Con un golpe de suerte-

Autora- Nasaki

Rating- T

Disclaimer- PoT no me pertenece, este fic está echo sin fines de lucro

Summary- (AU) Ryoma Echizen tiene dieciséis años y estudia en una Seigaku muy cambiada. Por descuidarse en el estudio, ni su mamá ni oyaji le dejarán ser titular hasta que se aplique, pero todo puede cambiar ... con un golpe de suerte.

Pairings- Shonen-ai, posible TezuRyo y otras parejas

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Capítulo 1: Cuestiones de estudio

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Mi nombre es Ryoma. Vale, mi nombre completo, es Ryoma Echizen, tal vez hayan oído hablar de mí, o en todo caso, de mi hermano. Actualmente vivo en mi casa, que es una especie de templo, con oyaji y mamá. Por supuesto, debería comenzar dándoles una idea de mi vida, al mejor estilo de David Coperfield o algo por el estilo. Pero no lo haré, una por que no me dan ganas, y dos, por que sería demasiado larga de contar.

Lo qué si podría, es relatar una serie de sucesos extraños que me sucedieron después del verano del año pasado. Empezaré, cuando aún estaba en mi tercer año de colegio, cuando tenía dieciséis años. Ahora tengo diecisiete y sigo pareciendo un crío de catorce, lo que es, toda una contradicción.

En ese momento estudiaba en Seigaku, seguramente habrán oído hablar del Instituto. Ya saben, de esos donde aparecen los carteles por todas partes, diciendo que allí estaban los alumnos más inteligentes de todo el país. Por supuesto, nada de eso era cierto, como excepción, habría dos o tres, pero nada de que por el colegio, seguramente, ya eran niños prodigio de antes. Uno de esos niños prodigio, se llamaba Syusuke Fuji, y estaba en el equipo de tenis, entre los titulares, y jamás había experimentado algo así como una derrota y tenía una increíble fama entre los alumnos.

En ese momento, faltaban apenas unos días para las vacaciones de invierno, y yo estaba en la biblioteca. Por supuesto, no hay casi nadie en la biblioteca. Mucho menos cuando hay un partido entre Tezuka Kunimitsu, capitán del equipo de tenis con Syusuke Fuji, mucho menos cuando le sigue el dúo de oro de Seigaku, no, muy pocos eran los que escapaban de eso.

Usualmente no hay muchas chicas en los torneos. Una o dos, de vez en cuando, en Seigaku, las chicas tienen sus deportes, y los chicos los suyos, y no hay otra forma de contacto más que ir al cine juntos, o cosas como esas. Todo ese rollo no va conmigo.

Una de las pocas chicas que iba a los partidos era Sakuno Ryuzaki, y era la nieta de la profesora Sumire, la entrenadora del club de tenis. La había visto un par de veces, y había necesitado más de un trimestre para recordar su nombre. No es muy insistente y tiene la cualidad de ser muy tímida, tampoco comprende tanto de tenis como su abuela, pero de todas formas, puede ser muy agradable, cuando la llegas a conocer bien.

Yo no esto en el equipo de tenis, aunque todo ese deporte me fascina, ya saben, las raquetas, correr, el sonido de las pelotas cuando las golpeas con la raqueta que es tan sensacional que te encanta. Igual, siempre asisto a sus entrenamientos, y a veces, voy a sus torneos, de vez en cuando juego, soy bastante bueno y hasta ahora nadie me ha ganado. Tal vez algún día intente ser titular, cuando me dé menos flojera o cuando a mis padres se les acabe eso de decir cuando mejores tus notas. Si alguna de las dos sucede, lo haré a como de lugar.

Mi hermano es el único que no vive con nosotros, él vive en Estados Unidos, y va a la universidad, de ... ¿Princeton tal vez?. No ... bueno, que más da. Lo que pasa es que Ryoga (que así se llama) adquirió cierta fama. Escribió un libro, de cuentos, es fantástico, lo juro, escribe muy bien. Siempre se le dio la escritura. Era posible que para el verano viniese a buscarme, en su Ferrari, y jamás va por debajo del límite de velocidad. Ahora que está totalmente lleno de dinero, ya no nos escribe tan regularmente.

Como sea, lo que importa era que en la biblioteca sólo estaba yo, tratando de leer un libro de historia. Mi examen no era muy prometedor. Había pasado medio mes tratando de tragarme eso de la caída del imperio bizantino pero mucho no me cabía en la cabeza. Debo de ser el único Echizen, además de mi padre, que no es un genio en los estudios.

La puerta de la biblioteca chirreó un poco, no necesité levantar la mirada para ver de quien se trataba. Sólo habían dos personas en todo Seigaku que podían ser capaces de perderse un partido tan emocionante sólo por estudiar, vaguear o simplemente tomar un poco de ponta. Una de esas personas era yo, y otra era Kaoru Kaidoh.

"Fshh..." soltó en su lengua de serpiente, había veces que Kaoru daba unas increíbles ganas de darle un golpe, les juro que si. "Hola" dijo, carraspeando, cargado de un aburrimiento increíble. ¿Cómo un chico tan raro puede ser titular del club de tenis?.

