Este es el primer fic que agrego a mi cuenta y el primero que creé desde hace mucho tiempo, ¡espero que te guste! :D

Disclaimer: Soul Eater no me pertenece, sino a Atsushi Ōkubo.


Secretos

Soul se encontraba en el suelo, doblegado, lamentándose de lo sucedido minutos antes. Se había entrometido en lo que definitivamente no debía y se preguntó por qué diablos permitió que su compañera lo descubriera de forma tan tonta.

Aquel mentado libro rojo que descansaba a su lado era uno de los más gruesos y pesados que Maka poseía, o al menos eso él intuía después de haber sentido cómo este se incrustaba en su adolorida cabeza sin misericordia, cortesía de su adorable compañera.

En el fondo sabía que se merecía tremenda paliza porque, a fin de cuentas, había terminado hurgando la habitación de su técnico de manera casi inconsciente. Mas eso no restaba el hecho de que odiaba que las cosas le hubiesen salido tan mal en pocos segundos. Todo se había salido de control.

Ese día le tocaba hacer parte de la limpieza del departamento -como habían acordado ambos semanas atrás- y con ello, debía limpiar las habitaciones. Si bien a Soul le encantaba molestar a la rubia con bromas pesadas, consideraba imprudente no respetar parte de su privacidad... hasta que encontró un diario mientras quitaba el polvo de un mueble, del cual no pudo resistirse a echarle un vistazo sin imaginar que más tarde esto le llevaría a un dilema.

El diario que había encontrado era ligero, era una pequeña libreta verde que estaba dentro de un cajón del escritorio de la chica y tenía una diminuta cerradura que supondría un problema si la llave no estuviera colgada junto a la libreta. Soul se dispuso a pensar mientras observaba curioso la libreta. A su parecer, los diarios estaban hechos para chicas tontas enamoradas, ¿qué hacía ella con uno? ¿Maka estaba enamorada?

Se tentó demasiado al imaginarlo más de dos veces que estuvo a punto de abrir el candado, pero algo en su interior le recordó que lo que estaba por hacer no era en realidad lo correcto, pues estaba a punto de meterse en asuntos que a él no le incumbían, cosas que un verdadero chico cool no podía permitir a la ligera. ¿Qué iba a ser de él si Maka lo descubría? Era bastante joven para morir a manos de una nerd y tampoco creía poder costearse una terapia intensiva en caso de quedar traumatizado de por vida si leía algo que no le convenía. Sin embargo, otra voz molesta que no era su subconsciente le habló: era el diablillo de la sangre negra.

¿Vas a dejar ir tu oportunidad? Si lo haces, perderás el escaso respeto que te tengo.

—¿Desde cuándo me tienes respeto? Deja de joder.

—Sólo ve el maldito diario. ¿O debo suponer que no te interesa saber si a tu compañera le atrae alguien que no sea un perdedor como tú, por ejemplo?

—¿Por qué ella escribiría sobre un chico? Es Maka, ¡por Dios! Lo más seguro es que tenga otras cosas aquí...

—Lo digo por la misma razón que tiene un diario, mocoso.

—Olvídalo, no lo haré.

—Ni siquiera estás muy convencido.

Soul chasqueó la lengua. No le agradaba que el pequeño bastardo que residía en su interior influyera en sus decisiones, aunque esta vez, estando intrigado y sabiendo que tenía algo de razón, cedió a leer el diario, arriesgando todo de sí.

Además, no podía mentirse más; quería averiguar si a su compañera le gustaba alguien, aún si la revelación le costaba trabajo procesarla.

Introdujo rápidamente la llave y abrió con facilidad el diario. Este tenía un montón de hojas con un sinfín de palabras, mismas que le dio pereza leer. Al parecer no estaba tan equivocado cuando pensó en la posibilidad de que ella podría utilizarlo como un cuaderno cualquiera, pues Maka escribía demasiado. No tuvo más remedio que pasar las hojas, intentando encontrar algo que realmente le llamara la atención con ayuda de palabras clave.

Tras pasar más de cincuenta páginas de escritura pulcra, algunas con poemas y dibujos sin sentido que la rubia creaba o copiaba, Soul llegó entonces a un apartado que le pareció extraño; sus hojas yacían adornadas con algunos garabatos asquerosamente cursis que no pasarían desapercibidos por cualquiera, incluyendo a Patty. El albino se tensó al finalmente haber encontrado lo que tanto estaba buscando y, apresurado, leyó:

"Tengo miedo de estos sentimientos, mismos que en mi vida imaginé sentir por él. Tengo miedo de no gustarle, miedo de jamás interesarle siendo él a quien quiero para toda la vida. Por más que intento, soy incapaz de decirle la verdad. Si se lo digo, podría arruinar nuestra amistad y nuestra resonancia, tal vez no volveríamos a luchar juntos... y yo no podría soportar eso.

