Titulo: One upon a Time 1

Resumen: Erase una vez que se era, un joven y valeroso oncologo se encontro con los enfants terribles del PPTH, es decir¿como se conocieron los integrantes del OTP3 mas famoso de la tele, Wilson, Cuddy y House?

Dedicado: a todas las que me comentaron en el foro de House y en mi lj, ashdaf, Anascu, Aunrly ,natyteresa, Gyny Scully,Squalifj, jewel, Sara Kovac, Dove greenleaf , Nofret, Kate-Thorton-Sam y Lis Black next MD, ya sea por sus comentarios o por seleccionar alguno de mis fics como favoritos, sois las mas merojes!!!sobre todo tu, AnaScu, por aguantarme.

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8 de la mañana de un día, de un mes, de un año, que no me acuerdo, nunca he sido muy detallista para las fechas, pero de haber sabido que ese día iba a ser tan importante en mi vida, lo hubiera apuntado con sangre en el calendario, bueno, quien dice con sangre... dice con rotulador rojo...

Ahi estaba yo, media hora antes de mi gran primer día de trabajo, como quien dice, recién salido del horno, con olor a nuevo y por estrenar. Últimos retoques mientras me miro a retrovisor de mi coche, corbata bien, cuello perfecto, pero... ¿pelo?¡¡¡¡¡PELO¡Maldita sea! de mi siempre perfecto e inmaculado pelo sobresale, con toda rebeldía, un mechón, desafiándome, mirando con desprecio al resto de sus compañeros con gesto altivo. Vale, quizás exagere, pero... que haces ahí!!?.
Me paso con fuerza la mano por encima del mechón que cada vez se asemeja mas al Alapurna, uno, dos, tres y hasta cuatro veces repito la misma acción, pero no se rinde, sigue empecinado en darse a conocer al mundo, pero ¡JA! no contabas con migo, no contabas con Jammes Wilson, el terror de las nenas, ops no, eso es de otro discurso.

En un vano intento por razonar con mi pelo le suplico le imploro- Vamos... por favor... no seas cruel...
Ultima salida, plan c, el remedio casero, el remedio de toda madre en un intento desesperado por quitar de la cara ese churrete de su querubín. Me paso la mano por la lengua, la humedezco con mi saliva bastante, no puedo arriesgarme, y vuelvo a aplastar el mechón rebelde contra la cabeza... Perfecto¡la revuelta ha sido sofocada con éxito! Sonrío al espejo y vuelvo a mirarme en el retrovisor, dientes perfectos.

Miro el reloj con sorpresa¡¡¡¡8:15!!! y la reunión es a las 8:30!! Dejo el coche en el parking y me dirijo como una bala a la entrada del hospital mas celebre de Nueva Yersey, el Princeton Plainsboro Teaching Hospital.Hasta hace poco, había trabajado a las ordenes de un eminente oncólogo en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, Dr. Ganon, del que conseguí grandes referencias que hicieron posible mi contratación en este hospital, todo un honor para un doctor casi salido del cascaron.

Me coloque frente a la puerta y tome una bocanada de aire fresco, mala idea si estas a -5 grados, como era el caso. Entre en el hospital casi sin respiración, mi gran entrada triunfal se fue por el desagüe.

-¡CHUPAME EL DEDO GORDO DEL PIE IZQUIERDO!- un hombre, no mucho mas mayor que yo, al que supongo medico por la bata, le grita en mitad de la entrada a otra compañera. Su aspecto delataba seguridad en si mismo y en su sonrisa se podía ver algo de altanería.

La mujer a la que el grito iba dirigido se da media vuelta, sin hacer mucho caso a los miles de pares de ojos espantados que les observaban y las bocas abiertas hasta rozar el suelo, se acerca a el. Lo hace despacio, con seguridad, sabiendo el terreno que pisa. Su mera forma de mirar ya intimidaría al más pintado, al menos a mí, me hizo retroceder unos pasos.

-Créeme House, no podrías pagarlo- la elegancia de sus movimientos casan perfectamente con la sobriedad al devolverle la puya, le demuestra su superioridad sin exaltarse por sus palabras, lo tiene todo controlado, y lo único que puedo hacer es ver como se aleja sinuosamente por el pasillo, hasta que de nuevo me vuelve a despertar el energúmeno alzando la voz.

- ¡CUDDY, ESPERA, PON UN PRECIO Y LO ARREGLAREMOS, TENGO AHORROS!- el joven sale tras de ella corriendo, parándose y fingiendo total normalidad cuando pasa delante de la puerta del director del hospital, para después continuar la estampida tras su presa.

