-Aun recuerdo como si hubiera sido ayer, él junto a mí, contemplando los atardeceres; sus besos, sus caricias, la sensación de seguridad que encontraba a su lado. ¿Por que la vida es así?, ¿Por qué por culpa de estupidos convencionalismos, se me arrebato la felicidad? Desde ese maldito día, estoy muerta en vida, he perdido todo, las ganas de vivir, absolutamente todo; me he convertido en el títere de los deseos de mis padres; justo como se espera de una señorita de la alta sociedad- susurro y seco una lagrima que resbalaba por su blanca mejilla.

Con añoranza retrocedió siete años.

-Vamos Ino- grito entusiasmada una chica de sedosa cabellera rosa, dirigiéndose emocionada hacia las caballerizas de la hacienda. Acaba de llegar junto con sus padres y su mejor amiga Ino, para pasar las vacaciones de verano.

-Se ve que te encanta este lugar-susurro la chica rubia deteniéndose a su lado tratando de recuperar el aliento.

-Me fascina es hermoso, cuando lo conozcas mas te enamoraras, te lo aseguro. En vista de que ya me alcanzaste, vayamos a las caballerizas, deseo ver a mi caballo favorito, me lo regalo papa en navidad, es hermoso.

-Terciopelo-se mofo la rubia-En serio que no entiendo el nombre que le diste, es raro.

-Parece un terciopelo negro, me encanta-sin decir mas tomo a la rubia de la mano y se adentro en las caballerizas.

-Buenos días señoritas- se escucho una aterciopelada voz.

Las chicas se sobresaltaron y buscaron al dueño de tan encantadora voz.

Y ahí a acicalando a un hermoso caballo pura sangre, de color negro, se encontraba un apuesto joven de unos 16 años, de tez blanca como la nieve, cabello negro como la noche, unos grandes y hermosos ojos negros, encantadores que embrujaban de solo verlos.

Tenia su bien formato torso desnudo, se notaba que realizaba labores de campo.

La chica rubia lo observo con curiosidad, ese joven era tan diferente a los amigos que tenia, era obvio pertenecían a círculos sociales diferentes, sus amigos eran de la clase alta, y ese chico era, por decirlo con suavidad un simple campesino.

-Hola-dijeron las chicas.

-¡Terciopelo, mi terciopelo!-chillo la chica de cabellera rosa y corriendo se dirigió hacia donde se encontraba el muchacho, y sin mas abrazo el caballo. El joven la observaba ocasionalmente.

-¡Estas mas hermoso! Prepáralo para salir -ordeno.

-Si señorita.

-También, la yegua "Capullo".

-si señorita- respondio el chico llevándose a terciopelo y se dirigiéndose a donde se encontraban los fustes y los suaderos. Cuando ya el joven se había adentrado mas en el establo, Ino estallo en sonrisas.

-Es guapísimo-susurro Ino al oído de su amiga.

-Cállate Ino, es solo un empleado, papa me tiene prohibido que hable con ellos mas de lo estrictamente necesario.

-Por Dios, Sakura, tenemos 15 años, estamos de vacaciones y así como Gaara, Sai, Neji, Shikamaru y todos los demás que están en el Mediterráneo de vacaciones donde seguramente conocerán a unas lindas chicas griegas, nosotras también podemos divertirnos, es un bombón.

-No, es no, ya no digas mas sandeces.

-Dudo que Gaara se acuerde de ti- musito Ino con malicia-Te vas de vacaciones y eres libre, solo se es pareja en la ciudad.

-Gaara no es así, él es… bueno el no creo que sea capaz de nada, además no es mi novio, no me importa lo que haga.

-Pero te gusta ¿Acaso crees que no me he dado cuenta de cómo los ves de reojo en las reuniones del club?

-Yo…- Sakura no pudo refutar la observación de su amiga, todo lo dicho era verdad, Gaara era su ilusión de quinceañera. Un leve rubor cubrió sus blancas mejillas- Ya Ino, cállate, piensa en Sai, él si es tu novio, no se como puedes siquiera pensar en…

-Sakura no te estoy diciendo que nos vamos a casar con el caballerango- declaro con gesto de horror- Solo que pasemos un buen rato.

-Los caballos están listos señorita-dijo el caballerango acercándose llevando de las riendas a ambos caballos.

-Gracias-dijeron al unísono.

El joven se quedo de pie observando a las jovencitas que se alejaban.

"Es tan hermosa".

En eso estaba cuando Ino se volvió a verlo.

Las muchachas salieron del establo y montaron los caballos.

-Vamos Ino te voy a mostrar mi lugar favorito- exclamo entusiasmada la chica de cabello rosa.

-Me siento incomoda-se quejo Ino.

-¿Por qué?

-Sabes que no me gusta montar

-Mmmm, pues eres de las mejores en el club.

-Lo hago por papa que ama la equitación pero no me gusta.

-Díselo, hazle saber que no te gusta-aconsejo Sakura.

-¿Estas loca?, si lo hago mi padre me deshereda, debo de ser perfecta.

-Mi papa jamás me obligaría a hacer algo que no quiera-expreso Sakura con alegría, al saber que tenia unos padres muy comprensivos y amorosos.

-Pues te felicito, me encantaría que mi padre fuera como el tuyo, tan accesible, porque mi padre dice algo y no los discutes, es una orden que debes acatar o de lo contrario de ira muy, pero en serio que muy mal.

-Ya llegamos-exclamo Sakura, desmontando. Ino la imito.

-¡Saku! Es hermoso, realmente hermoso- susurro la rubia mirando encantada a su alrededor.

Era una extensa planicie llena de vegetación, había árboles como pinos en su mayoría y abetos. También había un gran lago de aguas cristalinas, que tenia a unos cuantos cisnes.

Además de hermosas flores silvestres.

-Ves, dije que te gustaría-asevero, y se dejo caer en el pasto. Colocando su cabeza entre sus manos.-Este lugar es mi favorito.

-Creo que le gustas al caballerango- soltó de pronto Ino, que seguí de pie.

Al escucharla Sakura se incorporo con brusquedad.

-¡Estas loca! No tienes fundamentos sólidos, para hacer semejantes aseveraciones

-Claro que los tengo, sino no te lo estaría diciendo. Vi la manera tan dulce en que te observaba-chillo Ino emocionada-Seria como en las novelas, la señorita rica enamorada del muchacho pobre, ¡que emoción!

-¡Vamonos!-grito Sakura molesta-Ya vas a empezar con tus tonterías.

-Saku, no te enojes-la rubia la abrazo-Estoy jugando, además ni te quejes es muy guapo, me encanta, podría asegurar que es mas guapo que tu querido Gaara, e incluso que mi amado Sai y todos los demás.

-¡Por favor!-se mofo la chica de cabello rosa-No puedes compararlo con Gaara o cualquier otro, seria como comparar un vidrio con un diamante, te afecto el cambio de clima Ino.

-Lo que digas, pero eso no quita que le gustes, e insisto deberías divertirte un poco, o si tu no lo quieres lo intentare yo.

-Haz lo que quieras-espeto Sakura y monto su caballo -Te reto a que me alcances.

-La que pierda le preguntara el nombre al caballerango, ¿estas de acuerdo?

-Por supuesto.

-A la cuenta de tres, una, dos tres.

Las dos chicas soltaron la rienda y dieron de fuetazos a sus monturas.

La suerte, el destino, uno de los dos decidiría lo que estaba por suceder.