Este es un fic que... ¡No sé! La idea me surgió de alguna manera y pensé que pasarla al papel (bueno, a la computadora en realidad xD juajuas) sería interesante. Puede que resulte un tanto out of character, pero la verdad es que quería darle un matiz diferente a la percepción que tengo sobre los fanfics de FF7 y compartir mi loca idea con ustedes ;).

El fanfic, para asombro de ustedes y hasta mío propio, será LARGO… :o Definitivamente esto sí que será distinto, veremos qué tal va.

Para esta historia me inspiré en… varias cosas xD como ya les mencioné, quiero que sea algo inusual y más "individual". Ya se darán cuenta por qué.

Este fic va dedicado a Pame, Blankfans, -LoveYaoi-RedMoon, Ankin y Tifa-chan at your service, quienes reviewearon el último fic que escribí hasta la fecha, Hasta que el amor nos separe. Gracias a sus comentarios y a sus halagos es que me dan ganas de escribir (y espero que tú, si tú, mal lector que ni siquiera te has tomado la molestia de leer mi otro fic, lo hagas AHORA. Si no… dejaré un fanfic más incompleto, MUAJAJAJAJA!! Sí, yo castigo de esa manera xD)

Y bueno, para finalizar, hmmm… mejor dejo la habladera de bobadas. Aquí les dejo mi humilde fic, elaborado con material reciclado xD Ya saben, DEJEN REVIEWS y continuaré reciclando, juajua!

Un beso.

Atte: Sango Hiraikoutsu (Estoy pensando cambiarme el nick name, pero aún no encuentro uno lo suficientemente sexy xD ya les avisaré).

DISCLAIMER (¿es así? xD): FFVII ni sus personajes ni las canciones que llegue a utilizar durante la realización me pertenecen (vamos, si fueran míos no estaría escribiendo fanfics, sino que ya hubiese hecho una continuación de la película), sino a Square Enix y a un montón de gente más).

NOTA: EL FANFIC SE SITÚA DESPUÉS DE LOS SUCESOS DE "DIRGE OF CERBERUS" :)

Frutas, ellos y yo.

Capítulo 1: Reno y las piñas.

Dos mujeres jóvenes se encontraban en la habitación de un palacio en Wutai. Una de ellas, de cabellos oscuros y largos, con la piel muy clara y un bulto en su vientre que se asomaba claramente a través del vestido holgado, miraba hacia la ventana con los ojos perdidos pues su mente se ocupaba de discernir sobre otros asuntos. De pronto, volteó su rostro y se dirigió a la otra fémina que la acompañaba, aún más joven y de cabellos también castaños y cortos, y le interrogó con tono dubitativo:

-¿Realmente piensas hacer eso? Es decir, ¿estará correcto que lo hagamos?

La otra chica, que se encontraba sacando hojas de papel y bolígrafos de la gaveta de un escritorio, la miró con expresión cansada y le respondió casi de mala manera:

- Ya es la décima vez que me preguntas lo mismo y te voy a dar la respuesta de siempre: yo me reviento de ganas por hacerlo pero al final es de ti de quien depende todo este asunto. Después de todo, tú eres la principal afectada.

- A ti también te va a salpicar un poco todo esto, lo sabes- le aclaró su amiga con un tono de voz más grave.

La joven tragó saliva y sintió un ligero escalofrío recorrerle la piel entera. Aún así, sonrió y, aclarándose a garganta, habló de nuevo:

- Lo sé Tifa, pero ya de eso hemos hablado…¡y bastante! Te lo repito, me parece que es una idea genial y, a decir verdad, no le veo nada de malo.

La encinta morena le correspondió la sonrisa a la chica y asintió en señal de aprobación.

- Además, así podremos quitarle un poco de su fortuna al rubio cabeza hueca

Tifa rió para sí y comenzó a recordar, lo único que tenía que hacer.

