« ¡Licht, idiota!»

La luna estaba en su punto más alto. Ya era bastante tarde pero realmente no tenían mucho sueño. Ambos niños estaban en la habitación de Leonhard hablando cosas banales, sin un tema de conversación en concreto. Leonhard vio una buena oportunidad para preguntarle algo que rebotaba en su cabeza y no lo dejaba tranquilo. Pero llevaban horas hablando y no sabía el momento más apropiado para decirlo.

—Oye, Licht. ¿P-puedo hacerte una pregunta?

—Claro~ —respondió con esa típica energía que le caracterizaba.

El de pelo corto hizo una mueca.

— ¿Te has sentido atraído por alguna chica alguna vez? —no volteó a ver a su hermano, sino que jugaba con sus dedos.

— ¡Por supuesto! —respondió —. ¿Por qué la pregunta, Leo-nii? ¿Acaso te gusta alguien?

Su mirada denotaba picardía.

—Tal vez, sí.

— ¿Quién es, quién esss?

Leonhard se rascó la cabeza, algo avergonzada. No quería confesar nada. Le gustaba aquella linda ama de llaves que cambiaba sus sábanas y le traía el té todos los días.

—Nada, olvídalo.

— ¡Oh vamos! Dime quién es~

Se acercó, inquisitivo y dispuesto a saberlo. Ojalá Leonhard jamás lo hubiese preguntado. Se lamentó una y otra vez en su cabeza mientras Licht le presionaba para que lo confesara. Le picaba con el dedo índice suavemente en la cara mientras decía algo como « ¿Leo-nii? Leo-nii. Leo-nii~, ¿L-e-o-nii?»

— ¡Licht quítate ya! —golpeó ligeramente la mano de su hermano, molesto —. Que insoportable y feo eres.

— ¿¡Feo!? —exclamó el de pelo largo, ofendido. Sus amigas especiales siempre le decían que era muy guapo. Ellas no mentirían... ¿o sí? No, no lo harían —. ¡Como si tú estuvieras muy bonito!

Se abalanzó contra él, y ambos cayeron al piso. Leonhard debajo mientras que Licht arriba. El menor le agarró las manos y las puso por encima de su cabeza para que no pudiera golpearlo, haciéndole una "llave". Le miró con los ojos entrecerrados.

— ¡Si, eso es lo que eres, un feo! ¡Y ya quítate de encima! —Licht lo miró con más molestia y no se movió un milímetro. ¡Lo había llamado feo dos veces! —. ¡Feo! ¡Feo! ¡Feo!

Leonhard lo siguió molestando y le sacó la lengua.

— ¡Tú te lo buscaste! —murmuró Licht y entonces rápidamente unió sus labios con los de su hermano para darle un beso corto.

Licht se separó y le liberó las manos mientras lo miraba con superioridad. Por su parte, el pequeño Leonhard se llevó una mano a sus labios. Un tenue color rojo se extendió por todas sus mejillas. Frunció el ceño, enojado.

— ¡Licht idiota! ¡Ese era mi primer...! ¡Mi primer! ¡Idiota! ¡Idiota! ¡Me robaste mi primer beso!

—Baja la voz, nos regañarán. Pareces una chica ahora. No pensé que te molestara tanto.

— ¡Eres un idiota! ¡Mi primer beso! -aún no podía hacerse a la idea de que su primer beso fue con el insoportable de Licht.

Quién diría que en verdad le importara tanto, Licht pensó que sólo las mujeres se preocupaban por ello.

— También fue mi primer beso, Leo-nii —murmuró el otro despreocupado.

Un primer beso bastante peculiar.