"Hola" dije ni siquiera apartando mi vista del libro. Si haces contacto visual con Kaoru estás perdido, por que enseguida comenzará a sisearte y créanme, no es broma. De todas formas, yo si estaba perdido, pero si no lo miraba, podía retrasar un poco ese momento.

"Todos están en el partido. ¿No?." Dijo mientras se acercaba y se sentaba al lado mío apoyando los codos sobre la mesa de caoba. "¿Qué estás leyendo?."

"Un libro" es increíble lo bien que se me da ironizar, cuando quiero, puedo ser terrible. Kaoru volvió a intentar comunicarse. Hoy parecía decididamente insistente.

Kaoru Kaidoh es un chico del último año, bastante extraño, con una mirada horrible, y bastante mal intencionado. Es de esas personas que siempre es mejor perder de vista. Tiene una fascinación por las serpientes, por lo que siempre o casi siempre anda siseando. En cuanto te acostumbras, resulta de lo más corriente. A Kaidoh todos le decimos Kaoru, ni siquiera Inui su mejor amigo le llama Kai o Kaoru-kun. Creo, que si Kaoru decidiera algún día tener una novia, le seguiría llamando Kaoru, la mayor parte del tiempo.

"Oye, desde que llegaste estuve leyendo la misma frase como veinte veces" era verdad. ¿Cómo se suponía que entendiese todo ese rollo de los Turcos si ni siquiera podía leer más de una oración?.

"¿Y es muy interesante lo que estás leyendo?." Cualquier persona normal hubiera entendido perfectamente, y se hubiera marchado. Kaoru Kaidoh, no es una persona normal.

"La frase que estoy leyendo es especialmente buena" que puedo decir, Kaoru saca la peor parte de mí. Y es que, realmente es un tipo repelente. ¡En serio!. Bueno, hay a quien le cae bien, pero la mayoría de sus amigos tampoco son chicos muy emocionantes que digamos, aunque claro, siempre hay excepciones.

"¿Y dónde está Momoshiro?." Dijo marcando una enorme mueca cuando dijo la última palabra, ahí si tuve que dejar de leer. Imposible, con Kaoru es imposible tratar de concentrarme, pero, al fin que nunca lograría entender nada de historia, no me importo mucho.

Momoshiro Takeshi era mi compañero de cuarto. ¿Qué puedo decir?. Momo-sempai era un chico simpático, realmente, nos entendimos no bien nos conocimos. Fue instantáneo. Es muy optimista y tiende a ver siempre el mejor lado de las personas. Yo soy bastante opuesto, y a pesar de mi exceso de confianza, soy bastante desconfiado, y arrogante, tal vez por eso, era difícil congeniar con mucha gente (y me refiero a la gente que no tenga nada que ver con mi club de fans, eso, si es aterrador).

El caso, es que contrariamente a lo que es Momoshiro, Kaoru me saca completamente de quicio. Pero cuando están los dos juntos, mejor aléjate o acabarás mal también. Verán, Kaoru odia a Momo, en serio. Bueno, de todas formas, Kaoru odia a mucha gente. Pero a Momoshiro ... es raro verlo enojado.

"Me parece que se fue al partido" Kaoru siseó un poco molesto, y se puso las manos en los bolsillos.

"¿Así que está con una chica?." Dijo mirando en dirección hacia las canchas e tenis, con las cejas arqueadas.

"Si, a menos que se haya equivocado de ropa interior, si, está con una chica" dije mientras yo también hacia otra mueca. Kaoru se sonrojó mucho.

"Honestamente, eres un infantil y un terco, Echizen" murmuró por lo bajo. A pesar de odiarlo tanto siempre se preocupaba de averiguar con quienes salía.

"El gran Momoshiro. ¿Eh?." Se le dio por decir, mientras se apoyaba en la ventana, yo, que estaba intentando volver a leer, me enojé mucho.

"Kaoru, serpiente. ¿Podrías quitarte?. En serio, me tapas la luz..." dije ya nada amablemente. Kaoru no se movió, él hacia lo que se le decía, pero bastaba con que se lo dijeras para que tardara más en hacerlo.

"Pero es que realmente es un diota, no puedo soportarlo. Siempre por ahí, creyéndose que es la gran cosa, claro como si ..."

"Te dije ya como veinte veces que te corras que me tapas la ..."

"...y luego trata de restregármelo por la cara. Honestamente, Momoshiro es un ..."

"¡Podrías correrte de ahí de una buena vez!."

Kaoru obedeció a regañadientes y yo volví a fijar la vista en mi libro. La única forma de hacer que Kaoru-sempai hiciera lo que se le dice, era gritarle, ahí si que reaccionaba rápido.

Volví a tratar de concentrarme, aunque, para ser honestos, no se me da muy bien y es que ... ¿quién puede concentrarse en los Turcos, la caída del imperio bizantino y Kaoru-sempai atravesándote con la mirada al mismo tiempo?.

