Hola...

Se que de alguna manera esto tiene una explicación, pero estoy segura que no esta nada mal el resultado y que va a gustarles conformen sigan leyéndolo, espero le den una oportunidad y sin mas que añadir, les dejo el Prologo...

P.D. si no es mucha molestia... dar clik en Review no hace daño a nadie ji ji ji ji ji


EL HAMBRE DEL JUEGO.

Prologo.

La hierba se mecía, el campo abierto rodeado de árboles se encontraba, el viento suave ululó, el olor a frutas y comida había invadido todo el ambiente, tenían hambre y lo único que se les permitía hacer en aquel lugar, era una sola cosa…

Matar por comida.

El miedo estaba marcado en su rostro y su olor de cada célula emanaba, no había opción, si quería seguir viviendo, tenía que alimentarse y para ello, tenía que asesinar, sus manos ensangrentadas estaban y ya no podía seguir con el estómago vacío, su prima Elizabetha, la chica rubia del distrito uno, acababa de morir, habían hecho alianza para sobrevivir a aquel juego a pesar de saber que al final, si había una esperanza de que las dos sobrevivieran, iban a morir en manos de la otra.

"al menos va a hacer una muerte rápida" – había llegado a pensar.

Y la había visto morir.

Ella corría y corría, una chica de doce años, tan rubia como el sol mismo, sudaba, tenía sed y hambre, sin mencionar que el miedo que tenía a la muerte crecía conforme los días había pasado, y ahí estaba, el campo traviesa donde la cornucopia se encontraba rodeada de comida, deliciosa comida, el problema…

El problema eran los demás distritos, aquellos mismos chicos que salían corriendo de entre los árboles en busca de un trozo de pan, ella, por ser delgada y un poco más alta para su edad, era rápida y ligera, pero ahí venían los chicos mayores, en especial los del distrito dos, con sus rostros llenos de alegría, pero no por la comida, era bien sabido que todo tributo del Distrito segundo eran voluntarios, entrenados para matar sin piedad, y temía, por qué si caía en las garras de al menos uno de ellos, sabía que iba a morir lentamente, muy lentamente.

Sus ojos claros veían de reojo a los demás chicos, matándose unos a otros, corriendo aún más rápido, la sangre salpicaba el bello suelo, la joven no podía creer lo que estaba pasando sobre un ambiente tan pacifico, fresco… incluso podía disfrutarlo cuando estaba a solas…

Habían pasado ya una semana desde que el Capitolio los había enviado al matadero, y para esas alturas quedaban solamente cinco, era ese día o no era ninguno, para esa noche, uno solo tenía que estar vivo…

Y su corazón le decía en cada latido que daba, que ella sería una más que se formaría en las filas de los perdedores, de los muertos, de las víctimas que habían perdido su vida en un juego tonto, por no decir estúpido y patético…

Cuando era una niña apenas, su madre le contaba historias acerca de una chica valiente, que por proteger a su hermana, se había ofrecido para morir, y cómo fue que le hizo frente a cada uno de los que intentaron apagar su vida, como fue que venció y ganó el Juego del hambre 74, cinco años habían pasado, y también había vivido el apogeo de la revolución en contra del Capitolio, todos los padres que habían perdido a sus hijos estaban furiosos, Snow iba a morir…

O al menos eso creía hasta que la chica de la que tanto le hablaba su pobre madre, había desaparecido, nadie supo nada de ella, el presidente Snow volvió a tomar las riendas del Capitolio y todos los distritos en Panem, y el castigo implementado por Snow por tal atrevimiento había sido ese, la regla de las edades había sido eliminada, había chicos en ese Juego del Hambre, incluso mucho más jóvenes que ella…

Y ahí había uno, sollozó cuando saltó sobre su cadáver, ese era Robert, el niño del Distrito ocho, y siguió corriendo, a punto estuvo de tomar una bolsa llena de comida cuando el tributo del distrito segundo se atravesó en su camino.

