"Voy a escribir algo profundo... Subsuelo."

Hetalia no me pertenece, sino a Hidekaz Himaruya. Me voy a hacer vieja escribiendo siempre Disclaimers.

/ - cambio de escena


-¡Fratello mira! ¡Son esos pajaritos de maderas que suben y bajan su pico! Quiero uno, ve~

-Maldición Feliciano, perderemos el puto barco si no te mueves. Deja de ver a los pajaritos de mierda y vámonos de una vez.

-Qué malo eres fratello…

Bufé enfadado y haciéndole notar que ya me traía harto con aquello. Que mire esto, que el otro, que la chica esa estaba buena (bueno, en verdad no le iba a discutir eso, hay muchas mujeres que están buenotas aquí~ PERO no es el tema); el punto es que, si no nos movíamos ya, al menos Feliciano tenía un pasaje ya ganado directo de la punta de mi pie y mandarlo de una patada al otro lado del océano. Oh sí, le dolería.

Yo estaba llevando las maletas, y no es que me ofreciera, claro. Si mi hermano llevaba el más mínimo equipaje estaba seguro que en cinco minutos lo habríamos perdido. Es tan idiota que no podría encontrar ni siquiera su cerebro. Y ante vientos fuertes hay que estar bien parados. No pensaba perder mis hermosas cosas, menos por la culpa de una yapa como lo era él, aún sigo pensando que yo debo ser hijo único y que de alguna manera me secuestraron y me clonaron a mí pero afortunadamente yo sigo siendo mucho mejor.

Eh… que estoy divagando de nuevo. Diantres, miro hacia los lados y me doy cuenta que he perdido al idiota de Feliciano. Volteo, tampoco está. Hay mucha gente en aquel muelle como para poder distinguirlo rápido, más aún cuando más de la mitad es italiana como nosotros. No me convenía, estábamos en Sicilia y en cualquier momento podrían secuestrarlo la mafia y yo no podría volver a casa ya que nuestros adorables padres me sacarían de una patada a buscarlo y traerlo, a pesar de que quizá y esté sin órganos. Digo ¿no? Que aquí hay much—

Ouh, choqué con alguien. Carajo, debí concentrarme por dónde iba en vez de andar pensando que a Feliciano le sacaban las mollejas. Sin embargo, nadie tenía el derecho de al menos no ver por dónde iba ¡y perjudicarme a mí!

-¡Fíjate por dónde vas! –dije enfadado, y es que las maletas habían caído al momento y armado un escándalo. De nuevo bufé enojado de que ahora todo el mundo me mirara.

-Vaya, perdóname –me dijo. Ni siquiera volteé, tenía que concentrarme en volver a poner esa maleta de pie, pero pesaba una mierda y me costaba- Parece que eso te pesa mucho, déjame ayudarte –se ofreció con voz cantarina. Le vi de reojo notando una sonrisa de idiota en su cara. Me lo pensé por un momento mientras seguía tratando de levantarlas pero mi espalda en ese momento tronó y lo solté todo de nuevo.

Joder, MI ESPALDA.

-¿E-Estás bien?-preguntó preocupado luego del tremen- MASCULINO grito que solté, y es que de verdad me había dolido ¡Pero era toda su culpa! Se acercó algo y me miró con intención de levantar las maletas, me fijé y sus ojos realmente eran muy verdes.

¡Eh, pero… eso no importa!¡Solo importa mi espalda!

-Tsk, e-estoy bien idiota ¿No ves? –mentí tratando de enderezarme pero esta vez sonaron como tres huesos de un solo. Logré ponerme derecho pero ahora no podía agacharme y puse una mueca de dolor. Mierda.

El bastardo se rió bajito ¡Cómo se atreve el muy…!

-Yo lo haré, déjame ayudarte, por favor~ -añadió. Lo último sonó fuera de lugar. Esperen ¿Español? ¿Qué carajo hace un españolote en Italia?

