Disclaimer: todos los personajes pertenecen a Kubo y si fuera por mi Bleach ya hubiera terminado hace mucho


El único camino que no has andado

Parte I

Ichigo abrio la puerta, boto la mochila en la sala del departamento donde vivía con su madre. Después del divorcio lo más sensato fue que él fuera a vivir con ella y las mellizas se quedaran con su padre en la casa, ¿Quién sabe que haría el viejo si estuviera solo? o en el peor caso ¿Que le haría él si se quedaban los dos solos? amaba a su padre, pero era de saber popular que no lo soportaba. La vida con Mazaki era buena, aunque no la veía mucho, atrás habían quedado las tardes familiares o los días de campo dónde los cuatro la pasaban juntos y sentía que su mundo era ella y aunque un departamento amplio espacioso sin ninguna necesidad para el solo, fuera el sueño de todo adolescente el se sentía solo.

Fue a la cocina y tomo una rebanada de jamón que empezó a devorar mientras extendía su mano a las profundidades de la nevera buscando el escondite no tan secreto de las cervezas que guardaba su madre para cuando llegaba harta de la oficina - la ingenua Mazaki siempre se preguntó porque sus cervezas nunca sabían a refrigerador- algo le extraño se dio cuenta que faltaba una pero sabía que no era su madre el aire no olía a rosas ni jazmin, seguramente había olvidado reponer la de la otra noche. Tendría los exámenes para la universidad pronto y todavía no sabía que iba a escoger, podría ser medico, como su padre ó diplomático como su madre o un simple paria. La cual pensaba que era la mejor opción.

Se quito la camisa y fue directo a su habitación dónde leería un poco, jugaría y se quedaría dormido en menos de una hora. Siempre pensó que su vida como adolescente de 16 años era terriblemente aburrida, se tiro en la cama y cerro los ojos, de repente escucho que una puerta se abría y su instinto de hijo en problemas le obligo a esconder la cerveza de bajo de la cama y pensar en varias excusas para las 2 que faltaban.

Y se hizo el dormido

- Ah ya llegaste… no tienes porque esconder la cerveza, eres un gran gran hipocrita Ichigo-

Abrió los ojos y la vio con su deportivo rojo, que rara vez se quitaba , recargada en la puerta con una amplia sonrisa y con una cerveza en la mano.

-¿Que diablos haces aquí?, no deberías de estar aquí… no deberías de estar tomando-

- Eres un abuelo Ichigo- alzo los hombros y fue directo hacia el, dónde se agacho entre las piernas del chico, que estaba sentado en la cama, dejando le ver su pequeño y suave trasero de gimnasta.

-¡Aja, aquí esta!- exclamo con jubilo mientras sacaba la cerveza de debajo de la cama para después darle un gran trago, mientras el se quejaba por el inminente robo de su alcohol, ella se sentó a horcajadas encima suyo y él solo pudo hacer lo que se hacia en esos casos, recibirla con un beso jugar con su lengua y su cabello para después bajar hacia su increíble trasero firme como todo su cuerpo, tan pequeño pero con cada músculo exageradamente gustaba.

- Hago muchas cosas que no debería- Fue lo único que escucho entre jadeos, mientras le desabrochaba la chamarra y empezó a desnudar sus hombros.

Había decidido que no era hermosa, porque no se parecía a ella, pero como disfrutaba esos besos, esas caricias y reflejarse en sus ojos todas esas tardes cuando la televisión hablaba y ellos tenían sexo hasta cansarse o hasta que ella se dormía en su lado de la cama y él no podía despertarla hasta que hablaban Hisana o Byakuya preguntando por ella.

Tomo la botella otra vez… como había disfrutado esos tiempos…

Se miro en el espejo del salón y vio su barba de 5 días, su cabello naranja ya pintaba algunas canas. Siempre se decidió por la arquitectura y le fue muy bien, su nombre era sonado en toda Asia, artículos, reportajes entrevistas para TV, todos sus conocidos estaban orgulloso de él, todos menos ella a quien no le importaba que le hubiera construido una maravillosa casa minimalista pero tan japonesa, con su estanque de peces koi bajo techo y con todos los lujos que pensó que serian suficientes para criar a todos los hijos que tendrían juntos para que no le pasara lo mismo que a sus padres. Vio el papel que estaba en la mesa solo faltaba su firma y lo que pensó que seria un eterno felices para siempre solo había durado 5 años.

Desde que la conoció supo que tenía que protegerla que ella era como una princesa que buscaba a su príncipe, y el decidió que debía de ser su salvador, su príncipe, solo una vez estuvieron separados pero el destino los reencontró. El trabajo tan duro para protegerla que creyó que era injusto lo que le hacia.

