Disclaimer:
Los personajes son propiedad de Rumiko T, y solo los uso como referencia para la historia :)
Capítulo 1
Te recuerdo!
** Inu **
Indudablemente era su olor, ese olor que nunca aunque viviera 2000 años más podría olvidar, ese olor que había sentido durante tanto tiempo y que un día de pronto perdí, por lo que creí que fue para siempre.
Era ella, podía sentirlo, pero no podía creerlo, había ya pensado en tantas ocasiones que nunca la volvería a tener en mis brazos, justo cuando había decidido no apartarme de ella nunca, justo entonces la perdí. A veces el destino se burla en tu cara, no es que sea la primera vez, mi vida siempre ha sido rodeada de bastante basura, no era difícil creer que me diera una cachetada justo cuando pensaba que podía ser feliz.
Y sin embargo ahí estaba, de inmediato corrí hacia el pozo, una parte de mí llena de esperanza y la otra completamente catártica pensando que quizás ya me había vuelto loco de una vez por todas. Estiré mi brazo, sin saber si tendría o no respuesta, y de repente ahí estaba ella.
Era el mismo olor, pero se veía distinta, era un poco más alta, sus facciones eran más definidas, no podría decir que era una mujer adulta, no, era bastante joven aún, pero ya no era la niña de 15 años que me liberó de aquel maldito árbol. Era diferente pero era ella, era mi Kagome, los ojos que soñé tantas noches con volver a ver y que ya había caído en cuenta que no pasaría.
Se miraron largo rato, como creyendo que no era cierto, que quizás era una más de tantas ilusiones de las que fueron víctimas, como queriendo detener el tiempo, hasta que al unísono dijeron sus nombres y se abrazaron como si nunca quisieran dejarse ir, sin una palabra más que el nombre del otro que salió de sus labios.
Inuyasha tampoco era el mismo, ahora se le notaba más robusto, aunque su cara era la misma, con ese genio desgraciado que podía sacar de quicio hasta a la más tierna flor, pero era él, lo que Kagome pensó jamás volver a ver pero que nunca perdió las esperanzas.
De pronto Miroku, Sango y Shippo aparecieron detrás de ellos, con caras sorprendidas, como si hubieran visto un fantasma. Kagome! gritaron, esto sacó de su pequeño mundo a la pareja, que un poco a regañadientes se apartaron. Kagome abrió sus ojos como si no pudiera creerlo, había vuelto, realmente había vuelto! Corrió hacia sus amigos, abrazando fuertemente a Shippo mientras decía su nombre, Sango y Miroku esperaron pacientemente su turno, sabiendo que el pequeño zorro era posiblemente el que más había extrañado a la chica, claro a excepción del hanyou que miraba expectante detrás de ellos.
Uno a uno intercambiaron breves palabras y abrazos, Sango y Kagome dejando ir un par de lágrimas en el proceso al encontrar a su amiga perdida y darse cuenta de la nueva familia que se había creado en su ausencia por las miradas un poco cautelosas de un par de gemelas que miraban expectantes por la nueva chica de cabello negro que nunca había aparecido.
Kagome se tomó su tiempo para presentarse con las gemelas, nunca había sido particularmente buena con los niños, a veces ni siquiera llevaba del todo bien a su pequeño hermano, pero eran casi su familia y por Dios, eran idénticas a Sango, eso la hizo reír al pensar en el futuro que le esperaba al pobre monje al lidiar con dos pequeñas exterminadoras.
Al poco tiempo las gemelas entraron en confianza y le regalaron una gran sonrisa a Kagome, tomándola una de cada mano y caminando de vuelta a la aldea, claro no sin un muy expectante hanyou caminando detrás del grupo.
Kagome fue bienvenida en la aldea por todos sus amigos y los aldeanos que la recordaban, algunos aún la veían como un regalo o un milagro que llevó de vuelta a su sacerdotisa perdida pero muchos otros la recordaban como la chica extraña que luchó y logró eliminar la perla, trayendo paz a la aldea. Después de muchos bienvenida y unas cuantas miradas extrañadas, entraron a la pequeña casa de Sango y Miroku, donde Sango con ayuda de Kagome se dispusieron a preparar la cena.
Inuyasha se quedó sobre el techo mientras el resto del grupo entraba a la casa, esto no le extrañó a nadie, porque estaban acostumbrados al que el medio demonio siempre ha buscado su espacio personal, todos excepto Kagome.
**Kag**
Me siento nerviosa, estaba tan emocionada por poder volver y ver a todos, especialmente a Inuyasha, que no me paré a pensar que tal vez él ya se ha olvidado de mí. Seamos sinceros, han pasado ya 3 años desde la última vez que nos vimos, y sí nos besamos, pero fue solo un beso y no dijimos nada después de aquello.
Y si fue algo de momento? Ayyyy nooo, acabo de dejar a mi familia y a mi tiempo por un chico que tal vez ya no esté interesado en mí!
No no, pude sentirlo en su mirada cuando nos encontramos, él me extrañaba, pero tal vez volver a esta época es demasiado para él, tal vez se siente presionado por un compromiso conmigo, digo ni siquiera hablamos al respecto y ya estoy aquí.
Parece distante, un poco extraño, nunca ha sido muy expresivo que digamos, pero vamos al menos esperaba unas palabras, pero no ha dicho nada aparte de mi nombre cuando llegue.
