¡Hola a todos!
Aquí estoy con una nueva propuesta. Es una petición especial de Lita.
Este fic se trata sobre Lotus, Leo y Karai. Sip, trío amoroso; será una curiosa combinación del toon viejito y el reciente, y una que otra aportación personal.
Ojala les guste este nuevo alucine.
N/A: Satou se pronuncia "Sa-to-o"
Disclaimer: LAS TORTUGAS NINJA y todos sus personajes no me pertenecen.
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BIFURCACIÓN
Con la colaboración especial de Lita y Renny
Hoy es un día importante. Me encuentro en la sede del Clan Haru, para mi primer duelo.
Entre los diversos clanes que están bajo el dominio de mi clan, el Clan del Pie, se lleva a cabo anualmente una competencia amistosa. Con ello mi Sensei, Oroku Saki, busca mantener la fidelidad de sus aliados, además de buscar talentos nuevos que prometan mucho. Básicamente, hay encuentros en todos los niveles de la enseñanza del Ninjitsu, incluyendo principiantes, como yo. Aunque mi Sensei me dice que yo estoy en un nivel intermedio, pero por mi edad "inmadura" debo estar con los principiantes.
No estoy muy impresionada con el lugar, es mucho más modesto que la sede de mi clan: parece una casa como la de cualquier persona común, y no un lugar digno para un clan. Incluso no han asistido todos los clanes que acuden cuando la competencia se lleva a cabo en la sede del Pie, más bien es como un encuentro regional; no durara días, sino sólo una horas.
Lo que sí ha llamado mi atención, es una niña del clan Haru; la vi en la mañana, cuando nos reunimos todos a desayunar. Los otros cuatro clanes que competirán traen niños entre sus contendientes, pero por lo que vi, ella y yo somos las más jóvenes, y las únicas niñas. Llamó mi atención, no porque fuera la única niña además de mí, sino porque su Maestro y los demás de su clan la tratan con mucha atención y respeto, como si fuera una princesa. Sí es bonita, y creo que posee cierta gracia, pero es una aprendiz, es ella quien debe mostrar respeto a sus superiores. Pero no es correcto que me inmiscuya en las normas de comportamiento de los demás clanes, así que comí sin prestarle más atención.
Además de eso, no ha habido gran alboroto para el encuentro, quiero decir, es demasiado formal. Cuando el encuentro sucede en mi clan, más bien tiene un carácter festivo. Pero no realizar la competencia en los clanes más modestos, sería una gran humillación en el honor de ellos, y como mi Sensei dice: "a los amigos debes mantenerlos cerca, pero a tus enemigos debes tenerlos más cerca aún". Y para los aliados, supongo que igual aplica.
Después de la bienvenida oficial y demás asuntos burocráticos, estoy sentada al lado de mi Sensei, y delante de los competidores que participaran en nombre de mi clan. Veo con seriedad los primeros encuentros. Los que empiezan son los novatos. Mi Sensei me informó que la niña del clan anfitrión y yo cerraremos el encuentro entre principiantes. Aprovechó para decirme que no debo sentirme mal por haber sido incluida entre los novatos, y le dije no me siento mal, que entiendo que a las personas les es difícil aceptar que hay quienes salimos de los estereotipos establecidos, y que yo debo mostrar mis respetos aceptando una categoría que hace mucho sobrepasé. Mi Sensei me sonrío complacido por mi actitud. Y yo le me incline brevemente, mostrándole mis respetos, porque de no ser por él, yo no sería lo que soy: una persona que sabe pelear, además tiene una educación que le ayudará a enfrentar al cruel mundo, o espero, porque me faltan muchos años de aprendizaje en combate y en cultura.
Los encuentros entre novatos pasan sin mucha emoción, salvo los representantes de mi clan, los demás son buenos contendientes, pero nada espectacular. En cuanto termina el último, rápido me pongo de pie, en espera a que me llamen al centro del modesto dojo. No sé que tan capaz sea esa niña, pero estoy emocionada. ¡Mi primera oportunidad para enaltecer a mi clan! No quiero fallarle a mi clan, sobretodo a mi Sensei. Tengo tanto por qué agradecerle…
-De nuestro distinguido apoderado, el Clan del Pie…
El presentador interrumpe mis pensamientos. Y le agradezco, No es momento para recordar la época en que viví en las calles… lo difícil que fue vivir en las calles…
- Oroku Karai. -
Avanzo al centro del dojo, todavía con esa nostalgia por un pasado que no logro dejar en donde pertenece: en el pasado.