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Las gotas de lluvia golpeaban contra la superficie sobre la que precipitaban, emitiendo un ruido apacible y melancólico que hacía querer refugiarse y el olor a tierra mojada se mezclaba con el aroma del pie de piña que Tifa había preparado y se cocinaba en el horno. Ella por su parte, esperaba a que cesara la cocción para poder irse a su bar, el 7mo cielo, a fin de acomodarlo todo y luego recibir a la usual clientela. El negocio había prosperado bastante por lo que la morena, ya siendo incapaz de lidiar con tanto trabajo, contrató a tres empleados: una joven llamada Selphie, quien se encargaba en la parte de cocina, y un chico y una chica, cuyos nombres eran Zell y Rikku, quienes le ayudaban a lidiar con los clientes que algunas veces se pasaban de difíciles.

Con respecto a los niños, Marlene y Denzel, en aquel momento se encontraban con Barret en Corel. El moreno había decidido que pasaran una temporada con él… por múltiples razones.

-Barret…- murmuró la joven mientras se acordaba de las palabras que su amigo le había dirigido aquella vez, cuando fue a buscar a los niños.

FLASHBACK

- ¿Desde hace cuanto que está ausente?- Cuestionó Barret aprovechando que los chicos estaban terminando de hacer sus maletas en su respectiva alcoba.

- Tres meses- contestó la chica bajando la mirada y tratando de ocultar sus llorosos ojos- Me había dicho que… que ya estaba bien, pero aún le quedaban unos asuntos por resolver- calló un momento, tomó aire y prosiguió- Al principio lo entendí, pero no pensé que tomaría tanto tiempo, no tanto.

El moreno la miró con lástima e impotencia. Sabía que Tifa era una mujer excepcional, tanto física como espiritualmente. De hecho, ya estaba harto de que, estando en Corel o en cualquier parte del mundo, los hombres se le acercaran y le preguntasen con admiración, picardía o morbosidad (según fuese el caso): Entonces, ¿conoces a Tifa Lockhart?

Aún así, Tifa no estaba consciente de quién era y de lo que poseía. Ella sólo pensaba en él, en el amor de su vida y su mayor frustración, su motivo de existencia… e infelicidad.

Cuando la chica levantó el rostro para limpiarse las incipientes lágrimas que habían amenazado con resbalarse por él, el moreno frunció el ceño y con tono grave se dirigió a quien consideraba su hermana menor:

- Ya basta Tifa- le exigió el hombre- ya ha sido suficiente, no tienes por que continuar atada a lo que él decida hacer con su condenada vida. Me llevo a los niños para que tomes un tiempo para ti misma y vivas, disfrutes, hagas lo que quieras y estés con quien quieras. Sí Tifa, ESTÉS, porque considero que deberías encontrarte a alguien que al menos te entretenga lo suficiente como para que no tengas que estar llorando a cada rato.

FIN FLASHBACK

Se llevó un dedo a los labios y reflexionó sobre aquel recuerdo.

- ¿Buscarme a alguien más?- pensó.

Se levantó de la silla en la que descansaba y se dirigió al espejo más cercano. Sus ojos iban de arriba abajo, indagándose a sí misma, como si estuviese tratando de encontrar algo.

-¿Será que yo podría conseguirme a alguien?- Se interrogó a sí misma en voz alta.

No pudo acabar de pensar pues la alarma del horno le anunciaba que el tiempo de cocción ya había finalizado.

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Acomodaba en uno de los estantes inferiores de la barra del bar, con sumo cuidado, cada uno de los vasos que Rikku recién había lavado y secado con un paño limpio. Los tomaba uno a uno evitando que alguno pudiese resbalarse de sus manos mientras seguía pensando en las palabras de Barret. Aún con la curiosidad a flor de piel, llevó uno de los vasos lo suficientemente próximo a su rostro y buscó su reflejo en él, preguntándose si de verdad alguien podría fijarse en ella.

Disculpe la intromisión pero siento que hoy está bastante distraída- Rikku la sacaba de sus pensamientos son su directo comentario.

