Hola a todos es un saludo convencional que utilizaba en otras secciones así que probaré esta vez un como están? xDDD Esta es mi primera vez en esta sección, si, una vez entré (hace un año) y había solo un fic (creo que era un Nowaki x Hiroki) pero como soy cargosa, terca y ociosa (además de amante ferviente de esta serie n_n) no pude detener mis ansias de escritora frustrada y dejar de publicar esta historia que rondaba desde hace años en mi cabeza (me refiero al tema, me prometí hacer una historia así algún día).
Aún no he leído ningún fic de junjou romantica y personalmente prefiero hacerlo antes de publicar pero el tiempo está jugando en mi contra y me obliga a escribir cualquier cosa (perdonen si realmente termina siendo solo eso) así que, ya sin aburrirlos más, he aquí el fic. Traten de disfrutarlo.
Título: "Simplemente mío"
Género: Amor, acción, drama, suspenso
Advertencia: Lemon. Posible OCC (trato de seguir sus personalidades lo mejor que puedo pero se me está complicando)
Parejas: (Por ahora)Usagi x Mizaki. Conforme avance la trama aparecerán los demás
Resumen de la historia: Una serie de sucesos repentinos llevan apareciendo desde que Mizuki comenzó a trabajar por las noches, durantes sus vacaciones. La incertidumbre invade a Usagi ante la impotencia…"- Mizuki es simplemente mío -"…
Comentarios: Primeros capítulos lentos y suaves, luego irá aumentando el ritmo y las acciones.
Capítulo 1 "Cuando la historia comienza a escribirse"
12 y 57 marca el reloj del auto y el maldito semáforo aún no cambia.
- Vamos… - se escucha un murmullo mientras un tembloroso pie amenaza con pisar el acelerador para así regresar a casa donde lo espera su pequeño que sabe aún permanece despierto porque a pesar de tener 19 años, estudiar en la universidad y ser independiente; no puede comer, beber y menos dormir sin su compañía. Una orgullosa sonrisa se vislumbra en su rostro cansado por la ardua jornada, su pequeño, aquél que día a día le da alegrías, lo divierte y de vez en cuando también lo enoja. Aquél muchacho que llegó sin aviso cuando él perseguía lo que sería el "amor de su vida". Su sonrisa se acentúa más en su rostro, cerrando los ojos suavemente tratando de recordar las finas facciones del muchacho que tanto ama ¿Qué era eso, una nueva especie de fetiche? Pues lo parecía, porque de solo pensarlo comenzaba a excitarse. Cuando llegase a casa le haría el amor, está seguro, y ante este pensamiento su sonrisa de ensancha una vez más.
- Vamos… - repite volviendo abruptamente a la realidad, está a tan pocas cuadras de su departamento y faltan escasos minutos para volver a verlo que se siente impaciente. Dos semanas han pasado desde que se despidió de él en el aeropuerto antes de partir rumbo a Inglaterra, donde publicaría su primer libro. Y aunque se había arrepentido varias veces por dejarlo solo en Japón, sabía que era necesario porque comenzaban las vacaciones, lo que significaría que Mizaki buscaría un empleo lo cual era importante para el muchacho.
12 y 58
- ¡Vamos…! – replica suavemente y por fin la bendita luz cambia. Sin más, pisa el acelerador y tarareando una feliz canción de amor gira en la esquina del parque para seguir la recta que lo llevaría a su hogar, dulce hogar ¿Desde cuándo era un romántico sin sentido? Oh si, desde que vivía con Mizaki, casi lo olvidaba, y ríe despacio por sus extraños pensamientos.
