N/A

Se que no he terminado las historias de Naruto pero es que las ideas vienen y no duermo hasta que las plasmo así que espero todo su apoyo en este proyecto un tanto loco. Sera un Universo Alterno.

Espero les guste.

Gracias por leer.


Disclaimer:

Prince Of Tennis no me pertenece.


Resumen:

Ella es doctora especializada en pediatría, tiene enormes deudas familiares, él es un conquistador sin ningún escrúpulo o al menos eso es lo que piensa, alguien lo ha lastimado demasiado, tiene una prometida a la cual ama pero eso no le importara al momento de querer jugar con Yamanaka Ino, siente atracción sexual inmediata hacía ella por eso decide jugar con la misma, sera solo un juego como tantos otros o al menos eso es lo que piensa porque sin preeverlo terminara enamorado, ella cree en el amor más que nadie a pesar de que tiene heridas grandes, él no cree en nada... dos seres tan completamente distintos que se complementaran sin darse cuenta, es momento de dejar atrás aquellos sucesos del pasado que los hicieron como son ahora, es momento de seguir en lo que se cree para alcanzar la mayor felicidad... es momento de enamorarse de nuevo


¿Quieres Jugar Conmigo?

Capítulo I

La rubia caminaba con paso calmado por los pasillos del Hospital General mientras leía algunas hojas con datos sobre uno de sus nuevos pacientes en pediatría, los niños simplemente le encantaban pero este caso era demasiado especial, el pequeño niño no hablaba desde hace más de cuatro meses con nadie además de que no comía mucho y presentaba unas leciones en varias partes de su cuerpo, era un niño de tan solo ocho años y eso la preocupaba demasiado.

Doblo el pasillo hacía la derecha caminando directamente al elevador, tenía que ir a encontrarse ahora mismo con ese paciente, abordo el elevador observando a los pacientes que iban junto con sus familiares de un lado a otro pero no abordaban el elevador tan solo se dirigían hacían los jardines con calma, eso de alguna manera le gustaba demasiado a ella porque era el día en que más familias iban a visitar a sus familiares enfermos.

- ¡I-Ino-chan! ¡I-Ino-chan! - alzo la mirada observando a su mejor amiga Hinata que corría en su dirección por lo que detuvo el elevador, la ojiperla entro en el elevador jadeando, al parecer había corrido demasiado - Hinata, ¿porqué venías corriendo de esa manera? - pregunto mientras las puertas del elevador se cerraban, apreto el piso al que iba aún mirando a su amiga que solo le medio sonrió.

- T-Tengo un nuevo paciente y llego tarde - contesto mientras se enderezaba para recargarse sobre una de las paredes del elevador, la rubia la miro con cierta burla - ¿No será que huías del chico de ojos ónix que te tiene enamorada? - pregunto directamente notando que los colores subían al rostro de su amiga que negaba de inmediato con la cabeza, no mentía de hecho, aquel chico era mirado por las enfermeras, doctoras y pasantes del hospital pero al menos ellas dos no tenían ni idea de como se llamaba el aludido, solo sabían que visitaba a alguien en el piso de cardiología.

- ¡N-No! No, no es eso Ino-chan - aseguro un tanto más calmada la ojiperla mientras ella asentía con la cabeza colocando los documentos de su nuevo paciente entre sus piernas para acomodarse el cabello, lo ato en un moño con calma, siempre lo hacía cuando se ponía seria y esto si que lo ameritaba, necesitaba hacer hablar al pequeño niño.

- T-Te noto un tanto m-mal - comento la ojiluna sacandola de sus cavilaciones, la miro y negó con la cabeza, esta tan solo le devolvio una sonrisa dandole el apoyo que necesitaba, el elevador se detuvo en su piso y ambas bajaron, caminaron para doblar el pasillo hacía la derecha y justo cuando la rubia estaba girando alguien se estrello contra su cuerpo derribandola por completo, cayo estrepitosamente en el suelo sintiendo un dolor en las caderas, iba a matar de verdad a la persona que la había tirado al suelo, eso iba a hacer... levanto la mirada y esa convicción se fue lejos.

Frente a ella estaba un hombre rubio de profundos ojos azules, su piel era un tanto bronceada, la miro y entonces se perdio en sus ojos por completo, no demostraban más que seriedad pero aún así lograron cautivarla por completo, en sus oreja izquierda portaba un arete de diamantes lo que le daba un toque seductor, su cabello estaba desordenado y su pecho subía y bajaba, al parecer huía de algo o de alguien.