"Adiós" murmuré finalmente cerrando el libro, Kaoru volvió hacia la ventana espiando hacia fuera, y un chico de primer año resopló con fastidio. Si que se las vería difícil.

Yo salí de la biblioteca con el libro en las manos. Tenía la ligera sospecha que el partido había terminado por que había muchas chicas en la puerta, comentando quien sabe que cosas de Tezuka, y quien sabe que cosas de Fuji, y por que vi a Momoshiro cerca de la puerta del rector.

Tal vez él no había ido al partido. Tenía el seño fruncido y no se veía nada feliz.

"¿Momo?." Me olvidaba decirles, a Momoshiro le encanta que le digan Momo, o Momo-sempai si eres menor que él. Por supuesto, si realmente eres menor que él, no te dignarás de decirle sempai tan así como así, pero eso no lo asimila fácilmente.

Momo levantó la mirada, hoy estaba especialmente pálido. Me preocupó un poco, no digo que mucho, sólo ... un poco.

"Ah, hola Echizen" dijo con una expresión de cachorro abandonado. Por supuesto, que no se le parece a un cachorro ni medio, pero es un decir. Me senté a su lado, y le miré fijamente. Tarde o temprano explotaría.

"De acuerdo, no tienes que mirarme así para que te cuente" rezongó, sabía que detestaba que hiciera eso.

"Eso ya lo sé. Y si tú también lo sabes. ¿Por qué no hablas de una vez?." Dije moviendo mis pies impacientemente. El banco era tan alto que ni siquiera los pies de Momoshiro llegaban hasta el suelo.

"El rector me llamó" hice rodar mis ojos

"Ya te llamó muchas veces. ¿Qué te hace pensar que esta vez es diferente?." Dije, aún balanceando los pies. No creo que nadie nunca repruebe a Momo, siempre que se le dice que no puede hacer algo, se esfuerza el doble para conseguirlo.

"No sé. Tal vez tengas razón y sólo estoy preocupado" dijo no del todo convencido, más bien, creo que quería convencerme a mí.

"No seas ridículo, Momo-sempai" dije dándole unas palmadas en la espalda. Creo que el sólo echo de haberle llamado sempai no seguido de mi tradicional Mada Mada Dane lo había reconfortado.

"Es más, seguramente me echarán a mí, primero" dije sonriendo. Era la pura verdad. Ya habían llamado a mis padres tres veces, y no habían sido para darles felicitaciones. Tal vez por eso no me dejaban ser titular, ni intentarlo siquiera. Tal vez, sólo les daba rabia que no fuera bueno en los estudios.

"Ryoma, eso es absurdo" determinó Momoshiro, ya definitivamente se sentía mucho mejor. Me bajé del banco y no me despedí siquiera.

"Me voy, o llegaré tarde" rezongué, no bien lo dije, la puerta se abrió y Momo entró a la oficina como quien va derecho a la guillotina. Ese Momo.

Comencé a caminar hacia los dormitorios. A partir de segundo año, se les había ocurrido que Seigaku debería ser un internado, vaya idea.

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"Nya!. ¿Por qué no entiendo las matemáticas?." Fue lo primero que oí cuando entré al cuarto. Cualquier Nya seguido de algo, no puede ser de otro que de Eiji.

Eiji Kikumaru es mi compañero de cuarto. Bueno, en realidad, comparto el cuarto con Eiji y con Oishi. Momo duerme en el cuarto de al lado y está furioso, por que le tocó con Kaoru y como ya sabemos, no se llevan para nada bien.

Eiji es un chico super hiperactivo, nunca para. Nunca, significa ... justamente eso, nunca. Si hasta habla en sueños. Es demasiado inquieto para mí, me altera los nervios. Aclaro que no siempre fue mi compañero de cuarto, antes, compartí el cuarto con otro chico.

Un tal Kevin. Era agradable, en el fondo, muy en el fondo. Sin embargo, había ciertas cosas que no teníamos en común, para él todo lo que yo tenía era burgués y todo lo que yo hacia era arrogante. Al principio era muy en broma, hasta que me di cuenta de que lo decía cada vez más en serio.

Luego de dos meses, pedimos cambio de cuarto. Al mismo tiempo. Por eso, me asignaron con el dúo de oro. Si, Eiji Kikumaru y Oishi Syuichirou.

A pesar de todo, y de que no encontraba a Kevin tan malo, los prefiero mil veces. Parece que esa clase de cosas no tiene importancia, pero la tienen y mucha.

"¿Matemáticas?." Eiji giró la cabeza, muy rápido, corrió como si en ellos se le fuera la vida y me dio uno de esos abrazos que quitan la respiración ... literalmente.

"¡Ochibi!." ¿ven lo que les digo?. Oishi-sempai siempre trataba de recordarme que era mayor que yo, y Eiji-sempai siempre se la pasaba diciéndome ochibi. No importa, puedo lidiar con eso.

"Nya, llegas justo a tiempo para ayudarme" exclamó soltándome con una expresión de lo más lastimera.

"¿Ayudarte?. ¿No querrás decir que haga tu tarea mientras tú no haces nada?." Dije atravesándolo con la mirada.