-*-
- Estoy en casa – dice Usagi tras abrir la puerta con cuidado, ya es media noche. Su departamento permanece en penumbras pero es normal por las horas que son. Se quita el abrigo con cuidado, ¡Afuera sí que hace frío!, y enciende las luces de la sala para no tropezar en su camino. Tal y como lo imaginaba, sobre el sillón está Mizaki, su pequeño, dormido con un puesto antifaz para que no le moleste la luz, y balbucea cosas igual que un bebé, aunque se mueve inquieto. Se acerca a él y nota que sus brazos permanecen sobre su cabeza, extendidos, y su playera algo alzada. Hace mucho frío así que se la acomoda, ya se burlaría de él si amanecía con un resfriado, eso le iba a pasar por descuidado. Lo mejor era llevarlo a la habitación, quizás despertase en el camino y así saciaría sus ganas de tomarlo. Sí, lo deseaba, y si no despertaba, lo despertaría con un buen método que sabía era eficiente siempre: ataque de besos y toques en zonas que sólo él tenía permiso de explorar.
Pero antes, un buen vaso de jugo de naranja, el que tanto le gustaba.
Con pasos lentos, se dirige a la cocina en la habitación continua mientras se quita la bufanda crema que tanto quiere. La deja regada en el camino cuando el sonido de una botella rompiéndose se oye en toda la casa.
Avanza lentamente. La cocina está a oscuras y apenas puede diferenciar entre las sombras lo que sea que esté adentro. Armándose de valor, corre un poco para encender la luz, no lo logra, se queda quieto al distinguir una gran figura moviéndose a gran velocidad ¿Qué demonios es eso? Por el tamaño parece humano; sin embargo, si trata de huir no lo conseguirá puesto que él está en la puerta y la otra lo lleva al pasadizo del balcón. ¡Balcón! Mierda, ¡Ni crea que lo dejará escapar!
- ¡Espera! – replica más que intentando que lo obedezca, para intimidarlo. La cosa se detiene y, virando violentamente, tira las ollas y sartenes que antes estaban sobre la estufa. Mierda, ni crea que lo vencerá. Perseguirlo es poco eficiente, así que sale rumbo al pasadizo del balcón y lo ve, es una persona, está seguro, pero no le puede ver la cara porque está de espaldas. Hay una maseta al final del corredor, la cual es lanzada con ira hacia Akihito que apenas logra protegerse alzando los brazos. Un segundo ruido retumba en su hogar y una suave voz soñolienta emerge.
- ¿Usagi? – pregunta la suave voz creyendo mirando aturdido a su alrededor.
- Sí Mizaki, enseguida voy – responde tratando de sonar tranquilo, odia entrometer a su amante en asuntos que no le conciernen. Amante… eso son, al menos eso parecen, viven juntos, pasean juntos, tienen sexo obviamente juntos, son amantes ¡Pero no es momento para pensar en eso! Vuelve a mirar hacia el balcón pero no hay nada, salvo las cortinas volando porque el desgraciado intruso abrió la puerta y huyó. Al menos están a salvo, lo que se haya robado ya lo repondría.
- ¿U… sagi? – pregunta un muchacho de marrones cabellos ya parado en el pasadizo, perplejo por el escándalo.
- Buenos días Mizaki – responde el escritor tras mirar su reloj. Ya es otro día - ¿Me extrañaste? – agrega con una sonrisa victoriosa, está alegre de verlo.
