(Kannazuki no Miko y sus personajes son propiedad de Kaishaku)
Awakening from the nightmare
pt. 1
"No estaba escrito que esos sentimientos salieran a relucir a tan tempranas horas de mi vida. Me negué a pensarlo, me negué a sentirlo y aún así era inevitable privar de mis sentimientos, me era inevitable no dejar de ser una egoísta al saber que la quería ver siempre, que la quería mantener siempre tan cerca mío, aún sintiendo que mi corazón solo podía otorgárselo a ella. Mi amada Himeko"
Hace mucho tiempo, se cuenta la historia de dos sacerdotisas, una de la luna y su compañera era su sol. Se dice que lucharon ambas jóvenes por salvar la tierra, llenas de amor, aún así, el amor que se tenían no podía ser recibido por ambas, debido a una maldición... para salvar al mundo, para que la paz habite una vez más, una de ellas debía morir y la otra vivir plenamente en paz en aquella tierra.
Aún así, las jóvenes llevaban por objetivo amarse por siempre, pero la traición de vivir engañadas por aquella misión arrebato su amor, hasta olvidarse cada una de ellas, después de la muerte de una.
No podré olvidar aquello... porque fui yo quien mato a mi amada: sacerdotisa del sol.
La joven de cabellos azules lentamente comenzó a abrir sus ojos al descubrir los rayos del sol invadir su habitación como invitados habituales. Himemiya Chikane una joven adinerada que vive en un pequeño pueblo y estudia en la prestigiosa academia Ototachibana. Amable, inteligente, hábil. Era admirada por todos los estudiantes de la academia y sabía perfectamente que mantenerse en ese estado con los estudiantes la hacía sentir respetable. Aún así… de cierta manera dentro de su corazón sentía que faltaba algo. Se desperezo lentamente sobre su cama rebuscando aún con sus ojos entrecerrados el uniforme. Pero drásticamente volvió su mirada hacía un calendario posado sobre el escritorio de su habitación, dando un largo suspiro. – Mañana es ya mi decimosexto cumpleaños, no entiendo aún porque me siento de esta manera.
Así entre pensamientos emprendió marcha hasta la academia. Cada día había sido igual, cada año era admirada por los alumnos que ingresaban, por todos, y no podía hacer nada, solo sonreírles a sabiendas de que jamás nadie se le acercaría tan imprudentemente.
Una vez más se marcho a su escondite favorito tras los rosales para comer tranquilamente su almuerzo, en ese momento sin tomar en cuenta el movimiento de las hojas del árbol, observo detenidamente como de entre los rosales caía de espaldas una pequeña joven de cabellos rubios quejándose del dolor provocado por la terrible caída.
-Pero como duele esto – Se quejo con su voz delicada intentando ponerse de pie mientras Chikane no dejaba de mirarle aún sin poder creer aquel tropiezo. La muchacha rubia se dio unas suaves golpecitos en la cabeza, al instante en que se ponía de pie, miro a su alrededor sin prestar atención a la persona que se encontraba debajo del árbol, descubriendo aquel hermoso lugar escondido dentro de la misma academia. Repentinamente después de quedarse viendo unos cuantos segundos el movimiento oscilante de las hojas del árbol, descubrió que una mirada atenta le seguía y desde su frente, bajando lentamente su mirada hasta encontrarse con aquellos ojos azules al igual que su cabello, sintió como su respiración se acababa y su corazón extrañamente se comenzaba a contraer. No podía despegar su mirada de ella, tanto como lo hacía Chikane, quien se puso de pie y comenzó a avanzar hacia la rubia.
-… Ah, pequeña flor, tienes unos ojos violáceos preciosos – Pronunció suavemente al quedarse mirando a unos cuantos pasos, Chikane, quien aún así no podía despegar su mirada - ¿Qué me pasa con esta chica? Se ve tan distinta a las demás… pero detente por favor, deja de mirarme debes ser otra admiradora y no quiero que me lastimes más con esa mirada. – Chikane volvió a dar un suspiro evadiendo la mirada un tanto sonrojada. En ese momento la otra muchacha reacciono y volvió a su estado normal.
