1 capítulo "Deseos"
"¡Dios! ¡Cómo siga haciendo tanto calor me voy a derretir!"- suspiró la joven, parándose para beber un generoso trago de agua,- "Ya falta poco para llegar. Seguro que mi madre tendrá una jarra de limonada fresquita en el frigorífico esperando. Ahhh! No hay nada mejor para pasar el verano que una buena limonada bien fresquita", – con ese pensamiento la muchacha sonrió, continuando su camino.
Todavía faltaban un par de millas de bosque para que llegara a casa.
Había terminado sus instrucciones en varias aldeas para ampliar sus conocimientos sobre la medicina y por fin, después de varios años, estaba volviendo a Konoha para ver a su familia y amigos. Había pasado demasiado tiempo fuera así que no tenía pensado hacer más viajes largos en una buena temporada.
Estaba caminando, sumida en sus pensamientos, cuando de repente sintió la presencia de un chakra muy poderoso. Se puso alerta por si alguien quería atacarla, pudo oír unos ruidos pero después de varios minutos no apareció nadie, aunque los ruidos no cesaron. Decidió investigar su procedencia, con sigilo caminó hacia la dirección de donde provenían. Pronto percibió que el chacra le resultaba familiar, mas no pudo identificar con seguridad de quien se trataba y optó por acercarse. Delante de ella se abría un claro cubierto por verde hierba, cerca también había un riachuelo. Las ramas de los árboles de alrededor, iluminadas por el sol, proyectaban sus sombras sobre el llano, al mismo tiempo los rayos de luz se reflejaban en el riachuelo haciendo que sus aguas brillasen. Camuflada entre las hojas de los árboles la muchacha pudo devisar a una persona, situada de espaldas hacia ella.
Forzó un poco más la vista. Ahora pudo distinguir con toda seguridad de que se trataba de un hombre el cual estaba mirando hacia un gran tronco de árbol. Lo siguiente que vio es que el hombre, rápido como un rayo, dio un salto; el tronco voló en mil astillas y unas cuantas cayeron al suelo con un shuriken clavado.
"¡Huau! ¡Qué velocidad! ¡Impresionante!",-pensó para sus adentros la muchacha con los ojos abiertos como platos.
"¡¿Sólo impresionante?! ¡Pero si el tío está que se sale!",- murmuró la "conciencia" de la chica.
Al parecer, en algunas ocasiones, la joven podía llegar a tener algo parecido a doble personalidad de lo que no estaba nada orgullosa ya que el "otro yo" representaba el lado más pervertido y salvaje de la muchacha, la cual siempre se había esforzado en parecer una chica formal y educada, no estaba dispuesta a que "un estado de locura transitoria" arruinara su buena reputación. Pero debía admitir que a veces le resultaba sumamente difícil pasar de las ocurrencias de su "otro yo".
"No estaba ablando de eso, me refería a la rapidez de la técnica",- dijo para sus adentros la chica con la cara que claramente reflejaba indignación.
"Bonita…tú nunca hablas de eso…",- le contesto su "otro yo".
"¡No es eso! Es que no me gusta fijarme en estas cosas.",-se indignó más la joven,-"Eres tú la que no para de pensar en cochinadas y meterme en líos",- pensó la muchacha con una mueca.
"Anda ya. Si casi todos los recuerdos emocionantes de tu vida los tienes porque al final acabas haciéndome caso y no es por restregártelo por la cara, pero si durante estos años has salido con chicos guapos e interesantes también ha sido gracias a mis intervenciones de urgencia",- admítelo pequeña,-"Y digo de urgencia porque si no fuera por MI acabarías enrollándote con alguno de esos tíos babosos que las únicas mujeres que han tocado en su vida… ¡Pero que diablos!…¡Qué no han tocado a una mujer de verdad en su vida!".
"¿Ahora resulta que debo darte las gracias por…?",- supuso la joven levantando una ceja.
"Oooh, no hace falta que seas sarcástica querida", - cortó la "conciencia",- "Yo no hice nada malo así que no sé por qué te haces ahora la ofendida, sólo digo que el tío al que miras está como un tren ¿o a caso me lo vas a negar?".
