Inuyasha y sus personajes no me pertenecen. Sin ningún fin lucrativo.
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EL PROFESOR
De Mahiara Hiteru
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Capítulo uno
¿Profesor?
Sango se levantó una mañana de martes a las 6:15 a.m. sin muchas ganas, ya que tenía que ir a clases. Se dirigió al baño y comenzó a peinar sus largos cabellos castaños frente al espejo, donde podía ver que sus ojos castaños le devolvían una cansada mirada. Luego tomó su uniforme, una camisa blanca de mangas largas, su corta falda azul y las zapatillas que se le antojasen, y se vistió. Finalmente se hizo una baja cola en el cabello y bajó las escaleras rumbo al comedor.
Tenía tanta hambre esa mañana que antes de abrir el refrigerador ya podía ver su desayuno, aunque solo fueran espejismos. Y todo por culpa de la estúpida discusión de la noche anterior con su madre, con quien no se llevaba demasiado bien pero tampoco vivían discutiendo aunque cuando lo hacían siempre acababa en su habitación sin comer o, peor aún, castigada.
Su desayuno fue un delicioso café que terminó despabilándola completamente acompañado de dos grandes medialunas. Cuando terminó se aseguró de que en la mochila tuviese todo preparado para las clases de aquél día. Se dio cuenta que le faltaba el libro de biología así que salió corriendo rumbo a su habitación a buscarlo pero al salir de la cocina chocó con alguien.
-¿Qué te sucede que llevas esa velocidad, hija?- Inquirió su madre calmadamente.
-Mi libro.- Respondió únicamente antes de retomar su camino pues no quería que se le hiciese tarde. Cuando entró nuevamente a la cocina para agarrar su mochila vio que se madre la observaba.
-¿Sigues enfadada?
-No mamá, olvídalo ¿quieres?- Colgándose su mochila al hombro.
-Es que te lo buscas. Debes entender que solo tienes diecisiete años y que…- Comenzó a sermonear pero Sango la interrumpió rápidamente.
-Dije que no estoy enfadada¿OK?- Tomó una manzana que había sobre la mesa. –Ahora debo irme o llegaré tarde, adiós.
Cuando salía pudo oír el saludo de su madre. Guardó la manzana en un bolsillo de la mochila y partió rumbo a la escuela. Cuando llegó divisó a su compañera y mejor amiga Kikyo, se acercó hasta ella.
-Hola, Kykio.
-¡Sango!- Exclamo su amiga algo exaltada.
-¿Qué sucede?- Preguntó curiosa, para que Kikyo actuara así tenía que ser algo importante.
-No sabes lo que oí. El profesor Hosokaya ya no vendrá, dicen que ya hay nuevo profesor y que empezará hoy a dar clases, ni siquiera tendremos un par de horas libres.- Terminó algo desilusionada.
-Tenía que ser justo el profesor de Historia, era el mejor.- Dijo Sango buscando algo en su mochila mientras entraban al edificio una junto a la otra.
-Sí.- Afirmo Kikyo. Mientras ambas entraban al salón para la primera clase del día, biología, Sango mordió la manzana que se había llevado.
Sango y Kikyo se sentaban en la segunda fila y sus pupitres estaban uno al lado del otro. Mientras esperaban al profesor Kikyo revisaba sus tareas y Sango, mientras comía la manzana, observaba a sus compañeros que hacían toda clase de líos y reía de vez en cuando de sus ocurrencias, hasta que el profesor entró al aula.
-Buenos días.- Dijo como si venir a la escuela fuera lo mejor que les hubiese podido ocurrir. –Que bonito día¿no creen?- Sango volteó a ver a su compañera, que volteó hacia ella también, y rodó los ojos mientras Kikyo negaba con la cabeza lentamente. Sango se puso de pie y tiró el resto de manzana al cesto de basura mientras murmuraba que perdida de alimento.
Luego de media hora de estar escuchando al profesor de biología, Sango se giró y le habló a Kikyo.
-¿Y lo han visto al profesor?- Murmurando.
-No. Quizá sea profesora.- Dijo del mismo modo que Sango.