- Por supuesto que no – responde el susodicho viendo el desorden - ¿Y esto? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Resbalaste? O me dirás que es tu etapa rebelde y que ocurre cada cierto tiempo - continúa con sarcasmo cuando nota el desorden de la cocina – No Usagi, había preparado suficiente comida como para no cocinar mañana ¿Porqué la tiraste? Además yo pedí un jugo ¿No lo recuerdas? De naranja. Por qué tenías que botar también las ollas -
- De qué demonios hablas, yo acabo de llegar -
- Imposible, si yo desperté porque tú… ¡No lo niegues maldito pervertido! ¡TÚ…! -
- ¿Yo qué? -
- ¡Degenerado, lo haces a postas para que te recuerde lo que hacías! Como si no te conociera ¡Luego me obligarás a decir si me gustó o no! ¡Pero no caeré en tu trampa! -
- ¡De qué demonios hablas Mizaki, estás raro! -
- ¡¿Raro yo?! ¡PUES TE RECUERDO QUE EL QUE ME ATACÓ MIENTRAS DORMÍA ERES TÚ! -
- Jamás te ataqué, entré directo a la cocina por jugo de naranja -
- Jugo que YO pedí y que accediste a traerme, ¡No lo niegues! Y eso que pensé que habías regresado amable y… extrañándome -
- Te extrañé, eso no se discute -
- ¡Pero no es excusa para tocarme mientras dormía, aunque no es nada nuevo, teniendo en cuenta los constantes ataques que recibo de tu parte Y HASTA ME TAPASTE LOS OJOS CON ESTO QUE CONSEGUISTE EN EL AVIÓN! – responde el menor enseñándole el antifaz que traía en el cuello, sacándoselo y tirándolo al suelo.
- Mizaki… ¿De qué demonios hablas? Por favor explícame con calma todo -
- No caeré en tu trampa, me iré a dormir -
Usagi está pasmado ¿Qué fue todo eso? ¿Tocarlo? ¿Taparle los ojos? ¿Su pedido de jugo? No… nada de eso era cierto, ¿Estaba soñando o qué? Pero ¿Y los ruidos? ¿El desorden? ¿Las ollas? ¿La maceta? ¿QUÉ MIERDA SUCEDE?
- Espera Mizaki – intenta hablarle pero… no, la solución era dejar las cosas así por ahora, luego ya lo aclararía, cuando haya más calma – Yo… vamos a dormir, estoy muy cansado – le dice a su pequeño sonriendo tanto como puede, nadie puede enfadarlo, no después de no ver a su amante por dos semanas.
- Eso imaginé – responde el universitario dejando de lado los problemas, ablandando su gesto y sonriendo. También lo extrañaba, y porque no admitirlo, había estado contando los días y las horas.
- Ahora… - dice Akihito acercándose al muchacho aún parado - ¿Dices que te toqué y aún continúas vestido y fuera de la cama? – agrega tomándolo de la cintura y cargándolo de un solo movimiento.
- ¡¡Usagi!! – lo llama el muchacho sonrojándose pero feliz. Por esta vez lo dejaría.
-*-
1 y 12, el golpe sonoro de la puerta azotando contra el marco se oye, dejando ver la pierna extendida del dueño quien, no queriendo romper con el pasional beso que le da a su pareja, está dispuesto a deshacerse de todo aquello que le estorbe. Ya mañana cambiaría la chapa si se rompió.
- U-u… sagi… mght… - se queja Mizaki cuando siente que el mayor de un tirón lo deja sobre la cama. – A-a…mmm… - susurra puesto que ahora el escritor se acomoda sobre su pequeño cuerpo y, tomándolo por las manos, las extiende sobre su cabeza. Está extasiado, lo puede ver en sus ojos ya opacos del placer.
- Te extrañé mucho Mizaki – le dice al oído, conoce al susodicho y sabe que se sonrojará ¡Bingo! Ya lo está. Akihito se ríe por dentro, lo ama. Con una mano, se quita su corbata, es verde, como las pupilas de su amante, le quedaría mejor a él, está seguro, desea verlo elegante y sexy, tiene una idea ¡Se la pondrá! Y, dándole una mirada hambrienta, ata sus manos a la cama para que no se escape.
- ¡Usagi! Sabes que odio hacerlo así… porque yo… -
- Porque tú no puedes tocarme – completa el escritor sentándose sobre sus piernas. El pequeño aún permanece con ropa pero es lindo, está muy sonrojado y sus pupilas se entrecierran. El escritor se desabotona la camisa y sonríe para sí. Una vez listo, se la quita - Prepárate – advierte y toca su entrepierna.