- Tifa la observó, aún no tan consciente de su entorno, y sacudió su cabeza mientras se disponía a continuar con su faena y responderle a su empleada:

- No es nada Rikku, no te preocupes- le contestó sin mirarla.

La jovencita la miró desconfiada y con aparente indiferencia le respondió sin mucha atención:

- Si usted lo dice…- fue lo que dijo la rubia mientras se volteaba para alejarse de aquel lugar.

Sin embargo, la morena volvió a acercar un vaso a su rostro como esperando respuesta de aquel objeto. En eso pensó en Rikku. Dudó un poco, pero se convenció de que quizás ella podría ayudarle a exterminar a aquel molesto demonio que no la dejaba en paz.

-¡Espera, Rikku!- la llamó con exaltación su jefa.

La chica se sonrió pícaramente: sabía que mostrar indiferencia ante algo era la mejor manera de enterarse de la intimidad de alguien.

- ¿Si?- preguntó haciéndose la tonta.

- Verás...- comenzó a hablar la morena, hecha un manojo de nervios- hay algo que, ergh… no sé cómo explicarlo en realidad, ehm… no es que sea una pregunta comprometedora o algo así, pero… ¿qué piensas de mí físicamente?- preguntó de un solo tirón, con las mejillas enrojecidas y muerta de pena.

Rikku puso los ojos como platos y entre confundida y estupefacta, no pudo responderle a la chica sin antes preguntarle algo más:

- Jefa, ¿con qué intención me está preguntando eso? -

Tifa quería que la tierra se la tragase entera. Abrió exageradamente los ojos y con expresión angustiosa le aclaró el punto a su empleada:

- ¡No pienses mal Rikku! ¡No quise expresarme con esa intención!-

Al ver que la jovencita se relajaba, Tifa recobró la respiración y dirigió de nuevo su mirada al vaso de vidrio:

- ¿Crees que yo podría atraer a un hombre, que podría conseguirme a una pareja?- cuestionó con seriedad.

Rikku al principio puso los ojos como platos de nuevo... pero de improviso emitió una fortísima carcajada que atropelló a la excesiva calma de Tifa. Esta se preocupó al observar tal reacción.

- Señorita Tifa- le respondía la joven rubia ya un poco más calmada- no sé si en el resto del mundo es así, pero aquí en Edge las mujeres se dividen en dos grupos: Las mujeres de Edge y Tifa Lockhart.

Tifa sonrió, mas no quedó muy convencida de la respuesta de su empleada pues le pareció demasiado exagerada. Sin embargo no pudieron seguir conversando al respecto porque la hora de apertura del establecimiento ya se acercaba y aquella plática les había retrasado.

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Tal como todos los días, el negocio se abrió a las 8:30 de la noche. Los clientes empezaron a llegar y a pedir sus aperitivos y bebidas mientras conversaban sobre el trabajo, sobre sus planes, sobre dinero y sobre el progreso de la ciudad, Edge. Tifa se mantenía en la barra sirviendo las bebidas y recibiendo los pagos. Observaba a cada uno de los hombres que yacía en el establecimiento y seguía preguntándose si realmente era lo suficientemente bonita como para llamar la atención de algún individuo del sexo opuesto. Y aunque las miradas que se posaban sobre ella no aclaraban sus dudas, sí la hacían sentir incómoda y la hacían esconderse detrás de la barra y de la caja registradora. Sigilosamente, mientras servía un trago a un cliente, Rikku se le acercó lo suficiente como para que los clientes que se encontraban próximos a ellas no pudiesen oír lo que comentaban, ni siquiera ver el movimiento de sus labios.

- El único problema con el que usted debería lidiar es su timidez- le aseveró la chica mientras sonreía de una forma entre comprensiva y burlesca- usted podría tener al hombre que quisiera, pero con esa actitud de chocobo desprotegido no logrará nada- enfatizó.

