Sigue sin ser mío.
-Qwil, Qwil, Qwil -canturrea Claire desde los brazos de Emily. Trata de liberarse y así correr hacia ti.
Una sonrisa boba se forma en tu cara y abres los brazos en su dirección para recibirla.
Ella corre y sus pequeñas trenzas se mecen suavemente a cada paso, sus grandes ojos verdes se ven llenos de vida, su risa es melodiosa. Temes que pueda caer; pero claro, no lo hace.
La alzas al cielo y el volumen de su risa aumenta. La luz del sol, que ha salido por fin, hace su cabello brillar.
Claire se abraza a tu cuello y descansa su cabeza en tu hombro. La cálida sensación, diferente a cualquier otra, que se instala en tu pecho, te encanta.
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-Quil -sientes una mano mover suavemente tu hombro y una voz conocida, y encantadora, que te llama-, ¡Quil!
Otra vez te perdiste en tus recuerdos sin poder evitarlo. El porche de tu casa, los árboles y todo lo demás pierde importancia cuando posas tus ojos sobre ella.
Parada frente a ti está Claire; vestida como siempre, unos simples jeans y un suéter grueso, su largo cabello suelto y una sonrisa, esa sonrisa que sabes que es solo para ti. Entonces, como sucede cada vez que la ves, tomas su fría mano entre las tuyas y la acercas hacia ti.
Claire se sienta a tu lado y te mira, te pierdes en sus ojos, de un verde resplandeciente como el de tu recuerdo, un largo, largo tiempo.
Ella te sonríe, solo como lo hace contigo, y se acurruca a tu lado. Pasas un brazo por sus hombros y la acercas más a ti; al principio la temperatura tan elevada de tu cuerpo no te permitía tenerla cerca por mucho tiempo, pero, con el paso de los años, ella se ha acostumbrado.
-¿En que pensabas Quil? -su voz sigue siendo música para tus oídos.
-En ti -dices con voz calmada mientras acaricias su cabello tiernamente; esa parte de ti que solo ella ha logrado sacar a relucir.
Claire se sonroja, debería de haberse acostumbrado desde hace tiempo, pero le es imposible y no comprendes. Tú te ríes de su sonrojo y eso hace que aumente.
-¿No te cansaste de esperar? -dice, mirándote a los ojos-, ¿No te importó?
Y tú sonríes.
Acercas tu cara a la suya y la besas tiernamente.
Esperaste, y mucho, pero sabes que cada segundo, minuto o día valió la pena.
Esto participa en el Reto: Imprimación del foro El lobo, la oveja y el león.
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