¿En qué estaba pensando al enamorarme de ese idiota? Fue un gran error de mi parte... Soul se alejará de mí si se entera que me gusta."

Impresionado, dejó caer la libreta al suelo. Sus manos temblaban ligeramente producto de la sorpresa del momento; su estómago comenzó a sentirse pesado. No podía terminar todavía de procesar lo que leyó en el diario cuando el diablillo volvió a hablarle.

—Parece que me debes una, niño.

—Tú mejor cállate.

Se sentó sobre el escritorio para darse un respiro, colocando la libreta sobre su regazo después de haberla levantado. A Maka le gustaba. A la rubia plana de cara aniñada le gustaba él. Soul pensó que jamás había descubierto algo tan comprometedor hasta entonces -que daba gracias a todos los seres ancestrales, no se trataba de otra cosa que lo hubiese dejado medio muerto en la cama-, al igual que jamás pensó que su amor súper secreto y nada cool sería correspondido sin necesidad de declararse y pasar total vergüenza durante el proceso; pero estaba feliz, por supuesto que lo estaba. ¡Aquello era incluso mejor que haberse convertido en Death Scythe! Porque la única persona que podía comprenderlo mejor que otros, porque la persona que a él más le importaba en el mundo entero, porque la persona que había cambiado su vida por completo y mucho más era ella. Y ella le aceptaba tal cual a pesar de su odio injustificable hacia la mayoría de los hombres que no fuesen sus amigos, a pesar de todos sus temores y a pesar de que él solía molestarla diariamente.

Maldición, qué cursi sonaba aquello.

—¿Ahora qué harás, Romeito?

—Eso no te incumbe. ¿Y qué haces molestando aún? Te dije que me dejaras en paz.

—¿Así me pagas tras haberte ayudado? Qué pocos modales tienes.

—Mejor piérdete.

Soul escuchó que alguien se acercaba a la habitación. Asustado, se apresuró a cerrar el diario con candado. No tenía que romperse el lomo para saber de quién se trataba, incluso su alma podía sentirla. Abrió el cajón donde su técnico solía guardar el diario, no obstante, estando a punto de lograrlo y de aparentar que nada había sucedido, Maka entró con una sonrisa lista para avisar que la comida que ella había estado preparando durante la tarde, mientras él limpiaba, ya estaba servida, mas su sonrisa desapareció al notar el cajón abierto y su sagrado diario en manos de su arma. Sí, su sagrado diario en manos de su maldita arma.

Soul pasó saliva con dificultad. Casi podía oler la tierra húmeda con la que lo enterrarían en su tumba.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó con recelo. Él apostaba que en su imaginación ella ya lo estaba asesinando, probablemente extirpándole los sesos.

—Yo... Ordeno las cosas —respondió demasiado nervioso para su gusto. Soul hacía su mejor esfuerzo para mantenerse sereno ante la rubia, por más que las burlas del diablillo le sacaban de quicio por dentro. Debía intentar a toda costa engañar a su técnico si quería seguir vivo, ¿pero cómo hacerlo? Maka -aparte de nerd- era toda una chica quisquillosa difícil de convencer; no pasaba por alto ni la más mínima tontería que él hiciera, y por esto menos le perdonaría.

—Olvídalo, estás perdido.

—No te di permiso para abrir mis cajones, ¿o si? —colocó ambos brazos en su cintura, haciendo una pose indignada y frunció el ceño tanto como su frente se lo permitía. Si continuaba así, le iban a salir muchas arrugas a temprana edad.

Soul intentó responderle, atinando sólo a vacilar, haciendo enojar a su técnico.

—No lo puedo creer, ¡sí estuviste hurgando! —Maka se acercó a él de forma peligrosa, obligando al chico de cabello blanco a levantarse y retroceder.

—¡Maka, te juro que estaba ordenando! ¡No es lo que tú crees!

Ella no le escuchó. Ni mucho menos lo esperó para que se preparase para lo peor.