La muchacha no pensó nada para poder responderle a su "otro yo", pero no pudo evitar fijarse mejor en el hombre al que tenía delante; era bastante alto y esbelto, tenía la mano derecha vendada. Llevaba típicos pantalones, vendas y sandalias de un ninja, así supuso que simplemente estaría practicando jutsus en el bosque, todo parecía normal. Pero lo que ya no le pareció tan "normal" a la chica es que unas simples vendas de ninja se adaptasen tan bien a unos gemelos, tampoco se imaginaba que un ordinario pantalón negro podría marcar de la manera más sexy un trasero, ni que un hombre podía tener ese cuerpo de escándalo, de piel pálida que tenía suaves reflejos dorados de un leve bronceado, aunque tenía varias cicatrices y algunos bastante grandes, parecía que cada una estaba hecha estratégicamente eligiendo lugares perfectos para que resaltaran aun más la masculinidad. La joven tampoco sabía que alguien pudiera mover cada parte de su cuerpo, cada músculo con tanta elegancia, cada movimiento del hombre le recordaba a la muchacha a un felino moviéndose con gracia sobre las ramas de los árboles. También se dio cuenta que el ninja llevaba una máscara negra cubriendo la mitad de su cara, la cual le daba un aire tan misterioso; marcando las líneas perfectas y algo anguladas de las facciones. Se fijó en como caía el pelo sobre su cara, sobre sus ojos, pelo plateado, parecía tan sedoso, brillante, salpicado por las gotitas del sudor. Al moverse un poco más el pelo, la joven observó que el hombre mantenía su ojo izquierdo cerrado y que también estaba marcado por una cicatriz que pasaba justo en medio del párpado superior hacia abajo en línea vertical y que terminaba llegando casi a la mejilla. La muchacha se quedó embobada mirando al ninja.
"Es un Dios",- susurró la joven para sus adentros, sintiendo como un escalofrío recorrió su cuerpo, al momento se sintió algo más sofocada por el calor. Pasó la mano por el cuello hacía la clavícula para quitarse las gototas del sudor que se estaban formando. La chica no pudo evitar soltar un suspiro y se puso colorada al darse cuenta de porqué tenía tanto calor de repente.
"No me vas a negar ahora que te has puesto a mil",- apareció de nuevo la voz de la "conciencia",- "Seguro que estas deseando quitarle esa máscara a mordiscos jijiji, mira quien es la pervertida ahora"
La muchacha esbozó una sonrisa,-"Me conformaría con sólo poder pasar la mano por una de sus cicatrices",- la joven se mordió el labio inferior,-"Y la máscara… ¡UN MOMENTO! ¿MÁSCARA? ¿PELO PLATEADO? ¡¿OJO CON CICATRIZ?!",- la chica se puso roja como un tomate al darse cuenta de quien era ese ninja y de clase de pensamientos que había tenido sobre él,-"Ka-ka-shi",- dijo en voz baja tragando saliva.
"Hatake Kakashi, ninja de élite, un Jounin, el que fue tu sensei en tu queridísima aldea Konoha para ser más exactos",- le aclaró con un cierto tono burlón su "otro yo",- "Y… ¡Uau! con el sensei jijiji" "Mmm...…parece ser que lo suyo es como el vino; con los años se puso escandalosamente aun más bueno"
"Cállate",- susurro la chica. Aun seguía estando roja, con las manos sobre su regazo estrujando su kimono,-"Cómo fui capaz de no reconocer su chacra",- la joven bajó aun más la mirada,-"…en estos años habrá aumentado su fuerza por eso…"
"Ya estamos otra vez",- "No sé porqué te escandalizas tanto. Ya eres todo una mujer, sexy y atractiva. Lo único que te hace falta para ser más feliz es echarte de novio a un tío en condiciones, como por ejemplo ese hombre que tienes delante, por lo que yo sé hace muchos años que dejó de ser tu sensei, así que te aconsejo que te dejes de neneces y te espabiles, sal de tu escondite de una vez para saludarlo, seguro que se alegrará mucho de verte jiji que los tíos así no se encuentran muy a menudo y otra oportunidad como esta no la volverás a tener en la vida",- concluyó la "conciencia". Después de varios minutos de silencio mental la joven pasó las manos sobre su pelo, revolviéndolo, desabrochó, bastante, su kimono en la parte del escote.
"Soy una mujer sexy y atractiva. Una pelirosa tremendamente sexy y atractiva",-pensó la chica antes de esbozar una pequeña y pícara sonrisa. Se bajó del árbol y se dirigió hacia su objetivo.
El Ninja miró al cielo para ver la posición del sol y decidió que por hoy había terminado con los entrenamientos. Se inclinó para recoger los shurikens que estaban clavados en las astillas, los limpió y estaba a punto de ponerlos en el bolsillo de atrás cuando sintió que alguien se le estaba acercando, al momento tenía unos cuantos shurikens preparados para lanzar, pero el chakra del intruso le resultó ser conocido, demasiado familiar…estaba seguro de que no se trataba de un enemigo así que guardo los shurikens. Se levanto y giró, no pudo evitar abrir más su ojo derecho el único visible ya que el otro lo tenía tapado por el pelo.-
"S-¡Sakura!",- dijo el ninja sorprendido.
"Cuánto tiempo, Kakashi-sensei",- dijo la joven, sonriendo ampliamente.
IV