- Y en representación del Clan Haru… -
Pero de no ser por mi Sensei, seguiría viviendo en las calles, viviendo como un perro: comiendo de lo que tira la gente, recibiendo golpes de desconocidos…
- Blossom Lotus. -
- "¡No Karai!" - me reprendo a mi misma – "Debes concentrarte en la pelea". -
Estando frente a frente, veo que ella es menor que yo. No me gusta que la pelea vaya a ser tan dispareja, pero mi Sensei me ha dicho que no hay por qué ocultar lo bueno que uno es en combate y en cualquier disciplina, no por egocentrismo, sino por orgullo, orgullo por lograr llegar hasta donde hemos llegado, por lograr lo que somos, porque el camino no ha sido fácil.
La niña me sonríe, lo que me extraña, esperaría que mostrara seriedad como los demás chicos. Yo me inclino; como su mayor, debo mostrarle que este no es el lugar ni el momento para comportarse como niños.
Y me hace caso. Es así como debe ser.
Nada más volvemos a mirarnos, ataco.
La palma de mi mano derecha la mantengo perpendicular a mi brazo y los dedos encogidos para no lastimarla tanto; voy directo a golpear su tórax, pero justo cuando estoy por hacer contacto… ¡a una increíble velocidad ella logra hacerse a un lado, toma mi brazo, y con mi propio impulso, me lanza al suelo!
Pasó tan rápido… me doy cuenta de que he sido yo la que ha sido golpeada justo al sentir el impacto de la caída. El piso de la vieja madera del dojo es flexible y amortiguó un poco… pero eso no quiere decir que no duela un golpe así.
Me pongo en pie haciendo el esfuerzo por no demostrar que me ha dolido. Más me ha dolido que me haya tomado así de sorpresa, tan fácil.
Los aplausos no tardan en sonar, claro, por parte del clan Haru. Mi clan permanece en silencio, obvio.
Como es un encuentro muy formal, el clan Haru, siendo el anfitrión, puede darse el lujo de apoyar a sus combatientes; lo curioso es que no hubo apoyo con los otros principiantes. Comienzo a pensar que esa niña, o definitivamente es una princesa, o que hay algo con ella que mi Sensei decidió no mencionarme.
De nuevo ataco, esta vez sin ninguna contemplación. ¿Por qué no lo hice al inicio? Mi Sensei siempre me lo dice: "no dudar en demostrar de lo que somos capaces, porque nunca hay que fiarse de las apariencias".
Hago la finta de que volveré a realizar el mismo ataque, y cuando está por hacerme lo mismo, rápidamente me doy impulso para saltar y girar sobre mi eje y lanzarle una patada.
¡Pero ella…! Usando sus manos como escudo (y apoyándose debidamente sobre sus pies), contiene mi patada y luego me impulsa de regreso de donde había venido. Doy una vuelta hacia atrás en el aire y caigo sin problemas, esta vez.
¡Pero no me detengo a escuchar como la felicitan! Otra vez arremeto, ahora con una lluvia de patadas, y golpes...
Todo esquiva.
Tiene una agilidad sorprendente, misma que aprovecha bien, porque en un instante, siento un fuerte dolor en la garganta. En ningún momento vi que me diera un golpe directo. Con ese invisible golpe mis pulmones se quedan sin aire y caigo de rodillas
¿Qué es lo que me hizo?
Intento jalar el aire, pero no puedo; por un segundo me invade el pánico… ¡No puedo respirar! Por más que abro la boca no consigo jalar aire. Empiezo a temblar. Trato de mantener la calma… pero es imposible si sientes que te estás ahogando y que en segundos morirás.