"Que bien que me comprendes, ochibi" no, no le había afectado en lo absoluto. Muy pocas cosas afectan a Eiji, dos de ellas son Oishi y Fuji, y otras cuantas podrían ser el tenis o el helado, por ejemplo.

"Bueno, vale, pero es la última vez. ¿Eh?."

"Claro, eso ni tienes que decírmelo, ochibi" dijo pasándome un lápiz, y jugueteando con mi flequillo.

"Oye, si vas a hacer eso, de verdad que es la última vez en serio" dije, ya con Kaoru se me había agotado mi paciencia como para eso.

"De acuerdo, de acuerdo" acordó muy aburrido "Es que no tengo nada que hacer"

"Lo tendrías si hubieras echo tu tarea" le regañé. Era increíble, yo estaba en tercero y apenas si podía hacer su tarea. ¿Por qué no le pedía a Oishi que se la hiciera?.

"Ya, ya, mamá" levanté la cabeza, sabía que Eiji estaba riéndose. Lo estaba, en efecto. Más bien casi ahogándose de la risa. ¿Soy tan obvio?. ¿Por qué si me molesto es más gracioso?. Vamos, mi cara debe ser todo un poema.

"Hey ... ¿Te gusta o no?." Otra vez, la dichosa pregunta. Dejé de escribir. Ya hacia varios días que Eiji seguía preguntándome si me gustaba o no Tezuka-sempai. De nuevo ... ¿Soy tan obvio?.

"No ... Sí ... un poco. Es igual, se me pasará tarde o temprano" dije mientras seguía tratando de completar el mar de ecuaciones que tenía por tarea.

"See ... te creo ochibi, tienes mi apoyo ..." dijo mientras hacia un globo con goma de mascar.

"Y tú lo dices ... Justamente cuándo tienes a Fuji y Oishi sempai para ti sólo" contraataque, Eiji casi se atraganta con la goma de mascar.

"Meeww" maulló Karupin y lo acaricié suavemente. Karupin es un gato, y mi mascota. Antes estaba en mi casa, pero había insistido tanto en traerlo a mi cuarto en Seigaku, que oyaji y mamá accedieron. Karupin entiende muchas cosas. Es muy inteligente y a veces, mucho más que cualquier ser humano que conozco.

Karupin había estado conmigo tanto tiempo que casi no puedo recordarlo. Teníamos una conexión que sólo un chico y su gato pueden tener.

"No digas esas cosas ochibi" protestó Eiji, recuperándose del atentado de la goma de mascar (por si cabe dudas, lo marcaré en el calendario, es un día muy memorable).

"Y tú tampoco, Eiji-sempai" contesté. Sí, siempre sería el "novato presumido". Lo había sido desde que entré en Seigaku y lo sería hasta que saliera de Seigaku.

"Hum ... y ... ¿Al final qué harás?. ¿Convertirte en Titular?." Preguntó, todos los titulares esperaban un sí por respuesta. Lo sabía, por que los conocía a todos y cada uno. Todos menos Tezuka Kunimitsu. Ese chico era como un iceberg. ¿Cómo podía caerme bien?.

"No se ... depende de lo que diga Ryoga ... mi familia le hace mucho caso" dije, esa noche llegaría la carta de mi hermano. Es exactamente como decían los romanos, la suerte está echada.

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"¿Tezuka?." Preguntó Syusuke Fuji acercándose al capitán del equipo. Este no se volvió, tenía fama de ser un tipo estoico que apenas hacia caso cuando se le hablaba, pero todo un genio en el tenis. En todo lo que eso abarcaba era cierto.

"¿Syusuke?." Le devolvió el saludo. Syusuke sonreía, mientras miraban hacia las canchas. "Eres tú ... estaba observando ..."

"Puedo verlo" dijo Syusuke dando una respuesta, de lo más evidente. Otra vez, movió el brazo hacia atrás antes de darle un buen golpe a la pelota que fue a parar en el lado opuesto de la cancha anotando un punto. Luego volvió a sacar, un saque con efecto, top spin.

"Es muy bueno" volvió a decir Syusuke "¿No era ese el saque American Twist?. Sorprendente" dijo mirando como volvía a hacerlo por segunda vez.

"Ciertamente" apenas dijo Tezuka "Pero no tolero a los que no son disciplinados, avísale a Oishi que les haga correr veinte vueltas"

"Repíteme de nuevo. ¿Por qué no está en el equipo?." Dijo Syusuke ignorando completamente el comentario anterior. Su sonrisa se ensanchó bastante.

"Por que no está autorizado. Sus padres ... no le dejan. Ahora ve y dile a Oishi que ..."

"Pero si ya estuvo en muchos torneos. Debe de haber una razón para todo eso. ¿Ne, Tezuka?."

"Sí, debe de haberla. Pero no tengo tiempo de buscarla por mis propios medios. Sería demasiado trabajoso" explicó Tezuka sin un tono de voz en particular.

"Yo podría hacerlo"

"No quiero que lo hagas. Recuerda que tenemos que prepararnos para los exámenes de aceptación para la universidad" rezongó Tezuka. De nuevo, el chico hizo otro American Twist, era muy rápido, de verdad, y tenía buenos reflejos.

