El Precio de un Amor

Capitulo I: Dolor, Atracción y un Comienzo

¿Desde cuando había empezado toda esa locura?...

¿…Locura? ¿Era eso lo significaba todo eso para el?

Si, en un principio eso era lo que había sido pero ahora todo se había convertido en amor…

Profundo amor.

Le dolía la espalda, las piernas, las manos prácticamente no las soportaba al igual que ese despreciable "trabajo".

Desde que tenia uso de razón sabia en lo que terminaría pero jamás creyó que brindar "ese servicio" para lo que le daban era mejor no hacer nada.

Pero tampoco podía darse ese lujo, tenía dos hermanos mas pequeños a quienes cuidar y protegerlos como fuera.

El Sol le daba directamente en el rostro y eso le hacia mas insoportable el trabajo que estaba realizando.

Esta vez, le había tocado arar la tierra, jamás había entendido para era que hacían todo eso pero el no estaba en posición de cuestionar las ordenes que se le daban sino simplemente para obedecerlas.

-:-:-:- FLASH BACK -:-:-:-

Como siempre iba acompañado de su guardia personal, no había otra opción, siempre tenía ir a todos lados rodeado de esa gente que odiaba.

Acaba de subir al trono por la repentina muerte de su padre que nadie supo explicarse lo que le paso, ahora, solo quedaba el y su hermano menor, Camus.

Desde que ellos eran niños su padre les había explicado se tenia que reinar y ahora había llegado su turno por ser el mayor.

Caminaba junto con los guardias mientras que observaba el como los esclavos realizaban el trabajo.

Todos los esclavos le parecían iguales, la mayoría eran morenos por tantas horas bajo el inmenso Sol y también de cabellos negros, nada en especial… Excepto por uno de ellos, lucia diferente a todos…

También tenia la piel morena, sin embargo era de cabellos castaños y de ojos claros pero lo que mas lo hacia diferente de los demás era que uno de sus súbditos le estaba maltratando no solo fuerte sino vilmente también.

Todos los guardias tenían látigos de cuero, por si algún esclavo no les obedecía o les respondiera de alguna manera.

Incluso, de tantos golpes que ya le había dado le había rasgado la delgada camisa de manta que llevaba.

El Emperador se quedo observando por un momento lo que hacían a ese pobre hombre.

- Majestad ¿Sucede algo? – Pregunto uno de los guardias que le acompañaban

- ¿Por qué golpean a ese hombre?

- Seguramente no quiso obedecer

Tras escuchar eso, se acerco lentamente hasta donde se encontraba toda esa terrible situación y el súbdito al verlo detuvo sus golpes de inmediato.

- ¿Qué pasa aquí? –

- Majestad – hizo una reverencia y continuó hablando – Este esclavo se detuvo mientras trabajaba

- No, Majestad, por favor – El esclavo se dirigió a el y se le arrodillo, en realidad era que las piernas le temblaban demasiado que no podía mantenerse bien en pie – Yo solo… Necesitaba un descanso – Lo que recibió como respuesta fue otro latigazo por parte del mismo que lo golpeo momentos antes

- No te atrevas a hablarle

- Deténgase! – Ordeno el rubio – Usted no tiene derecho a decidir en quien puede dirigirse a mi y quien no. Mas bien, es usted quien no debe dirigirse a mi – Volteo su mirada a los guardias que le acompañaban que le miraban sorprendido por lo que estaba viendo – Lleven a este hombre a los interiores y cúrenle las heridas, después de eso quiere verle en privado, lo llevaran conmigo – Se coloco a la misma altura del pobre hombre y sinceramente le sonrió

Aquel gesto tan sencillo fue algo que le sorprendió.

Nunca antes nadie le había sonreído de aquella manera.

Un pequeño escalofrió comenzó a recorrerle desde lo mas profundo de su cuerpo.

Nunca antes había sentido una sensación como esa, el sentimiento de que alguien se preocupara por el, era algo tan agradable…

Justo como Su Majestad lo había ordenado, le curaron las heridas al moreno con mucho cuidado y este solo miraba sorprendido la habitación, era bastante grande, jamás creyó poder ver algo así lo que era mas, nunca se imagino que podría llegar a estar en los interiores del Castillo como "invitado".

- ¿Y estas como te las hiciste? – Pregunto la mujer seriamente, no le agradaba mucho el hecho de tener que limpiarle las heridas que se había ganado ese maldito esclavo.

