Todos los personajes aparecidos en este fanfic no son míos. Actualmente son propiedad de J.K Rowling, Warner Bros, salamandra, y todo aquel que haya comprado sus derechos (cosa que yo obviamente no he hecho porque no soy rica).


Primer curso o como acabar con la curiosidad


Canciones recomendadas:

-Need you now de Lady Antebellum

-All the right moves de OneRepublic


En la naturaleza de un Malfoy van muchas cosas implícitas. Formar parte de esa familia de sangre pura conlleva mantener en alto la capacidad de romper reglas, el estatus de orgullo, clase y chulería. Por eso Scorpius Malfoy no entiende muy bien como a su padre se le ocurrió la brillante idea de decirle que no se acercase a esa niña castaña tan pecosa. Eso es imponer una regla, una normativa que debía de saber que iba a romper. Por eso cuando sus padres se fueron su única prioridad fue ignorar el incesante parloteo de Dorothea Zabini y vigilarla de reojo con media sonrisa.

Explotó su mejor arsenal de mentiras cuando la vio salir sola del vagón que compartía con una buena ristra de niños pelirrojos dirección al baño. La siguió de lejos lo suficiente como para que ella no se percatase de su presencia y aguardo a que volviera a salir en el marco de la puerta.


Hermione Granger siempre había sido una chica curiosa, ese era su principal motivo para devorar libros, quería saberlo todo de todo el mundo, quería vivir cientos de vida a la vez que la suya propia. Esa característica, la curiosidad, era una de las muchas que había heredado Rose Wesley de su madre.

Cuando su padre le obligo a fijar la vista en ese chico rubio al que le quedaban grandes las mangas del jersey verde esmeralda, dejó de escuchar y de sentir, solo lo veía y sentía esa ansiedad que solía recorrerla cuando quería saber todo de un libro. Nunca había sentido esa necesidad de conocer absolutamente todo de alguien. Nunca había desea adentrarse en las entrañas de alguien para investigarlas al milímetro. De hecho, a todas las personas que componían su mundo ya las conocía no tenía la necesidad de saber algo más de ellas, no le hacía falta.

La curiosidad le mareaba, y la dejaba sin aire desde que se había dado cuenta de que el chico de los Malfoy estaba justo en el vagón de enfrente. Notaba su mirada insistente. Le hubiese gustado mirarle de la misma forma pero no podía tenia demasiados ojos fijos en ella : Albus, James... No podía fijarse en él. Su temperatura corporal subía y sabía que se estaba poniendo colorada.

-Chicos... creo que me esta mareando el tren voy al baño¿vale?

-¿Quieres que te acompañe?- Pregunta Albus.

-No, Al no te preocupes... ahora vengo.

Cierra la puerta del compartimento tras ella, anda rápido por el pasillo y cuando llega al baño entra con rapidez. Se moja la cara, respira profundamente y sonríe … no puede evitar pensar que es una tonta. Abre la estancia, pero no puede avanzar mucho, él esta allí, justo ante ella .

-Hola.- susurra con la voz entrecortada poniéndose un mechón de pelo tras la oreja.

-Mi padre me ha dicho que no me acerque a ti.-Afirma él con la voz afectada.

-El mío me ha prohibido hablarte.

-¿Y tu quieres hacerle caso?

-No lo se.

El azul eléctrico de los ojos de Rose se clavan en ese mercurio gris y le deja pasar a ese baño diminuto. Cierran la puerta y echan el pestillo.

-Yo me llamo Scorpius.- Le tiende la mano.

-Yo Rose.

Esquiva su mano y le besa en la mejilla. La piel blanca del rubio se tiñe de rojo mientras abre sus ojos como platos. Nunca ha estado tan cerca de una chica que no fuese su madre.


El sombrero seleccionador no había llevado ninguna sorpresa a las casas. Todo estaba en su sitio. Rose, ante un atronador aplauso había acabado en Gryffindor junto a Albus, que desde el momento que fue seleccionado para la mesa de los leones le había guardado un sitio a su prima. Scorpius, como todo buen Malfoy se había quedado en el nido de serpientes. Él le había pedido personalmente al sombrero que le llevase a donde estuviese Rose, pero sus suplicas mentales no habían sido escuchadas, porque tal y como dijo ese estúpido trapo de tela "Chico tu allí no encajas ¿es que no lo ves?" Por eso salió del comedor tras el prefecto de su casa con la mirada perdida y todas sus esperanzas hechas pedazos. Quería más de ella y no podía comprender que una amistad terminase tan pronto.

-PSI PSI! Scorpius!

Sale de su trance para dirigir una mirada a esa voz que le llama en la distancia en un grito susurrante. De su boca se cuelga una sonrisa de alivio al verla allí, tras una columna, a escondidas. Se acerca a ella rápidamente escabulléndose del grupo, sin pensar en las consecuencias, con un montón de nada en la cabeza.

-¿Qué haces aquí?-pregunta apurado.

-Quería verte ¿Podíamos ir a dar una vuelta por el castillo?

-¿Estas loca? Nos perderemos …

-Le he pedido a Albus esto.- le enseña el pergamino en blanco.- Es un mapa del castillo ¿No quieres venir conmigo?-pregunta con los ojos tristes.

Scorpius mira en todas direcciones, la toma de la mano y tira de ella para adentrarse en el pasillo. El corazón se le acelera. Siente el vértigo en el estomago. Se para en medio de la penumbra y busca su mirada.

-¿A dónde me quieres llevar?

Los ojos azules se abren de par en par, da un par de minisaltitos y le abraza con fuerza.

-No se por donde podemos empezar a investigar.


Hola! Vengo con nueva historia de Scorpius y Rose porque ya estoy terminando la otra "los engranajes del destino" y tenía ganas de más. Así que aquí os dejo el principio de los 8 capitulos que conformarán la historia. Espero que os guste y que me dejéis comentarios muy buenos o muy malos, según os parezca la historia claro.

Hagamos un trato, regalame un Review y yo te regalaré una sonrisa.