Lo despojo de la camisa siguió besando su cuello, ya sin el deportivo vio que todavía traía el blanco leotardo de competencia y se pregunto ¿Porque no le había dicho que fuera con ella? sus dedos soltaron el cabello corto y oscuro dejando la melena de ébano caer en su cara, por un momento volvió a pensar que era bonita pero lo descarto, claro que era bonita cuando estaba a punto de cogersela. Ese y cualquier pensamiento desapareció cuando ella introdujo su pequeña mano en su bragueta.

Un jadeo, otro jadeo y después silencio.

-¿ No vas a hablar tu casa? ya pasan de las 11, Byakuya debe de estar preocupado-

La chica se cubrió un poco y fue dónde su maleta y busco un conjunto de ropa interior- ¡Aquí está! Sabia que traía uno extra, no sabes que incomodo es húsar esa pendejada todo el día- y balanceo el leotardo en su mano, se vistió con unas bragas y una camiseta rosa chicle de ese conejo horrible que tanto le gustaba.

Tomo un poco mas de coñac que tenia en la copa, después de unos días había firmado ¿Para que alargar eso? Hacia unos meses ella se había ido y se llevo a su pequeño Sora de 2 años, lo único que le dejo eran visitas semanales. Nunca pensó que terminarían así, bueno, uno nunca piensa que cuando se casa con la mujer y amor de su vida se va a divorciar. La conoció en la escuela elemental y supo que ella seria la madre de sus hijos, entonces ¿Como termino extrañando más a su remplazo? Ella se lo dijo, que no pensaba vivir mas tiempo con él, si no se enfocaba en ella y en su familia. Ah.. en realidad lo había arruinado todo.

-¡Que no me escuchaste! no vas a avisar, no quiero a Byakuya o alguno de sus estupidos empleados tocando la puerta a media noche- tengo exámenes mañana y me tengo que levantar temprano.

La pequeña chica se tiro a la cama y lo jalo hacia ella para besarlo otra ves, él la separo.

-No.. Te vas a salir con la tuya -

- Eres tan aburrido Kurosaki Ichigo. Les dije que voy a pasar la noche aquí, después de todo piensa que eres mi mejor amigo y también creen que Masaki esta, además no les importa lo que hago-

- Esta bien, entonces duérmete que quiero llegar temprano a la escuela y seguro te voy a tener que llevar en la mañana, así que nos levantamos a las 6-

-Si kurosaki kun- lo dijo en ese tono de voz tan desagradable que ella usaba con los otros.

-Como fastidias , mejor ya duérmete… y ponte esto.. No quiero que duermas semi desnuda en mi cama…-

-Eres tan hipócrita cogemos y te da pena que este en ropa interior contigo, algún día deberás de cambiar - la chica se puso una camiseta.

-No eres la persona mas apta para hablar de hipocresía conmigo, digo quien finge ser la niña buena todo el tiempo e impecable,¿ que diría Byakuya de lo que haces?o tu entrenador a quien tanto adoras tu Kaien dono- lo dijo imitando su voz de niña buena.

- Sabes que.. Idiota.. Hoy no voy a pelear contigo, no tengo ganas - y una vez mas se quedo con las palabras más acidas en su boca, se cubrió con la sabana dando le la espalda. Así estuvieron un rato hasta el le pidió una miserable disculpa y ella lo chantajeo.

- Solo una cosa.. Pequeñita… y te perdono-

- ¿Que?-

-Kon-

-NO Rukia ese maldito gato no va adormir aquí, siempre deja lleno de pelo y hasta orina mis zapatos-

-Por favor.. Es que me da frio en los pies… y kon es ...-

-Ya esta bien, pero si orina algo tu lo lavas -

Ella se levanto feliz y fue por el enorme y gordo gato amarillo, el gato le bufo a Ichigo y se fue directo a los pies de Rukia ambos se acurrucaron quedando dormidos en poco tiempo.

-Así que tu fuiste el único que se quedo- Ichigo vio al viejo gato pasarse entre sus piernas, siempre se le hizo increíble ese animal no parecía envejecer seguía igual de panzón y odioso , aunque hubiera preferido regalarlo siempre se quedaba a su lado.

-Vamos es hora de que comas- abrió una lata de alimento, el gato maullo y empezó a comer como si nunca antes hubiera probado bocado.

Creo que yo también me tengo que alimentar… ¿no crees?…Y empezó a cocinar.


Hola, regresando con nuevo año y nueva pequeña historia de 3 Gracias a Klan por el titulo n.n

Ojalá la hayan disfrutado.