Le miré con cara rara antes de darme cuenta que ni en chistes podría levantar esas maletas. En el aeropuerto nos lo habían dado listo y ordenado y por la culpa de este español ahora tenía un gran problema. Bueno, al final supongo que si se ofrece –y yo no tengo que cargar nada- puede ser útil. Luego de intentarlo un par de veces más cedí y ese tonto con alegría –y facilidad- colocó todo en su lugar en poco tiempo. Se acomodó su gorra con orgullo y yo lo miré como poca cosa. La verdad, era impresionante su rapidez pero no se lo diría ¿Por qué tendría?

-¡Fratello! ¡Ya volví y mira lo que compré! –de pronto escuché su voz y me volteé enojado. Feliciano paró en ese instante y puso cara de susto. Sonreí enfadado; más aún cuando el…. Objeto que compró Feliciano era uno de esos putos pájaros de madera. Que se joda ¿En eso desperdicia MI dinero?

Bueno, es nuestro; pero el que lo cuida soy yo. Feliciano es un inútil en cuentas.

-Ahora mismo te mando a dormir con los peces, y te ahogaré muy, muy hondo por tirar así el dinero-le aseguré. De todas formas tenía ganas de hacerlo en ese instante por retrasarnos también.

-No hice nada malo… -respondió en tono llorón.

-Vamos tarde, tengo hambre y no comí por miedo a vomitar y tengo mucho, MUCHO sueño –apenas entremos al barco me aseguraría de darme un siestecita - ¡Muévete carajo!

-¡Lo siento! Y-Yo solo….

-Tú nada. Solo entremos –entonces vi de reojo al español que seguía ahí. Le agradecí (o algo parecido, depende de qué es cordial para ti) más seco que sincero –en realidad solo le dije algo como "Al menos sirves para algo más que empujarme"- y extendí mis manos para tomar la maleta e irme, sin embargo, al momento nuestras manos chocaron, fue tan extraño, todo pasó a un lugar alejado y mierda, lo alejé asustado de que comenzara a pensar cosas como raras una mocosa de quince años.

Y es que tengo 25, soy un hombre maduro, como verán~

-¿Quién es? –preguntó mi hermano entonces. Él sonrió más al ver a mi hermano y por alguna razón eso no me agradó, será porque siempre a él le dan la preferencia, me estaba cansando.

-Un tipejo que me hizo tirar todo el equipaje.

-¡He dicho que lo siento, no me fijé!

-Sí claro, claro. Ahórrate el discursito.

-Pero si digo la verdad… es más, tu equipaje tiene la marca del Sea Travel. Trabajo en el lugar, si quieren podría darles una ayuda a encontrar el barco.

-No la necesitamos- corté rápido y cruzado de brazos. Creo que lo tomé por sorpresa porque no supo que responderme al instante. Me coloqué mis lentes de sol porque los putos rayos solares dañaban mis preciosos ojos. Entonces, tomé las maletas de una mano y comencé a andar arrastrando al idiota de mi hermano con la otra. Él llorón se quejaba y me pedía que lo soltara pero me valía mierda. No pensaba perder el barco por él.

-Jeje… por ahí no es el camino joven~

¿Otra vez él? Joder, que no se cansaba de molestar. Y ahora me decía que iba perdido ¡Mis cojones! Mi sentido de la orientación es perfecto.

-¡En serio, se van a perder!

Me cago en él y su insistencia.

-Fratello, en serio no es por ahí.

-Cállate, de los dos tú eres el que andaba perdido hace un rato y tuve que buscarte.

-Pero solo fue un momentito, iba a volver contigo de todas formas. Además, no me buscaste, yo te encontré~ ¿O lo niegas?

Eso mereció un golpe en su cabeza de mi parte. El muy quejica comenzó a lloriquear.

-En serio… hace un rato vi el barco y te lo iba a decir cuando te encontré. Pero luego te vi hablando con él y…

-Esperen –de pronto apareció el español de nuevo y antes de que un golpe volviera a caer en Feliciano. Lo miré molesto, era como una mosca que no se iba, maldita sea- Es mi deber como buen trabajador ayudar a todos los del Sea Travel, aunque aún no estén en él –dijo con una sonrisa de idiota… aunque era boni- Digo, de idiota.

-Ve~ Grazie… emm…-Feliciano se le quedó mirando al bastardo- ¡Dinos tu nombre~!

