Hola, trataré de intentar algo nuevo: Subir desde mi celular, lo cual parece una tarea titánica. Hace algún tiempo tengo una idea rondando mi cabeza. Curiosamente estoy tan atrasada en mi actualización que podría parecer que la historia no concuerda con la serie. Pero lo bueno de los fics es que no tienen que ser algo pie de la letra como es la serie. Es una historia graciosa que se me ocurrió en el capítulo donde Raphael cambia de cuerpo con un kraang. Situación similar aunque con otro cambio de cuerpo inesperado. Imaginemos que Karai aún no sabe que Splinter es su padre y Leo trata de decírselo.

Bueno, sin más preámbulo, comencemos.

Debo mencionar que la serie TEENAGE NINJA MUTANT TURTLES es propiedad de PETER LAIRD Y KEVIN EASTMAN, además de que la cadena NICKELODEON tiene los derechos.


Karai corría sin parar. La joven kunoichi estaba realmente harta de Leonardo. -¿Por qué rayos no puedo sólo contarle la maldita garganta? - se preguntaba la chica. No es que le molestara. No tendría el más mínimo sentimiento de culpa si lo hacía. Entonces, ¿Por qué parecía que sus manos no querían obedecerla?

-¡Karai! - gritó por enésima vez el joven mutante esa noche. En el momento que ella se detuvo a tomar aliento, el ninja de bandana azul le había dado alcance, a pesar de la ventaja que seguro llevaba. - Por favor, Karai, espera.-

-¡Maldita sea, Leonardo!- gritó la chica casi sin aliento. Vaya que ese chico estaba bien entrenados - Ya déjame... en paz-

- Karai, por favor. Lo que tengo que decirte es importante. Es sobre tu origen. Sobre tu madre-

-¡NO TE ATREVAS A MENCIONARLA!- gritó Karai sintiendo que el techo del edificio donde estaba parada vibraba. Karai pensó que se lo imaginaba debido a su ira, sin embargo...

Raphael había perdido de vista a Leo. De verdad odiaba que su hermano perdiera la cabeza cuando de Karai se trataba. Leonardo era muy responsable y cuidadoso con su deber; siempre y cuando no estuviera Karai de por medio.

- ¡Maldita sea! - gruñó furioso el de rojo mientras colgaba su teléfono celular casero - Leo no responde y yo ya me estoy aburriendo.

-Tranquilo, Raph. - dijo en tono suave el joven genio - sabes que Leo está preocupado por Karai.

-Si, y por Splinter - convino el más joven de la familia de mutantes -El maestro está muy preocupado por su hija. -

-Karai podrá ser muy hija de Splinter, pero fue criada por Destructor. Eso no va a cambiar.- dijo con tono serio el de bandana roja.

En ese momento, Raphael, Donatello y Miguel Ángel vieron a un grupo de mutantes entrar a un edificio cercano.

-¡Miren! Garra de Tigre. - dijo Donatello estremeciéndose un poco. El mutante felino siempre le causaba inquietud al joven genio. - No deben estar tramando nada bueno.-

-¿No me digas? - dijo con sarcasmo Raphael. -Tal vez solo vengan a la venta de caridad. Tal vez horneen galletitas -

-Hermano, yo no me comeré una galleta hecha por esos tipos. Seguro ni siquiera se lavan las manos - dijo seriamente Miguel Ángel.

-No están haciendo... agh, vamos tras ellos - dijo Raphael omitiendo el sentimiento de frustración que comenzaba a sentir.

-¿Qué hay de Leonardo? - preguntó Donatello.

-Leo se fue. Él prefiere seguir persiguiendo a Karai. Nosotros haremos patrullaje de verdad. - dijo Raphael desenvainando sus sais y entrando tras los secuaces de Destructor.

Dentro del edificio, un grupo reducido de Kraangs trabajaba en un extraño aparato, mismo que en otra ocasión habían utilizado con buenos resultados, hasta que Raphael y uno de los kraang fueron dañados por la misma.

-Kraang - dijo uno de los robots - el plan conocido como Plan 10 fue un exito hasta que las conocidas como tortugas lo echaron a perder. -

-Si, sin embargo Kraang retomarà el plan conocido como plan 10 para cambiar inferiores mentes humanas con mentes kraang. -

En eso, un monitor se encendió, mostrando a un kraang enorme de color rosa y cara malhumorada.

-¡Ey, ustedes! - dijo con voz chillona - Regresen a la base para actualización de memoria. Ese plan ya lo intentamos y fracasó -

-Kraang no procesa la información. El conocido como plan 10 debe llevarse a cabo de inmediato - contestó con voz robótica el Kraang que estaba más cercano.