– Auch!, todos levantaron sus cabezas al escuchar la queja de la joven sacerdotisa que se llevaba el dedo a la boca tras hacerse un pequeño corte durante las preparaciones culinarias. Al ver el pequeño corte todos se dispusieron a bajar la cabeza y volver a sus respectivas conversaciones, si no fuera por el brusco golpe que dió la puerta al abrirse de repente, mostrando a un Inuyasha con cara de pocos amigos y un poco confundido.
Kagome volvió su mirada hacia Inuyasha, que la miró de pies a cabeza, como en busca del daño, hasta que su mirada se fijó en su dedo herido, que aunque ya no sangraba visiblemente, era muy evidente para alguien con el sentido del olfato tan sensible como el suyo. Al ver la pequeña herida sus ojos se tranquilizaron y volteó a otra parte, como buscando algo, encontró un espacio vacío y procedió a sentarse junto al monje que lo miraba con una sonrisa disimulada, después de sentir el olor a sangre de Kagome, no pensaba dejarla fuera de vista ni aunque no obligaran.
Una confundida Kagome y una alegre Sango regresaron a su tarea con la cena, mientras de fondo una breve conversación le ponía los pelos de punta a Inuyasha.
– Entonces podemos decirle a las jovencitas que el cotizado hanyou ya no es un demonio soltero?.
– Khe!
– No me digas que aún no has hablado con la señorita Kagome?, continuó el monje con una falsa cara de sorpresa, claro que sabía que su amigo no había hecho el más mínimo movimiento.
– Y qué se supone que tenga que decir?, respondió Inuyasha, un poco nervioso, como un gato atrapado, curioso para un demonio perro.
– Pues no es de mi incumbencia, pero no esperarás que sea la señorita Kagome quién se declare, creo que ella deja bastante claro cuál es su razón para volver, no creo que sea por Kirara por más que se lleven bien.
– Ehhh monge, tu no sabes de lo que hablas, yo yo yo yo, – y volvió la cara a otro lado, como si no estuvieran hablando con él, a lo que el monje solo se rió disimuladamente, encontrándose con la mirada un poco amenazadora de su esposa, que ya había notado como torturaba al pobre hanyou.
La noche continuó sin mayores acontecimientos, todos conversaron animadamente alrededor del fuego mientras Shippo contaba animadamente como ha avanzado en sus estudios de zorro y las historias de cuando nacieron las hijas de Miroku, un poco de Kohaku y de como Rin ahora vivía permanentemente en la aldea. Luego fue Kagome quién les contaba sobre como había avanzado su vida mientras estuvo en su tiempo, de como finalizó sus estudios y de como estaba por entrar a la universidad.
– El instituto terminó hace poco tiempo, pero desde hace algunos meses nos han impulsado a pensar en lo que queremos convertirnos luego de terminar los estudios básicos. He pensado que me gustaría ser enfermera o quizás doctor – , contó Kagome animadamente.
– Como lo que hace la abuela Kaede? – preguntó Shippo un tanto confundido.
– Sí, algo así pero con medicina avanzada de la época, hay un periodo de tiempo que se estudia para poder curar muchas enfermedades. – respondió Kagome al pequeño zorro.
Kagome continuó contándoles animadamente de sus avances en sus estudios y de como está su familia sin percatarse que Inuyasha empezó a divagar.
**Inu**
No sé qué se supone que haga, Kagome no ha mencionado que haya vuelto para siempre, parece tan emocionada sobre su nuevo futuro, sobre su familia y sobre eso tan extraño que llama instituto.
Tal vez ha encontrado una forma de volver temporalmente nada más, para decir su Adiós y volver a su época.
Por qué habría Kagome de escoger quedarse aquí conmigo, alguien que no es ni demonio ni humano, arriesgarse a que las personas la rechazen y los monstruos traten de matarla como a mí. Por qué querría una mujer como Kagome estar con alguien como yo, tal vez inclusive ya hay alguien más…
– Y señorita Kagome, cuéntenos, se encuentra usted ya casada o comprometida en su época? – preguntó con una sonrisa lasciva el monje, sacando de su profundo pensamiento a Inuyasha quien de pronto se mostró muy interesado en el tema.
Kagome se sonrojó por la pregunta tan directa y por la naturaleza del tema.
– Oh no! Apenas acabo de completar mis estudios, no podría estar casada – dijo tranquilamente, sabiendo que en la época feudal era bastante común para una mujer casarse después de los 14 o 15 años, y ella ya tenía la mayoría de edad.
– Han habido alguno chicos, que han querido salir conmigo, ya saben como citas, pero nunca he encontrado a alguien que me interese allá. – terminó su frase bajando levemente la cabeza para esconder el rubor de sus mejillas.
Inuyasha se sintió aliviado, al menos nadie había robado a su Kagome en el tiempo separados, eso le daba esperanzas, solo tenía que resolver su pequeño conflicto de comunicación.
– Inuyasha ha tenido varias pretendientes en la aldea, pero tampoco parece que pueda encontrar a alguien lo suficientemente buena – dijo Shippoo con la cabeza alta, como orgulloso de ser poseedor de semejante información.
No había terminado su frase completamente cuando recibió un puñetazo en la cabeza de parte de Inuyasha.
– Kagomeeeee! – gritó Shippo mientras acariciaba su cabeza.
– Khe! Te lo mereces – dijo Inuyasha con su usual tono.
– Inuyasha! Abajo! – dijo Kagome en un tono divertido.
Inuyasha se fue de bruces contra el suelo, resonando como hacía tiempo no se escuchaba y pintando una sonrisa en todos los participantes de la reunión, especialmente en una miko que pensaba para sus adentros, "He regresado".
He aquí el primer capítulo, espero les guste y me envíen reviews para ver si lo continúo :)
