HOLA GENTE!!! BUENO AQUÍ ESTA MI PRIMER FIC. HAY QUE ACLARAR QUE ESTE FIC TIENE LUGAR EN BARCELONA, PRINCIPALMENTE POR QUE NO PUEDO CREAR UNA HISTORIA EN TOKIO, AUNQUE ME GUSTARÍA, SI NO LA CONOZCO.

BUENO PARA HACEROS UN POCO DE INICIACIÓN AL FIC HABEIS DE SABER QUE LA HISTORIA PASA EN UN PUEBLO. LA PROTAGONISTA ES KAGOME, ES UNA HISTORIA EN PRIMERA PERSONA, CUYOS PROBLEMAS PERSONALES SERAN LA TRAMA DE ESTA HISTORIA.

CREO QUE POR AHORA YA NO PUEDO DECIROS MAS. ESPERO QUE OS GUSTE.

LA LUZ DE MI SALIDA

by ANDAIRA

CAPÍTULO 1

El pricipio de algo

Silencio. Solo había silencio en mi habitación. Me encogí. Estaba despertándome poco a poco. En realidad, la realidad se había escapado por algún lugar de mi mente, por que no sabía que había pasado en las últimas horas ni cómo había llegado a estar tumbada en mi cama, con la puerta de la habitación cerrada. Bostecé y me incorporé poco a poco. Me sentía mareada. Miré mi habitación, limpia, ordenada con todos sus peluches en su sitio, los pocos que tenía. Entonces, me vino un flash, como en las películas, y me acordé de todo. Mi padre, había llegado a las tres de la mañana borracho como una cuba insultando a mi madre y pidiéndole la separación. No sabía lo que había pasado, pero estaba harta, agobiada y cansada. Mi familia se rompía poco a poco como la arena que cae de un reloj de arena. No es que siempre hubiera estado estado unida, pero ahora parecía que la fecha de caducidad se acercaba como un Tsunami.

Decidí dejar mi parte razonable de la mente en un rincón de esta, y levantarme. Hoy no saldría, así que abrí el armario y me puse lo primero que encontré. Un pantalón gastado y una camiseta de manga larga con una sudadera encima. Salí de la habitación y bajé las escaleras en silencio. Sabía que mi madre estaba levantada en el salón, pero mi hermano estaba durmiendo y seguro que ya se había enterado de lo que había pasado. Aunque era pequeño, él no era tonto. Al entrar en el salón vi a mi madre, sentada, tapada con una manta, con cara de no haber dormido en absoluto. Normal, tanto ella como yo habíamos estado despiertas des de las dos de la madrugada. Que mierda de vida.

- Hola- ella se giró-no podía dormir más. Ya sabes, mi reloj biológico no me deja dormir mas de las nueve y media de la mañana. Es patético cuando es fiesta.

- Ah. Pues si que es patético. Y no te puedes quedar en la cama?- me contestó. Ella seguro que quería que no me metiera en todo ese berenjenal en el que, para su desagrado y el mío ya estaba metida hasta el moño.

- Buff. Pues no. Me ahogo yo misma en la cama. Pero ahora me ha entrado hambre. Estoy pensando en unas tostadas con paté y un buen café con leche.

- ah.

El silencio se hizo el rey del lugar, uno muy incomodo, horrible. Me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla. No podía hacer nada mas, y eso me reventaba de sobremanera.

Mi madre y yo no teníamos la relación propia de madre-hija. Ella no sabía nada de mi. Pero es en esas ocasiones cuando la parte interior tuya, que quiere a tu madre, sale a flote. Ella, a pesar de todo lo que me había hecho, era mi madre, y verla sufrir, me destrozaba.

Haciendo un hecho de las palabras me encaminé a la cocina y cerré la puerta detrás de mi. Me apetecía un café con leche. Amaba el café con leche. Contrariamente a su naturaleza, el café me tranquilizaba a un ritmo rápido. Abrí la nevera y saqué la leche, después saqué un vaso, lo llené y lo metí en el microondas. Puse la mesa, saqué mis tostadas con paté y encendí la tele. En el silencio de la casa, sonó el pitido del microondas que anunciaba que el tiempo impuesto se había acabado. Así que empecé a desayunar. En realidad no miraba la tele, solo pensaba.