- Lunas atrás… Me las merecía – El tono de esa mujer, no era de preocupación, para nada lo era, en realidad era bastante obvio que no le importaba lo que le pasara al miserable esclavo, debía de ser por que el Emperador había ordenado que de alguna u otra manera a ese hombre le dieran mejor trato y siendo así lo mejor era mostrar un poco de interés. Le respondió justo lo que quería escuchar "Me las merecía" Siempre que un hombre de su "clase" tenia alguna marca de maltrato era por que se lo merecían. La mujer le unto un poco de la mezcla de hierbas verdes que hizo sobre la espalda que era la parte mas lastimada.

- Con esto quedaras mejor – Dijo seriamente y se dio la vuelta para no verle la cara a ese hombre

- Gracias – Aunque ambos sabían que su agradecimiento no era sincero no le quedaba otra opción más que decirlo.

Salio de aquel enorme cuarto y se encontró con un corredor lleno de estatuas grandes de Oro, guardias por todas esas gigantes entradas. ¿Por qué tenían entradas tan grandes si las personas que pasaban por ahí eran de máximo dos metros de altura?

- Oye, tu! – Un guardia se dirigió a el al verlo salir de la otra habitación – Su Majestad quería hablar contigo, por aquí, apresúrate – No espero una respuesta y comenzó a caminar muy apresurado hasta donde se encontraba el Emperador – Entra – Espero a que el moreno entrara para poder cerrar la pesada puerta

- Acércate – Escucho una voz que le hablaba desde lo mas profundo de esa enorme habitación

Con paso tembloroso se fue acercando hasta donde escuchaba aquella voz, hizo una reverencia y se mantuvo en esa posición.

- Dígame usted, Majestad

- Cuéntame lo que ha pasado – Seguramente el joven se sentía "menos" estando ante tal presencia era por es que no le miraba directo a los ojos, pero eso daba al rubio la oportunidad de observarlo bien, llevaba la misma camisa rota con que lo vio en un principio, sus sandalias que estaban bastante desgastadas y su pequeña falda que mostraba sus bien formadas piernas.

- Majestad, justo como le había dicho con anterioridad, solo trataba de tomar un descanso – Aun con la mirada hacia abajo se dirigió a el, con el respeto que se merecía. – Estaba muy agotado y solo quería un pequeño descanso para poder rendir mejor en mis labores

- Entiendo y por favor… - Se acerco y le tomo de brazo para que pudiera levantarse y así quedaran a la misma altura – No me hables de esa manera. Quiero que seamos amigos – Termino sensualmente

- ¿Por qué querría, Su Majestad, ser amigo de alguien como yo? – No había lógica ante tal petición. ¿Por qué un hombre como el que lo tiene todo, el Imperio, rico y rodeado de personas iba a querer una amistad con el hombre más miserable de todo el Reino?

- Por que… - Estaba por responderle cuando descubrió que no tenia un buen argumento para esa pregunta, si iban a responder tendría que ser con la verdad – Me gustaste desde el momento en que te vi es por eso que te quiero cerca y… bien.

Eso era algo que nunca se espero.

Una confesión.

- ¿Y por que alguien como yo? – Seguía sin comprender

- …¿Y por que no? - ¿Por qué no le creía? Con esa cara y cuerpo era obvio el por que, aunque tenia que admitir que tenia motivos para no creerle

- Majestad, somos muy diferentes. Usted esta en al cima de la Pirámide y yo por debajo de esta… Las personas como yo no podemos ni siquiera aspirar a un amor por que no tenemos con que mantenerlo, sin embargo, usted puede conseguir lo mejor y esta buscándose lo peor

- Las personas de mas altura lo único que quieren de mi es lo que poseo, no lo que soy en realidad

- ¿Y que le hace pensar que yo no soy como ellos?

El rubio le miro sorprendido, se quedo pensando en eso último, le miro directamente a los ojos y fue cuando descubrió la verdad de su corazón…

- ¿Por qué tienes miedo? – Ahora le sorprendido era el otro… ¿Miedo…?

- Yo no…

- No me lo niegues – Interrumpió – Lo veo en tu mirada… ¿Piensas que al estar conmigo podrías sufrir? Si es así, permite decirte algo… Hace unos momentos cuando vi que te golpeaban lo detuve, por que precisamente no quiero verte sufrir, así que definitivamente yo no seria el causante de darte más dolor… El detener a un hombre que golpea a los esclavos estuvo mal, seré el Emperador pero primero están las reglas, pero ahora que te he conocido lo primero serás tu… Si es que así me lo permites – Comenzó a acercarse poco a poco mientras hablaba y podía sentir la sensación de que seria aceptado por el otro.