-Discúlpame… supongo que estoy interviniendo en tu lugar secreto, tuve un desliz mientras escapaba de unas chicas que me estaban cuestionando ante el hecho de que no conozco y no admiro a Miya-sama, es por eso que mientras me arrancaba tropecé y termine llegando a este lugar. Pero creo que debería marcharme ya, porque presiento que no estás a gusto con mi compañía. Con permiso – Inquirió delicadamente la joven, sin darse vuelta, cuando dio unos cuantos pasos y fue detenida por una mano que se cerraba sobre su antebrazo, aquella chica miro una vez más hacia atrás y observo a la muchacha de ojos azules, que tenía su mano aferrada al antebrazo mientras rogaba de una manera distinta, sin expresarlo con palabras, que ella se quedara.
-… Creo que es mala decisión que te marches sin al menos decirme tu nombre, además me haces compañía y siento que estoy muy a gusto con tu conversa, anda quédate y dime tu nombre – Dijo con una sonrisa, Chikane quien le soltó suavemente el antebrazo, descubriendo la hermosa sonrisa de la chica, provocando que su corazón comenzara a latir de manera desbocada.
-¿Enserio? Qué feliz me siento, pensé que a alguien como tú le iba a irritar, por eso de cómo converso solo tengo una amiga. – Chikane al escuchar aquello se le quedo mirando extrañada, aquel sentimiento de melancolía que había aflorado en la joven le provoco un súbito y extraño cambió en su pensar.
-¿Alguien como yo? ¿Por qué decías eso recién?
-Alguien… que se ve tan refinada y exquisita – Respondió bajando la voz avergonzada. – Es como si hablara con aquella persona de la que todas hablan, la presidenta del consejo estudiantil, Miya-sama. Fue por ello que llegue aquí, porque me estaban replicando y discutiendo el que no tenga idea de nada. Es cierto… mi nombre es Kurusugawa Himeko.
-… Vaya, es una sorpresa, pero ya no podrán seguir intimidándote más.
-¿Qué dices? – Exclamo mirándole sorprendida - ¿Cómo puedes decir esas cosas tan fácilmente?
-Pues no se le puede negar a la presidenta del consejo estudiantil que decida algo así ¿o sí? – Pregunto, dándose cuenta después de hablar lo que acababa de decir – No puede ser… lo que podría haber sido una amistad, ella se convertirá en una de esas chicas.
-¿Tú eres Himemiya Chikane? – Le miro sorprendida, Himeko que sentía un gran interés por conocer más de aquella chica de cabello y ojos azules, que en aquel momento se sintió avergonzada y entristecida a su vez - ¡Eres increíble Chikane-chan!
-¿Chikane…-chan? – Volvió su mirada a la violácea y ella asintió con una sonrisa.
-Perdona… ¿no te gusta el sufijo? Suena muy infantil ahora que lo pienso ¿quieres que te llame Miya-sama? – Pregunto consternada Himeko viendo como le miraba sin expresión alguna Chikane.
-Chikane-chan estaría bien, por favor dime así, Kurusugawa-san – Tomo con ambas manos las de Himeko quien le miro extrañada de su comportamiento.
-Muy bien… Chikane-chan entonces desde ahora eres mi amiga, pero no me llames Kurusugawa, de todas maneras yo te digo Chikane-chan – Volvió a comentar con una sonrisa en los labios.
-Entonces Hi-Hime-Himeko – Miro a la chica, quien sonrió al escuchar su nombre ser pronunciado por aquella chica que acababa de conocer, provocando que al igual ella sonriera, sintiendo dentro de su pecho un calor distinto y más dulce.
-¿Si, Chikane-chan? – Inquirió nuevamente con una sonrisa.
"Fue en ese momento que nos conocimos, que mi corazón comenzó a cambiar en giros, al saber que era distinta, al sentir alegría estando a su lado. Fue ese destino inevitable."
-¿Enserio? Mi cumpleaños también es mañana – Inquirió sorprendida la joven rubia sorprendida por todo lo que le contaba su nueva amiga – Chikane-chan eres increíble, no solo porque eres la presidenta del consejo estudiantil, también porque eres la presidenta en el club de arquería, eres una increíble deportista y no solo eso, eres fuerte, amable y maravillosa. Yo estoy muy contenta, de poder ser tu amiga, de verdad – Confesó mirándole de reojo sonrojada por lo acaba de decir. Chikane se le quedo viendo sintiendo como en su corazón unas nuevas sensaciones surgían inesperadamente.