¡¿A dónde crees que vas? – le gritó, Kaila, quien pertenecía al distrito decimo, le miró con miedo absoluto, los ojos azules de su contrincante estaban casi desorbitados, parecía una desquiciada, sedienta de sangre, y vio sus manos, ambas cargadas por un par de cuchillas empapadas del líquido rojizo que solo un humano podía producir, la joven se estremeció de pies a cabeza, ella, lo único que traía en manos para protegerse era una delgada vara la cual había pulido con una navaja… pero aquello no era nada a comparación de las modernas de la distrito dos…

Voy a matarte, ya debes saberlo, voy a cortar tus brazos y piernas y separar tu cabeza de tu pescuezo, me bañare en tu sangre y disfrutaré de seguir viviendo…. ¡Ahora muere! – y la pobre chica enloquecida salió corriendo hacia ella, su velocidad era asombrosa, la suya no era nada comparada y sin saber qué hacer, simplemente sé quedó estática, cerró los ojos, esperando a que la muerte llegara…

Snow, quien se encontraba en la plataforma, mirando todo aquello, sonreía de medio lado, los juegos del Hambre nunca habían tenido tanta audiencia, los patrocinadores estaban al tanto demasiado recurrente, era perfecto, incluir a mocosos de menor y mayor edad había sido una estrategia asombrosa, además que había implementado el miedo a los distritos rebeldes que tiempo atrás se había levantado en su contra, no había peor muerte para un hombre y una mujer, que matando a sus hijos… ese era el lema del propio presidente de Capitolio, Snow.

Despiértala…- ordenó Snow a uno de sus ordenadores del juego, el hombre obedeció, tecleó algo en la mesa táctil y segundos después apareció una azulada figura femenina, el sujeto movió sus manos y la envió a la zona de muerte.

Snow se puso aún más feliz.

Kaila se estremeció al sentir un zumbido sobre su cabeza, tenía miedo, había estado esperando el golpe mortal que nunca llegó, al abrir sus ojos marrones, se dio cuenta que la muerte había sido la que había volado sobre ella, pero no era precisamente en su persona con la que había aterrizado, vio a la chica del segundo distrito con una flecha incrustada en su frente, Kaila se acercó y vio la escena, los ojos de su contrincante estaban abiertos desmesuradamente, se giró para ver quien había sido el responsable de asesinarla y salvar su vida, pero tras ella no había nadie…

Al girarse al ver el arma con la cual le habían salvado la vida, Kaila recordó entonces, cuando tenía cinco o seis años, había estado viendo los juegos del hambre por mucho tiempo, su heroína había estado escapando de los profesionales en ese entonces, sabía que aquellas flechas las había visto alguna vez…

Aquella flecha era idéntica a la de la chica en llamas.

Ya ha cobrado una vida, señor Presidente…- confirmó uno de los vigilantes del juego, quien seguía a un ritmo acelerado a todos los tributos, Snow le veía ir y venir, habían asesinado a la última tributo del segundo distrito…

Kaila tomó las cuchillas de la joven y se dispuso a marcharse, ya muchos habían salido corriendo con alguna bolsa de comida, y ella estaba decidida a sobrevivir a todo aquello, corrió, corrió lo más rápido que puso y que sus piernas le permitieron, un chico menor que ella se había levantado del suelo después de estar fingiendo su muerte, pero Kaila había sido rápida, el niño, que no debía tener más de diez años, le lanzó una daga torpemente, Kaila la evadió rápidamente e intentó lo mismo que el chico…

Lo siento…. Perdóname por favor…- susurró ella al viento en cuanto había lanzado su cuchilla, el pequeño chico lo había entendido y ella lo sabía al ver su mirada llena de paz, la chica se estremeció y cerró los ojos al ver el impacto de su arma en contra del pecho del chico, el distrito tres había caído, la enorme explosión en el cielo lo había determinado ya.

