BLOOD.

Capitulo1.

Primer encuentro.

-¿Por qué huyes? –pregunto esa voz que inspiraba miedo. –No te haré nada.

La niña corría entre callejones, buscando ayuda, pero casualmente todos estaban adentro de sus casas celebrando el año nuevo, solo escuchaba las voces y risas de las familias.

Encontrando un escondite detrás de un bote de basura, se metió rogando ser no vista. Olía horrible, y un pequeño ratón se le acerco a oler a la niña.

-Pequeña pelirroja, me estoy comenzando a cansar de jugar a las escondidas.

El hombre aquel caminaba con lentitud y elegancia.

-Ayúdenme… -susurraba por debajo, temblando tanto por el miedo y el frío.

-¡Te he encontrado! –exclamó con jubilo.

-¡AUXILIO! –gritó desesperada, al sentir como la levantaba con brusquedad.

-Muy mal… muy mal –dijo una voz desaprobatoria- ¿Cuántas veces te he dicho que no debes de comer de los niños? Si comienzan a desaparecer seremos perseguidos… recuérdalo.

-Pero… pero… ¿Si quieres la comparto contigo? Será un secreto entre nosotros –dijo el hombre, saboreándose al imaginar esa sangre tibia en sus labios.

La niña abrió los ojos y vio a un joven de no mas de 20 años viéndola fijamente. Era rubio y de ojos grises, por momentos pensó que era un ángel que Dios le había enviado a salvar.

-¡Bah! Es la hija de la costurera –dijo de pronto, reconociendo característico color de esa familia. -Menos dejare que tomes su vida, la Sra. Weasley me ha confeccionado muy buenos trajes. ¿Sabes lo difícil que es conseguir tan buenas prendas?

-¡No me importa lo que opines! Yo deseo probar sangre fresca y joven –dijo el hombre.

-Bien, haz lo que te plazca… -dijo el rubio- pero con esta niña no –termino la frase golpeando su rostro y arrebatando la niña.

El joven aquel se la llevo en brazos, la niña lo abrazo fuertemente.

-Duerme, pequeña. Todo ha sido un sueño –susurro el joven.

No sabía porque pero la niña sintió como sus ojos se comenzaban a cerrar, obedeciendo sus palabras.

-Gracias –susurro la pequeña, levantando con timidez la mirada para ver por última vez a su salvador antes de quedar profundamente dormida.


-¡Despierta, Ginny! –le gritó la conocida voz de su cuñada. –Aun tenemos muchas cosas por hacer.

-Ya voy… argh, hace mucho frió –se quejo escondiéndose de nuevo entre las cobijas.

La hermosa chica rubia, sin tener un poco de piedad de ella jalo las cobijas, dejándola cubierta solamente de su pijama.

-¡ERES MALA! –gritó.

-Si, si soy mala… pero bueno, si quieres perderte la fiesta de hoy, quédate dormida –dijo en un tono burlón.

-¡LA FIESTA! –grito ahora emocionada. –Ohh… ira todo mundo. ¿Qué vestido me pondré?

-¿Qué te parece esté? –dijo, mostrándole un vestido color rojo oscuro, con bordados negros.

La chica quedo sin habla.

-Te lo hicimos entre tu madre y yo. Combina a la perfección con tu pelo y tu piel.

-¡Gracias! –exclamo emocionada, abrazándola. –Eres la mejor, Fleur.

-Anda, levántate y ayúdanos a terminar unos vestidos –dijo, sin poder evitar sonreír. -Hermione ya esta ayudando a tu madre.

-Si, ahora mismo –respondió obedientemente.

El día se había pasado rápidamente, y ahora tenía puesto su hermoso vestido y su madre la había peinado y maquillado para esa especial ocasión.

Su madre esperaba que en esa fiesta oficiada por la familia Dickens (dueños de media ciudad), encontrara una buena pareja que le ofreciera todas las comodidades que se merecía, ya que pronto cumpliría una edad adecuada para el matrimonio. La joven pelirroja era muy querida y muchos jóvenes la buscaban… bueno, los chicos que en un momento de locura se enfrentaban a los 6 hermanos de Ginevra, pero siempre con resultados negativos.

-¡Luna, ahí esta Neville! –dijo disimuladamente la chica. –Viene hacia nosotras.

Luna la vio con nerviosismo.

-Buenas noches, chicas –dijo tímidamente Neville, evitando esconder su sonrojo. –Este… Luna… ejem… bailar…

-Ella sí desea bailar –respondió la pelirroja, empujando a su amiga. Sonrío al ver a la singular pareja, que seguramente no tardaría en comprometerse.

No tardo en estar acompañada, por los amigos de su hermano Ronald que específicamente les advirtió que cuidaran de su hermana, pero sin coquetearle y ni siquiera pensar que tendrían una mínima posibilidad de que ella les hiciera caso.

-¿Quieres bailar? –pregunto Dean Thomas, en ese instante sintió la mirada penetrante de sus otros amigos. ¿Cómo se atrevía a pedirle que bailara con él? Cuando se enterará Ron lo golpearía.

Ginny imagino lo que pasaba por sus cabezas y con pesar se negó. Con lo que deseaba bailar, todos se divertían, mientras que ella se tenía que quedar sentada y custodiada por los amigos de su hermano, que no dejaban que nadie se le acercará.

Suspiro con aburrimiento, ya estaba harta de las pláticas de los hombres: "cacería", "mujeres" y "bebidas". Al notar como ellos estaban enfrascados en la conversación, decidió escaparse y más al notar que en lo que estaban concentrados era en la hija mayor de los Dickens.