Era verdad.

Tenía miedo de salir lastimado, las relaciones con gente de su misma clase era bastante difícil, ¿Qué pasaría si ahora llevaba una relación con el mejor hombre?

Simplemente pudo observar como era que el rubio se le acercaba, aunque el mismo quisiera moverse de lugar había algo en su interior que se lo impedía, cerro sus hermosos ojos lentamente y pudo sentir poco después unos dulces labios sobre los suyos.

Una sensación que jamás habían experimentado, pero que se sentía de maravilla.

- Lamento si le cause problemas por haberme salvado de ese hombre – Hablo cuando se separaron

- No es nada – Soltó una risilla –

Aunque el mismo sabia que durante el trabajo ninguno podía detenerse ni siquiera a suspirar y el había hecho mucho mas que eso.

Sabia que se merecía los atroces golpes que le estaba proporcionando el guardia y el Emperador lo había salvado de eso, le estaba realmente agradecido.

El Emperador sabría como cobrarse ese favor.

- Dime, ¿Cuál es tu nombre? – Le acaricio el mentón, ese pequeño encuentro estaba llegando a su fin, ya que si se quedaban más tiempo juntos podrían sospechar o lo que era peor, podría alguien ir a ver lo que estaba pasando y lo encontrarían in fraganti.

- Aioria – Susurro con una pequeña sonrisa

- Aioria… Que bonito nombre. Yo soy… -

- Yo se quien es usted – No había necesidad de decirle su nombre, todos los que habitaban ahí lo sabían perfectamente

- Encontrare la forma de que podamos vernos sin que nadie este cerca… Me encargare también de que nadie te ponga ni un dedo encima…

- Disculpe, Majestad… Le agradezco sus buenas intenciones para conmigo, pero si hace eso será sospechoso y podría traerle problemas no solo a usted sino a mi también, le pido por favor que no haga nada de eso

- ¿Estas seguro?

- Muy seguro… Si algo me pasa es por que yo me lo busque. Sus antepasados fueron los que formaron todo este tipo de código y no me gustaría que se rompiera por alguien como yo

- Se hará como tu digas – Aunque no le convencía del todo no tenia otra opción mas que aceptar lo que su ahora amante le estaba proponiendo

Un pequeño beso fue su despedida.

Pasado el tiempo, ambos esperaban con ansias la oportunidad de volver a verse, pensando el uno en el otro su amor iba creciendo.

Con pretexto de incrementar el territorio ordeno a unos pocos hombres la construcción de una pequeña casa alejada del Palacio.

Había ordenado a esos hombres no decir nada al respecto pues les hizo creer que seria una pequeña sorpresa para su hermano.

Pero claro que su hermano no era para nada tonto, sabia que detrás de su buen humor y demás, se encontraba algo, un secreto que sabia que si descubría podría arruinar al Emperador y eso era lo que el deseaba.

Siempre había soñado con poder tener todo bajo su control pero al ser el menor no podía aspirar a ello, si quería algo entonces tendría que deshacerse de el.

Ya lo había conseguido con su padre, ahora faltaba su querido hermano.

No podía hacerlo justo después de la muerte de su padre por que podría levantar alguna sospecha, tendría que esperar…

Algún día le descubriría su secreto…

-:-:-:- FIN FLASH BACK -:-:-:-

¿Qué tanto le estaba entreteniendo?

Jamás había llegado tan tarde, ¿Por qué ahora?

¿Y si le había pasado algo?

Cada segundo que pasaba solo le hacia ponerse mas nervioso de lo que ya se encontraba…

Cada vez que se veían el tenia el tiempo contado sino llegaba a tiempo comenzarían a buscarlo y eso no era para nada bueno.

Justo en ese momento fue cuando la pequeña puerta se abrió mostrando a un Aioria golpeado, golpeado como nunca antes lo había estado…

Tenia las piernas tan golpeadas que se tambaleaba, incluso estando de pie, su ropa desgastada llena de sangre que resbalaba por su pecho, un hilo de sangre resbalaba desde su boca…

- ¿Qué ha pasado? – Pregunto asustado

- Yo…

Cayo.

El dolor era demasiado y no pudo resistirlo, se hubiera desmayado mucho antes de llegar ahí, pero su amor era mas grande que todo ese sufrimiento, su amor fue lo único que lo mantuvo de pie para poder llegar a su refugio de amor…

El rubio se quedo en completo shock al verlo caer de esa manera, jamás en su vida había sentido tanto miedo como en ese momento.