-Ustedes no pueden desobedecer mis órdenes - gruñó el Kraang en el monitor.

Sin embargo, una puerta se abrió, entrando por ella Garra de Tigre, Razhar y Stockman. El tigre miró con desdén a los Kraang ahí reunidos.

-El maestro Destructor quiere saber qué sucedió con su encargo. - dijo con un gruñido cavernoso.

-¡Hey, ustedes! Me temo que tendrán qué decirle a su maestro que lo que haya encargado tendrá que esperar - dijo Raphael entrando con sus hermanos menores.

De inmediato, sin mediar más palabras comenzaron la pelea. Garra de Tigre les comenzó a disparar a las tortugas con su arma kriogénica, mientras Stockman sobre volaba evitando la pelea. Razhar se lanzó sobre Miguel Ángel, pero el menor lo esquivó. Donatello comenzó a revisar el sistema, pero Stockman le comenzó a lanzar su saliva ácida, con pésima puntería, afortunadamente para el chico del bo. Sin embargo, alcanzó un tanque de oxígeno, que logrò estallar. Afortunadamente, Donatello logró hacerse a un lado a tiempo, recibiendo únicamente una ligera quemadura en su brazo.

Mientras, en el techo del mismo edificio, Karai y Leonardo seguían discutiendo.

-Karai, escucha - decía Leonardo - Splinter es... -

-¡No me interesa! Solo sé que tu Sensei fue quien asesinó a mi madre y... ¿Qué fue eso? - dijo la chica al sentir que el edificio vibraba. En pocos segundos el techo colapsó y se vino abajo. Tanto Leonardo como Karai intentaron evitar caer, pero no pudieron. Ambos adolesscentes cayeron y aterrizaron sobre una plancha de concreto donde había dos camillas, que con la explosión se habían caído. Un par de rayos láser apuntaban directamente cuando una nueva explosión, seguido de una luz intensa, inundó el lugar.

Entre el humo y el fuego, Raphael alcanzó a ver el cuerpo de Leonardo, inconsciente.

-¡Leo! - gritó Raphael mientras corría por su hermano. Donatello fue ayudado por Miguel Ángel mientras dispersaba el humo con sus nunchakus. Raphael cargó a Leo sobre su hombro, mientras los cuatro salían y entraban por una alcantarilla, para dirigirse a su hogar.

Mientras tanto, en la conmoción, Razhar alcanzó a ver la silueta de Karai en el suelo.

-Oigan, es Karai - dijo Razhar mientras iba por la hija del jefe. Seguro que cuando llegara, Destructor le recompensaría por salvar a la chica.

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Esa tarde, Karai despertó adolorida. Se sentía mareada y todo el cuerpo le dolía. Podía recordar que ese día había estaba siendo perseguida por ese necio de Leonardo. Cuando lo viera de nuevo le daría su merecido. Ahora deseaba llamar a su enfermera para que le diera un informe de su estado de salud. Sin embargo, pudo notar que no estaba en la enfermería del edificio del Clan del Pie. Era un lugar que no conocía. Se veía, en cierto modo, feo, pensó la muchacha. Tenía poca iluminación, las paredes eran simples, no había azulejos ni ventanales elegantes, ni lámparas, solo un par de camillas con sábanas viejas, una lámpara y una mesita con vendas y medicamentos. Intentó levantarse y pudo sentir en su piel la textura de la sábana. Estaba desnuda. No era que le inquietara, muchas veces había aparecido así en la enfermería. Pero esa no era la enfermería, al menos no la que conocía. Se incorporó un poco y trató de cubrirse con la sábana cuando algo la horrorizó. Una mano. Una mano de tres dedos y de color verde. La chica volteó para ver al dueño de la mano, pero no había nadie. Fue cuando notó algo obvio. Esa mano era la suya. Se quitó la sábana, y luego se tocó la cara. Todavía para estar segura, tomó una pequeña espátula de la mesita de medicamentos. Era la cara de Leonardo y no la suya la que se reflejaba.

A punto de gritar, notó que una de las tortugas se acercaba a ella llevando una charola con comida.

-¡Leo! - gritó Miguel Ángel dejando la bandeja y corriendo a abrazarla. - ¡Despertaste! Donnie dijo que probablemente tardarías más en despertar. Pero yo estaba seguro de que despertarías. Nos preocupaste, Bro. Lo bueno es que solo tienes un chichón en la cabeza y... ¿Pasa algo malo? -

El más joven estaba confundido, pero al parecer no tanto como su hermano mayor, que lo miraba como si fuera la primera vez que lo veía. Tenía los ojos y la boca muy abiertos.

-Eres... eres... el pecoso. - dijo Karai.