-Quizá aunque no lo creo. ¿Y cómo será? Espero y no como éste, porque es exasperante.- Dijo señalando con un movimiento de la cabeza al profesor de historia.
-Tienes toda la razón.- Coincidió su amiga.
Cuando la aburrida clase de biología terminó Sango y Kikyo decidieron pasar el receso en el aula pues en tan solo diez minutos comenzaría la siguiente clase, historia, así que se quedaron charlando de cualquier tema. Luego fueron interrumpidas por Shima, a quien Sango le tenía un poco de bronca ya que se creía la más inteligente del mundo.
-Oigan chicas¿ustedes vendrán al viaje de egresados?- Preguntó con una hoja de papel y una lapicera en sus manos.
-Sí.- Respondió Kikyo. Shima hizo una tilde al lado de sus nombres en la lista.
-¿Por qué? Todavía faltan meses.- Dijo Sango.
-Lo sé, es solo para asegurarme de quienes vendrán.- Dijo la chica mientras se iba a la siguiente fila a seguir preguntando lo mismo.
-La pregunta no es quien irá sino ¿qué idiota no lo hará?- Susurró Sango. –Quiero decir ¿quién se perdería la oportunidad de escapar de Los Angeles para ir al Caribe en el verano y pasar unas geniales y merecidas vacaciones?
-Pues yo no lo haré.- Dijo Kikyo y ambas rieron.
-Estamos pagando éste viaje hace mucho tiempo y ya no veo la de ir.- Se escuchó el timbre que indicaba la finalización del receso por lo que todos los alumnos comenzaron a entrar al salón.
El director del colegio, el señor Fugunaga, entró al salón dos segundos después acompañado de un joven hombre a su lado.
-Siéntense por favor.- Pidió con calma. Todos obedecieron pues el director, además de la profesora de física, era la única persona a la que los alumnos, incluso los más desubicados, le tenían total respeto. –Gracias.- Agradeció cuando todos se sentaron en sus lugares y guardaron silencio. –No les habían dicho nada antes pero el profesor Hosokaya ya no asistirá a ésta escuela,- Hubo un murmullo general pues en realidad el rumor ya se había corrido y no existía persona en la escuela que no lo hubiera oído. –pues entonces he debido asignarles un suplente que, en realidad, va a quedarse hasta finalizado el ciclo.
-¿Y qué¿No ha venido el suplente aún?- Inquirió Kouga, uno de los chicos más populares del colegio. Luego de oír la pregunta el joven que había entrado junto con el director sonrió.
-Claro que sí.- Respondió el director. –Y aquí está.- Dijo señalando al hombre a su lado. –El es el profesor Koyama, quien será su profesor de Historia de ahora en adelante.- Todos se quedaron callados ya que aquél hombre, vestido más informal que cualquier otro profesor, con una remera blanca y jeans, y que no parecía ser más grande que cualquiera de los alumnos que allí se encontraban, quizá excepto por algunos centímetros, no podía ser un profesor. Por no agregar el hecho de que tenía el cabello amarrado en una pequeña coleta.
-¿Será broma?- Susurró Sango a Kikyo.
-Pues no creo que esté bromeando.- Susurró la otra.
-Bueno lo dejaré así puede comenzar con la clase.
-Gracias.- Dijo el joven profesor suplente, que parecía sonreír hasta con sus azules ojos. –Bueno,- Comenzó a decir una vez el director hubo abandonado el salón. –Mi nombre es Miroku Koyama.
CONTINUARÁ…
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Hola!
Comenzaré escribiendo que sé que no debería comenzar con éste fic ya que tengo varios en circulación que debería actualizar, pero no lo pude evitar n.n
Éste capítulo es corto pero es solo porque es el primero y creí que hasta ahí debía llegar, pero procuraré hacer más extensos los próximos.
Lo de siempre: por favor dejen reviews con sus opiniones buenas, malas u horribles acerca del fic . No importa se aceptan toooodas. XD Ya saben a base de esas palabras sabré si continuar con el fic o eliminarlo hehe.
Bueno¡hasta pronto!
Mahiara Hiteru