Los últimos años habían sido una porquería. Justo un año atrás, me negaba a pensar exactamente el tiempo exacto, había venido a pasar unos cuatro dias mi ex novio. Patético. Cuando me llamó no me lo podía creer. Lo primero que pensé: El cabrón había venido a rematarme. Tenia la sensación de que, si me lo encontraba, esta vez no podría sobrevivir. En un sentido figurado, claro. Las última dos vez, me había dejado rota a pedazos, tardé lo mío en recomponer las piezas y seguir con los cinco sentidos en el mundo de los vivos. Tarea fácil pensarían algunos. MENTIRA. Ya dicen que las apariencias son las que ocultan la realidad. La mía había sido un caos. Vivía de 8:00 a 17:30, cuando me hallaba en el insti. Allí no me permitía a mi misma pensar en nada personal, mis amigas no sospechaban y eso me ayudaba a no pensar. Pero la realidad se me aparecía cuando llegaba a casa. Saludaba y me encerraba en mi habitación a hacer deberes, esquivando a si, la realidad. Intentado taparla con mas apariencias. Intentando, sin éxito, que tu hermano no lo notara. Vivía en apariencia y sin pensar. Pero cuando él volvió a mi vida, no creí que lograra sobrevivir. Huí. Apagué el móvil durante esos cuatro dias. Desaparecí. Pensaba que si lo veía o me llamaba, lo que me diría me dejaría rota en tantos pedazos, que tardaría como mínimo un mes en poder juntarlos. Lo había logrado y había consegido sobrevivir. Mi fuerza para levantar un escudo había surgido efecto. Ahora seguiría con mi vida. Pero ahora el problema lo tenía entre las paredes de mi propia casa. Y me asfixiaba.

Acabé de desayunar y lo recogí todo y me fui a mi habitación. Tenia un montón de deberes para estas fiestas, y el ambiente de mi casa me agobiaba tanto, que me obligaba a mi misma a estar ocupada. Mi misión para el día: Dejar la razón, no pensar. Eso solo era posible estando ocupada.

Me tiré dos horas haciendo deberes, hasta que llegué a un punto en el que tenía que parar por que, si no, no tendría nada que hacer al día siguiente. Como aún me quedaba tiempo hasta la hora de comer, me puse a limpiar y a ordenar mi habitación, una tontería, teniendo en cuenta que esta estaba limpia y en orden.

Mi madre entró en mi habitación cuando yo estaba acabando de ordenar la última estantería. Me miró con cara rara:

- ¿qué?- le pregunté

- Nada. Por que limpias tu habitación?

- Por nada quería hacerle algunos cambios, ya sabes, renovarla, colocar cosas en un lado y otras en otro. Me aburría como estaba antes y he decidido darle un cambio.

- Pues yo la veo igual que antes- vale ahora me había pillado. ¿Que iba a decirle?

- Ya, es que no me gustaban mis ideas al ponerlas en práctica y al final la he dejado como antes.

- Ah. Bueno, te aviso que la comida está en la mesa

- Vale

Baje junto a ella al salón donde estaba la mesa puesta y la comida. Allí, los comensales me miraron al entrar. Uno con cara de burla y el otro con cara de mala leche.

- Tata!!! Ya era hora de que bajaras. ¿Sabias que te has acabado todo el paté que había?- Mi hermano Souta me recriminaba algo de lo que no me acordaba.

- Ah. Lo siento, pensé que quedaba más.

- Vaya, ya era hora de bajar. ¿Se puede saber que coño has estado haciendo toda la mañana arriba?- Mi padre estaba sentado en la punta de la mesa, donde se ponían los cabeza de familia, y me miraba muy enfadado. Tenia a mi madre al lado sirviéndole la sopa en el plato y una cerveza. Eso lo explicaba todo.

- He estado haciendo los deberes que me han mandado para las fiestas. Son muchos y los he de hacer pronto. Ah, también a limpiado mi habitación.

- Ya, eso no te lo crees ni tú. Tú limpiando. Ja, Ja.- Le ignoré, él no sabía nada de mí, y me senté en mi sitio. Mi madre ya me había servido la comida.

