¡Buenas! Nos volvemos a leer (ue:3).

Os traigo lo que viene a ser más o menos como un prólogo (no se muy bien como definirlo xD)

Las letras en cursiva son las notas que escribe Lucy en su nuevo "libro".

Espero que os guste.


Reglamentos infringidos

"No podemos cambiar las reglas, en un mundo en el que ni siquiera hemos creado. Nos modelan ya desde nuestro nacimiento, y nos empeñan a saber que tenemos que aceptarlas incondicionalmente. Pero a nadie le gusta seguir esas normas. A nadie le gusta aceptar esas normas que vienen implantadas por naturaleza."

Paré de escribir. La muñeca me dolía ligeramente y decidí descansar, después de escribir durante unos minutos. Me apoyé en el borde de la silla encorvándola muy ligeramente, mirando hacia el vacío techo, mientras mi mente decidía recorrer sus propios recuerdos.

Un sonido seco se escuchó desde la ventana, e inmediatamente pude ver a mi compañero entrar cautelosamente.

-No hace falta que seas tan silencioso, ya te he escuchado.-dije con voz queda.

-Solo he venido a visitarte. Hace días que no apareces por el gremio.

Se sentó en la acolchada cama deshecha, apartando algunos peluches de mi infancia.

-He estado entrenando.

-¿Para qué?

-¿Tu que crees?

Era evidente que para ser más fuerte. Dejé que lo pensara unos segundos y cuando vi su cara de aprobación, supe que lo había averiguado. Suspiré.

-Tonto.

Él sonrió.

-¿Qué estabas haciendo?-dijo él curioso.

-Escribiendo. Ya sabes, mi novela.

-Pero...-se levantó y se acercó para coger la hoja de papel.-Ésto no parece de tu novela.

-Bueno...No lo es. Son solo cosas en las que pienso a veces.

-¿Y en qué piensas?

-En cosas mías.

-¿Qué clase de cosas?

Le cogí las hojas de la mano antes de que su mirada se precipitara hacia el escrito, y le miré burlonamente.

-Cosas en las que no deberías fisgonear.

Me volvió a sonreír. Adoraba su sonrisa. Y, tan rápido como entró, se fue, gritándome desde la lejanía.

-¡Mañana te vendré a ver!

Yo lo contemplé todo desde mi ventana, mientras él corría hacia el gremio. Era tan enérgico que nunca paraba quieto.

Una vez hubo desaparecido entre la distancia me volví en dirección a la cama deshecha para volver a colocar mis viejos peluches. Luego, me dirigí al escritorio y me senté en la silla, pensando que quizá debería seguir escribiendo sobre mis pensamientos.


Espero que os guste. No se si lo continuaré como drabbles o no. La verdad es que en estos temas soy muy espontánea.

Bueno, espero que os haya gustado y gracias por leer.

¡Nos leemos!