- ¡Usagi… ah! – gime el pequeño ante tan pronta acción. Akihito ríe despacio y nota que su bragueta está baja… esperen… algo está mal… no recuerda haberle bajado la bragueta ¿O sí? Hace un rápido recuento de todo, no, está 100% seguro ¿Entonces? ¿Por qué está así? Oh, lo tiene jajaja la posible explicación. Mizaki es tan lindo.
- No sabía que te masturbabas en el sillón pensando en mí -
- ¡Yo no hago tal cosa! -
- Claro que sí, incluso la olvidaste baja, que lindo eres – le dice el mayor y le da un beso, un largo beso.
- ¿Qué demonios te pasa Usagi? Si tú… llegaste y… lo hiciste. Yo desperté y ya estaba excitado. Me asustas… ¿No lo recuerdas en serio? -
Akihito se detiene otra vez. De nuevo el mismo cuento. Mira a su acompañante quien lucha por liberarse del agarre pero le es imposible. Se lastimará, lo mejor es soltarlo y hablar, aclarar todo.
- Mizaki – lo llama mientras lo mira a los ojos. Nota el temor en su conviviente, conoce la respuesta y teme por ella – Yo no te hice tales cosas, no te toqué, no te vendé, no te iba a traer nada. Tan solo entré y me dirigí a la cocina, oí un ruido y fui a ver. Nada más -
- No puede ser…. - El menor está asustado y se sonroja – Maldita sea – se dice y baja la mirada.
- Cuéntamelo – le exige el mayor y, ya casi terminando con el nudo, lo libera – Sabes que puedes contármelo, te creeré -
El chico asiente y se aleja un poco, analizando lo que ha vivido en esos últimos 30 minutos cruciales en su vida.
- Salí de la ducha listo para esperarte y decidí inspeccionar que no faltase nada. Noté que se había acabado el jugo de naranja, lo que me pareció extraño porque compré una botella nueva cuando fui en la mañana al supermercado. Salí a la tienda de la avenida por más, sé que amas tomarte un vaso cuando vuelves de tus conferencias así que pensé que sería igual con el viaje. Aproveché y compré pastel de fresa… si… pensaba ofrecértelo y… estaba seguro que no lo probarías y preferirías utilizarlo cuando… tú sabes… con la crema chantilly sobre nuestro… cuerpos - hace una pausa, baja la cabeza ¿Desde cuando era un pervertido? Y la respuesta era obvia, desde que vivía con Usagi. Lo mira y su amante se acerca a abrazarlo.
- Continúa por favor, que hemos dejado otra cosa inconclusa – le dice con tono pícaro. El muchacho asiente.
- En el camino recibí tu mensaje de texto "Estoy en casa", corrí lo más que pude, toqué varias veces y no respondiste. Busqué mis llaves y entré. Todo estaba oscuro, quise prender la luz pero tu hiciste "sh…" y me callaste. Estabas tras de mí, sujetándome los hombros. Yo te llamé "¿Usagi?" y quise voltearme a verte pero no me lo permitiste. En vez de eso, pusiste este antifaz en mi rostro y me besaste, mientras me… -
- ¿Mientas yo qué? -
- M-me… ¡Me tocabas idiota! Por todas partes – Un gran suspiro emergió. El escritor lo abrazó tratando de darle valor – Después me dirigiste al sofá, pregunté "¿Porqué no vamos mejor a la cama?" pero tú permanecías en silencio. Creí que era uno de tus juegos raros, o que escribirías un BL entre un mudo y un chico ¡Ya no lo sé! Y accedí a seguirte. Me empujaste y… levantaste mis brazos, también mi playera, y chupaste arriba y… abajo… desabotonaste el pantalón y lo bajaste apenas. El resto ya lo sabes -
- ¿Yo te la chupé? -
- Quien más sino tú idiota. Pero fue extraño que te hayas detenido -