"¿No es el hijo de Nanjirou Echizen?." La cabeza de Tezuka dio un giro de ciento ochenta grados. ¿Nanjirou Echizen?. ¿Un jugador tan bueno?. Eso explicaba muchas cosas.

"De acuerdo, enviemos a Sadaharu para recavar información y ..."

"Si me permites, creo que no es lo mejor, deberíamos hallar el medio para acercarnos a Echizen"

"¿Cómo?." Preguntó Tezuka, mientras movía los pies, haciendo pequeños círculos en la tierra.

"Bueno si tan sólo pudiéramos asignarle un mentor ... podríamos hacer muchas cosas" explicó, a Tezuka se le revolvió el estómago. Sólo conocía a dos titulares capaces de hacer eso. Uno era Fuji y el otro ... era él.

"De acuerdo, como tú quieras" sentenció antes de mandarle a los titulares otras cien vueltas por el retraso. Un poco molesto por haber sido interrumpido tantas veces. Fuji seguía sonriendo, cuando Syusuke tenía razón, tenía razón y había que reconocerlo. No en vano se es un genio.

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Hace ya un par de horas que Eiji-sempai se había ido. Había ido con Oishi-sempai a hablar con la profesora Sumire acerca del torneo de Kantou que comenzaría la próxima semana. El torneo de Kantou es (si no me equivoco) una vez al año. Cuando tenía doce años participé en uno, fue emocionante. No siempre es de lo mejor, pero entre todas las escuelas, siempre destacan los mejores.

Estaba en la sala, comiendo con Momoshiro. Habíamos organizado una carrera a ver quien terminaba todo lo de su mesa más rápido. Por supuesto, Momoshiro ganó de nuevo, aunque yo no me había quedado atrás, había tenido que parar para leer la carta de Ryoga.

La saqué de mi bolsillo con cuidado. Ryoga tiene una caligrafía excelente, debo decirles. Me sentí un poco enojado al abrir el sobre. ¡Hace tanto que no hablaba con él!.

"¿Qué ech echo?." Preguntó Momo-sempai con la boca repleta de pastel.

"Nada" respondí, usualmente Momoshiro diría un "no te creo" y se lanzaría contra el sobre para leerlo primero. Pero debió de estar enterado por que a partir de ahí a los dos se nos pasó el hambre.

"Así que ... ¿de esto depende todo?." Tal como yo pensé, la voz se corría rápido por esta escuela.

"Humm" gruñí abriendo el sobre con un cuchillo (que puedo decir, había dejado mi cortaplumas en el escritorio del cuarto) en parte molesto por saber que lo que mi hermano decidía era para mí muy importante, y en parte por que ahora sería como la comidilla de todo el mundo.

Querido Ryoma,

¿Qué puedo decirte?. Me hace sentir muy orgulloso que tú, chibisuke, estés en tu tercer año en Seigaku, felicitaciones, en serio. Oyaji me envió una carta hace poco. Dice que mamá está muy preocupada por tus estudios, chibisuke. Que los descuidaste un poco.

Está bien, de todas formas, recuerda que tampoco era algo así como un alumno ejemplar cuando tenía tu edad. No lo soy ahora tampoco.

Pero no puedes tener menos de un "aceptable" por trimestre o te suspenderán, en serio, no deberías descuidarte. La vida es como una partida, y sólo ganan los que saben jugar, recuérdalo.

Sí consigues al menos un "aceptable", estoy seguro de que mamá y oyaji no tendrán problemas en dejarte participar en los torneos y volver a ser titular, por que eres realmente bueno en tenis. Honestamente, estudiar no te mataría. Sí lo haces por mí, moveré mis influencias. Eso te lo aseguro.

Ahora si, hablando de estudiar, tengo los parciales la próxima semana y mis libros están llenos de polvo.

Adiós!

"¿Y bien?." Me sentía bastante decepcionado, arrojé la carta al fuego de la chimenea, que había prendido Momo por que hacia mucho frío.

"Nada ..." suspiré hondo "Sólo dijo un par de cosas, como que tengo que aplicarme más, que la vida es una partida y esas cosas"

"Ya ... entonces ... ¿no serás titular?." Le arrojé mi intento de trabajo de física a la cara.

"¡Qué poca confianza me tienes!. ¡Conseguiré al menos un aceptable en todo a como de lugar!." Le grité, y muchos de los otros estudiantes giraron la cabeza hacia donde estábamos.

"No deberías ser tan gritón ..." farfulló Momo, después de aplacar a un par de estudiantes quejosos. Yo me encogí de hombros.

"Es igual, me da lo mismo que si se quejan" repliqué, y Momo se nuevo tuvo que ir decirles un par de palabras amables como 'no es cierto' o 'no sabe de lo que está hablando'.

"Además, arrojándome tu trabajo de física no vas a conseguir ningún aceptable, Ryoma" me regañó. ¿Dónde estaba el Momo infantil e inmaduro cuando se lo necesita?.

