-Hermione por favor, no te puedes ir, te necesito—suplica Harry mientras cerraba la puerta del cuarto que compartía con la chica.

-Ese es el problema, que me necesitas, no me quieres me necesitas—dijo al borde de las lágrimas.

-Claro que te quiero, siempre te lo repito.

-No es cierto—lo interrumpió mientras cerraba de golpe su baúl—vivimos juntos desde que salimos de Howarts y poco tiempo después acabaste con Voldemort y de eso hace cinco años ahora mencióname una vez, solo una en la que me hallas dicho "te amo"

Harry se quedo totalmente callado obligando a su memoria para que lo salvara de esta, pero no fue así y cuando se dio cuenta Hermione ya no estaba en la habitación.

"Han pasado seis días y han sido un completo martirio, no sabes cómo extraño el olor de tu pelo, las casi inexistentes pecas del rostro que tanto me gusta admirar cuando duermes, extraño como me despiertas con cariño todos los días, hasta extraño que me regañes cada vez que no llevo la ropa sucia a su lugar. El otro día hable con Ron de todo esto y aunque no es su fuerte desde que se caso con Luna mejoro, el punto es que me izó ver la verdad y cabe mencionar que te dio la razón, no me molesta ese hecho pero me hace sentir peor. No sabes cuánto me gustaría haberte dicho lo tanto que te amo antes de tener el riesgo de perderte, solo espero que pronto tenga el valor para decirlo en persona.

Siempre tuyo:

Harry

Una pequeña lagrima rebelde resbalo por su mejilla cayendo directamente al sobre de la carta.

Lo extrañaba mucho y esa carta le había hecho entender todo por fin, lo necesitaba, se oía feo pero era cierto, lo necesitaba para tener la fuerza de enfrentar cualquier cosa. Ahora entendía por qué la necesitaba, era una forma un poco extraña pero común de amar, no importaba como (bueno quizás pero este no era su caso), pero la amaba y eso lo importante.

El teléfono de la habitación del hotel en la que se hospedaba sonó sacándola de sus pensamientos.

-¿Bueno?—contesto Hermione mientras terminaba de secarse las lagrimas.

-Señorita, aquí hay un caballero que dice conocerla, su nombre es…

-Harry Potter—se escucho a los lejos y Hermione no pudo evitar sonreír

-…Harry Potter, ¿Le permite pasar?—pregunto la recepcionista reanudando la conversación.

-Si, gracias—termino de decir mientras colgaba el teléfono-

Eran tan solo quince pisos de altura y si le agregas la distancia que hay entre el elevador y su habitación significaba que no tenía mucho tiempo.

Mientras intentaba disfrazar el desorden de la habitación, escucho como se cerraba la puerta principal, se sobresalto y con desesperación comenzó a buscar su varita. Cuando estaba a punto de descubrir al intruso un par de fuertes brazos la aprisionaron, al principio se negó a corresponder al abrazo pero cuando reconoció a la persona no lo pensó más y se dejo llevar por el momento.

Después de varios minutos en los cuales se dedicaron a transmitirse todo lo que sentían en ese abrazo.

-Harry perdóname, fui un poco infantil pero me di cuenta me di cuenta de mi error, espero que podamos comenzar de nuevo—Hermione derramo unas cuantas lagrimas al pronunciar esas palabras.

-Shh, tranquila mi niña, no fuiste infantil, en parte bueno toda la razón la tienes, tu te mereces miles de te amo y te prometo que te los daré.

-Muchas gracias Harry, Te Amo

-Yo también TE AMO—dijo al oído de su novia para después comenzar a besar su cuello.

-Mmm…Harry, espera por favor…estamos en un hotel…

-Mejor aun, lo único que falta por hacer es poner un letrero que diga "No Molestar", ¿No crees?

La única respuesta que recibió fue un gemido, estuvo a punto de hacer lo que estaba haciendo para poner el letrero pero re arrepintió justo después de que se le ocurrió la idea, ya después la arrancaría la cabeza a la primera que los interrumpa pero mientras debe demostrarle a Hermione que la ama de la manera que más le gusta.