- Cuéntame un poco más, por favor -
- Bien. Me dejaste en el sillón y te fuiste. Escuché el sonido de la puerta del refrigerador, supongo que estuviste en la cocina. Yo te pedí un vaso de jugo de naranja pero tu volviste a decir "sh…". Entonces me relajé, quedándome inmóvil, imaginando lo que vendría. Fue cuando escuché la puerta, y tu voz diciendo "Estoy en casa". Estaba tan sorprendido que me quise quitar el antifaz, pero la luz entró tan rápido que me cegó unos segundos, me quedé unos minutos más en el sillón recostado. Escuché tus pasos aproximándote, tu queda risa, apenas me tocaste y te fuiste. Estaba confundido, estabas primero dentro y luego fuera. Cuando iba a preguntártelo escuché el ruido, me asusté y me quité el antifaz. Te busqué con la mirada y te vi correr al pasadizo del balcón. Te quise seguir pero algo volvió a sonar. Te llamé, tenía miedo y estabas ahí, parado, solo, mirándome con una tranquila sonrisa ¡No vuelvas a hacer esas cosas! ¡Me preocupé idiota! ¡Pensé que te había sucedido algo! -
- Yo… - intenta decir Usagi pero niega. Esta pasmado y lo mejor es aceptar la culpa – Yo… lo siento mucho Mizaki jajaja, fue como lo dijiste, un momento de rebeldía. Además esa maceta ya era vieja -
- La compraste antes de tu viaje para que no me quedara solo -
- Es lo mismo, ya llegué y ella tenía que partir – vuelve a reír, esta vez su pequeño también lo hace.
- Al final me obligaste a contarte todo. Idiota, nunca cambias – le dice el menor y lo besa. El escritor está sorprendido y le corresponde, echándolo en la cama – Por un momento casi me convences de que no eras tú. Idiota -
- Qué te parece si mejor continuamos con los nuestro - pregunta Usagi y Mizaki se sonroja, asintiendo con un movimiento suave.
Lo vuelve a besar diciéndole una y otra vez que lo ama mientras Mizaki gime de placer.
- En realidad te extrañé, Usagi tonto – aclara el pequeño, rompiendo el beso.
- Lo sabía – agrega el escritor y lo vuelve a tomar entre sus brazos.
-*-
2 y 24 de la mañana y el escritor no puede dormir. Está cansado por todo lo que ha sucedido que, sumado a su largo viaje, sólo quiere permanecer en cama junto a Mizaki pero, no, algo lo inquieta, ese maldito que osó entrar en su casa y tocar a su amante. La sangre le hierve de solo imaginarlo, peor que cuando lo ve con su hermano, y odia ese sentimiento.
Gira a verlo, está plácidamente dormido, su rostro tan tranquilo, murmurando cosas irrelevantes. Sonríe con la idea de tenerlo para él solo, siempre. Y recuerda, tiene que encontrar su celular, lo busca sobre la cama ¿Dónde está? En su pantalón, sí, lo recoge del suelo ¡Ahí lo ve! Lo sujeta con cuidado y, volviendo a verlo, lo revisa, no quiere que Mizaki despierte y crea que desconfía de él pero es necesario. Busca, busca, ¡ya! Mensajes, buzón de entrada y último mensaje recibido. Traga duro y lo lee "Estoy en casa" Como lo había dicho Mizaki. Y, el número que lo manda es… ¿ES ÉL? Imposible, busca su móvil pero está desnudo. Se levanta así y encuentra con la mirada su pantalón. Revisa y nada ¿Dónde quedó el maldito celular? No… lo perdió durante el viaje, quizás en el avión, o en el taxi, o incluso caminando. Estaba tan concentrado en volver que no se preocupó por nada más.
- Maldición… - dice rabiando y apretando los puños con fuerza. Sus nudillos están blancos, está enfadado, el desgraciado tiene su celular.
