Disclaimer: Ninguno de los personajes, del mundo de Harry Potter, me pertenecen, si no a JK Rowling.
La historia es de MrBenzedrine y me dio su permiso para traducirla. ¡Thank you Amy!
Pueden encontrar la historia original en mi lista de favoritos, o en el siguiente link: www . fanfiction s / 12033778 / 1 / Sex-Ed (quiten los espacios)
¡Muchisimas gracias a Lightfeatherxa por hacer la hermosa portada del fic!
Esté capitulo fue beteado por HunterLight Araiza y MissFerret.
SEX ED
Sinopsis: Hermione Granger llega a Hogwarts para enseñar un plan de estudio de Biología, muy necesitado, a los alumnos. Draco Malfoy, el profesor de Pociones, no aprueba el de Educación Sexual. Todo resulta en una apuesta. ¿Quién saldrá victorioso?
Capítulo Uno: Una apuesta
~"The Good, The Bad and The Dirty" de Panic! At The Disco
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El golpeteo de los zapatos de Hermione Granger mientras subía los escalones de Hogwarts era igual a los latidos nerviosos de su corazón. Había pasado años desde que había visto el colegio en toda su grandeza. Cuando se acercó a la vista inminente de las puertas principales, la ansiedad se extendió por su pecho, hasta su cuello y mandíbula. Se tensionó, respirando por la nariz y recordándose a sí misma que no tenía nada porque estar nerviosa.
Como si hubiera sentido su presencia, unas de las puertas de madera se abrió por sí misma, y Hermione entró con bolsos en la mano. La escuela tenía un aroma mentolado de las fiestas y de pinos gruesos, supuso que es una de las ventajas de haber llegado para las vacaciones de Navidad. Bajó los bolsos por un momento, inhalando profundo por la nariz. Aparte de los aromas festivos, también estaba el aroma de los libros y las piedras y de aprendizaje. Eso alivió su mente, y fue capaz de sacudir los nervios con algunos movimientos de sus brazos.
Argus Filch se acercó a ella desde un pasillo lateral con una linterna, una mirada feroz reflejada en sus rasgos moderados—. Ah…—dijo, bajando la linterna a su costado—. Profesora Granger, ¿no? Hace mucho tiempo que no se la veía.
—Hola —Hermione saludó agitando la mano alegre—. La Directora McGonagall debe estar esperándome…
—Sí —Filch dijo enojado, interrumpiéndola—. Me dijo que la acompañara a su habitación donde se alojará y que le dijera que ella estará afuera hasta mañana por la noche—. Apartó un poco el pelo fibroso de los ojos y levantó la linterna entre ellos—. Bueno, vamos entonces. No tengo toda la noche, ¿verdad?
—Cierto —Hermione se agachó y tomó sus bolsos, pensando para sí misma que aparte de un poco de canas en su cabello, Filch no había cambiado nada. Lo siguió por el pasillo, mirando lo que sea que la luz de la linterna iluminaba mientras caminaban. En los siete años que ella estuvo alejada, Hogwarts no había cambiado. Mientras seguía a Filch en una escalera que cambiaba, intentó tener una pequeña charla—. Entonces, ¿debería esperar que los estudiantes sean bastante ruidosos este trimestre?
Filch hizo un sonido entre una risa y un chirrido aireado mientras subía los escalones —Los niños serán siempre unos malcriados, Profesora. Si me saliera con la mía, los tendría colgando a todos desde los pies. Como están las cosas, recuerde que una buena tanda de castigos es la clave para mantenerlos en su lugar.
Hermione quería comentar sobre su sugerencia de los "pies" para decirle que era prácticamente barbárico, pero lo evitó a último momento. Tal vez necesitaría a Filch de su lado más adelante, y llamarlo ignorante podría estropearlo si necesitaba una reparación en su clase rápidamente.