"Eso no tienes ni que decírmelo" respondí, mientras sacaba otro papel de mi cuaderno para empezar desde cero, entonces se me ocurrió una idea más que brillante. Miré a Momo muy fijamente.

"Ah ... Momo-sempai ... ¿Te molestaría si reviso estos apuntes en tu cuarto?. Temo que con Eiji-sempai en el mío no pueda ni oír mis pensamientos"

"¡Claro Ryoma!. ¡Déjame decirte que no intentarás en vano!. ¡El ser titular es un privilegio y ..."

Pero ya ni lo escuchaba, su voz se había perdido justo en el momento en el que subía las escaleras para su cuarto. Ingenuo Momoshiro. ¿Cuándo yo le llamo Momo-sempai sin segundas intenciones?. A eso le llamo crédulo. En-ga-ñar al estilo Echizen.

Esa es una de las pocas veces, que uso una táctica tan deshonesta, tan ... tan ... de oyaji. Pero tenía que hacerlo.

¡Momo ya había pasado por tercer año!. Él de seguro debía saber de que se trataba todo lo que yo recién empezaba a estudiar. Y Momo-sempai guardaba sus apuntes, por que era muy olvidadizo y temía siempre olvidarse de lo estudiado años pasados. Y con razón, yo de ser él, haría lo mismo.

En fin, lo que importa es que, cuando subí a su cuarto, su compañero de cuarto había salido, y no había nadie por ningún lado. Así que abrí su armario y ahí estaban.

Sus apuntes datan desde quinto grado. Estuve a punto de reírme, pero me hubieran descubierto así que mordí mis labios, para que la risa no se escapara (inevitablemente).

Los apuntes de tercer año estaban todos tomados con lápiz y muy borroneados. Me lamenté un poco, pero algo era algo. En serio, eso sólo me bastaba.

Los tomé y caminé hasta mi cuarto, muy despacito, muy sigilosamente ... cuando choqué contra Oishi-sempai.

"¿Ryoma?." Preguntó él, debía de verme de lo más ridículo. Y nervioso. Estaba aguantando la respiración, y llevaba sobre los hombros una mochila enorme.

"Errr ... hola Oishi-sempai" dije, tratando de parecer de mi humor usual, o sea muy calmado, y relajado. Todo lo que no estaba. Fue un teatro pésimo, y Syuichirou se dio perfecta cuenta de eso. Arqueó las cejas.

"¿Quieres que te ayude con eso Echizen?." Preguntó, sabiendo a duras penas podía aguantar la mochila sobre mi espalda.

"No, no estoy bien" claro, perfectamente, llevando una mochila de una tonelada sobre mi espalda llena de apuntes de Momo-sempai, pero no hay problema.

"No, en serio Echizen, si apenas puedes cargarla, venga, te ayudo" dijo Oishi sempai sonriendo. Pobre, ni sabía en que se estaba metiendo. Defendería esa mochila con mi vida.

"¡NO!." Grité apartándome, Oishi me miró muy feo. "Es decir ... no" ahora sí, estaba siendo ridículo. Y sospechoso, no olvidemos eso.

"Despreocúpate, Echizen, déjame cargarla por ti" aseguró Oishi sempai. Pero yo seguía negándome, así que Syuichirou trató de arrebatármela por la fuerza y se cayeron todos los apuntes de Momo-sempai al suelo.

"¡Con qué eso era!." Dijo bastante fuerte y dos chicas de mi curso se acercaron (hasta que Syuichirou les dijo que era un asunto entre él y yo, vaya problema).

Ahora, viéndolo desde un punto objetivo. ¿Pobre él?. ¿Qué no sabía en lo que se metía?. ¡Pobre de mí mejor dicho!.

"Bien, bien, llevando apuntes de ..." y hojeó la primer página "Momoshiro sin duda" concluyó. En ese momento odiaba a Oishi-sempai, vagamente.

"Castigo. Seis semanas estarás con los novatos ordenando las canchas" dijo con el mejor tono de reproche que podía poner.

"¡Qué!. ¿Cómo un chico de séptimo?. ¡Ni siquiera cuando tenía doce años lo hacía!." Repliqué agitando las manos tan rápido que bien podrían no verse.

"Eso dije, y alégrate Ryoma, no le diré al capitán Tezuka de nada de esto. Puedes tenerlo por seguro" dijo y se dio la vuelta, casi para donde había dejado a Momo terminando su tarea en la biblioteca ... un momento. ¿MOMO?.

"¿A ... a dónde vas?." Le pregunté, Oishi dio media vuelta para mirarme, aún con cara de reproche y me soltó más frío que un témpano de hielo (créanme, no es común).

"Platicaré ... un ... poco ... con ... Momoshiro" si bien Oishi no podía enojarse libremente con un chico de tercero y estando él en quinto. Sí podía con uno de cuarto. Yo era de tercero, Momoshiro era de cuarto, Oishi se enojaría mucho por bla bla bla valores morales bla bla bla prestar indebidamente, y Momoshiro descubriría todo.

¿Conclusión?. Tendría problemas, muchos, problemas.