Fue Horrible. Una comida buenísima acompañada de las criticas dirigidas hacia ti de tu propio padre. Vergüenza. Puto alcohol. Me pasé toda la comida pensando en como habían cambiado las cosas en mi familia. En España había crisis y por lo tanto, mucho Paro provocado por la poca faena que había. A mi padre, le había tocado lo peor, como a su gremio. La construcción había causado que bajara tanto la faena que, con mucha suerte mi padre tenía trabajo. Esa situación le había llevado a apoyarse mas que antes en el alcohol. Des de entonces nos trataba a todos como mierda, mi madre se llevaba la peor parte y a mi, por ser la mayor, con mis 17 años y medio, también. Mi única salvación era, como siempre en estos casos, la huida, y no por cobardía, si no por que ni yo, que tenía un poco de paciencia, podía con ella. Yo me conocía bien, y sabía que algún día no muy lejano explotaría, y eso no me convenía. Ahora mi madre podría largarse para no volver, y como yo pronosticaba, mi familia se separaría y peligraría mi unidad con mi hermano, que era lo único que siempre me había importado. El resto, no tenía solución.

La cena acabó en gritos y una madre llorando en la puerta de la habitación, por la cual, su marido había entrado dando un portazo y maldiciendo a los cuatro vientos. Yo recogí la mesa sin hablar y le pasé a mi hermano la consola que estaba en la estantería mas alta de la cocina. Le vi subir a su habitación contento y dándome besos. Que felicidad. Me volví hacia mi madre y la miré. Estaba desolada. Me quería ir de esa casa donde poco a poco nos destruíamos unos a los otros. Subí las escaleras hacia mi habitación musitando un: mamá me voy a BCN a dar una vuelta vendré tarde, como siempre. No esperé respuesta.

Me puse unos pantalones tejanos cómodos con una camiseta y un jersey de esos sin mangas con cuello alto. Cogí mi abrigo rojo, de esos que están de moda, y mi bolso con la tarjeta del bus, mi monedero, el móvil y mi mp4. Bajé las escaleras, abrí la puerta de la calle y me fui.

Cuando estuve en la calle, el aire frío me abrió la mente y me la despejó. Vivía en un pueblo de cuatro casas, en el que en media hora o menos ibas de una punta a otra sin ir a un paso rápido. El típico pueblo en el que las noticias vuelan en menos que canta un gallo. Mi casa no estaba justo en el centro, si no que estaba algo apartada, en la que habían casas grandes y la tranquilidad era palpable. Bajé la calle dirección a la estación de bus. El viento en algunas calles era para congelarse, pero en ese momento lo que menos sentía era eso, el frío. Me costó menos de diez minutos plantarme en la estación. Como los buses pasaban con una frecuencia de media hora no necesitaba correr. En la estación ya había gente, para mi desgracia, el bus de autopista ya se había ido sin mi, a si que no me quedaba otra que ir en el de carretera. Odiaba ese bus, tardaba en llegar a la ciudad una hora, ya que pasaba por la nacional y recogía a un montón de gente, siempre iba a petar.

Me esperé en la cola y al llegar donde el conductor, este me saludó y me miró con la típica sonrisa pícara del que espera que le vayas dando cuerda durante todo el trayecto. Además, el pobre conductor era viejo, iba sin afeitar y era feísimo. El pobre no lo tenía muy bien. Pasé de su insinuación y me dirigí hacia la parte central tirando al final del bus. Al salir de la estación, no había nadie mas que un grupo de personas que acababan de subir antes y después de mi. Por lo tanto el asiento contiguo al mío estaba vacío. Mejor, podía disponer de la ventana. Me acomodé y me desabroché la chaqueta, me puse los cascos y encendí mi mp4. Me encantaba escuchar música en el bus, coche o en cualquier vehículo en el que hacía un trayecto. Lo puse en el volumen justo para no escuchar el parloteo de la gente que había a mi alrededor. Empezó a sonar el nuevo CD de Pink con la Canción So What . Esa canción me encantaba.

