Mis ojos se cerraron en aquel atardecer,
En que me hundí en ese desierto pensamiento.
Ojalá los pudiese abrir,
Pero desde que te mire fijamente,
No pudieron soportar encontrar nada más bello
Que lo que habían observado.
Que quieres que te diga,
Me marcaste con solo una sonrisa,
Me hiciste caer,
Caer en tus suaves brazos,
De los que nunca pensé en separarme.
Este tiempo de espera sin verte,
Es el mismísimo infierno,
Solo tu recuerdo me permitió seguir luchando,
Y caminar el día a día contra cualquiera,
Y cualquier cosa que me obstaculice.
El calor que producen las pulsaciones en mi pecho
Se sienten como aquel puñal
Que quería alejarme de ti.
Pero que aunque más tratase,
No podría dejarme vencer sin encontrarte.
Puede que esto lo encuentres absurdo,
Pero si tan solo pudiese expresar todo,
Todo lo maravilloso de este mundo,
No necesitaría más que una palabra,
Y esa palabra seria tu nombre.