- I-Ino-chan, ¿e-estás bien? - la mano en su hombro de Hinata la distrajo por unos momentos de la persona delante de él por lo que la miro y en esa fracción de segundos el desconocido no estaba más, suspiro por lo bajo para levantarse como pudo, le sonrió a su amiga tranquilizandola - No te preocupes Hina, vamos porque mi paciente espera por mí - señalo y su amiga asintió aunque buscaba algo con la mirada - E-Es un g-grosero ese h-hombre, ni siquiera te ayudo - señalo y ella solo le sonrió, en realidad... eso no le importaba.

Siguieron con su camino entre risas... aunque la mente de Ino estaba en aquel desconocido que había provocado las típicas "mariposas" en su cuerpo, cosa que no le sucedía desde él.


Naruto suspiro mientras apoyaba su cabeza en la pared del elevador, ¿qué había sido ese sentimiento cuando había chocado con la rubia?, ni siquiera la conocía pero había sentido una descarga tremenda en cada parte de su cuerpo, sonrió de lado, no, no podía ser lo que estaba pensando, esas cosas eran solo tonterías así que no tenía nada de que preocuparse, dio un hondo suspiro, sin embargo, si que quería algo con aquella chica, sería lo de siempre, jugar con ella cuanto tiempo quisiera para después dejarla como si nada, sin complicaciones, sin sentimientos.

Si, quería jugar con ella, llevo su mano hacía su bolsillo del pantalón que usaba y extrajo su celular, espero hasta que fue descolgado - ¿Qué quieres ahora? - rió un poco ante el tono de voz de su amigo Sai, seguramente lo había interrumpido en uno de sus tantos sueños con una chica que desde hace mucho no veía, le daba lo mismo, su asunto era muy importante.

- Necesito que investigues a una chica, solo se que trabaja en el hospital de mi padre y se llama Ino - concluyo escuchando un suspiro del otro lado de la línea - ¿Otra vez con tus juegos? Naruto, ¿no crees qué es hora de respetar un poco a Shion y de olvidarla a ella? - pregunto su amigo y tan solo se mantuvo en calma aunque por lo general ya estaría diciendole unas cuantas cosas a Sai.

- Solo haz lo que te pedi - dicho esto colgó, odiaba los sermones de sus amigos, ya tenía suficientes con los de su padre como para agregar más, las puertas del elevador se abrieron y se bajo del mismo, camino hasta la habitación donde su mejor amigo debía de estar, no se equivoco al verlo fuera de la misma, como siempre, desde hace cinco años - ¡Teme! - le grito y el azabache giro la cabeza viendolo con un signo de molestia por lo que alzo la mano en señal de disculpa, se le había olvidado que estaban en un hospital y no podían gritar.

Se detuvo cuando estuvo a su lado - ¿Qué haces aquí dobe? - pregunto en un tono cansado, su amigo se estaba acabando y la tonta de Karin quien era su prometida no ayudaba mucho con sus reclamos, odiaba ver en esa situación a Sasuke, su mejor amigo desde niños - Vamos, es hora de volver a la empresa - este tan solo asintió, se levanto para caminar hasta la ventana de la habitación que daba al pasillo, adentro descansaba la mujer que más amaba Sasuke, su madre Mikoto quien necesitaba estar en el hospital debido a problemas del corazón.

- Mañana vendre mamá - se despidio este apoyando la frente sobre el cristal, lo malo del asunto es que los médicos no lo dejaban entrar a petición del padre del azabache quien decía que no tenía porque perder el tiempo con la tonta de su madre, no la quería porque ella había sido la única que le había colocado un alto a sus infidelidades cuando ya no había podido más con las mismas.

Reanudaron la marcha en completo silencio, giraron el pasillo hasta que el azabache lo golpeo en la cabeza con el puño - ¡¿Porqué me pegas?! - pregunto este mientras se llevaba las manos a la cabeza, el azabache lo miro con una ceja encarnada - ¿Qué te crees empezando de nuevo con tus juegos? - pregunto en tono neutro, vaya que el Uchiha lo conocía mejor que nadie.

- La chica es linda - se encogio de hombros restandole importancia al asunto mientras su amigo de ojos ónixo lo miraba con una leve pizca de furia - Haz lo que quieras dobe - sentencio mientras entraban al elevador, el silencio se hizo presente entre los dos y ninguno hizo algo para romperlo, siempre era así y a ninguno le molestaba.