Se escabulló entre la gente y salió a pasear en los jardines, necesitaba aire fresco. Se sentó en la banca más próxima.

-¿Tan aburrida está la fiesta? –le preguntaron a sus espaldas.

Ella se giró para encontrarse con un apuesto joven.

-Un poco… nadie se atreve a sacarme a bailar –dijo con sinceridad. Se quedo sin habla al ver lo atractivo que era, seguramente era algún miembro de la familia Dickens.

-Que cobardes –respondió. –Que descortés soy… mi nombre es Draco Malfoy.

-Mi nombre es Ginevr…

-Ginevra Weasley… se quien eres, eres muy famosa entre los solteros.

-¿Famosa? –preguntó, riendo.

-Sí, famosa. Pero nadie se atreve a acercarse a ti, por el miedo a tus hermanos.

-Uff… mis hermanos –susurro con molestia. Desde niña la habían sobreprotegido. Nunca la dejaban sola un solo instante, desde el pequeño incidente que le paso de niña.

Él se carcajeo fuertemente.

-Debe de ser terrible –dijo. –Pero a mi no dan miedo –confesó.

-Si eso es verdad, invítame a bailar –lo desafío.

-¿Y que gano yo? –preguntó el rubio, con un extraño destello en sus ojos.

-Mmm… que todos los hombres te consideren un héroe.

Él se volvió a reír.

-¿Un héroe¡Bah! Que aburrido… para hacerlo más divertido, que tal si me das un beso –dijo Draco, con una media sonrisa.

-¿Un beso? –pregunto alarmada. En toda su corta vida no había besado a nadie. Se sonrojo.

-Es un simple beso, no te asustes –dijo como si fuera lo más normal del mundo, andar besándose con desconocidos.

-Acepto. Pero el beso será en la mejilla –respondió bajamente, sonrojándose más. En ese momento ella se enamoro perdidamente de ese desconocido.

Todo lo que resto de la noche había bailado con ese apuesto hombre, ni siquiera sus hermanos pudieron entrometerse, ya que su madre había llegado y les impedía acercársele.

La Sra. Weasley veía como su hija bailaba emocionada, y trataba de recordar donde había visto antes aquel hombre. Por un momento pensó que era aquél joven que hacía 10 años la visito durante meses todas las noches para que le confeccionara ropa, pero era imposible, ya que él había muerto a causa de un infarto a su corta edad.

Ginevra se sentía feliz al estar junto a él, era la envidia de todas las chicas del salón. De pronto el cuarteto de cuerdas dejo de tocar, dando entender que la fiesta se había acabado, con pesar se separo de Draco.

-Es hora de que me pagues –susurro en su oído el rubio, tomando su mano y la llevo a uno de los pasillos vacíos.

-Mis hermanos me deben de estar buscando –dijo con nerviosismo.

-No dejare que te vayas hasta que me pagues –respondió el chico pegándola a la pared, y poner sus brazos a cada lado de su cuerpo para impedir que se fuera.

-Lo haré… cierra los ojos –dijo con actitud infantil. Lo haría, al fin y acabo era un inocente beso en la mejilla.

Él sonrió y cerró los ojos.

-Hazlo rápido o me quedaré dormido –bromeó. Sintió el fugaz beso en su mejilla y abrió los ojos. -¿Es todo?

-Ahora deja que me vaya –dijo la chica.

-Te tendré que enseñar lo que es un beso –respondió el chico, y sin pensarlo 2 veces la beso en los labios.

Ginny abrió los ojos sorprendida, pero se dejo llevar. En ese momento también supo que se había vuelto adicta a sus besos.

-Te puedes ir –dijo Draco, cortando el beso y finalmente dejándola libre.

Ella aún quería seguir con el beso, pero sonrojada se separo y evito ver su mirada.

-¡Draco, hasta que te encuentro! –exclamó una bella rubia. –¿Ya estás libre?

-Por supuesto Emily, para ti siempre estoy libre –respondió Draco, dejándola sola, sin despedirse. –Toda la noche estuviste ocupada, me dejaste solo.

Ginevra solo vio como se alejaba ¿Quién era realmente Draco Malfoy? Se preguntó molesta.


La pelirroja se levanto tarde al otro día, aùn emocionada y contrariada por la noche anterior.

-Buenas noches, hermanita –saludó Ron con cara de pocos amigos. –Ya me contaron que estuviste bailando toda la noche con un tipo… solo se aprovecho porque estaba enfermo.

-Deja en paz a tu hermana –regaño su esposa.

-Pero, Hermione…

-¿Ya te enteraste de las noticias? –pregunto George a su padre, ignorando la actitud infantil de su hermano menor.

-Si, nuevamente volvió a suceder –respondió con preocupación.

-¿Qué pasa? –pregunto Ginny con la boca llena, actitud no digna de una señorita.

-Comenzaron de nuevo los asesinatos a jóvenes mujeres y hombres… todos con algo en común: una marca de mordedura en el cuello

-¿Vampirismo? Que ridiculez –se burló Ronald.

-Eso es lo que estoy investigando –objetó Harry, el mejor amigo de Ron. –Anoche fueron los primeros cuatro… igual que hace 10 años.

-¿Quiénes murieron?

-Fueron 3 empleados de la familia Dickens y su hija Emily –dijo con tristeza su madre. –Tan buena chica.

En ese momento, Ginevra pensó inmediatamente en Draco.

Continuara...

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Hola... espero que les guste .