El bus salió de la estación hasta la salida del pueblo. Calculé que me perdería en mi propio mundo una vez hubiera salido del pueblo. Para eso solo faltaba una parada. Cuando el bus paró, miré con curiosidad la gente que subía. La conocía a casi toda de vista. La primera era una pelirroja que siempre se maquillaba en el bus y que abalaba de su vida privada con sus compañeras, siempre a su lado en el trayecto. Me reía mucho con ella, ya que su vida parecía un culebrón. La típica persona superficial a la que le encanta que todo el mundo sepa de lo que es capaz o de lo que es su vida, y por conocerla, la conocían todos los viajeros del bus al que ella subía. Los pasajeros que iban cada día en el bus, conocían su vida enteramente, los ocasionales, a cachos. El resto de pasajeros eran los de siempre, las compañeras de la primera, todas tal para cual, y un montón de extranjeros. Como máximo eran unos siete pasajeros más. El último fue el que me llamó la atención. Tenía el pelo largo y negro, para mi gusto, estaba buenísimo. Llevaba una camiseta negra de manga larga tapada a medias por su chaqueta de cuero y unos tejanos ajustados. Me paré pensando des de cuando me había vuelto a si con los hombres, tan superficial, y cuando quise apartar la mirada, el se giró y se me quedó mirando. Me quedé a cuadritos. Esos ojos. . . Eran una piscina profunda de mantequilla fundida. Tenía unos ojos que deslumbraban. Pero algo en esos ojos no me gustó. Parecían que descubrieran tus sentimientos, que supieran leer el idioma de la mirada con solo mirarte a los ojos. El bombón en cuestión, por que no desmintamos lo obvio, se me había quedado mirando a la par que yo y sus labios se curvaron en una sonrisa arrogante. Ese había sido su fallo. La arrogancia que destilaba su rostro quedaba perfecta con su cara, ese detalle me desagradó, odiaba a la gente arrogante que se cree la perfección con patas. Odioso. A sí que aparté mi mirada de la suya y la fijé en la ventana. Sentía su mirada como un cuchillo en mi espalda, yo sabía que me miraba, pero le ignoré. Tal y como había predicho me aislé con mi música en mi mundo.

Desconozco cuanto tiempo estuve en mi mundo de Yupi, solo sentí a mi lado como alguien me daba golpecitos en la espalda llamando mi atención. Molesta por la interrupción me giré y me quedé helada. El chaval que había visto antes, estaba sentado a mi lado y era él el que llamaba mi atención. Lo primero que me pregunté era que hacía justo a mi lado si había tanto sitio. La respuesta era obvia. Había estado ausente la mayor parte del trayecto. El bus se había ido llenando como era de costumbre hasta que no había sitio libre. Le miré entendiendo parte de la situación y volví a ver esa arrogancia que hizo que me cayera peor de lo que ya me caía.

-¿Qué?- le espeté sin tener cuidado de parecer amable. Mi día no era para entablar conversación con un arrogante desconocido. Pero él ignoró mi tono.

-Nada. Solo quería hablar contigo. Me aburría.

-Pues haz una carrera de pulgas. No es mi problema

-Eres siempre así de simpática o solo lo eres ahora conmigo?

-No. Solo contigo por ser molesto.

-AH. Me lo tomaré como un cumplido. Y adonde vas tan sola a Barcelona?

-Pues a perder el tiempo.

-Sola?

-Que pasa? No has oído nunca "mejor solo que mal acompañado"?

-Es eso una indirecta para decir "piérdete y metete en tus asuntos"?

-Vaya. Me sorprendes. Normalmente los tíos no pillan las indirectas a la primera.

-Dios, que insoportable eres.

-A que sí? Pues piérdete, conversa con otro y déjame en paz.

-Con mucho gusto.

No volvimos a hablar. Cada uno tenía la mirada puesta en otro lado distinto el del otro. Ya habíamos entrado a Barcelona y casi llegado al final del trayecto. Lamentablemente para mi, él era uno de los tres pasajeros que quedaban en el ya desierto bus. Me levanté y me bajé cuando el bus paró y puse marcha a la plaza Tetuán para empezar mi pérdida por Barcelona. Él me siguió al principio, pero cuando yo crucé dirección Plaza Cataluña, el siguió recto hacia Arco de Triunfo.

La verdad es que quizás si que me había pasado de tono con él, pero luego, al recordar su arrogancia pensé que le podían dar por saco. Era la típica borde a la que no le gustan que le estropeen su soledad en momentos claves.