-¡¿Qué dices idiota? –le grité ¿Cómo podía pedirle eso a un completo extraño? Luego querrá raptarnos y vender nuestros órganos - ¡No puedes preguntarle eso a cualquiera!

Bueno, quizá no quiera nuestros órganos ¡Pero no me agradó eso! ¡Suelo ser yo quien hace las preguntas!

-Él ha sido muy amable fratello, me gustaría conocer alguien que nos pueda ayudar dentro del crucero –me dijo sonriente. El bastardo de ojos verdes –muy verdes…- le devolvió la sonrisa. Fruncí el ceño. Claro, dejen de lado a Lovino.

-Hmph, haz lo que te dé la puta gana.

-No hay problema, en serio-contestó el otro riendo ¡Pero si hace 5 minutos éramos unos desconocidos! –Mi nombre es Antonio… Antonio Fernández Carriedo.

-Me caíste bien, ve~.

-Puedo decir lo mismo de ustedes, pero deberíamos irnos ya o perderemos el barco…

Bufé molesto. Sí claro, seguro que solo le cayó bien mi hermano.

-¡Pues vamos!

Los dos me vieron ¿Qué conmigo? Si ya había decidido que quiere su ayuda pues la hubiera recibido, que se joda yo iría solo y no necesitaba meterme en su estúpida conversación.

-Pues anden ¿Qué me ven?

-Perdona Antonio~ fratello es así… se enoja con facilidad, pero no es que sea malo. Solo es algo boca sucia jeje.

¿Que yo era cómo? Toda mi puta vida he sido así y él nunca tuvo problema.

-Una persona tan linda no puede ser mala~ -. ¿Me está coqueteando? ¡Marica! ¡Y Feliciano más marica, el idiota se rió bajo del comentario! ¡Como si no lo oyera! Le miré enojado, aunque sentía calor en la cara ¿Era el puto clima… verdad?

El idiota me miró curioso por un momento a los ojos ¿Qué mierda? No pude ni sostenerle la mirada al bastardo. N-No tiene el derecho de hacerlo, por lo que me volteé ¡No me seguiría viendo así! ….

Luego sonrió, lo noté de reojo y me maldije por hacerlo porque creo que pensó que le hacía caso.

-¡Vámonos, yo les ayudaré! –dijo y tomó mi maleta. Feliciano rió como retardado y tomó también su maleta siguiendo el camino que el españolote le dijo. Tomó mi maleta sin mi consentimiento ¡Cómo se atreve! ¡Eran mis-

-¡No te quedes ahí~!

¡Fuaa! ¡Me tomó del brazo!, jalándome a correr a su mismo paso. Me puse rojo y lo miré totalmente mal.

-¡CHIGI! ¡SUÉLTAME BASTARDO!

Pero él no lo hizo y me volvió a sonreír. Merda, ¿Se la había agarrado conmigo?

-¡AH! ¡NO! -ambos vimos asustados de pronto luego del grito que se tiró mi hermano. El españolote se sorprendió y mis ojos… se querían salir de sus órbitas.

Billetes.

Verdes y valiosos billetes, cayendo por un lado de la subida al barco, directo al mar…

¡EL DINERO! ¡TODO LO QUE USARÍAMOS PARA ESOS SEIS MESES! ¿CÓMO CARAJOS FELICIANO TOMÓ EL DINERO DE MI BILLETERA?

-F-Fratello, no fue mi inten—

-YO TE MATO FELICIANO, ¡TE MATO!

/

-¡Kesesesese~ el asombroso yo ha llegado! ¡Arrodíllense ante mí, mortales!

-Hermano…

-¡Tú también, West!

-Amm… podrías… ¿Podrías bajarte del barandal del barco?

Luego de tantos meses de decirle a West que me portaría bien en el primer barco que dirigiera, me dejó acompañarlo. Pero qué digo, en realidad solo se dio cuenta que su barco era menos asombroso sin mí, y aquí estoy ya. Claro, unos tipos mucho menos geniales que yo me agarraron a la fuerza y me devolvieron a la recepción con mi hermano. Que de paso no me quitaba el ojo de encima. Lo comprendo, es difícil dejar de admirarme aunque sea por un segundo, Ludwig lo sabe bien porque siempre me mira.