Llegaron a una pequeña ala cerca de las escaleras que conducía a los dormitorios de Slytherin. Al final del pasillo, un grueso tramo de escaleras se curvaba hacia arriba en espiral hasta llegar a una vieja puerta de madera con un picaporte de metal negro—. Ya que no es una profesora permanente, no le podemos dar un cuarto tan grande…—Filch le dijo, casi complacido con sí mismo—. Es allí arriba.
—Por supuesto… las clases comienzan mañana, ¿cierto?
—Así es.
—Bueno…muchas gracias, Argus —Hermione subió las escaleras mientras Filch caminaba cojeando por el pasillo hasta que la luz de su linterna ya no estuvo a la vista. Cuando llegó a la puerta, echó un vistazo a las escaleras iluminada por la luna que descendía bien abajo a los dormitorios de Slytherin. La hizo sentir un poco incomoda, estar tan cerca, pero…oh, era solo una casa de Hogwarts, por todos los cielos. Giró la manija de la puerta, entró a su pintoresca habitación, y dejó sus bolsos. Sí. Ella podía hacer esto. Era solo por un semestre…
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El primer día de clases había ido bastante bien durante la mayor parte de la mañana. Los conceptos básicos de Biología con los de primer año había sido bastante divertido; hizo que el esqueleto educativo en la clase bailara y cantara cada uno de los huesos de su cuerpo con la canción infantil El Puente de Londres se Caerá. Mañana tendría con los de segundo y tercer año, lo que significaba que la clase dedicada al turno de la tarde sería a los de cuarto año, lo que traía un tema muy delicado. Esta era la razón por la que McGonagall le había pedido en primer lugar; para enseñar a los…adolescentes hormonales a comprender sus cuerpos y cómo funcionaban, en un esfuerzo para reducir el riesgo de las escapadas sexuales en los pasillos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Cuando la directora se había acercado a ella, Hermione había estado bastante satisfecha con su posición de Sanadora principal en San Mungo. Pero una vez que McGonagall le había explicado la nueva reforma para incorporar ciertos programas adicionales, como niveles más altos de Matemática, Lengua y Ciencia, Hermione apenas pudo rechazar la oportunidad para ayudar. El pago no era tan importante como la clase: tal vez si las brujas y magos entendieran sus cuerpos un poco más, no habría un exceso de embarazos precoces.
—¡Entender tu cuerpo! —dijo la profesora Hermione Granger entusiasmada, levantando un libro de Biología 101 recién encuadernado a sus alumnos de cuarto año—. Esta es una parte esencial del crecimiento y desarrollo de cualquier joven adulto. La directora McGonagall me ha pedido que este semestre les enseñe los conceptos básicos de biología. Sobre los cambios del cuerpo. —Algunos muchachos en la sala se rieron por lo bajo—. Y sobre lo que hay que hacer si te encuentras dominado por tus hormonas. En resumen, esta va a ser una clase de salud.
Un muchacho de cabello rubio y túnica de Slytherin levantó la mano.
—¿Sí? Señor Renaldo, ¿no?
—Sí, señora —Renaldo bajó la mano—. Entonces… ¿nos va a enseñar sobre sexo?
El rostro de Hermione Granger palideció—. Ese…es un tema sobre el que hablaremos en breve, sí.
—Genial —Renaldo sonrió.
Una chica Hufflepuff con pelo ondulado muy similar al de Hermione levantó la mano en el aire—. ¿Sí? ¿Señorita Fitz?
—¿Cuál era su profesión antes de enseñar?
—Sanadora. Lo sigo siendo —ella sonrió dulcemente. Agitó su varita teatralmente, y delante de cada alumno apareció una pequeña bolsa de terciopelo—. Bien. ¡Comencemos con una prueba sorpresa! A cada uno se le ha dado un artículo en su bolsa. Quiero que lo saquen, lo identifiquen, y expliquen cual es su propósito. Si no lo saben, o no están seguros, eso es perfectamente aceptable. Me gustaría que hicieran todo lo posible, aun si algunos de los artículos son desconocidos para…
—¡Joder! —Un chico pelirrojo gritó mientras agitaba un sujetador en el aire—. ¡Me saqué el premio mayor!