Mikey se sintió ofendido, pero decidió creer que su hermano estaba mal por su golpe en la cabeza.

-¡Oye, no me digas así! - dijo con un puchero. - Bueno, te traje algo de comer, Leo -

-¿Leo? - dijo la chica poniéndose de pie y sintiendo que se iba de espaldas. No estaba acostumbrada a tener caparazón y el mismo le hacía perder un poco el equilibrio. - ¿Qué rayos? ¿Cómo pueden caminar con esto? -

-¿Con qué? - preguntó Mikey mientras ayudaba a "Leo" a pararse bien.

Karai lo pensó. Con esa apariencia podía estar cerca de las tortugas y de Splinter. No sabía como había llegado a esa situación pero la iba a aprovechar. Convencería a Miguel Ángel de que lo llevara con Splinter y lo mataría. Aunque no sabía si era buena idea, porque, por un lado, Splinter seguro sufriría, y mucho, al morir a manos de uno de sus discípulos. Pero por otro, quería que el hombre viera su rostro cuando cobrara venganza por la muerte de su madre. En eso estaba cuando empezó a sentir una incomodidad en su entre pierna.

-¡Rayos! Oye, pecoso, ¿Tienen baño aquí? ¿Dónde está?- preguntó. Miguel Ángel lo vio confundido.

-Eehh, si, baño, cocina, dojo, recámaras... ¿Por qué actúas como si no conocieras la casa? Hemos vivido aquí desde siempre- preguntó el niño de antifaz naranja.

-No te importa, dime donde está el baño ahora - dijo desesperada. Comenzaba a sentir que tendría un vergonzoso accidente pronto.

-Allá está el baño más cerca, el que está en el laboratorio de Donnie - respondió el niño mientras su hermano corría en la dirección indicada.

Karai entró al baño. Estaba bastante limpio, pero aún así se sintió un poco incómoda. Pero la necesidad es más fuerte que la vergüenza. Se acercó al retrete y... notó que tenía otro problema. Desesperada se asomó a la puerta. Su orgullo estaba en juego, no podía salir con las piernas empapadas y necesitaba ayuda. Hizo lo único que se le ocurrió.

- Oye, pecoso... digo, Miguel Ángel - dijo desde la puerta. Afortunadamente, el más pequeño de los hermanos de Leo seguía ahí, completamente confundido por la actitud de su hermano, aún así, su naturaleza servicial le hizo acercarse.

-Si, Leo, ¿Qué necesitas? ¿Si hay papel? - preguntó con una sonrisa amable el ninja de Nunchakus.

-Escucha, y no lo tomes a mal. Es importante. Necesito... que me muestres... - Karai suspiró. No sabía como preguntar eso pero debía hacerlo - Necesito que me muestres... como haces pipí -

Miguel Ángel seguía sonriendo. Pero su sonrisa no era amable ni parecía sincera. Karai notó como el chico movía su pie izquierdo hacia atrás, dispuesto a salir huyendo. Trató de no hacer ningún movimiento brusco y acercarse para detenerlo, pero en cuanto se movió, Miguel Ángel salió corriendo totalmente histérico.

-¡Chicos! ¡Ayuda! - gritó Miguel Ángel, dejando a Karai sola con su problema.

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Mientras tanto, Leonardo despertaba en una habitación iluminada. Una suave sábana le dio la bienvenida a la consciencia. Leo se incorporó y frotó su cabeza, la cual creyó cubierta por alguna gorra o algo parecido. Probablemente, Miguel Ángel le había hecho alguna broma colocándole algún peluche o algo en su cabeza. En ese momento, una joven mujer vestida de enfermera se le acercó.

-Señorita Oroku, por favor, no se levante - dijo la mujer. Leonardo estaba a punto de correr, no estaba seguro de si era buena idea que la mujer lo viera, pero de repente algo le llamó la atención, y no era el hecho de que la mujer no saliera corriendo al verlo.

-¿Cómo me llamó? - preguntó el muchacho confundido, cuando intentó levantarse y notó un pequenísimo pie salir de entre las sábanas. Notó con horror que era su propio pie. Notó que estaba usando una ligera bata de color negro y que ese cuerpo no era el suyo. Se levantó un poco y caminó hacia un armario con un espejo, mientras la enfermera lo seguía.

Leonardo pudo ver en el espejo la imagen de Karai en lugar de la suya. Esto no podía ser bueno.

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continuará...


Espero que les guste el fic. Es una versión alternativa de cómo pudo enterarse Karai de la verdad sobre su origen. No tiene mucha relación con la continuidad real de la serie.

Espero sus reviews,

Saludis,

Iukarey.