-Mierda- ahogo un grito entre los dientes. La cita era a las 8:30 y ya son y 35., empezamos mal. Me apresuro hasta la puerta, me vuelvo a revisar la corbata y le comunico a la secretaria, una tal Marilin creo recordar, que tengo una cita con el Dr. Fleishman.
-Pase le esta esperando- me comunica con una sonrisa a la que correspondo añadiendo un pequeño gesto con la cabeza.

- ¿Se le han pegado las sabanas, Dr. Wilson?- me dice sin levantar los ojos de unos papeles que estaba leyendo. Cuando intento justificarme me corta levantando la cabeza y sonriéndome comprensivamente.- no se preocupe, ya he escuchado que se ha topado con nuestros Enfants terribles, no se preocupe, no muerden-se queda unos segundos pensativo- bueno... al menos solo se muerden entre ellos, según dicen por aquí...- Un momento de mucha tensión, no se si reír o mantenerme serio hasta que su gesto sobrio se relaja y me ofrece su mano en muestra de saludo.- Espero que no se vuelva a repetir.

-No señor, disculpe por las molestias- logro decir.

-Según me ha dicho Ganon, es usted un chico muy prometedor- una sonrisa de falsa modestia se dibuja en mi cara- vamos no sea tímido, no es malo presumir de lo que se puede.- con su mano derecha me conduce hacia la puerta - Venga con migo, le presentare a su superior y a sus nuevos compañeros.

Mi superior era la Dra. O'Conell y congenié con ella en seguida, aun recuerdo muchas de sus lecciones magistrales en el terreno practico, sobretodo la empatía con los pacientes, no solo era buena doctora, también le gustaba el trato personal, y esto en mi oficio es muy útil. Me enseño a lidiar con la enfermedad y los enfermos. Entre paseo y paseo conociendo el hospital llego la hora del almuerzo.

Aun no conocía el lugar, hacia solo un par de días que había llegado de la gran manzana y no me conducía muy bien, por no decir nada, por Nueva Yersey, así que decidí ir a la cafetería del hospital.

Y allí la encontré de nuevo, la mujer de esta mañana.

-Buenas tardes- me saludo con una sonrisa. Vista a si, de cerca, no daba tanto miedo... imponía respeto, marcaba los limites, pero no me producía la sensación de terror que me produjo en la mañana.

-Paso, paso, paso que mancho- el otro componente del tamden, se acercaba a toda velocidad, ignorando los insultos que proferían los demás médicos de la cola ante su descaro saltándose la cola.- Gracias por guardarme el sitio- me dice rápidamente con media sonrisa y se vuelve hacia la mujer.
-House, te importa, estoy intentando mantener una conversación con...- dice mirándome por encima del hombro de su acompañante, el me hecha un rápido vistazo, no con desprecio, si no indeferencia, y vuelve toda su atención hacia ella.
-Wilson- algo tímido termino la frase por ella- encantado
-Todo un placer- Aprovechando que ella toma la bandeja con una sola mano mientras paga su almuerzo, el tal House se la quita de las manos y como alma que lleva el diablo se aleja hasta una de las mesas que quedan libres. Ella tan solo puede resoplar y poner los ojos en blanco con fastidio. El chico encargado de la comida le saca otra bandeja con, exactamente lo mismo, que llevaba la anterior. - Gracias Edd.- el joven le responde con una sonrisa mientras menea la cabeza divertido. -¿Vienes?- me pregunta- Claro- le contesto mientras pago.

Juntos nos dirigimos hacia donde House se había sentado.
-¿Se puede saber que mierda es esto?- dice sin levantar la vista del plato.
-Son pimientos rellenos, y si no te gustan, la próxima vez te coges tu propia bandeja.- dice mientras se sienta a su lado.
-Entonces¿donde estaría la gracia?- levanta la vista y me mira con cejo fruncido- ¿quien es este?
-Dr. Wilson- me presento y extiendo mi mano. El la ignora, pero ella viene en mi auxilio y me la estrecha.
-Dra. Cuddy, encantada, y este de aquí es el Dr. House.- le presenta dándole un golpe en el hombro.- HE! que estoy comiendo.- protesta.- Es tu primer día¿no?- asiento con la cabeza.- ¿Y que tal?- me pregunta ella mientras con cuidado divide el pimiento en trozos.- Creo que va mejorando- le contesto. El hombre levanta su cabeza y me sonríe mientras me acerca la mano- Gregory House, encantado.

Continuará