El salón estalló en un ataque de risas nerviosas y otras risas descaradas. Hermione simplemente mantuvo su sonrisa plasmada en su rostro y asintió con la cabeza. —Señor Hammond, ¿por qué no comenzamos con usted? ¿qué articulo recibió en su bolsa?
—Un sujetador —Jeremy Hammond sonrió, agitándolo en el rostro de su compañera, una chica pequeña y delgada de pelo rubio platinado llamada Sarah Tumlin.
—Sí. Recibiste una prenda interior —Hermione reconoció—. ¿Cuál es su propósito?
—No…no creo que deba decirlo…—Hammond contestó, su rostro poniéndose un poco rojo.
Renaldo estaba tan ansioso por contestar, levantando la mano en el aire y agitándola vigorosamente. Cuando Hermione lo llamó, se llevó las manos a su pecho en forma de burla y contestó —Son para proteger los las tetas—. Los chicos, y un par de chicas, soltaron una risita detrás de sus libros.
—Pechos —Ella lo corrigió—. Se llaman pechos. Y no son para proteger, Renaldo. Son para sostener. En serio, ¿de qué necesitarían protección los pechos?
Sarah levantó la mano—. profesora Granger…¿tiene… permitido hablar de esta forma? Es un poco informal…
—Hablar del cuerpo no es nada porque avergonzarse, señorita Tumlin, se lo puedo asegurar. Cuanto sean más abiertos para hablar sobre eso, más educados estarán, y van a tomar mejores decisiones respecto a su cuerpo personal. ¿Qué recibió en su bolsa?
Sarah metió la mano y sacó un pequeño cuadrado de papel de aluminio. —No…no estoy segura…
—Ese es un condón —Hermione extendió la mano y lo tomó del agarre de Sarah, levantándolo en el aire para que la clase lo vea. —¿Cuántos de ustedes están familiarizados con esto? —Algunos estudiantes hijos de Muggles levantaron la mano, y posiblemente uno o dos del grupo de mestizos. Hermione volvió a colocar el condón en frente de Sarah y dijo—Un condón es una forma de protección utilizada en las practicas seguras de relaciones sexuales.
—Je, dijo "relaciones sexuales" —dijo entre risas un chico regordete en el fondo.
—Oh, madura —dijo su compañera, una chica de pelo oscuro con coletas y ojos increíblemente azules—. En serio, Liam, tienes la capacidad emocional de un dinosaurio de plástico—La chica se puso de pie y mostró su artículo; un cartel que decía "No es no". —Soy Lidia Penélope Cornelia. Recibí un cartel que dice "No es no", que es una referencia a cuando un chico o una chica desean detener cualquier tipo de acto sexual o de otro tipo.
Hermione quedó boquiabierta por un momento, sorprendida. Se recordó a sí misma cuando era niña y tuvo que contener una risita con la mano. —Muy bien, señorita Cornelia. Puede sentarse.
Penélope parecía complacida con sí misma mientras se sentaba y comenzó a garabatear notas en su pergamino.
—Me gustaría que se tomen el resto de la clase para analizar los artículos en sus bolsas y hagan un informe de una hoja sobre su análisis. Los pergaminos serán entregados al final de la clase, y están más que invitados de trabajar con sus compañeros.
Cuando la clase comenzó a trabajar en su tarea, sacando los pergaminos de sus bolsos y tirando el contenido de las bolsas sobre las mesas, dos chicas Slytherins en el fondo se rieron mientras observaban sus pociones anticonceptivas. No tenían idea que mientras su profesora estaba dando vueltas alrededor de la clase para observar, ella podía escuchar su conversación risueña.
—¿Crees que nuestro nuevo profesor de Pociones nos enseñara esto en su clase?
—Él puede preparar mi poción cuando quiera.