No podía llamar a alguien para que le curara las heridas, lo único que podía hacer era arreglárselas el mismo…

Dejo a Aioria recostado y salio en busca de unas hierbas verdes, eso podría por lo menos ayudar a cerrarle las heridas, no podía hacer mas.

Cuando regreso, descubrió que el moreno ya se encontraba despierto y se lanzo a abrazarlo…

- Dime lo que ha pasado –

- Me lo merecía… - Sonrió – No te preocupes no es nada grave

- ¿Cómo que no es grave? Apenas y puedes estar en pie!... – Se paso ambas manos tratando de entender – Aioria, he estado observando y parece que eres al único al que tratan de esta manera… ¿Por qué? – Por fin le había podido preguntar aquello, desde hacia tiempo tenia la duda pero no había reunido el valor para hacérsela. Vio que su amante trato de abrir la boca para responderle – No me vayas de decir que es por que te lo merecías - Lo interrumpió antes de que le sacara el mismo pretexto de siempre.

Amaba a Aioria, pero odiaba esas malditas palabras… "Me lo merecía"

¿Quién podría llegar a merecerse ese tipo de castigo?

Quizás por desobedecer alguna orden se merecía una reprimenda, pero eso! Eso era demasiado!

- Lo siento… - Fue su respuesta – Pero las personas como yo somos tratadas así

- No lo entiendo… - Susurro, conocía como era el código tanto de esclavos como de gente de clase media hasta la gente como el, pero ¿Un castigo asi?

- No importa, igualmente no puedes hacer nada – Dijo adivinando el pensamiento del otro, lo conocía demasiado bien y sabia que quería hacer algo al respecto pero no podía – Gracias por preocuparte

¿Preocuparse? Era más que eso.

Las palabras sobraban en ese momento solo contaría con sus acciones de ahora en adelante.

Se acerco lentamente a su cuello donde comenzó a lamer con su legua provocando unos deliciosos escalofríos al moreno.

El rubio siempre sabía exactamente donde tenía que tocar para poder provocar a su amante.

Recordaba aquellas primeras veces cuando trataba de tocarlo y se mostraba mas que nervioso por que ninguno de los sabía lo que hacían.

Ahora, tras el paso del tiempo, se habían convertido en unos expertos cuando de intimar con el otro se trataba.

Suavemente le fue quitando toda su vestimenta o lo que le quedaba de ella, pasaba sus manos delicadamente recorriendo ese cuerpo, del cual se había hecho adicto en tan poco tiempo.

Lleno de heridas.

Jamás había podido ver bien el cuerpo de Aioria, este siempre se encontraba lastimado, con marcas de cicatrices o sencillamente con heridas nuevas.

Tenia la pequeña esperanza de poder admirarlo sin ninguna marca, mas que las que el le proporcionaba…

No sabía mucho sobre como curar heridas, pero gracias al moreno había encontrado su propio método…

Lamía con su lengua cada herida que tenia, muchos dirían que eso era asqueroso, pero el lo veía como un afrodisíaco.

- Ahh… - Gimió al sentir tanto la lengua como aquellas fuertes manos recorrerle por completo – Sh-Shaka…

Se detuvo por un breve momento.

Esa fue la primera vez que le llamaba por su nombre.

Lo sorprendió.

Que le llamara por su nombre era importante para el, se lo había pedido con anterioridad pero este nunca había aceptado, que lo llamara por su nombre justo en ese momento era mejor que cualquier cosa…

Se acerco a su rostro y le beso con profunda pasión.

Afuera, comenzaba a llover, seria una noche ruidosa…

Lluvia, gemidos y un profundo amor consumiéndose de nuevo…

Continuara...


Hola a todos!
Bien, pues es la primera vez que publico un fic de Saint Seiya en esta pagina, la verdad es que cuanod de Saint Seiya se trata lo hago en un foro, la pagina la podran encontrar en mi perfil ^^.
Subo este fic aqui por que me ha gustado bastante, ha sido para una actividad del ya mencionado foro y he quedado muy satisfecha con mi trabajo n_n
Espero que muchos (as) de ustedes tengan la oportunidad de ir a ver el foro, podran encontrar muchas cosas buenisimas de personas con sumo talento.
Tambien podran encontrar varios fics de mi autoria en de SS Yaoi en ese espacio.
Lamentablemente, el fanwork de esta serie ha ido decayendo con el timepo y espero que puedan ir a apoyarnos con la noble causa y mantener activo el trabajo de Saint Seiya.
bien, sin mas me despido recordandoles que mi perfil he colocado la pagina para que puedan ir a vistarlo! ^^

Saludos!