Alguien de los mayores, supongo que el mediador de la pelea, se acerca a mí y toca mi garganta con suavidad… nada parecido al feo contacto que hizo esa niña. De inmediato pasa el aire a través de mi traquea. Hago una gran inspiración, como queriendo robar todo el oxigeno que hay en el dojo, luego saco el aire con lentitud, para calmarme y aminorar el temblor en mí.
La misma persona que me ayudó a respirar, me ayuda a ponerme de pie. No sé cómo, pero logro quedarme así, aunque me siento un poco mareada. Sería más humillante si me desmayo en medio de todos los espectadores, pero sobre todo frente a mi Sensei.
Por un momento no hay aplausos ni rumores, todo se ha quedado en silencio, un silencio que se prolonga más de lo que me hubiera gustado. No me atrevo a mirar a nadie en el dojo, menos a mi Sensei, pero puedo sentir las miradas de todos sobre mí, hasta la de esa niña. El silencio es una evaluación. Me evalúan. Me critican. ¡No! Evalúan y critican a mi clan: ¿No es el Pie el más fuerte de todos los clanes? Todos sus integrantes son los ninjas más poderosos ¿Cómo entonces, tiene un eslabón tan débil?
No porque seas un niño mereces un trato más gentil. La formación en el Píe es muy estricta, implacable, pero justamente porque somos los mejores: sí quieres ser el mejor debes tolerar todo. Es difícil ingresar, pero es mucho más difícil permanecer. Yo entré con facilidad, pero he conseguido permanecer en él porque soy buena…
¡Lo soy!
¿O no?
Por fin el mediador anuncia el resultado obvio.
Y por fin estallan los aplausos.
La niña y yo nos ponemos una frente a la otra para el saludo, y regreso al lugar que creía que merecía.
El resto de los combates no les presto atención. Repaso mentalmente una y otra vez mi humillante derrota, y lo que descubro… es que no tuve ningún error. Ningún error en las ejecuciones, ningún error en mis posturas, ni siquiera en mi concentración; Sensei dice que la ira te puede cegar, pero tampoco ese sentimiento me embargó. Generalmente logro controlar bien mis emociones, y estuve concentrada todo el tiempo, nada hubo mal en mí. Entonces…
Miro a la niña del clan Haru, contenta por su triunfo.
Hace mucho tiempo que nadie lograba vencerme; siempre he podido vencer a los chicos de mi clan, son más grandes y avanzados que yo y nunca han podido derrotarme. Pero hoy he conocido el agrio sabor de la derrota; debo ser buena perdedora y reconocer que es mejor que yo, a pesar de ser más joven. Posee un gran talento. Compadeciéndome de mi misma ya no me siento tan mal.
Ella siente mi mirada y voltea, procuro no mostrar ningún tipo de resentimiento; debo ser una buena perdedora. Y ella, saca la lengua; es una niña después de todo… una niña muy consentida.
El día se hace largo. Se supone que los combates son pocos, pero el día se ha alargado. Ya quiero que termine este día; mañana muy temprano partiremos, quiero regresar a casa cuanto antes para empezar otro entrenamiento. Tal vez no he podido lanzar un reto directo a esa niña, pero esto no se quedará así.
Mi Sensei espera a que acaben los combates y a que estemos solos para indicarme mis errores. Yo puedo hacer eso, pero él puede hallar algo que no vi.
-No hubo errores de parte tuya Karai. - dice para mi sorpresa, estaba segura que hallaría el más mínimo detalle - Eso significa - debo guardar silencio, porque es como debe ser - que puedo tener la confianza de dejarte en manos de Satou Akira, el Maestro de Lotus, para que cuide de ti y te entrene, en mi ausencia. -
- ¿Qué?- olvido por completo mis modales para con mi Sensei ante semejante revelación - Perdón. - agacho de inmediato la cabeza.
- Está bien. - toma mi mentón y con dulzura levanta mi avergonzado rostro y me sonríe, hasta que se asegura que estoy más tranquila me libera. He oído decir que ese hombre, que es mi Sensei, es un ser despiadado… Y lo es, pero también es mi padre, y sólo a mí me sonríe de esa manera - No quise comentarte nada hasta estar seguro. Resulta que la sede del Pie en Nueva York está creciendo a un ritmo más acelerado de lo que esperaba, lo que es bueno, pero debo ir y atender personalmente algunos asuntos mucho más pronto de lo planeado, y no puedo llevarte conmigo. -
Ahora sí puedo hablar.
