mística.

-Demonios. Ellas se toman este asunto demasiado a la ligera.

-Tranquilo, Jun-kun- intercede Nori, ya habiendo terminado las labores-. Estoy segura que tarde o temprano reflexionarán sobre todo esto y detendrán estas peleas.

-¿Tú lo crees? Yo no estaría tan seguro- Jun va al refrigerador y se sirve un vaso de jugo-. Estas peleas están cada vez más fuera de control. Me sorprende que aún estén en pie todas las muñecas, incluyendo a Kirakishou, y también aquella farsante de Barasuishou.

Nori no sabía qué decir ante todo aquello. Tenía que admitir que Jun tenía razón, pues ya habían pasado tres meses de batallas que han ido adquiriendo intensidad a medida que pasaban. Por el momento se veían tranquilas, disfrutando de la televisión como si no pasara nada, pero una vez terminado el programa... Nori esperaba de corazón que no ocurriese ninguna tragedia.

-Jun-kun, ¿crees que haya alguna manera en que las Rozen Maiden dejen de enfrentarse entre sí y terminen uniéndose por una causa común, como verdaderas hermanas?

-Eso espero, Nori. Eso espero.


Al día siguiente

Para el profundo pesar de Jun, no hubo nada que forzara el aplazamiento de la pelea entre Kanaria y Suiseiseki, por lo que simplemente se conformó con hacer de espectador en la pelea. También asistieron Shinku, Souseiseki, Hinaichigo y Kirakishou para ver la pelea, aunque la última muñeca miraba de manera intermitente a Hinaichigo y a cada rato se limpiaba el rastro de baba que caía de su boca.

El primer ataque lo da Kanaria, empezando a tocar su música destructora que casi alcanza a Suiseiseki. La castaña responde al ataque invocando árboles y raíces con su regadera, todo con el propósito de bloquear los ataques de su adversaria, y además ella misma podía maquinar su ofensiva. La pelea estaba igualada, ninguna de las dos daba tregua en su intento por alcanzar a la otra con sus ataques. Hinaichigo temblaba un poco de miedo, viendo lo intensa que era la lucha, mientras que las otras muñecas no parecían demasiado impresionadas con la pelea.

Suiseiseki y Kanaria ponían todo su empeño en la batalla, aunque no tenían muchas ocasiones de acercarse una a la otra debido a sus ataques de mediano y largo alcance. Kanaria prueba con una y otra melodía a darle a Suiseiseki para así derrotarla, pero ésta se mueve con agilidad y usa los árboles para ponerlo difícil. Entonces Suiseiseki encuentra una abertura en la defensas de Kanaria, y sin pensarlo mucho aprovecha para colarse por ahí y lanzar nuevamente su ataque. Kanaria intenta con todas sus fuerzas detener el ataque de la castaña, pero su pobre defensa a corta distancia apenas logra que saliera disparada con daños moderados. Suiseiseki no se conforma con lo logrado, sino que avanza nuevamente a toda velocidad para rematarla tan pronto como fuera posible.

Kanaria no ve otra opción que usar su violín como bate para impactar directamente contra la regadera de Suiseiseki, haciendo que ahora los papeles fueran intercambiados y fuera Suiseiseki la que estuviera desprotegida. La muñeca italiana no contaba con usar su violín a causa del impulso que ella misma le había dado, así que acaba por impactar su cabeza contra la de Suiseiseki y forzarla a retroceder, sobándose muy adolorida la nariz y profiriendo quejidos de dolor y rabia.

-¿Cómo te atreves? ¡Me aseguraré de acabar contigo-desu!

-¡No si antes acabo yo contigo-kashira!

La regadera y el violín chocan una vez más con una fuerza tremenda, Jun se extrañó que ninguna de esas dos armas se rompiera a causa de la violencia de aquel impacto.

-¡HYAAAAA!

Shinku, Souseiseki y Jun se sorprenden al escuchar aquel ensordecedor grito, y al voltear ven que Kirakishou estaba mordisqueando el brazo de Hinaichigo. Jun, completamente alarmado, corre hacia Hinaichigo para liberarla, dándole un manotazo a Kirakishou en la cabeza, y su intento tiene éxito.

-¡Auch! ¿Porqué haces eso? ¿Porqué no puedo comerme a mi onee-sama rosada en paz?

-¿¡ESTÁS LOCA!? ¿Cómo se te ocurre intentar comerte a tu propia hermana? ¡Ustedes definitivamente tienen algo mal!