Hinata dio un hondo suspiro mientras abría la puerta de la habitación de aquella niña que se rehusaba por completo a comer desde hace días, se suponía que la pediatría se especializaba en cuidar a los niños cuando enfermaban pero últimamente los casos que les llegaban iban de la mano con la psicología que también habían estudiado, sin embargo, siempre le daba nerviosismo hablar con una niña de nueve años que había visto a su madre morir frente a sus ojos con tan solo esa edad debido a que su padre la había asesinado.

Busco con la vista a la pequeña niña pelirroja que estaba sentada en el suelo abrazada a sus rodillas, camino donde ella con paso calmado, dejo a un lado los papeles de su caso y tomo asiento al lado de la misma, tomo sus manitas entre las mismas notando aún las heridas que no cicatrizaban del todo después de que su padre la mutilara un poco con un cuchillo de carnicero.

- N-No has comida nada, ¿q-quieres decirme porqué? - pregunto ladeando la cabeza para ver a través del flequillo de la pequeña niña que alzo la mirada, sus ojos estaban llorosos, antes de darse cuenta se había lanzado a los brazos de la ojiperla quien la recibio en los mismos con cariño incondicional, acaricio su espalda con calma, tanto el caso de su amiga Ino como el de ella eran complicados pero el director del hospital se los había designado especialmente.

- T-Tienes que comer Hikari-chan, es por tu bien - aseguro y la niña negó con la cabeza, se separo un poco de su cuerpo y limpio las lágrimas que habían resbalado de sus mejillas durante el abrazo - Q-Quiero i-ir c-con m-mamá - sabía que estaba hablando de morir pero eso no podía permitirlo y no lo iba a hacer, abrazo de nueva cuenta a la niña con más fuerza que antes, no iba a dejar que hiciera algo malo, antes la salvaría con todo lo que tenía porque esa niña le recordaba mucho a ella.


Sasuke se recargo en su asiento con calma mientras cerraba los ojos, su conductor empezo la marcha hacía la empresa de Naruto y de él, la habían creado tiempo atrás y les iba demasiado bien, miro por la ventana del auto las calles de Japón que se estaban perlando de la leve lluvia que había justo en ese momento - Detente en la cafetería que esta a una cuadra por favor - pidio con voz calmada y su conductor asintió para frenar poco a poco, era una buena cafetería y justo ahora necesitaba un buen café sin azúcar, siempre había odiado lo dulce y no era momento de comer algo como eso.

El auto se detuvo por completo y le indico con un gesto a su conductor que no le abriera, abrio la puerta y miro a la gente caminando tratando de cubrirse de la lluvia, camino con paso calmado hasta la puerta cuando un aroma un tanto conocido lo hizo buscar a la persona del mismo, ese aroma era identico al de su madre.

Justo cuando iba a abrir la puerta esta se abrio provocando un golpe en su abdomen con la perilla, retrocedio de inmediato con instintos asesinos pero se quedo completamente callado cuando vio a una chica de ojos perlas y cabello azulado que lo miraba preocupado - ¡L-Lo s-siento! - se disculpo de inmediato con un sonrojo monumental en sus mejillas lo cual le parecio demasiado hermoso.

- ¡¿Y dices qué no me engañas?! ¡Estás coqueteando con este sujeto! ¡¿Quién es?! ¡¿Tu amante?! - un hombre de cabello castaño y unas marcas de color rojo que eran un tanto raras en sus mejillas lo miraba con verdadero odio pero él estaba completamente seguro de que no lo conocía, ni a la chica ni a él - K-Kiba-kun l-lo a-acabo de conocer - le aseguro la ojiperla con un tono de tranquilidad que estaba completamente seguro solo logro sacar más de quicio al chico castaño que la tomo con fuerza del antebrazo, si algo que odiaba él era precisamente eso.

Le molestaba que maltrataran a las mujeres, quiza porque amaba demasiado a su madre que a pesar de no conocerlas las defendería a todas en general - No creo que sea una manera de tratar a una mujer, yo no la conozco, es la primera vez que la veo - aseguro con voz calmada y penetrante, el castaño no parecía creerle.

- ¡Mientes! ¡Vamos Hinata, esto lo arreglaremos juntos! - el chico la jaloneo y dio un enorme suspiro, sujeto a la chica de su muñeca libre para en un movimiento rápido alejarla del que seguramente era su novio o algo así, la coloco detrás de si y con su mano libre le dio un puñetazo al chico que cayo al suelo debido al impacto que si que había sido fuerte - ¡Uchiha-san! - miro al frente a sus cuatro guardias personales quienes al parecer habían visto la pelea, miro a la chica que estaba temblando levemente mientras a él la cabeza le comenzaba a doler.