Solo quedaban tres tributos, dos de ellos por matar…

Kaila se acercó a la cornucopia lentamente, estaba preparada para cualquier cosa, era lista, ligera, rápida, eran una de las cosas que se necesitaba para sobrevivir a los juegos del hambre, pero Kaila no lo sabía, no estaba enterada de que algo le había hecho falta, algo con lo que no había nacido…

Valentía…

Kaila tomó la bolsa con alimentos y salió corriendo hacia el bosque, cuando el miedo volvió a apoderarse de ella, dentro de su cuerpo no era otra cosa más que adrenalina pura y sin límites, ella corrió, sintiendo el dolor en sus pies y en sus brazos, segundos antes había escuchado un truene, el chico del distrito doce había muerto, era él último y ahora todo estaba entre ella y su perseguidor…

El muchacho del distrito cinco, era el más fuerte, el más audaz, el valiente, su nombre era Gil y era apodado el chico de las mil maravillas, o así era cómo le habían llamado los de la televisora…

Ya no podía, sus energías comenzaron a desvanecerse a falta de alimentos y agua, estaba perdiendo visibilidad y las ganas de llorar se habían esfumado desde hace mucho…

Y todo quedó en un TRANCKS

El sonido sordo y crujiente de su cráneo romperse en miles de pedazos en el preciso momento en que el mazo del muchacho del quinto distrito tocó su cabeza, sus mechones rubios flotó alrededor de su rostro, caía lentamente, o así lo sentía ella mientras la muerte le alcanzaba…

Kaila había perdido como había predicho ella misma, el muchacho del quinto Distrito soltó un grito de alegría al saberse ganador, pero segundos después, había estado llorando por todo lo sucedido…

Cuando Kaila tocó el suelo de pecho, la bolsa de comida salió volando por los aires, pero antes de que esta cayera al suelo, pudo verla, una mujer entre las sombras, ella le miraba con sus ojos color gris, ella le sonrío mientras Kaila perdía la vida, la mujer misteriosa se dio la media vuelta y se marchó, Kaila sonrío al verle el arco colgado de su hombro, las flechas plateadas destellando al roce de la luz…

Y la reconoció al ver su trenza larga caer por su espalda entre las flechas y el arco de plata; era ella, lo sabía y se alegraba de verla mientras la muerte se llevaba su vida…

Aquella extraña no era otra más que la desaparecida chica en llamas, y no entendía que era lo que hacía ahí o el por qué le había salvado, pero antes de cerrar los ojos, una enorme misericordia recorrió su cuerpo, había sido liberada… y así, una niña más, había muerto bajo las garras del Juego del Hambre…

Snow sonrío de medio lado, sabía que ella se encontraba escondida entre los árboles, vio al chico ganador, había pasado mucho tiempo desde que Katniss se había enfrentado a él para salvar a Peeta, levantó la barbilla, arrogante y lo ordenó…

Que lo mate…- fue su orden, el vigilante transcribió la orden en el teclado y envió el mensaje…

El tributo vencedor se encontraba esperando que lo liberaran de aquel lugar, Oh, pero que iluso, ¿es que nadie sabía que, desde hace seis años, los Juegos del Hambre no había tenido ni un solo ganador?

Gil se giró en busca de algo a sus alrededores, tembloroso y atemorizado, sabía cuál era su destino y fue ahí cuando vio el destello blanco, a las afueras del bosque, entre la zona libre y los árboles, había una ensombrecida mujer que llevaba consigo un arco de plata, le apuntaba con su finísima flecha, sus ojos grises observándole detenidamente… No… los Juegos no tenían ni un solo ganador desde sus inicios, pero sus finales se habían vuelto mucho peores… Dejar al público sin un vencedor, era el castigo que Snow les estaba dando por su osadía de rebelarse en su contra, todo televidente lo sabía…

Y la flecha giró en el aire, buscando su objetivo y avanzando, hasta que por fin alcanzó para lo que había sido forjada, el pecho del muchacho había sido atravesado por ella, el juego había acabado.

CONTINUARA...