- Me gustaría acompañarte, pero como no es posible, me quedo. Además sé cuidarme sola. -
- Lo sé, pero no quiero que te retraces en tus lecciones. No a cualquiera le voy a dejar encargada a mi hija, por eso aproveché la contienda anual entre clanes; había oído que Lotus en una niña extraordinaria para su edad, y hoy lo comprobé. – al escucharlo hablar así no puedo evitar que el fracaso picotee mi ya maltrecho orgullo una vez más - No tienes que sentirte mal por haber perdido; Lotus es un año menor que tú y es capaz de derrotar inclusive a los Maestros, así que no debes sentirte humillada de ninguna manera. -
- Lo sabías y no me advertiste. -
- Porque así es la vida: lo bueno y lo malo llegan de improviso. – es la calmada respuesta que me es dada.
- Cierto. - sonrío al recodar el día en que él me encontró y cambió para siempre mi vida.
Me gusta pensar que yo también he cambiado la suya.
- Lotus puede poseer habilidades sobresalientes para alguien de su edad, pero el Maestro que logra desarrollar un gran potencial como el de ella, también habla muy bien de él. Por eso quise comprobar por mí mismo las habilidades de su discípula, y así estar seguro de que estarás en buenas manos. Regresaré en tres meses. -
No hay manera de replicar con él: cuando toma una decisión es porque así debe cumplirse.
Si fuera más pequeña me echaría a llorar... un horrible nudo se ha formando en mi garganta. Se va, y sin mí. Pero ya no soy una niña, no debería sentir que me abandona para siempre… Va a regresar.
- Voy a extrañarte. - me inclino para que no vea mis ojos que se están llenado de lágrimas.
- Yo también. - igual se inclina.
Aprovecho para levantarme y salir cuanto antes de ahí.
Me hubiera gustado un abrazo de despedida, pero así es mi padre: tiene pequeños gestos de cariño conmigo, y es todo. Pero para mí no es problema, tampoco doy muchas demostraciones de cariño. Estando en las calles, llegue a pensar que la gente es despreciable, pero mi padre me ha demostrado que no todos lo son. No necesito que me demuestre que me quiere, ni mucho menos que me lo diga, lo sé.
Llego a mi habitación asignada y me tiro en el tufón.
Vaya día.
Me vence una niñita y mi padre me deja sola.
Intento despejar mi mente de tanto caos, pero es difícil. Me he dado cuenta que mientras más crezco es más difícil poder manejar mis sentimientos.
Un baño caliente de tina es lo que necesito.
Me quedo en la tina por un largo rato, ningún malversado pensamiento quiebra mi tranquilidad, el agua caliente me relaja bastante.
No fue una pelea extenuante, pero ha empezado a darme sueño. Mejor salgo.
Ya acostada en la cama lista para dormir, no me atrevo a imaginar que sería de mí en la pelea si nos hubieran permitido pelear con armas. Sólo me queda poner todo mi empeño con el Sensei Satou, y esperar que el tiempo se vaya rápido.
Y de repente, una idea rara pasa por mi cabeza. No sólo mis reflejos en la pelea fueron lentos, ahora mi cabeza también es lenta: Si el Sensei Satou va a ser mi Maestro por tres meses… entonces…
¡Lotus será mi compañera!
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Renny es amiga de Lita, Lita la conozco de DA, y las 3 haremos un gran lío entre Leo, Lotus y Karai.
N/A: Aquí Karai es una preadolescente en este cap, así que si algunas cosas no parecen que encajan con ella, es por su edad. Conforme avance la historia surgirá la personalidad con que la conocemos. Y si Saki es amable con ella, es porque debe serlo si es su hija. Yo no puedo imaginar a Saki ni como utrom ni como padre que no estima a su hija.
Cualquier cosa que tengan que opinar sobre lo que les parece el fic, dejen review, por favor.
Muchas gracias por leer.
