Los personajes no me pertenecen, son obra de CLAMP. La historia sí es mía.

Esta historia participa en el reto Julio "Twister tentación" del foro Comunidad Sakuriana.


Sonó el timbre que dio por finalizado un día mas de clases. Los alumnos se levantaron y poco a poco el salón se fue quedando vacío, excepto por una niña, que no se movió de su pupitre.

—¿No vienes? le preguntó una niña de cabellos largos, negros.

—No… tengo algo que hacer.

Su compañera asintió, comprendiendo inmediatamente lo que su amiga tenia que hacer. Se despidió de ella agitando la mano desde la puerta y se fue.

Sakura esperó a que los pasillos se vaciaran y cuando esto ocurrió se levantó de su asiento, cogió su mochila y salió del salón. Fue caminando por los pasillos, casi en puntillas para que nadie la escuchara. Bajó varios pisos hasta llegar al salón de música, del cual salía un sonido armonioso, la castaña identificó la melodía como una de Beethoven.

Se apoyó suavemente en la puerta con los ojos cerrados disfrutando del ameno sonido, hasta que la música se detuvo. Asustada, de tal vez haber sido pillada, asomó poco a poco su pequeña cabeza por la puerta. El alivio surcó su cara al comprobar que no había sido descubierta.

En el interior del salón se encontraba un niño de cabello castaño oscuro sentado delante de un piano, mirando fijamente la partitura que tenia entre las manos.

—Esta parte no es así… se frotó la cabeza como signo de desesperación.

El niño le resultaba muy tierno, le parecía el pequeño Mozart de su época, simplemente adorable.

El castaño reanudó se pequeño "concierto" moviendo ágilmente sus dedos por las teclas del piano.

Eso era lo que le fascinaba a Sakura, la habilidad para mover sus manos tan rápidamente. Le parecía casi imposible que un niño de nueve años pudiera hacer tales hazañas como ella las consideraba. ¿Dónde lo había aprendido?

Quería tocarlas.

Sentir aquellas manos.

¿Magia? Tal vez sea eso.

—Sakura sal, se que estas ahí.

Dio un pequeño respingo al saberse descubierta. Ni si quiera se dio cuenta cuando la música paró.

—Me has descubierto comentó con una risilla nerviosa.

—¿Qué haces tan tarde aquí? ¿No deberías haberte ido con Tomoyo?

—Es que se me olvidó algo en el salón y cuando me iba escuché una música muy bonita, supuse que era Beethoven mintió.

—¿Te gusta Beethoven? Estaba tocando una muy famosa, se llama Para Elisa.

—¡Sí, la conozco! A mi padre le encantaba.

—¿Quieres ver las partituras?

—¡Me encantaría! exclamó emocionada.

Shaoran le pasó las partituras, y Sakura, como la torpe que era se le cayó unas cuantas.

—¡Perdón! dijo apenada la castaña.

Ambos se agacharon a recoger las partituras, y en eso sus manos se rozaron. Solo fue un pequeño roce, pero eso a Sakura le bastó para comprobar que definitivamente tenia que agarrar o por lo menos tocar esas manos.

—Me tengo que ir, mañana nos vemos dijo nerviosa la niña mientras que salía rápidamente del salón. A Shaoran no le dio tiempo ni de contestar.

Oh sí, cumpliría esa extraña tentación.


Quería esperar a terminar los tres capítulos para publicarlo, pero ya que estoy un ordenador de mesa y no en una tablet aprovecho. Este fic será solo tres capítulos, ¡no pidan más! xD.

Como me tocó el tema de "agarrar manos" (algo bastante inocente), hice que tuvieran nueve añitos, aun están en primaria :3

Toda crítica es bien recibida.

¡Nos leeremos muy pronto!