Es gracioso, cuando volvía derrotado a mi habitación, y antes de que Eiji abriera la puerta y gritase escandalosamente, hasta pensé en la carta de Ryoga.

Claro, la vida es una partida, si estás del lado que le toca comer las piezas, claro que es una partida, pero si estás del otro lado no, no le veo nada de partida, en ninguna parte.

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Durante una semana. Una semana que todo el mundo parecía mirarme como si fuera el mismo Satanás. Los chicos del club de tenis me hacían el vacío con tanta frecuencia y de maneras tan ingeniosas, que daba ganas de pedirles un autógrafo.

¿Qué?. Todo por ser titular. ¿No?. ¿Dónde había quedado el apoyo?. Hay que hacer lo que se tenga que hacer y si para tener un aceptable debía de estudiar de los apuntes de un sempai del año pasado, pues lo haría.

Hasta Eiji estaba un poco más callado, bah, no lo estaba con los demás, a mí me huía con una habilidad ... En las clases de Gimnasia, la profesora Sumire nos mandó a trabajar en parejas y ella quiso que nosotros trabajásemos juntos, así que Eiji dijo que le dolía muchísimo el estómago. Hizo tan bien su teatro que la profesora Ryuzaki lo dejó salir. Y cuando se me ocurrió pedirle tomar agua para ir a buscarlo y aclarar "las cosas" se había esfumado del cuarto también.

Luego estaba Oishi. No hacia falta que le dijera a Tezuka para que me sintiera pésimo. Me hablaba, sí, pero me había dicho millones de veces que hasta que no me disculpara con Momo, las cosas seguirían así. Y yo no tenía ni la más mínima intención de disculparme ...

"Fue un accidente" recuerdo que le dije, entonces Oishi-sempai había arqueado mucho las cejas y fruncido el seño.

"Ryoma, te vi cuando ibas a entrar en la habitación con la llave de Momoshiro en las manos y una mochila enorme llena de sus apuntes y lo único que se te ocurre decir es ... ¿fue un accidente?."

"Bueno, digamos que fue un error entonces" mascullé pinchando mi gelatina que no dejaba de moverse en su plato. Oishi volvió a su mesa enfadado.

"No tienes remedio" farfulló.

Momoshiro ni hablar, ni siquiera me dirigía la palabra, daba igual si estaba al lado suyo, para él, yo no existía. Yo para él, había sido un buen amigo, que se había evaporado y mezclado con el ambiente, así de sencillo, y como las personas cuerdas no le hablan al ambiente o a los malos amigos, no hacía nada, y pasaba de mí completamente.

Yo ya sabía que ellos no se podrían enojar conmigo por algo tan estúpido, por mucho más tiempo. Sonará cruel, pero hay que sobrevivir, y tomar sus apuntes, era mi única forma de hacerlo.

Lo extraño, sucedió días más tarde.

Lo supe en la clase de historia (siempre me duermo en la clase de historia), cuando el profesor estaba a punto de despertarme para pedirme que explicara algo acerca de la revolución bolchevique cuando oí unos pasos en la puerta. Todos lo oímos.

"¿Puedo pasar profesor?." Preguntó amablemente una voz, yo conocía esa voz. Cuando Fuji-sempai entró al aula la mayoría de todos se quedaron callados. "Necesito hablar un segundo con Echizen"

"De acuerdo Fuji, puedes llevártelo" dijo el profesor, sabiendo que yo jamás entendería cosas como la revolución bolchevique.

"¿Fuji-sempai?." Pregunté, esperando que fuera un espejismo o algo así. Él en cambio estaba de lo más fresco, y me dio una de sus típicas sonrisas.

"Sí, ese soy yo" bien, había sido una pregunta estúpida lo reconozco, pero no tenía por que ponerse tan sarcástico.

"¿Por qué ..."

"Ryoma, antes de que preguntes nada te daré una respuesta" dijo mientras buscaba en su bolsillo. "Mira. ¿Ves este periódico?."

"Sí, es de cuando gané el torneo nacional en Estados Unidos hace un par de años. ¿Por qué?. ¿Dónde lo conseguiste?." Fuji no respondió inmediatamente a mi bombardeo de preguntas, si no que pareció pensárselo un poco, como siempre, volvió a sonreír y ocurrió algo más, abrió los ojos, bastante grandes.

"Echizen, eres bueno, juega un partido conmigo."

"Ya jugamos, hace dos semanas, durante varias horas, y lo interrumpió la lluvia" respondí de lo más tranquilo. Al menos alguien me hablaba.

"Además ... sabes que no soy titular" Fuji puso una de sus mejores sonrisas, más del estilo 'lo sé, pero me gusta recordártelo'.

"Ryoma, se que debes de pensar que tu vida es muy difícil. ¿No?. Lo piensas, es más en este momento te estás alegrándote de que te hable al menos una persona"

Otra vez acertaba. ¿Le había preguntado a su hermana?. Ella siempre acertaba sus predicciones. ¿Por qué todos los Fuji tenían que ser raros?.