—Es un sueño… —dijo la que tenía el pelo más claro, puso el rostro sobre su mano y tocó la poción con un dedo—. Lo pido primero…
—No puedes reclamarlo, Tabitha. Él es al menos diez años mayor que tú.
—Oh, lo dudo mucho. ¿Viste sus ojos soñadores? Son tan juveniles. No, dudo que sea mucho más viejo que nosotras.
Hermione se detuvo detrás de ellas, pretendiendo observar su tablilla con sujetapapeles, pero en realidad estaba tentada con la conversación de ellas. Si bien estas dos eran demasiado jóvenes para un guapo profesor de pociones, ella era un adulto sexualmente activo (y necesitado). No había conocido a ningún otro profesor desde que había llegado (la directora McGonagall había planeado presentarla esta noche en el banquete), por lo que estaba bastante ansiosa de escuchar sobre sus colegas. Especialmente si eran atractivos. Por Merlín…necesitaba salir más.
—¿Crees que sean naturalmente así de plateados? ¿O crees que usa lente de contactos?
Ese debería haber sido la primera pista. Se daría cuenta más tarde cuando estuviera sentada en la cama repasando su primer día en la cabeza. Pero ahora, en el momento, no había caído en la cuenta de a quién se referían. Ella simplemente escuchaba mientras marcaba una lista imaginaria en su sujetapapeles, que en realidad solo llevaba un trozo de pergamino en blanco.
—Bueno, ese cabello tiene que ser teñido, ¿no crees? ¿o tal vez una poción?
—¿A quién le importa? ¡Escuché que es soltero!
Lidia Penélope Cornelia se giró sobre su silla y fulminó con la mirada a las dos chicas. —El profesor Malfoy no está interesado en mocosas como ustedes dos. Ahora si son tan amables cállense, estoy intentando trabajar.
Hubo un lento escalofrío que ascendió por la espalda de Hermione hasta que llegó a su cuello. Estaba segura que había escuchado mal. No. No escuchó profesor Malfoy. Tal vez había sido profesor Altoy. O Maldoy…uno podría soñar, ¿no? ¿O tal vez había otra familia Malfoy de la que nunca había escuchado que tenía ojos plateados y cabello sorprendente?
Tendría que evaluar la situación de primera mano en el banquete de esta noche.
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Después que la profesora –corrección- directora McGonagall presentó a Hermione a todo el Castillo de Hogwarts, ella estaba bastante perturbada de ver que el profesor de Pociones era, de hecho, Draco Lucius Malfoy, el mismo rubio imbécil y arrogante de sus días de educación en este mismo colegio. Oh, como la historia se volvía a repetir pensó ella distraídamente mientras pinchaba un poco de papas de su plato entre Neville Longbottom, quien había tomado una residencia como profesor de Herbología, y profesora Trelawney, quien ciertamente no tenía ningún merito como profesora. Era apropiado que el mismo muchacho quien favoreció a su antiguo profesor de Pociones Mortífago seguiría sus pasos…
—Es bueno volver a verte, Hermione —dijo Neville, hurgando en su plato de carne y papas. Malfoy; o mejor dicho, se corrigió a sí misma, el profesor Malfoy, estaba sentado en el lado opuesto de Neville, ignorando a la mayoría de los otros miembros y empujando algunas zanahorias en su plato como si no las quisiera. Cuando Hermione había sido presentada al colegio, él había sido el único profesor que no se levanto por ella.
—Es bueno verte también, Neville. O debería decir, ¿profesor Longbottom? —esbozó una gran sonrisa y le dio un codazo a modo de juego.
Neville le devolvió una sonrisa poco entusiasta y susurró, —De hecho, hago que mis alumnos me llamen Profesor L ; Longbottom(*) tiende ser un tema de humor entre los más jóvenes, y se vuelve un poco viejo después de un tiempo.
—No puedo imaginar porque… —llegó la voz monótona y adormecida de Malfoy, hablando por primera vez en la noche, y en realidad, la primera vez en siete años para Hermione. Se inclinó hacia adelante en la mesa y desvió la mirada hacia él, frunciendo el ceño. Malfoy continuaba mirando su plato cuando ella respondió.