Hinaichigo se abraza con fuerza a Jun, estaba muerta de miedo por aquella sorpresa nada deseable que le había dado su última hermana. Shinku y Souseiseki miraban con reproche a la finlandesa, después de todo el duelo era entre Kanaria y Suiseiseki, no entre Hinaichigo y Kirakishou, y además la batalla no debía incluir prácticas caníbales. Kirakishou sólo hace un puchero y se cruza de brazos, enojada porque todos estaban en su contra en ese momento.

Un choque de enorme violencia vuelve a centrar a los espectadores en la pelea. Kanaria se levanta luego de haber sido golpeada violentamente por una raíz invocada por Suiseiseki. Ambas muñecas tenían numerosas raspaduras y cortes en sus vestidos, y sus manos y caras estaban bastante golpeadas y sucias. Jadeaban profundamente, habían peleado con tanta intensidad que estaban en su límite. El próximo ataque debería definir el destino de la pelea, y ambas estaban determinadas a vencer y obtener la Rosa Mística de la otra.

Ambas muñecas empiezan a correr a todas velocidad rumbo a la otra, iban a atacar directamente a pesar de que Souseiseki vociferaba en advertencia de la locura que estaban cometiendo al lanzarse de esa manera tan temeraria. Kanaria levanta su violín, y Suiseiseki levanta su regadera. Apostaban todo en ese último ataque.

-¡Que alguna pierda, que alguna pierda!- daba brincos Kirakishou, sobándose el estómago por el hambre que tenía.

Justo cuando ambas muñecas estaban a solo un metro de realizar ese ataque, un agujero de madriguera se abre entre ellas, obligándolas a desviarse y tropezar sobre sus propios pasos. De esa madriguera emerge Laplace no Ma, una figura para nada querida entre las Rozen Maiden y Jun.

-Lamento mucho la intromisión en esa batalla entre ustedes, mis bellas doncellas- ni Kanaria ni Suiseiseki sintieron alegría ni alivio alguno escuchar eso, más bien sentían como si el conejo se burlara con ironía de ellas-. Sé que estaban teniendo una buena pelea, pero me temo que ya no les puedo permitir continuar esta batalla, al menos en este campo N.

-¿¡PERO QUÉ TONTERÍAS DICES-DESU!?

-Ocurre que Rozen, el insigne creador de muñecas, acaba de incluir una nueva regla para llevar a cabo el juego de Alice- las muñecas se muestran muy indignadas por esa proclama, y Jun veía todo con mucha sospecha-. Resulta que ahora deben pagar una cierta cantidad de dinero para poder utilizar sus campos N para efectuar sus peleas y para pasar sus momentos de dulce sueño, de otro modo tendrán que ir a otros campos N, aunque no les garantizo nada en esos lugares ajenos a la asignación de Rozen hacia ustedes.

-¿En qué momento dijo otou-sama esa clase cosas?- interviene Shinku enfadada por la intromisión del conejo- Estoy segura que no son más que tonterías que estás inventado ahora. Otou-sama nunca ha transmitido reglas nuevas al juego de Alice desde que iniciamos por primera vez estas peleas.

-¡Sí, a mí también me consta!- apoya Kirakishou.

-Lo siento, pero las reglas son las reglas, y todos sabemos que las reglas son para respetarlas y cumplirlas- Kanaria y Suiseiseki ardían en ganas de cocer a golpes a Laplace, pero ahora estaban muy agotadas para levantar sus armas, e incluso para moverse-. Mucho me temo que esta pelea no seguirá hasta que paguen el dinero que corresponde.

-¿De cuánto dinero estamos hablando?- pregunta Jun, más interesado por evitar que las muñecas reúnan ese dinero que en otra cosa.

-Serían diez mil euros por muñeca, tanto participante de lucha como espectadora...

-¡Anda a que te den, conejo desgraciado!- repele Shinku, tan furiosa que los dientes le castañeaban-. ¿Cómo se te ocurre obligarnos a pagar para entrar a nuestros campos N, nuestros hogares de otro plano?

-Esa cantidad de dinero es irracional- dice Souseiseki, también muy disgustada por esos nuevos términos-. Además, en donde nosotras estamos se manejan yenes, no euros.

-Pues qué lástima, pero mientras no tengan el dinero que dicen las reglas del juego de Alice, no habrán peleas, al menos no aquí ni en ninguno de los campos N asignados por Rozen. Y además no se vale equivalencia por cambio, deben pagar estrictamente en euros.