-¡Gilbert deja ese pollo! –me gritó de pronto. Le vi con una ceja alzada y cara aburrida ¡Vamos! ¡Acababa de comprar a este lindo pollito en los puestos del puerto de camino! ¡Me costó 2 dólares! Una genial inversión. -¡Ensuciará todo! ¡Se meterá en la cocina y asustará a los clientes!

Y no, no iba a soltarlo.

-Nada de eso, este pollo es demasiado asombroso para abandonarlo a su pobre suerte –le acaricié la cabeza y pió rápido, aleteando feliz. Sonreí – Yo lo cuidaré bruder, no tienes que preocuparte. Su existencia igual que la mía alumbrará tu barco. Además, ya le puse nombre ¿Quieres oírlo?

-¿Debo saber cuál es? –preguntó en un suspiro. Le sonreí ampliamente en respuesta y apunté a mi asombrosa mascota.

-Este amarillo y genial pollito es casi tan genial como yo –Ludwig alzó una ceja- ¡Se llamará Gilbird!

No sé, pero mientras acariciaba a Gilbird me pareció oír una mano chocando contra algo. Debe ser que mi hermanito me aplaude por el asombroso nombre de mi pollo, kesesese~-

-Capitán, todo está listo en su cubierta. Puede subir a chequear todo antes de zarpar-dijo de pronto un tipo que sonó inglés. Y tenía dos cejas. Cejotas…

Eran dos cejas cejotas.

-Gracias Kirkland, ve adelantándote por favor…

-Lo haría, pero debo informarle algo –me miró sobre el hombro de mi hermanito repudiándome ¿Qué mierda? – El detector localizó una gran cantidad de alcohol en una de sus maletas. Debe reducirlo.

-Oh-West también me vio sobre el hombro, molesto ¡Vamos, no me miren así! –No te preocupes hablaré con él –suspiró, yo chasqueé mi lengua molesto- Subo en un momento.

-De acuerdo… ¿Está su frente roja? Bueno, ahí lo veo–dijo el cejón y al fin se largó. Que tipo para menos asombroso.

-Gilbert, ya te dije que no podías traer alcohol en tu maleta.

-¡Vamos West! Solo traje un par de cervezas…¿A que no se te antojan? –le dije codeándole y con una gran sonrisa de cuando le propongo un excelente y asombroso plan. No funcionó, su cara siguió seria y aburrida. Meh.

-Más que yo tú sabes que eso no es cierto, al menos no en mis horas de trabajo –señaló el reloj de la recepción –En diez minutos zarpa el barco, si no dejas por lo menos la mitad de la tabernera que llevas como equipaje, te dejaré en Sicilia ¿Me oíste?

Tsk… Pues no importa, hoy le dejaría ganar.

-Qué aburrido te has vuelto ¿Dónde quedó el dulce niño que una vez crié y enseñé el amor por la cerveza?

-Afuera. Ahora –dijo y me dejó en el lugar. Gilbird me picoteaba el cabello mientras me di la vuelta y me dirigí a los dormitorios. Tenía que dejar mis cosas, luego vería si saco la cerveza… quizá podría ocultarla.

-Hmph, actúa como si fuera mi madre –mascullé. Antes yo solía ser su genial hermano mayor del cual se alegraba de ver. Qué adorable era… ahora me ha desplazado, es más alto y mucho menos asombroso… pero sigo siendo mayor que él. Nunca podrá superar eso, muajaja…

…Ah, eso de verdad que no me consuela. Mejor solo encontraré el cuarto rápido en vez de seguirme deprimiendo.

-¿Qué acaso a los asombrosos músicos nos mandan al culo del barco? –me quejé para mí mismo siguiendo los interminables números de habitación en esos pasillos. Iba en las mismas cuando sentí una mano salvaje en mi hombro. Volteé con una ceja pero sonriendo ¡Alguien más necesitaba de mi asombroso ser!

-Disculpa… ¿Podrías ayudarme? Siento que me he perdido buscando mi cuarto…

Inspección en progreso: Detallando….