—Bueno, veo que sigues tan encantador como siempre.
Ella observó su perfil mientras él miraba el plato, las comisuras de sus labios curvándose en una sonrisa infame por la que había sido conocido. No apartó la mirada de su comida, pero se las arregló para responder —. Y veo que sigues defendiendo lo patético.
La espalda de Neville se puso rígida, pero giró su rostro hacia Hermione y simplemente dijo—Ignóralo. Todo lo hacemos.
Malfoy sonrió, pero no dijo nada. Hermione miró a McGonagall unos asientos más adelante y luego volvió a mirar al compañero de la mesa de Neville. Hasta ahí llegó el interés por el nuevo profesor de pociones…
Dos Semanas Después
—Profesora Granger, ¿le importaría explicar qué es exactamente lo que está enseñando en su clase?
Hermione forzó una sonrisa en sus suaves labios, levantando la mirada de su escritorio al que fue una vez su enemigo de la infancia y bajó su pluma—. ¿Disculpa?
—No intentes fingir inocencia conmigo —dijo él, dejando caer una copia de su texto de libro de clase y pasando a la pagina 103. Su largo dedo índice se deslizó por la imagen de una mujer desnuda con sus órganos internos diagramados en la esquina de la página. —Hoy atrapé a uno de mis estudiantes leyendo esto en mi clase. Así que, ¿qué inmundicia estás intentando traer a este colegio, Granger?
Sus ojos se posaron en la imagen y una sonrisa se curvó en sus labios. Levanto la vista hacia los ojos azul plateado mientras los de ella bailaban divertidos—. Se llama el cuerpo humano, profesor Malfoy. En serio, si hubiéramos tenido el tipo de mis clases cuando nosotros estábamos en el colegio, tal vez no me estaría haciendo preguntas tontas como esta. — Cerró el libro de golpe en su dedo, y él lo retiró con un siseo. Llevó el dedo a sus labios, succionando la punta mientras la sangre corría por su dedo herido.
El profesor Malfoy (o solo Malfoy, como Hermione lo asociaba en su mente) apenas había envejecido desde sus años en Hogwarts. Su cabello seguía siendo de ese rubio platinado que la familia Malfoy llevaba con orgullo. Sus ojos habían oscurecido levemente, y tal vez la comisura de sus labios tenían una líneas finas de risa que no habían estado ahí en su adolescencia, pero su piel seguía siendo de color marfil sin una manca, y su cuerpo seguía siendo tan esbelto. Tal vez un poco más alto…pero eso sucedía con la mayoría de los hombres alrededor de sus veintes, así que no debería estar sorprendida. Pero si le sorprendía lo espléndidamente que llevaba el ceño fruncido atroz cuando retiró el libro de su escritorio y lo sostenía como si fuera una manta infestada con viruela de dragón—. Eres profesora de Biología. No deberías estar enseñándole a los niños sobre…esto.
—¿Qué? ¿Sus órganos sexuales?
—Sí, eso.
Hermione se mordió la lengua para no reírse—. Mira, Malfoy…los niños necesitan aprender estas cosas. Si no lo hacen, es posible que no entiendan las consecuencias de lo que sucede cuando utilizan dichos órganos en sus estados hormonales de adolescentes.
Draco Malfoy entrecerró los ojos—. ¿La directora McGonagall sabe que estás enseñando esta clase de asquerosidad?
—De hecho, ella fue la que me pidió que lo enseñara —contestó ella con arrogancia, su diversión convirtiéndose en molestia cuando se levantó de su asiento y enfrentó su mirada con la de ella. —¿No me digas que no lo apruebas?
—Por supuesto que no. Especialmente cuando tu plan de estudio distrae a los estudiantes de aprender algo de importancia sustancial en mi clase.