- Esta molestando a mi amiga, les pido que lo saquen de aquí - dicho esto jalo con suavidad a la ojiperla para abrir la puerta de la cafetería y entrar en la misma, camino directo hacía una de las mesas apartadas con vista a la calle, la solto y tomo asiento tomando aire - G-Gracias p-por la a-ayuda - alzo la mirada observando que esta había hecho una leve reverencia, pensaba contestar cuando la puerta se abrio.

Alzo la mirada y quizo desaparecer justo en ese momento, ¿porqué tenía que aparecer justo en ese momento?, lo más seguro es que lo hubiera seguido a través de su GPS - ¡Sasuke-kun! - Karin, su prometida corrio donde él empujando a la ojiperla que se medio tambaleo pero se sujeto de una silla para no caer al suelo,
en menos de un segunda la pelirroja estaba colgada a su cuello mientras lo llenaba de besos, miro a la chica que le hizo una reverencia para dar media vuelta.

No iba a mentir, sintio la necesidad de detenerla pero solo beso a la pelirroja sonriendole, Karin podía ser molesta pero la amaba, entonces... ¿qué era esa necesidad de volver a ver a la tal Hinata?.


Ino dio un hondo suspiro, ese no era su día en definitiva, acababa de colgar con el banco que le había dado una semana para colocarse al corriente con sus pagos sobre las deudas de su familia, se llevo la mano a una de sus mejillas, ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando, recargo su frente en su escritorio dando un suspiro.

Su paciente del día de hoy no le había abierto la puerta, había estado tres horas tocando pero este no había abierto así que por el momento no podía hablar con el pequeño, nada estaba bien en esos momentos, todo estaba de cabeza, tomo algunos documentos para limpiarse las lágrimas, salio de su consultorio con paso calmado pensando en que haría para pagar lo que debía que si era demasiado - ¿Yamanaka Ino? - se detuvo por completo, seguramente era otro sobre del banco, giro sobre su cuerpo y se quedo de piedra, no, no era un sobre en definitiva.

Frente a ella estaba el hombre con el que había chocado cuando estaba con su amiga Hinata, este usaba lentes los cuales se le veían demasiado bien, le sonreía de manera calmada aunque no le daba buena espina, por el contrario su sonrisa estaba a punto de darle un ataque nervioso - S-Si, ¿desea algo? - este sonrió acercandose más a donde se encontraba, por instinto retrocedio hasta que este en un movimiento ágil la sujeto de la cintura para que no huyera.

De inmediato sintio una corriente en cada parte de su cuerpo, con solo el toque de ese desconocido - Si, deseo algo... ¿quieres jugar conmigo? - pregunto este y ella abrio los ojos asombrada por esa pregunta, no sabía que significaba pero algo le decía que esa pregunta cambiaría por completo su vida.


¿En qué estaba pensando cuándo se había hecho falsas ilusiones con el azabache? Era obvio que un hombre como aquel tenía una relación, trataba de no llorar pero le era inevitable, se sentía tan tonta por haber albergado esperanzas, de verdad que no era más que una completa tonta por haber pensado en romances de cuentos que leía de pequeña.

Cruzo la calle con calma cuando el sonido de un claxón y de algo muy fuerte le llamo la atención, giro la cabeza a la derecha y observo a un auto derrapar pero eso no era todo del lado contrario un camión se había pasado el alto y estaba a punto de estrellarse con el auto, lo peor es que ella estaba en medio de ambos y aunque su cerebro le decía que corriera con rapidez sus piernas se habían tomado unas vacaciones porque no respondían, estaba completamente petrificada en la calle.

Escucho gritos de terror pero seguía sin moverse, solo cerro los ojos esperando la desgracia hasta que sintio que alguien la tacleaba, más gritos y un sonido sordo acudieron a sus oídos, abrio los ojos un poco notando que estaba en el suelo con alguien sobre su cuerpo, ladeo la cabeza y miro al azabache que le decía algo pero no podía escucharlo, lo único que pasaba en esos momentos por su mente era el miedo reciente y el olor de la colonia del hombre, después todo fue completa obscuridad... se había desmayado.


N/A

Espero les haya gustado.

Gracias por leer.