Piel clara, bastante; cabello castaño y algo más largo que el mío. Ropa menos asombrosa que la mía y gafas. GAFAS.

Tin tin tin, estos son de los que es divertido molestar. Tengo que hallar el momento justo.

-Todas tus preguntas serán respondidas por el asombroso yo ¡Pregúntame! –guiñé el ojo, juraría por mi madre que miles de brillos adornan mi hermosa cara.

Se demoró en contestar. Debí dejarlo impresionado.

-…. ¿Dónde queda la habitación 201? –abrí los ojos sorprendido, yo era la habitación 200.

-¡Junto a la mía! ¡Vecino! ¿Eres músico?

-Así es.

-¡Oh! ¡Eso es un violín! –señalé con asombro el paquete negro que colgaba de su hombro, donde estaría el instrumento. Asombroso (no tanto como yo, claro), sé que el violín es complicado. Él asintió.

-¿Entonces me ayudarás?

-¡Vamos! –contesté sonriendo y caminando. Al instante él me siguió, vi que sonreía algo esperanzado.

-¿Y por dónde es el camino?

-¡No tengo idea!

Paré en seco al notar que ya no me seguía, y me miraba molesto ¿Qué dije?

-¿Me estás tomando el pelo? –noté su enfado cuando se cruzó de brazos. Resoplé en burla, se veía como todo un señorito, aunque el condenado tenía bonitos ojos.

-Claro que no, presiento que si lo hiciera pondrías una orden de alejamiento en contra mía, cuatro ojos.

-¿Cómo me dijiste? –puso una cara de indignación que solo me hizo soltar otra risotada.

-¡Cuatro ojos! –me acerqué de un brinco y estuve directo y frente a él, le miré a los ojos (vale, sí son bonitos) y sonreí divertido, se puso nervioso al instante ¡Soy tan genial! Solté un pequeña risa, mi aliento chocó contra sus gafas y las llenó de vapor, él frunció el ceño y se coloreó (no sé si de indignación o por mi asombrosidad frente a él) pero apenas lo vi distraído tomé su pañuelo de su cuello, se veía gracioso con él. Salí corriendo por los pasillos -¡Alcánzame, si es que puedes, señorito!

-¡G-Grandísimo tonto!

Escuché sus pasos seguirme y sonreí complacido. Hace tiempo que no me divertía de esta forma. Creo que este señorito me ha caído bien. Al final y al cabo quizá encontraríamos las habitaciones si corríamos por todo el lugar.

Solo espero que Ludwig no me vea haciendo esto…

/

Volteó al sentir un brillo sobre su cara, rápido y con el sonido de un flash. Cuando vio a su japonés amigo, efectivamente él tenía el aparato digital en sus manos. Le sonrió de oreja a oreja.

-¡Kiku! Si querías tomarme una foto solo tenías que decírmelo, pero dime salí bien ¿Verdad? –colocó una mano en su mentón aun sonriendo- ¿Tomaste mi ángulo bueno?

-Ah… Alfred, en realidad le tomé foto al paisaje junto a tu cara, discúlpame –le dijo con un tono algo apenado por la cara de exagerada tristeza que puso el rubio- Es que Sicilia es realmente hermoso… Mira –le dijo mostrando una fotografía de la ciudad, Alfred alzó un pulgar en aprobación.

Su amigo era un excelente fotógrafo, y es por su amor a ese arte que aceptó acompañarlo en ese viaje alrededor del mundo que había decidido darse para su año sabático. Viajar y viajar. El japonés tomaba foto a todo lo que podía, y con eso se entretenía mucho.

Una vez que llegaron a la recepción del hotel dentro del crucero, Alfred dio un fuerte pisotón en el suelo, llamando la atención. Cosa que no le gustaba a Kiku demasiado.

-¡El Hero ha llegado! –exclamó con orgullo.

Lástima que nadie le hizo caso y siguieron en lo suyo. Incluso parecía que alguien hablaba con el de seguridad. El pelinegro se le acercó entonces, y le hablaba en voz baja.

-Cálmese un poco o nos sacarán a patadas del hotel. No hable así, lo ven como loco…Nos ven como locos-lo último lo dijo susurrando para que el otro no lo oyera, y funcionó.