—Oh, porque ¿qué los chicos aprendan sobre sus propios cuerpos es mucho menos importante que preparar una poción para el dolor de cabeza? ¿Sabes? En el mundo Muggle, simplemente nos tomamos un analgésico.
—¿Un qué? —Malfoy frunció el rostro confundido. Con un gesto de su mano, descartó su última frase. —Sabes que Pociones es una lección de vida mucho más importante.
—¿Quién lo dice?
—¡Todo el Mundo Mágico!
—¿En serio? Para que sepas era Sanadora antes de esto. ¿Y sabes qué salvo vidas? Comprender el cuerpo humano.
—¿Comprender una erección salvo la vida de alguien? —él sonrió. —Si, estoy seguro que esa es una historia valida. Oh, espera. No, estoy seguro que eso nunca sucedió.
¿Con qué lo puedo ayudar esta noche, profesor Malfoy? —Hermione suspiró. —¿o simplemente vino aquí para menospreciar mi plan de estudio?
—Lo último.
Ella parpadeó. —Bueno…si me disculpa. —Juntó su papeleo del escritorio, los metió en su maletín, y salió de su escritorio. Pasó junto a él, empujando su hombro y haciéndole perder el equilibrio.
Él enderezó su postura, y le dijo—Nunca te tomé como pervertida cuando estábamos en el colegio. Supongo que las personas tímidas están siempre llenas de sorpresas.
Los vellos de la nunca de Hermione se erizaron, y se giró sobre sus pies, balanceando su maletín hacia él, dejando solo unos centímetros de espacio. —Está bien, profesor Malfoy. Si es tan inteligente, dígame por favor ¿qué debería hacer una alumna si se encuentre en el salón a mitad del día y comienza su ciclo menstrual? ¿Le importaría compartirlo con la clase? —El rostro de Malfoy palideció, alzando las cejas en una mezcla de horror y confusión. —Oh, ¿no tiene una respuesta? Está bien, intentémoslo otra vez. ¿Qué es lo que debería hacer un muchacho si se encuentra sin la habilidad de preparar una poción anticonceptiva y está en compañía de una chica con la que planea tener relaciones sexuales? Y en ese caso, ¿le importaría explicar lo que es un condón y como funciona?
—Yo...eh —Malfoy retrocedió, un rojo pintando sus mejillas. Hermione dio un paso más para acercarse, con satisfacción. Sabía que Malfoy no era un mojigato; los rumores en sexto año confirmaban que él disfrutaba de alguna aventura sexual como cualquier otro chico de dieciséis años, pero sabía que había sido criado en las antiguas costumbres. Las costumbres de los sangre pura, donde hablar de sexo en una charla no se hacía al menos que fuera la persona con las que habías planeado tener intimidad. Sabía que en este momento, lo tenía arrinconado por una charla que lo haría retorcerse, y eso la entusiasmaba. Pudo sentir en silencio como llegaba a buen término la justicia por todos esos años que él se burlo de ella, de Ron y de Harry.
—¿Eso es muy complicado? Te daré otra oportunidad. Dame la definición de un ovario y cuál es su propósito.
Frunciendo el ceño, Draco Malfoy frunció los labios y se cruzó de brazos. —¿Terminaste?
—Difícilmente —ella esbozó una sonrisa victoriosa mientras copiaba su postura y también se cruzaba de brazos. —Y tú no contestaste la pregunta.
—Eso es porque no necesito probarme ante ti.
—O tal vez, es porque no puedes.
—Mira. Simplemente vine aquí a decirte que si atrapo a mis estudiantes leyendo tus sucios libros en mi clase de nuevo, los voy a castigar. Así que quizás deberías pensar en ir encontrando una nueva manera de enseñar a los alumnos sobre su cuerpo apropiadamente.
Hermione se rió estridentemente—. Mi plan de estudio es apropiado. El único que no le ve de esa forma eres tú. Curioso, nunca te tomé por tan mojigato.
Sus ojos se entrecerraron, y dio un paso más cerca. —Te lo aseguro, Granger. No soy ningún mojigato.