Me olvidé de ese chaval en cuanto me metí en esas calles tan pequeñas de mi Barcelona. A veces pensaba que era un poco cursi por pensar así, pero Barcelona, para mi era la salvación. El típico sitio para perderte y olvidarte de quien eres. El día le era increíblemente favorable. El cielo tenía un color a ceniza precioso, que hacia a Barcelona mas misteriosa y fantástica. Sus edificios, fuentes. . . Para mi era una puerta a mis recuerdos. Al ser navidad era mas bonita. Las calles grandes tenían colgadas luces de color azul, como cascadas. Había tanta gente, que parecíamos todos hormigas en un campo. Ese espíritu me hacia olvidar mis problemas. Durante toda la tarde, anduve de allí para allá. De Cataluña al puerto pasando por Vía Layetana. Era un trayecto largo pero fantástico. Me adentré en la Catedral llena de gente y en la Iglesia de Santa Maria del Mar. Era precioso. También fui al puerto, donde estuve una media hora sentada viendo el mar y la puesta de sol. Cuando subía hacia el metro paré a comerme una hamburguesa con queso. La soledad para mi no era una molestia, a veces hay cosas que no las puedes hacer acompañada. Tenía muchas amigas, pero no les gustaba andar por Barcelona tanto como a mi. A si que al cabo de una hora dando otra larga vuelta me metí en el metro y mas tarde en el bus. Normalmente solía llegar tarde y me había de esperar al bus, pera ese día llegó puntual. Una vez me hube sentado me empezó a sonar el móvil. Lo primero que pensé: mi madre controlando de que no llegue tarde para hacer la cena. Pero no, era mi mejor amiga des de los últimos seis años: Sango. Después de dejar que sonara un poco Decode de Paramore, me digné a coger el móvil.

-Si?

-Kagome?

-Ah. Hola Sango. ¿Qué quieres?

-Donde coño estás? Estoy en la puerta de tu casa, le he preguntado a Souta dónde estabas y me ha dicho que hacía unas siete horas que te habías largado a no sabe donde.

-Ah. Si, estoy en Barcelona dando una vuelta.

-Que ha pasado Kagome?

-Nada. ¿Por qué ha tenido que pasar algo?

-Veamos. Te conozco lo suficiente para saber que ha pasado algo para que te hayas largado sola a Barcelona, por que las chicas están en casa de Rin y tu no estabas.

-Quería pasear, es navidad y esto es muy bonito.

-Buff. No se el por qué pregunto. Bueno, ¿Estás bien?

-Claro. Bueno te dejo. Oye mañana a que hora hemos de estar en el insti?

-A las 8:00.

-Pues nos vemos mañana

-Vale dw

A veces me daba la impresión de que, a pesar de todos mis esfuerzos, mis amigas sabían que me pasaba algo. Dejé que esos pensamientos me llevaran a los rincones mas hondos de mi cerebro, y para cuando me quise dar cuenta me había quedado dormida. Me desperté sola en el bus cuando entraba al pueblo. Buff. Miré el reloj, eran las diez. Odiaba cuando no pillaba el bus de Autopista, tardaba mucho el de carretera. Me bajé y el viento me azotó la cara como la bofetada mas bien dada de la historia, y me puse a andar hacia mi casa. De camino, como es normal en un pueblo, me encontré a un montón de conocidos, de esos que solo te saludan por conveniencia, unos falsos, vamos, para ser claros. Estuve ablando con ellos un rato, haciendo ver que me interesaba su tema de conversación, osea: con quién se había liado ese puente, lo injusta que era su familia, el pedo que llevaron encima ayer. . . Al final me deshice de ellos con la excusa de: uff lo siento, de verdad, me están esperando.

Al llegar justo en frente de mi casa me llevé una sorpresa. Mi hermano estaba sentado en las escaleras de la casa, afuera, con un abrigo y guantes.

-Souta, que haces aquí?

-Mamá y Papá han discutido y ella está en la habitación llorando y no se hacer la cena. Como Sango me ha dicho que estabas en el bus de vuelta he salido a esperarte. Me puedes hacer una sopa de galés y hamburguesa?

-Y papá?

-Buff. Se fue después de discutir con mamá.

-Sopa de galés y hamburguesa?- dije abriendo la puerta de casa.