Unos minutos después ya estaban en la puerta de la habitación. Todo parecía ir bien. Habían visto a un par de locos correr por los pasillos más atrás, uno de pelo blanco que Alfred confundió con un anciano, pero no se lo dijo porque Kiku lo detuvo de hacerlo. Salvo por eso, todo era normal y bastante cómodo.

El rubio se dio cuenta que su amigo lo estaba dejando solo en la habitación, por lo que dejó de desempacar y se puso de pie al instante.

-¿A dónde vas, Kiku? No quiero andar todo forever alone por este lugar…

-Lo siento –se disculpó, colgándose su cámara al cuello- Me han dicho que hay un museo por aquí, y es uno de los mejores museos en crucero que se conocen –lo miró entusiasmado- Realmente quiero ser el primero en entrar cuando lo abran. Además, habrá una exposición sobre mitología griega. Tomaré muchas fotos.

-Oh, bueno…-le dijo, sin poderle replicar algo realmente.

-Volveré lo más rápido que pueda –dijo yéndose. Alfred se quedó ahí, rascándose la cabeza sin saber qué hacer. De pronto oyó una voz a lo lejos, lo suficiente para reconocer a su amigo- Pero si quieres, podemos encontrarnos en el restaurante principal para almorzar.

Entonces los pasos se fueron alejando hasta que ya no los escuchó. Suspiró encogiéndose de hombros. Pues qué se le va a hacer.

Salió para el pasillo dispuesto a encontrar el dichoso restaurante para ir comiendo una hamburguesa… Hasta que un cartel cercano le llamó la atención.

-OH MY GOD, UN "COME TODO LO QUE PUEDAS" PARA COMPETIR POR UN BUFFET GRATIS…. PERFECT.

/

El museo era realmente hermoso. Sus espacios eran amplios y bien iluminados. Casi todas las ventanas tenían vista al océano y estaba adornado con todas las piezas de arte. Esa semana era especial pues comenzaban a mostrar una exposición sobre los dioses de la mitología griega. El japonés no dejaba de tomar fotos a todas las esculturas del lugar.

Había llegado hace poco, y recién iba en la primera parte del recorrido que decidió hacer solo. En un momento estaba solo, hasta que vio a lo que parecía uno de los guías.

-Perdone –dijo, el "guía" lo vio ante el llamado, aunque tuvo que bajar un poco la vista por lo pequeño que era el japonés -¿Hasta qué hora atenderán?

-Mmmm…. Hasta las 5 de la tarde –respondió algo cansado. Kiku pensó que tal vez no había dormido bien.

-Oh…. Entonces solo tengo una hora para ver todo… Qué mal.

-Podría ayudarlo –sugirió el castaño –Esta exposición es mía… y aun no llega mucha gente.

-¿De verdad? –preguntó ilusionado.

-Claro… sé cuáles son las obras más importantes. Terminaremos en menos de una hora.

Se le quedó mirando por un rato. Un rato silencioso.

-Me gustaría….

-¿Eh? –parpadeó confundido.

-Me gustaría saber tu nombre….

-Oh –extendió una de sus manos, en saludo-Honda Kiku, mucho gusto.

El griego le aceptó y estrecharon manos. Sonrió entonces.

-Kiku…. Qué manos tan cálidas…

/

Antes de que el barco zarpara el segundo capitán al mando quería tomarse una buena taza de té que pudiera tener cerca en la cabina. Cuando llegó al local fue a la barra y se sentó en un lugar vacío. Puso su gorra de capitán en la mesa y se despeinó un poco el cabello, como le gustaba.

Pronto un camarero le tomó su orden y se alejó en busca de su taza de té. El inglés movió su cuello y unos cuantos huesos le sonaron. Tsk, los últimos días estaba algo estresado, tenía la ligera esperanza de poder disfrutar el crucero aunque sea en un momento de ese viaje de 6 meses.

Unos cuantos toques a su hombro hicieron que voltee. Un rubio con expresión de dolor se le apareció entonces y lo miró confundido ¿Querría ayuda? Quizá comió algo en mal estado y…

-Camarero, ¿Tendrán pastillas para el estómago en este lugar?