-¡No!- Shinku había perdido completamente los estribos. Estaba plenamente segura de que aquellas no eran más que mentiras inventadas por el conejo- Otou-sama nos dejó estos campos N para que fueran nuestros territorios de esparcimiento y de lucha. Esa norma que inventaste no es más que una aberración al legado que otou-sama nos ha dejado.

-Pues lo siento mucho- Laplace chasquea sus dedos y una nueva madriguera se abre, empezando a absorberlos a todos con el propósito de expulsarlos del campo N-. Las reglas están hechas para cumplirse, como bien he explicado. Au revoir, Rozen Maiden.


Habitación del espejo

Jun abre los ojos lenta y dolorosamente, no había sido nada placentero para él que seis Rozen Maiden cayeran justo sobre su cara en el orden de abajo a arriba: Hinaichigo, Souseiseki, Kanaria, Kirakishou, Suiseiseki y Shinku. Con mucho esfuerzo se las logra quitar de encima y se levanta torpemente. La habitación del espejo tenía levantada una enorme polvareda debido a la forma que todos regresaron; era tan incómodo respirar y ver que Jun casi corre para abrir la puerta de la habitación.

-¿Jun-kun? ¿Qué es lo que ocurre?- aparece Nori preocupada por esa nube de polvo.

-Fue Laplace no Ma- responde Shinku antes que Jun-. Ese conejo nos ha quitado nuestro derecho a estar en nuestros campos N, argumentando que otou-sama lo ordenó, pero yo no le creo nada...

Nori, con algo de curiosidad por saber lo que ocurría, saca a todas las muñecas de allí para que no tuvieran que seguir en esa molesta nube de polvo. Kanaria y Suiseiseki estaban muy agotadas y Nori les da algo de chocolate para que se recuperaran.


Comedor

La hora del almuerzo resulta tan apagada y falta de color que más bien parecían estar en un funeral. Las seis muñecas no decían nada y se les notaba completamente ensimismadas y malhumoradas, y a Jun y Nori les bajaba un poco el ánimo la sensación de aquel aura que emitían.

-Inaudito... Qué locura...- murmura Shinku y todos la escuchan- Laplace no Ma... Quitándonos nuestros campos N... nuestros hogares...

Jun, Hinaichigo y Nori se empiezan a preocupar, creyendo que Shinku empezaba a perder la cabeza, producto de la indignación y la rabia que le producía aquel decreto tan halado de los pelos por parte del conejo. Kirakishou ya había terminado el plato que le había servido Nori, pero su vista giraba de manera intermitente hacia Hinaichigo, y su boca se hacía agua de solo pensar que la francesa estuviera en su plato, asada, cubierta por algunos vegetales y con una manzana en la boca. Las manos de la finlandesa temblaban descontroladamente, pero nadie lo nota porque éstas se hallaban escondidas debajo de la mesa.

Souseiseki estaba casi igual de molesta que Shinku, no entendía de dónde había sacado Laplace esa absurda idea de intentar engañarlas ni qué era lo que buscaba con ello, pues ella también estaba convencida de que Rozen les había dejado las reglas muy claras respecto al juego de Alice, pero en ese momento no se le ocurría una manera para recuperar los campos N arrebatados.

-Ya lo he decidido- Shinku deja su cuchara y deja su asiento-. Ese Laplace... Tengo una idea de cómo recuperaremos lo que ese conejo nos arrebató.

-¿En serio? ¿Y qué tienes en mente-desu?

-¡P-pero la que debería tener una idea genial soy yo, después de todo yo soy la genio y la estratega-kashira!

Shinku ignora las curiosidades de Suiseiseki y Kanaria, en lugar de eso solo inhala profundamente, como si intentara recobrar la calma. Pero cuando abre la boca para dar esa idea que se había ocurrido (al mismo tiempo que Kirakishou intenta alcanzar la sal para sazonar a Hinaichigo), las ventanas del jardín explotan y cristales empiezan a volar con violencia. Las muñecas y ambos humanos se cubren y se ubican detrás de la mesa, alertas de que apareciese el agresor.

-Ha llegado tu hora, Shinku. Esta vez sí me llevo tu Rosa Mística.

Shinku no podía ver a causa de la ráfaga de cristales, pero esa voz la reconocería donde fuera, tan altanera y burlona. Una pluma negra cae sobre la mano de la inglesa, despejando cualquier duda de la identidad de quien había venido por ella.

-Perfecto, sólo eso me faltaba...

CONTINUARÁ...


¿Qué tal les ha parecido el primer capítulo de este fic? Ojalá me den sus opiniones al respecto, y pronto subiré el segundo capítulo, en el cual estoy seguro que despejaré un de dudas.

Hasta otra