"Pero yo sé, que no. Mira, tienes amigos geniales. ¿No deberías aplicarte un poco más?."

"Mira Fuji" empecé sin muchos ánimos de otra plática fraternal con un sempai "Aunque lo intentara no podría, además si lo estás diciendo sólo para tenerme en el equipo yo ..."

"¿Y quién dijo que era por eso?." Dijo Syusuke, clavándome la mirada. Había abierto los ojos, de esa manera. Ya saben, cuando algo lo pone furioso o piensa que es muy ... importante.

"No sé, lo supuse" dije tratando de conservar la calma, y el buen juicio.

"No, no, Ryu-chan. ¿Puedo llamarte Ryu-chan, no?." Dijo sin esperar una respuesta de mi parte "Tú sabes que en Seigaku te expulsan por menos de nada ..."

"Ya lo sé" y tanto ... estuvieron a punto de expulsarme tres veces. ¡TRES VECES!. No es broma. "Pero es una pregunta muy tonta eso de aplicarme ... ¿cómo sabe uno lo que va a hacer hasta que llega el momento?."

"Me lo imaginé" sonrió tan alegremente como si estuviéramos hablando del clima o algo parecido. "Por eso hablé con los profesores y te asignaron un mentor" respondió él.

¿Mentor?. ¿Qué era eso?. Perdonen, pero mi vocabulario es pobrísimo (si tan sólo le prestase más atención a las clases de lengua y literatura) así que me la paso diciendo Mada Mada Dane todo el tiempo. Bah ... por eso y por que siempre tengo expectativas muy altas, más que los demás. Es más ... mucho más por lo último. Pero en fin ... el punto es ...

"¿Qué es un mentor?."

"Es un sempai que te ayudará con todas tus dudas, a estudiar y aplicarte en los estudios" sonrió Fuji, me sentí un poco nervioso.

"Ven te lo presentaré, aunque posiblemente ya lo conoces" aseguró. Me acompañó hasta la puerta de su salón y le pidió a la profesora.

"¿Puede Tezuka Kunimitsu acompañarnos por un momento profesora?."

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Sentí como si una piedra cayera directo a mi estómago. En serio, eso fue exactamente lo que sentí. Tezuka se levantó y salió del aula.

"Echizen" dijo a modo de saludo, muy cordial, en serio. Primero Fuji, luego Tezuka. ¿Qué era esto?. ¿La dimensión desconocida?.

"Me asignaron como tu nuevo mentor."

"Eso ya lo sé" era de lo más evidente después de todo. Me volteé, pero Fuji ya había desaparecido, como si se hubiese esfumado. Pensé que probablemente estaría con Eiji sempai, pero no me detuve a pensarlo bien.

"Tu rendimiento los últimos meses ha sido realmente deficiente. ¿Sucedió algo para que ocurriese eso?." Pues si, dos cosas, una tenía un compañero ruidoso, y otra, realmente me daba muchísima flojera.

"No se" dije haciendo un globo con mi goma de mascar que recién había metido a mi boca. Tezuka frunció el seño, lo hice explotar y lo frunció más.

"Eso está en contra de las reglas Echizen" hombre encarta ha hablado, alabemos al dios de la sabiduría. Cuando la gente se pone tan seria dan ganas de mofarse, pero con Tezuka hay que andarse con mucho cuidado.

Estuvo un rato más hablando de lo vago que estaba, que tener un mentor era de lo más necesario, que no me preocupase, que iba a aprobar las materias de ese trimestre y qué los exámenes de la próxima semana los daría tan bien, que hasta mis padres dejarían de fastidiar con eso de no ser titular hasta no sacar buenas notas.

Y yo ahí. Me aguanté todo su discurso, cada palabra. Todo ese rollo inmenso que apenas cabía en mi cabeza. Y en vez de sentir ganas de estudiar, lo primero que hice cuando llegué a mi habitación, es caer dormido en mi cama, con Karupin cerca de mí.

Karupin ... ese gato está en todo, pensé, y cerré los ojos, que no volvería a abrir, hasta la mañana siguiente.

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Notas: me divertí mucho escribiendo este fic, me basé un poco en El guardián entre el centeno, por el principio. Lo digo por si alguno lo leyó y se dio cuenta de algunas frases que incluí. (me matarían si supieran que Kaoru es Ackley, jaja ... ups ... bueno, ahora lo saben ... u.u, no se preocupen, no pienso manchar tanto su nombre). Obviamente es un Universo alterno, por supuesto, si no Ryoma sería titular, Seigaku no sería un internado, y esas cosas, lo aclaro, aunque ya se habrán dado cuenta. En la parte que no está narrada desde el punto de vista de Ryoma, cuando Tezuka y Fuji conversan, el chico que está jugando se supone que es Ryoma, aunque tal vez ya lo dedujeron, claro. ¿Qué más resta decir?. Ah sí, que me encanta karupin, si señor, ese gato es único. Y a todas ustedes, lectoras, si han llegado hasta aquí, se los agradezco, muchísimo (mucho más si dejan reviews, recuerden, eso siempre me alienta, ejem, sólo una sugerencia). Cuídense!.