-Himeko… muchas gracias – Profeso lentamente sin mirarle – Verdaderamente me siento honrada de tener tu amistad, creo… no, eres la primera amiga que tengo sinceramente y soy feliz de saber que tú eres la primera – Aclaro volviendo su mirada hacia la de muchacha de ojos violáceos – Himeko hay algo que quiero preguntarte… aunque quizás sea un poco precipitado pero… mañana es mi cumpleaños, perdón es tu cumpleaños y el mío, y me preguntaba si ¿querías venir a mi fiesta? – Pregunto jugando con sus manos.
-Pero ¿no haces una fiesta para gente importante y algunos estudiantes de la academia? – Pregunto consternada al respecto de esa invitación, cuando sintió el cálido tacto de las manos de Chikane sobre las suyas.
-Me refería a una fiesta solo para nosotras dos – Inquirió suavemente acercando su rostro unos centímetros hacia el de la rubia. Quien se sonrojo instantáneamente ante la cercanía de la joven de cabellos azules – ¿Qué dices entonces?
-… Una fiesta para nosotras dos – Pronunció en voz baja, volvió a mirarle con una sonrisa, mientras le asentía – entonces aceptare tu invitación.
-Que alegría – Repuso con una nueva sonrisa aún más esplendida Chikane. Himeko le miro sorprendida sintiendo como se le oprimía aún más su corazón que latía de manera desbocada desde el momento en que se habían visto por primera vez. En eso fue que recordó.
-Es cierto, Chikane-chan ¿te puedes quedar quieta un instante? Es solo que quiero tomar una foto de nuestro encuentro, para saber que con esta foto siempre recordare el día en que conocí a Chikane-chan – Inquirió levantando su cámara que acababa de sacar de su bolso. La joven sonrió esperando que Himeko se acercara, en ese momento antes de que la foto fuera tomada la rodeo sonriendo mientras miraba a la cámara, desconcertando a la joven quien aún más sintió su corazón latir a una velocidad imposible de describir, sonrió confiando en la seguridad en que miraba y sonreía Chikane cuando la foto fue tomada. – Creo que debemos esperar hasta que revele las fotos para poder verlas – Agrego entre risillas.
La tarde paso volando y los planes de Chikane habían dado un giro inesperado después de conocer a Himeko. Se encontraba en su habitación probándose los vestidos que Otoha, su criada le enseñaba.
-Creo que es la primera vez que la veo tan ansiosa Chikane-sama – Inquirió deleitada al ver a la joven mirarse al espejo mientras se probaba cada uno de los vestidos – Siempre me deja en orden escoger sus vestidos para cada fiesta, pero claro es su decimo sexto cumpleaños no podría esperar menos.
-No solo es eso… mañana será un día especial, de eso estoy segura – Confesó acercándose hacia la ventana de la cual la luz de la luna esplendida brillaba.
Al día siguiente como rutina, abrió sus ojos al sentir caer el brillo del sol sobre sus ojos cerrados, desperezándose sobre la cama, de un momento a otro comenzó a pensar en aquella chica que había conocido el día anterior, aquella que la había mantenido en vela porque intentaba entrar en sus sueños, su corazón comenzó a latir aún más rápido al saber que se encontraría dentro de su casa aquel día; el día de su cumpleaños.
"Es este momento el que debo atesorar dentro de mi corazón, con aquella chica que cambio mi mundo en un dos por tres el día anterior, e impediré que los recuerdos, que mi secreto sea revelado, a sabiendas que esta noche de luna sin sacerdotisas será la primera que viviremos juntas, de eso estoy segura."
Notas de Autor:
¡Hola! ¿Cuanto tiempo? Ahora comienzo con un nuevo fic mientras sigo en proceso con mi fic principal "Skin-deep Love" Fic de K-ON!
Pero ¿qué les pareció? Trate de mantenerlo ligado a muchas partes del anime, y claro adaptandole algunas cuantas como que Oogami Souma no estra en mi fic, dios lo deteste tanto como fan del Yuri que no lo soporte y leí el manga para saber que pasaba con él al final, no diré nada porque sería spoilers para la gente que quiera leer el manga o ver el anime. En fin, criticas, opiniones, las estaré esperando con mucho gusto. Nos estaremos leyendo en el próximo capitulo de este nuevo fic.
Matta~ne!
Ne~chan!