Silencio.

….

¿Cámarero?! ¡Él era el segundo capitán del maldito barco!

Apretó los puños. A pesar de que no le faltaban ganas para golpear a ese tipo, se contuvo. Porque él era un caballero, un caballero, un caballero…. Y porque si lo golpeaba podían despedirlo.

-Ve a la enfermería.

Justo en ese momento la taza de té llegó, y el rubio no desaprovechó para verla como un tesoro y tomársela de un sorbo. Sintió su estómago mejor luego de eso. Vio al rubio de nuevo, quería agradecerle, pero…. Las cejas en forma de una perfecta "V" mostraban su enojo. Vestía de blanco, y sus ojos verdes eran muy grandes. Sonrió, sus ojos eran bonitos…. Luego cambió de rostro al notar que sus ojos no mostraban otra cosa que… ¿ira?

-¡Ese era mi té!

Oh. Había metido la pata.

-¡L-Lo siento! ¡Puedo pagarte otra si quieres…!

-¡You, idiot!

¡Era un inglés! Su acento lo dijo todo. Se dio cuenta que estaba en grandes problemas.

-E-Espera. Podemos arreglarlo –lo tomó de los hombros, recibiendo una mirada más enojada de respuesta- Gané un pase doble para un buffet en este lugar… puedo darte un ticket o –vio sus ojos de nuevo Why not? – Puedes acompañarme a él. Los dos, a comer. Tomarás todo el té que quieras ¿Qué dices? –dio una gran sonrisa, esperando que se ablande.

Cuando Arthur se dio cuenta de lo que le había dicho, los colores se le subieron a la cabeza. Era una mezcla rara de enojo, sorpresa y vergüenza.

¡¿Lo estaba invitado a salir?! ¡E-Eran hombres! ¿Así cómo así? What the fuck?

Los traviesos ojos azules se posaron en la gorra sobre la mesa y se dio cuenta de su error. Se rió por dentro, conque por eso estaba mirándolo así. Primero lo del camarero y luego lo del té… pues ahora entendía su enojo. Je, pero había sido divertido.

Aun con el otro rubio mirándolo sin saber qué responder tomó su gorra. La miró interesado. Tenía unas cuantas placas doradas, parecía importante. Se la colocó y sonrió al notar que le quedaba.

-¿Qué rayos crees que estás haciendo? –dijo Arthur tratando de alcanzar su gorra. Pero Alfred era más alto y le costaba. Sin embargo, no daría saltitos como niña queriendo alcanzar algo. No -¡Dámelo!

-Claro, ahora lo entiendo todo –contestó poniéndole la gorra sobre el rubio cabello despeinado. Arthur bufó y comenzó a arreglarse la gorra. Su cara mostraba aun un ligero enfado. Alfred sonrió algo divertido, parecía como si el de ojos verdes hiciera un puchero.

-¿De qué estás hablando? ¿Tú no sabes quién soy, mocoso? –preguntó esta vez señalando su placa.

-Sí, sí. Lo lamento…. –vio que la placa también daba el dato de su nombre- ¿Y qué me dices, Arthur?

El mencionado notó el mal acento inglés que quiso usar en su nombre y solo sonrió burlón. Se dio vuelta, comenzando a irse.

-Buen intento, pero debes mejorar si quieres conseguirlo.

Alfred se quedó mirando la blanca figura alejarse y una sonrisa divertida se posó en su rostro. Sabía que el rubio había hablado en doble sentido. Parecía mayor que él, pero no le había importado.

El sub-capitán Arthur Kirkland le había resultado muy interesante.

/

Ah, al fin. Había estado vomitando como un enfermo de cirrosis todo el rato. Menos mal Feliciano sirvió para algo y me dio una buena medicina.

¿Por dónde empezar? Luego que el idiota de mi hermano tiró TODO el dinero al mar, yo me lancé. Sí, me lancé al agua. Y luego recordé que no sabía nadar….

¡Pero, mierda, estaba desesperado!