Tifa suspiró. No sabía si fue de resignación a causa de la observación de la chica o por el recuerdo nostálgico que le producía la palabra "chocobo". Terminó de servir la bebida pero Rikku la agarró rápidamente y se la puso a su jefa frente al rostro:

-Tómese esto de un tirón, sin pensarlo mucho, y verá que se sentirá mejor. No se preocupe por lo demás, yo me ocuparé de que todo transcurra con normalidad- le aconsejó.

Tifa se sentía reacia a realizar tal hazaña, pero una vez más miró su reflejo en el vaso, esta vez con una percepción distinta:

- Está bien- contestó la morena mientras tomaba el vaso con una de sus manos- jamás he hecho algo que después me haya producido remordimientos, tal vez hoy sea el día- y finalizando con aquellas palabras llevó el líquido a su boca y lo bebió tal como Rikku se lo había aconsejado mientras esta sonreía abiertamente.

Sintió que le quemaban la garganta y cuando coloco su cabeza en su postura original experimentó un leve mareo mezclado con una leve sensación de despojo.

- ¡Jefa! Primera vez que la veo uniéndose a la fiesta- exclamó Zell cuando se acercó al área en donde se encontraban las muchachas con el fin de solicitar una bebida para un cliente. Fue él quien hizo volver a Tifa a la realidad.

Con el paso de las horas el mareo se controló y Tifa se sintió más alegre y desinhibida. Rió a carcajadas, disfrutaba de la música que se escuchaba en el ambiente y hasta agradecía los cumplidos que le otorgaban los clientes. Rikku y Zell sonreían satisfechos al ver a su jefa tan… a decir verdad, como jamás la habían visto.

Hubo un momento en el cual, mientras la morena servía otra bebida, un joven cliente, que se encontraba en la barra, hizo un comentario comprometedor a los demás jóvenes (quienes tendían a ocupar esa zona del bar) que tenía a su alrededor:

- A decir verdad, no entiendo como una mujer tan hermosa aún está sola, si cualquiera de nosotros estaría dispuesto a hacerle compañía- dirigiéndose a Tifa.

Los chicos también se quejaron en voz alta y Tifa ocultó su rostro, evitando darse cuenta de las miradas que se posaban sobre ella. El alcohol aún no le había desarraigado la vergüenza.

- Eso es porque aún no se ha encontrado con un hombre de verdad- contestó una voz arrogante y juvenil en uno de los extremos de la barra.

Los jóvenes, Rikku, Zell y hasta la propia Tifa dirigieron sus miradas al lugar del cual provenía esa voz. La joven sabía que ese comentario sólo podría haberlo hecho alguien que la conociera y estuviese al tanto de su relación con Cloud. Sin embargo, al darse cuenta de quién era, no se esperaba que fuese esa persona.

- ¡Reno!- exclamó asombrada mientras todos los presentes se mantenían en silencio.

El turco se levantó de su asiento y se dirigió hacia donde se encontraba la chica. Mientras caminaba, los murmullos comenzaron a surgir pero él mantenía su vista y su atención concentrada en alguien más. Al llegar al lugar, se inclinó hacia la barra y sin dejar de observar fijamente a la chica que alguna vez fue su enemiga, le habló en un tono de voz que sólo ella pudo escuchar:

- ¿Desde cuándo permites que estos buitres te hablen así?- Le interrogó.

- ¿Qué pretendes que haga?- respondió la joven con resignación- Son los clientes, ellos me alimentan.

- Oh- siguió hablando el turco- lo que quiere decir que estás sola.

- No, ¡para nada!- le contestó Tifa animadamente- ¿acaso no ves que tengo a tres chicos trabajando conmigo?- La chica tenía la mirada un tanto perdida y su estado de ebriedad funcionaba como una coraza contra los recuerdos dolorosos.

- Me refiero a que- prosiguió el pelirrojo- Cloud no está contigo, ¿cierto?

La morena tomó una botella y se sirvió un vaso de licor que bebió de un solo golpe y luego del breve mareo le contestó al chico que tenía frente a sí:

- No, Cloud no está- se limitó a decirle.

Reno hizo un gesto de lamentación y después de acabarse su bebida le habló una vez más:

- Tal como lo dije, no has conocido un hombre de verdad.