Esta molesto, pasmado y asustado. Mira a su pequeño dormir y lo llama con cuidado. No responde. Bien, irá a ver a un buen amigo que desde niño ha sabido recomendarle siempre lo mejor. Se viste, se peina y tomando un cigarrillo de su saco, lo enciende en total silencio. No le tomaría mucho tiempo la visita, así que sabía que su amante estaría bien.
-*-
2 y 46 de la mañana, toca la puerta de una gran residencial y buscando su encendedor, saca el último cigarrillo que le queda. Han sido 5 desde que partió de su hogar, está muy nervioso.
Nadie parece salir, vuelve a tocar, ahora más fuerte y siente movimiento dentro de la casa.
- Ya voy, ya voy ¿Quién demonios es a esta hora? – se queja el dueño tan gruñón como siempre. Es bueno saber que está bien.
- Es Akihito Usami – responde y la puerta se abre.
- ¿Qué haces aquí tan tarde? – pregunta un chico coetáneo a él, aunque algo más bajito. Viste solo un pantalón y una camisa abierta. Su cabello está alborotado – ¿Tienes idea de que horas son? -
- Casi las 3 – responde mirando su reloj de pulsera - ¿Puedo? – pregunta señalando adentro. Hace frío.
- Si ya estás aquí ni modo ¿Té o café? -
- Una cerveza -
- No tengo cerveza -
- Entonces alcohol, vino, ron o cualquier cosa -
- Te daré agua – dice y se va a la cocina. Está extrañado ¿Qué le sucede a Akihito? Parece algo malo, se ve cansado y preocupado. Ya le preguntará. Regresa junto a su amigo de la infancia y le extiende el vaso. Éste agradece y bebe - ¿Y… a qué debemos esto? -
- Yo… acabo de llegar de viaje -
- Entonces es una visita de bienvenida ¿Qué tal estuvo Estados Unidos? -
- Fui a Inglaterra – aclara el escritor y vuelve a sorber – Llegué a casa y encontré a Mizaki durmiendo en el sofá, expuesto -
- Ah, con que es eso. Dale una pastilla para desinflamar la garganta y otra para el dolor de cabeza. Si amanece con fiebre, ponle paños húmedos en la frente, siempre ayuda -
- Estaba expuesto porque… alguien lo dejó así -
- ¿Crees que sea infidelidad? Tampoco es que ustedes tengan una relación formal, relativamente él es libre aún -
- Él cree que fui yo quien lo dejó así -
- ¿Qué insinúas? -
- Que un desgraciado entró a mi casa y se aprovechó de Mizaki -
- Qué tanto le hizo -
- Parece que solo un servicio en la parte baja, sexo oral -
- Y llegaste a tiempo para que nada más sucediera. Tienes suerte Akihito, esas cosas solo pasan en los mangas y las historias de ficción -
- Lo sé y me da rabia eso -
- ¿Qué hayas llegado a tiempo? -
- No, que algo más pudiese haber ocurrido -
- Tranquilo, llama a la policía y ya está. Cambia las cerraduras y guarda bien las llaves -
- Tiene mi móvil, le mando un mensaje a Mizaki desde mi celular- le extiende el pequeño objeto.