Souta me siguió hasta la cocina y se puso la mesa, luego se sentó a mirar como le hacia su sopa favorita y su hamburguesa. Siempre que me iba a Barcelona, me preguntaba como estaba de bonita esa vez, me instaba a que le dijera como eran las luces de navidad, los Papa Nuel del Corte Inglés. . . me quedé contándoselo todo mientras el cenaba y me escuchaba como si fuera el creador de un videojuego suyo o una actriz. Mi madre no dio señales de vida des de que llegué, no bajó a ver una peli del Señor De Los Anillos o a decirnos Buenas Noches al irnos a dormir. Me sabía mal por mi hermano, solo era un crío de diez años que, ha pesar de todo lo que decían, no era tonto.

....................

Estaba teniendo el sueño mas perfecto de mi vida. Estaba en una playa tomando el sol con mi amor irreal. Mi Edward de Twilight. Siempre podía soñar tener para mi a una perfección con patas, por mucho que esta solo existiera en los libros, sueños. . . en conclusión, en un mundo de fantasía. Yo sabía muy bien que de ilusiones no se vive, pero de vez en cuando, los sueños, son la puerta a un mundo, en el que no has de vivir atado a una realidad que te agobia. Estaba tan a gusto con mis fantasías cuando un sonido que no encajaba me sacó de ella. El móvil sonaba en mi mesita de noche, rompiendo el silencio sepulcral de mi casa. Estaba aturdida, pero me las apañé para no lanzar mi móvil-despertador contra la pared, no tenía pasta para comprarme uno nuevo. Me levanté, y lo primero que hice fue mirarme en el espejo.

Una muchacha me devolvió la mirada dormida. Tenía el cabello azabache largo hasta la cintura, este caía liso hasta acabar formando unos rizos en las puntas. Unos ojos marrones chocolate adornaban mi rostro pálido con unas cuantas pecas en la nariz. Mi cuerpo, ni delgado ni gordo, con las curvas exactas de una mujer desarrollada a la medida justa (unos pechos medianos, una barriga plana y un culo respingón pero sin exagerar el tamaño) estaba cubierto con un camisón de seda color perla, que me llegaba un palmo y medio mas arriba de la rodilla.

Suspiré. Siempre que me levantaba hacía lo mismo para que el espejo me devolviera la misma imagen cada día. Me puse mis pantuflas y me encaminé hacia la habitación de mi hermanito. No había nadie en casa. Mi madre se habría ido a trabajar y no volvería hasta la noche, y mi padre quizás no había ni vuelto por la noche. Yo me dedicaba a despertar, arreglar, hacerle el desayuno y a acompañar a mi hermano al cole. Me costó lo mío ya que en la cama se estaba muy bien y el niño no era tonto, pero al final me las ingenié para hacerlo todo y plantarme a las 7:45 en la puerta de la casa de Sango.

Sango tenía un hermano pequeño, Kohaku, al que su padre llevaba cada día al colegio e iba a la misma clase que mi hermano. Como Sango y yo, eran íntimos.

Ella salió a los dos minutos de anunciarle mi llegada. Hoy íbamos conjuntadas. Llevábamos una falda corta con manoletinas y una camiseta, ella iba de morado, negro y negro y yo de blanco, marrón y negro.

Al llegar a la verja del insti nos encontramos a todos nuestros amigos.

- Rin: conocía a Rin des de antes de conocer a Sango pero nuestra relación fue subiendo y bajando por otras causas de las que nos deshicimos poco a poco. Ahora era una amiga mas que confiable e importante.

-Sherry, La había conocido justo ese miso año por conocer a su hermana. Ella se había ganado mi confianza de un modo sorprendente.

- Miroku, Este era un caso a parte. El pervertido numero uno que ha existido en la historia. Digno de confianza en un grado infinito, pero pesado, no tenía nunca las manos quietas donde debían. Pero dejando todo lo anterior a un lado, era mi mejor amigo con diferencia, le conocía des de hacía diez años, era mi hermano no biológico. Una Sango en hombre y pervertido.

Este último, juraba estar enamorado de Sango, pero con su historial y comportamiento, aunque la posibilidad de pareja era 100%, eso hacía la tarea mas difícil y tardía. No todos estábamos en la misma clase. Lamentablemente Sango, Rin y Miroku iban al científico y Sherry y yo al Económico. Fuimos entrando en el edificio y subiendo a nuestra planta, que estaba arriba del todo, a pesar de estar en clases separadas, estas estaban una al lado de otra y así nos veíamos cada hora. Nos separamos y nos sentamos cada uno en nuestro sitio.