Tifa lo miró fijamente mientras él encendía un cigarro (N.A: No sé si fuma en realidad, pero me pareció interesante que lo hiciese aquí xD) y desviaba la vista a otro lugar. Ella también hizo lo propio y se fijo en Rikku quién le picaba el ojo y con el pulgar le hacía una señal de aprobación. Pensó en sus palabras, sus consejos y, con el impulso que le proporcionaba el alcohol, se armó de valentía y le habló al pelirrojo:

- ¿Sabes?- comenzó a decirle- ya estoy algo cansada de atender el bar por hoy y, ahora que recuerdo, esta tarde preparé un pie de piña y sería una lástima que se echara a perder porque, a decir verdad, es mucho para mí sola…- trataba de hablar serenamente aunque su nerviosismo era visible.

Reno la miraba extrañado, tratando de averiguar qué especie de mosquito la habría picado y la hacía comportarse de aquella manera tan inusual. Su relación jamás había sido lo suficientemente próxima o cordial como para que se suscitaran hechos como aquel. Sin embargo, no tomó en cuenta ni una de todas aquellas cosas que habían pasado por su cabeza y aceptó la propuesta de la chica.

Tifa se retiró del lugar mientras Rikku le aseguraba que ella se encargaría de que todo continuase con normalidad. Llevó una de las botellas del bar consigo y junto al turco atravesó la puerta que descubría las escaleras que la conducían a su casa. Subieron por ella y llegaron a la puerta que servía de segunda entrada a la residencia. Al abrirla, la chica miró al joven quien, un tanto nervioso (al igual que ella) le preguntó si estaba bien que él entrara, que si ello no molestaría a los niños. Ella sólo le sonrió mientras le aclaraba que ellos se habían marchado por un tiempo, que por ahora ella estaba completamente sola en aquella vivienda.

Lo que ocurrió después de ello se fue haciendo cada vez más borroso para sus mentes a medida que la botella de vodka se agotaba. El sillón de la sala, risas, carcajadas, una que otra broma pesaba, preguntas comprometedoras, respuestas desinhibidas, las porciones de pie de piña que no fueron consumidas en su totalidad, un beso, otro beso, el perfume de ella, el olor de él, una chaqueta en el suelo, una mano afincándose y hundiéndose en el sofá, suspiro, cansancio…

Al amanecer, la luz del sol golpeó el rostro de Tifa quien se deshizo del sueño poco a poco… sin embargo, fue un grito que salió de su boca al ver un trozo de pie de piña desparramado por el suelo y al darse cuenta que un brazo masculino rodeaba su cuerpo desnudo lo que terminó de despertarla.

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Las mejillas ruborizadas de Tifa declaraban cuán secreto había mantenido ella ese recuerdo durante todos aquellos años. Los dedos se Yuffie se posaron en el botón "stop" de la grabadora sin dejar de observar fijamente a su amiga, aún tratando de digerir y comprender que aquel relato era demasiado increíble como para ser cierto. Luego de haber pulsado aquella tecla, escribió algo en una hoja y después sacudió levemente su cabeza y poco a poco volvió a la realidad. La morena aún mantenía las mejillas intensamente ruborizadas. El silencio se tornó un poco incómodo, por lo que Yuffie decidió romperlo cuando lo consideró preciso:

- Entonces, allí fue cuando y en donde comenzó todo- fue lo único que alcanzó a decir la castaña.

- Sí- contestó brevemente Tifa, mientras trataba de evocar aquel olor y sabor a pie de piña, tan propios de su primera vez.

Fin del Capítulo 1

CONTINUARÁ

Aquí finaliza el primer capítulo de esta rara historia que se me antojó escribir (sí, lo sé, es muy intensa). Tal como les dije, el transcurso de la misma depende de U S T E D E S así que ya saben el procedimiento: Reviews, reviews y máaaaas reviews!! Sí, lo sé, me gusta el reconocimiento, Y QUÉ?

XOXO!! :) Hasta pronto!