—¡Eres un tremendo idiota! —Maka le arrebató el diario una vez que le incrustó un enorme libro rojo en la cabeza, dejándolos tirados sobre el suelo de su habitación, uno agonizando de dolor. Terminando de gritarle un par de cosas más a su compañero, salió de su cuarto dando un sonoro portazo y se dirigió al comedor, dispuesta a comer sola.

Ahora, él estaba cabreado. Había arruinado todo, e intentar dialogar con ella para aclarar al menos un poco las cosas sería un caso imposible, un caso digno de Maka Albarn. Juraba que ella lo golpearía de nuevo en cuanto le dirigiera la palabra.

—Te lo dije.

—Por milésima vez: ¿Podrías callarte? No estoy de humor para tus bromas.

Se levantó del frío suelo cuando el jodido dolor apaciguó, y estando más convencido de sí mismo, Soul salió hacia el comedor tras varios minutos transcurridos. Rogaba por que la chica de ojos verdes estuviese más tranquila y que estuviese dispuesta a escucharle. Creía que era momento de hablar con ella y de decirle lo que sentía sin importar qué. Ya no quería dejar pasar más tiempo, él deseaba estar a su lado no sólo como su compañero y amigo, aspiraba a más.

Mientras tanto, Maka estaba sentada junto a la mesa, mirando con desprecio la comida que se había servido desde hacía rato. No había probado ni un bocado, sólo la había tocado con el tenedor para jugar con ella. Cuando pisó el comedor, Soul vio que del otro lado estaba el plato que le correspondía a él, seguramente ya frío. Caminó hasta quedar frente a la chica, ignorando la mirada soberbia que le lanzaba y se sentó a su lado, pero ella inmediatamente se levantó.

—Oye —llamó, girando un poco la cabeza para verla—, ¿sigues enojada?

—Piérdete.

—Maka —murmuró. Se levantó también y la siguió, estando de nuevo en la habitación de su compañera.

—No me hables, tarado —dijo, encarándose—. ¡¿Y qué haces aquí otra vez?! ¡Vete!

—¡Quiero hablar contigo, joder! —gritó como era usual cuando ella lo volvía loco con su actitud desesperante—. Nunca dejas que te explique las cosas, eres tan...

—¿Tan qué? ¿Tan molesta? ¡Tú también lo eres! ¡Encima vienes a revisar mis cosas como si fueran tuyas!

—¡No era mi intención! —vio que la chica resoplaba de manera exagerada—. Bueno, sí, sí lo era. Aunque ese no es el punto, ahora yo...

—¿Qué es lo que leíste?

Soul resopló. ¿Cuándo iba a poder terminar una frase sin que ella lo interrumpiera? Él planeaba disculparse primero por sus actos, al menos antes de su confesión poco cool que estaba en camino, mas no le dejaba opción. Desvió la mirada en cuanto sintió una ola de nervios recorrer su espina dorsal; por supuesto que estaba decidido, pero no menos nervioso por ello.

—¿Qué leíste? —insistió.

Tardó en contestar, pensando en la mejor manera de decirle lo que leyó sin que ella se alterara y optara -ahora sí- por asesinarlo.

—Sé que te gusto —dijo al fin, esta vez mirándola a los ojos—. Leí un apartado donde lo mencionabas, y estabas frustrada por ello.

Ambos permanecieron callados, creando una atmósfera incómoda alrededor de ellos al no saber exactamente cómo continuar la conversación. El albino se rascó la nuca, haciendo lo posible para mantenerse firme ante ella, quien parecía entrar en pánico conforme más segundos pasaban.

—¿Maka? —susurró él entonces, poniéndole fin a aquel silencio degollador. ¿Debía apurarse a confesarse como los buenos tontos hacían?

—¡Sabía que no debía escribir todo eso allí! —gritó acalorada, dando giros por toda la habitación, esperando que así el pánico no la consumiera por completo.

—Cálmate —le pidió. Aún sentía los nervios atravesando su cuerpo y su estómago hecho un revoltijo. Se sentía como un idiota, sin embargo, debía actuar.

Como ella no le hizo caso, se acercó y tomó su mano con fuerza, haciendo que se detuviera. —Maka, cálmate.

—¡Vete, necesito pensar! —chilló. Luchó por zafarse, incluso golpeó el pecho de su arma incontables veces, no obstante, sólo logró que él se enojara de verdad.

—¡Quédate quieta, mujer! —como pudo, tomó su otra mano y la obligó a callar cuando acercó más su cuerpo al suyo. Observó que sus ojos verdes estaban cristalinos, y entonces supo por qué ella quería que se fuera, algo que no haría—. No tienes que ponerte toda loca, ¿sabes? Ahora, escúchame por favor, es todo lo que te pediré hoy.