Mi clase, como todas, estaban mezcladas por tipo de gente: Pija, Punk engreídas. . . Yo me llevaba con todas menos con las últimas. Kikyô, Kagura y Tsubaki. Las odiaba, pero no todo el mundo lo hacía. Yo me sentaba en el lado derecho y en penúltima posición de la clase, detrás estaba Sherry que era la última. Vino nuestra querida tutora, sinónimo de fraude para toda la clase, todo el mundo sudaba de ella.

-Bueno espero que hayáis disfrutado del puente. . . – La mujer empezó a hablar y toda la clase lo hico al mismo tiempo unos a otros contándose lo que no se habían contado esos cuatro dias, la pobre se enteraba pero no se podía hacer nada. Yo me perdí en o que dijo, estaba cansada pero después de un cuarto de hora capté algo que si que e interesó - . . . un alumno nuevo, que ha empezado el curo en Barcelona pero la continuará aquí.

El alumno en cuestión entró por la puerta y a mi de poco me dio un chungo enorme. Era el chaval arrogante que había mandado a recoger níscalos el día anterior en el bus de Barcelona. El chaval de los ojos como una piscina de mantequilla fundida. Este también había reparado en mi para mi desgracia, y su sonrisa arrogante había crecido enormemente. Él me miraba con una mirada, de esas que puedes saber su significado sin hacer uso de un diccionario Español - Miradas / Miradas – Español. Él se acordaba de mi, y mi simpatía. Era horrible. No lo decía por que me diera miedo, que no me daba, si no por que esa mirada significaba: venganza, haré de tu vida un infierno peor del que es y te quitaré esas ganas de mandar a recoger níscalos, a la gente que quiere entablar una conversación, en un bus lleno de gente, en tus dias malos.

- Hola, ¿puedes presentarte al resto de tus compañeros?- dijo la tutora, contenta, de que por fin le prestáramos atención.

- Soy Taisho, Inuyasha. Vengo de Barcelona, pero me he mudado a aquí. Tengo 18 años, no tengo novia, cursaré el económico, aún siendo un chico suelo captar las indirectas y no me gusta que me manden ha hacer carreras de pulgas al intentar ser amable.- su sonrisa se hizo mas visible mostrando en ella un poco de sus dientes blancos.

Eso lo había dicho por mi, y tener una Paparra detrás tal y como estaban para mi las cosas no me iba a poner de mejor humor. Pensé dos cosas después de su discurso acompañado por infinitas risas y suspiros femeninos alabando y fantaseando con esa perfección andante:

Si hicieran un examen de Miradas – Español / Español – Miradas, ganaría el primer premio.

Necesitaba comprarme una nueva tarjeta de bus para Barcelona, ya que pronosticaba futuras pérdidas por sus calles por culpa del Paparra que me sonreía.

BUENO HASTA AQUÍ EL PRIMER CAPÍTULO. BUFF QUE TRÁGICO ME PARECE AHORA.

ACLARACIONES:

UNA PARARA ES UN PARÁSITO QUE SE ENGANCHA CON SUS PATAS A LOS ANIMALES. LO DE UN SUEÑO CON EDWARD ES UNA COSA BASTANTE NORMAL PARA LA GENTE QUE HA LEÍDO LA SAGA DE CREPÚSCULO, EL POBRE ES TAN PERFECTO QUE NO ME EXTRAÑA QUE SEA EL PROTAGONISTA DE LOS SUEÑOS DE MEDIA POBLACIÓN FEMENINA. QUIZÁS RESULTA RARO PERO HE VISTO COSAS PEORES. CREO QUE SE HA NOTADO EL ODIO Y EL PAPEL QUE VA HA DESEMPEÑAR KIKYÔ, ME SABE MAL PERO LA ODIO HASTA LA MUERTE Y MUCHO MAS.

POR FAVOR DEJAR REVEWS PARA SABER VUESTRA OPINIÓN Y SUGERENCIAS.

UN BESO ENORME PARA TODOS LOS QUE HAYÁIS LEÍDO EL FIC Y PARA MI ANKIN. HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

RECORDAR: A LA IGNORANCIA, IMAGINACIÓN XDDD