Antonio se había lanzado a ayudarme, porque me comencé a ahogar, y fuimos un pequeño espectáculo para las demás personas que llegaban. Incluso oí a un tipejo alemán burlarse de mí y tomándome una foto. Juro que encontraré a ese tipo de pelo blanco y me vengaré.

Y volviendo a la realidad.

Estaba en uno de los tantos barandales de la cubierta, viendo el atardecer, como si supiera qué hacer ahora que no teníamos nada. Estaba frustrado, pero no mostraría mi preocupación. Froté uno de mis brazos, comenzaba a tener frío.

-Está helando –escuché de pronto. Una manta cayó sobre mis hombros, ya que aun estaba algo húmedo luego de lanzarme al mar. No quería entrar a cambiarme chorreando de agua. Sería la burla. Preferí quedarme ahí hasta secarme. Allá si me importaba el lugar donde Feliciano habría ido, estamos en un puto barco y tenemos habitaciones continuas.

Acepté la manta a mala gana. Solo porque de verdad tenía frío. Me acurruqué mejor debajo de ella, buscando calor. El idiota de Antonio se había pasado la tarde viendo dónde estaba, y me dio la medicina que Feliciano había encontrado.

-No hace nada de frío –dije, simulando que no me importaba su atención. Claro que mentía, al menos alguien me ayudaba. Putos todos.

-Claro, claro…. Escuché la situación que ahora pasan.

-Cállate, es culpa de mi idiota hermano –mascullé, molesto.

-Vine por una razón, Lovi~

Le miré con una ceja alzada, el rió como tarado suavemente.

-¿"Lovi"?

-¿Puedo decirte así? Suena muy bonito~

Bufé molesto.

-¿Cuál es tu maldita razón para venir?

-Quiero ofrecerte trabajo –lo vi sorprendido, él sonreía- Siempre hay lugar para más ayuda en el stuff. Ganarías como los demás, lo suficiente para estar aquí en la estadía ¿Qué dices?

-Idiota, no deberías andar dando trabajo a cualquier persona sin el permiso de tu jefe.

El otro parpadeó confundido y luego rió ¿Qué carajos tiene este tío? ¿Se reirá también si lo golpeo?

-Lovi, yo soy el jefe.

Oh, mierda. Pues esta vez me ha cagado.

-Si me dan almuerzo y cena con pasta, acepto.

-Claro, eso se incluye en el paquete de trabajo aquí, bueno… lo de la pasta no te lo aseguro, je –miró al cielo-Mira, qué bonito atardecer.

El sol se estaba ocultando en el mar, y el cielo se oscurecía. Las estrellas comenzaron a brillar sobre el barco y el mar era un reflejo del cielo. Suspiré, pues sí era bonito. Me recordaba a las tardes en Sicilia con Feliciano cuando éramos pequeños y vivíamos con nuestros dos padres…

-Lovi, ¿te han dicho que tienes bonitos ojos?

Lo miré inconscientemente, y él no desaprovechó para acercar una mano a mí. Pensé que iría a mi mejilla, me sonrojé, pero su mano fue a mi cabeza, y me despeinó. Entrecerré mis ojos, aun rojo creo.

-Bastardo.


HOLA HOLA HOLA! Pues yo vengo por aquí…. Con la primera historia (que no sea one-shot xD) que voy a escribir de Hetalia 33 Y sí, he visto tantos fanarts y películas de cruceros pues, que se me quedó XDD Como verán alternaré la narración entre primera y tercera persona xd

Pobres hermanitos, están sin plata jajajaj :33

Sé que para ser el primer capi es largo, suelo poner prólogos pero esta vez no sabía cómo hacer uno XD

Puedo asegurarles que habrán las siguientes parejas: Spamano (la principal x33), UsUk, Giripan, PruAus y GerIta (que en este capi no lo puse, porque iba a ser muy largo xd pero en el próximo saldrá I PROMISE)

Luego de estos sensuales comentarios, espero que les haya gustado muchachas (y muchachos?) bonitas/os

Comentarios? Reviews? Comments? :33 La historia fue buena? Tomatazos? Merece conti? TwT?

Cuídense! Besos!

Feliz Año Nuevo! Disfrútenlo mucho con sus familias!


Annlu Namikaze