—Siento tener que disentir —dijo ella, levantando el mentón y manteniéndose firme—. La única otra persona que he visto que se puso tan nerviosos con mis clases es Ron. Y créeme, él es bastante puritano.
Él se quedó boquiabierto, y alzó las cejas. —¿Cómo te atreves compararme con Weasley?
—Bueno, ¿qué más se suponga que haga cuando reaccionas de la misma manera? —ella se encogió de hombros a modo de show. —Parece que crees que las viejas costumbres son las únicas, pero te garantizo que están pasadas de moda. Es probable que por eso no hayas encontrado una esposa, —señalo su falta de anillo en su mano izquierda —por no entender sus…necesidades sexuales en el dormitorio/la alcoba.
Él resopló, bajando la mirada a su mano. —Y tú eres quien lo dice. No veo ningún anillo en tu dedo tampoco —Malfoy recogió una mancha invisible de tierra de su túnica y se descruzó de brazos. —Está bien, profesora—. Lanzó la palabra, como si ciertamente creía que ella no merecía el titulo. —Hagamos una apuesta, ¿quieres?
El corazón de Hermione se sobresaltó. La forma en la que él estaba sonriendo habría hecho soltar a cualquiera de su pecho; estaba llena de intenciones pervertidas y astutas. Se metió un poco de pelo detrás de su oreja y aclaró la garganta. —Está bien. ¿Qué clase de apuesta?
Él se rió, en un tono bajo y profundo desde la parte posterior de su garganta. —Dejemos que los estudiantes decidan quién es el mejor profesor.
Ella sintió que el globo de su pecho se desinflaba. —¿Y cómo esperas hacer eso?
—Tú continua esta…actuación de circo que llamas plan de estudio. Enséñales sobre tus tontos "condomes" y "ovarios"…
—Condones —ella lo corrigió.
—Sí, sí. Todo eso. Y yo les enseñaré las "viejas costumbres" como tú le dices. Lo probaremos con los estudiantes mayores, de cuarto año en adelante. Al final, haremos un examen para saber qué información retuvieron. Te garantizo, que retendránla magia mucho más que toda la parte Muggle que crees que es tan importante.
Fue el turno de Hermione de reírse. —Oh, por favor. Trapearía el suelo con tu currícula. No todo sobre el cuerpo humano puede ser validado con una poción.
Él rodó los ojos—. Bueno, supongo que tienes miedo…
—No tengo miedo —lo miró y respiro hondo—. ¿Qué recibe el ganador?
—¿Qué estás dispuesta a perder? —él sonrió, encogiéndose de hombros. —No sé. ¿Qué tal si el que gana al final tiene que corregir las tareas del otro por un mes?
Hermione sonrió. —Me gusta bastante esa idea. Será muy divertido verte corregir las tareas sobre el ciclo menstrual de la mujer.
El tinte rojo se encendió en sus mejillas una vez más, pero lo ignoró y extendió su mano hacia ella. —Entonces, ¿tenemos un trato?
Ella miró su mano y luego miró sus ojos plateados. En contra de su buen juicio, la tomó y la estrechó—. Muy bien. Trato hecho.
(*) "Bottom" que forma parte del apellido Longbottom significa en inglés trasero, es por eso que Neville prefieren que lo llamen profesor L porque los estudiantes hacen bromas con su apellido.
¡Espero que hayan disfrutado este primer capítulo! Habrá un poco de comedia. Habrá lemmons, a su debido tiempo. ¡Por favor háganme saber que piensan! ¡Gracias especiales de LightofEvolution por la idea de la trama! *corazones*
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NdT: Lo prometido es deuda, así que acá vengo con la historia que muchas habían pedido, espero que me puedan acompañar y disfruten el proceso. Muchisimas gracias a todas que me siguen acompañando en mis proyectos, significan mucho para mí. Así que ¡GRACIAS!
Nos vemos en la próxima. Besos