Dando un suspiro de resignación, Maka asintió. Eater dejó que se sentara sobre la cama mientras él se quedaba parado frente a ella. Maka tenía la mirada gacha, se veía tan rota que a Soul le dio miedo que ella se echara a llorar como pocas veces hacía cuando ambos estaban solos, en una complicidad con quien nadie más tenían.

—Podemos fingir que esto jamás pasó si te incomoda, da igual —habló—. No tienes que quedarte para hacerme entender que... Lo que sea. De verdad no importa, Soul.

—Dios, Maka, estás asumiendo cosas que no son. Y sigues sin dejarme hablar —espetó a la vez que presionaba el puente de su nariz. Como si sus nervios fuesen poco, también sentía su corazón palpitar con fuerza. Lo único que buscaba era relajarse antes de que pensara en retractarse y huir como gallina en lugar de mostrarle sus verdaderos sentimientos. No podía fallar a su palabra, mucho menos cuando la rubia lucía afligida delante de él. Se sintió demasiado culpable que mejor apresuró sus palabras; no pensaba hacerle daño, nunca lo quiso—. Puedes creerme o no, depende de ti, pero nunca creí tener una oportunidad como esta para decirte lo que llevo sintiendo desde hace años... Y es que tú también me gustas, fea —aclaró, evitando la mirada penetrante de la rubia a toda costa. Podía sentir su cara ardiendo, ¡algo nada cool por cierto!

—¡¿Estás bromeando conmigo?!

—¡No! —gruñó—. Déjate de estupideces, Maka.

—Es que no puedo creerlo. Creí que no te gustaba por mi actitud, ya sabes...

—Puede que a veces seas la chica más agresiva y menos femenina del planeta, pero tú estás bien así. Estás bien para mí, no necesito darte más explicaciones.

Maka intentó sonreír, cuando lo único que logró fue hacer una mueca un tanto incómoda. Su rostro era todo un poema; se veía avergonzada, y él también lo estaba, aunque eso no le impedía admirar sus mejillas coloreadas.

Soul se acercó tanto hasta que la abrazó. La sensación en su pecho lo estaba matando y se estaba aguantando las ganas de besarla. Quería infundirle que, a partir de ese punto, las cosas saldrían mejor para ambos... o al menos eso esperaba, sólo si ella se lo permitía.

Sin poder evitarlo, Maka enterró su cara en su hombro, completamente feliz.

—Pensé que yo era la cursi, Soul —rió viéndolo a los ojos, aún sin perder el sonrojo de su cara.

—No lo arruines, por favor.

Soul tomó entonces su rostro y la acercó hacia sí hasta que logró plantarle un beso en sus labios. Uno bastante torpe, uno nada cool que les hizo sentir extrañamente bien. Quisieron intensificarlo, mas su inexperiencia mezclada con la vergüenza del momento les hizo retirarse únicamente para seguirse contemplando entre sí.

—Entonces... —musitó la chica, con la mirada yendo directo al suelo—. Supongo que esto quedará entre nosotros, ¿cierto?

—Jamás se me ocurriría contarle de esto a los demás, mucho menos al loco de tu padre o a Black Star —ella rió, y él sonrió.

—De acuerdo —Maka entrelazó sus manos con las suyas, después lo miró con un brillo que delataba complicidad—. Lamento ser un desastre, a veces no me dejas otra opción.

—Las hay —recalcó, acusándola con la mirada, permitiendo que sus frentes se juntaran por un instante—, que tú no las consideres es otra cosa.

—Como sea —suspiró—. Vayamos a comer, ¡anda! No me vas a hacer esperar más, ¿verdad?

Maka salió de la pieza, deshaciendo el enlace de sus manos y apurándose a re-calentar la comida. Mientras tanto, Soul permanecía sonriente, mirando la puerta abierta por la que había salido su compañera.

Una nueva etapa en sus vidas estaba por comenzar y él estaba dispuesto a darlo todo sí mismo sólo por ella.


N/A: Este fic lo había subido originalmente en el 2014, cuando recién me animaba a escribir un poco para el fandom, pero el fic era aún más cliché que esto y tan vergonzoso para mí que quise hacerle unas modificaciones (si soy sincera, no estoy muy satisfecha con el final, lamentablemente ya no daba para más). Si estás aquí tras varios años, ¡muchas gracias por la molestia al re-leer mi fic! ¡Hasta pronto!

28 / 08 / 17