- "Estoy en casa" – lee en voz alta Hiroki – Es extraño, ¿Mizaki lo sabe? -
- No quiero decirle, por eso tampoco puedo llamar a la policía. Si se entera, estará preocupado y no quiero que eso pase. Además que ya debe de haber conseguido trabajo y… no, no quiero interferir en eso -
- ¿Y qué planeas? -
- Por ahora nada, sospecho que fue un ladrón que entró. Mañana haré un inventario para ver que falta, completaré el resto y asunto solucionado –
- Entonces, si todo está decidido, ¿A qué has venido? -
- Por un favor, eres su profesor de literatura, quiero que veas si hay algún sospechoso. De repente nuevos amigos, profesores, gente externa, cualquier cosa estará bien -
- Entonces no crees que haya sido un ladrón -
- Tuvo que haber sabido que estaba de viaje, que volvería hoy, la hora más o menos del vuelo, que vivimos juntos, que somos pareja y que yo tengo su número telefónico. Muchas molestias para un simple ladrón ¿Qué opinas? -
- No he notado ningún comportamiento extraño en la universidad, pero si me lo pides lo haré, lo observaré aunque no prometo nada. Recuerda que soy profesor y tengo un trabajo que realizar -
- Te lo agradezco Hiroki, te recompensaré por esto -
- Claro que sí, y será informándome con todos los detalles de lo que pase. Espero no sea nada grave. Y tú también ten cuidado, si lo analizas con calma, notarás que toda la información que necesitaba era tuya, nada de él. Yo creo que no es a él a quien buscan, puede ser alguien de tu entorno -
Akihito lo piensa y lo toma en cuenta - Lo haré, gracias -
- Y ya vuelve, no lo debes solo -
- Claro que haré eso, siempre es bueno hablar contigo. Y por favor, pediré discreción en el asunto – agrega señalando al pasadizo que dirige a los cuartos.
- Si es por Nowaki descuida, no se lo diré -
El escritor sonríe y agradece una vez más a su amigo. Es tarde, y Hiroki tiene razón, tiempo de regresar a casa. Se levanta y se acomoda el saco.
- Saludos a Nowaki -
- Si, si, si, ya vaya -
Akihito ríe y se dirige a la puerta.
- ¡Espera, quizás esto no sea de ayuda pero…! – Hiroki le extiende un paquete – Mi madre mandó un par de cuadernos que dejaste en mi casa, los que de niño escribías en el claro del bosque que está en la mansión de tu familia. Cree que es importante que los tengas, valen mucho -
- Agradécele y dile que iremos a visitarla pronto – respondo Akihito recibiendo el paquete.
Y ahora si se va, rumbo a casa. Hiroki cierra la puerta tras ver desaparecer tan elegante figura por la entrada y suspira.
- ¿Sucede algo malo? – pregunta Nowaki ya despierto, con solo un bóxer negro puesto – Demoraste mucho, comenzaba a preocuparme -
- No es nada, salvo Akihito y sus problemas -
- Entonces olvídate de eso y mejor soluciona esto, ya comienza a doler – le dice el menor y acercándose lo toma de la cintura – Vamos – lo llama mientras le besa el cuello con pasión.
- Qué insistente – se queja Hiroki, lo que enciende más a su pareja. Aún está pensando en su amigo de la infancia, parece grave el problema pero, por ahora disfrutará de la compañía de su amante. Ya mañana pensará en más formas de ayudarlo.
- Volvamos a la cama ya –
- Está bien, sólo porque ya es sábado -
-*-
8 de la mañana y el despertador comienza a sonar. Maldita sea… no ha podido dormir casi nada y todo por culpa del desgraciado que entró anoche a su casa. No quiere moverse, ahí dentro está caliente.
- Usagi… - murmura el pequeño a su lado y bosteza. El escritor se hace el dormido y se tapa con más frazada. Mizaki busca su celular, es el despertador automático que le pone todos los días para ir a clases. No lo encuentra, lo busca con la mirada, ¡Ahí está! Sobre la cómoda. Lo apaga y nota que hay un mensaje.
- Usagi tonto, ¿Pensé que desayunaríamos pastel? -
El escritor se alarma. No otra vez.
- ¿Qué pasa ahora Mizaki? – pregunta con miedo.
- Pues que más – le muestra su celular. En la pantalla dice "Gracias por el pastel" – Te has vuelto un goloso en Inglaterra, supongo que la pasaste bebiendo té a las 4 y pastel -
Usagi se pone pálido y sale rumbo a la cocina. Sobre la mesa están los restos carcomidos del pastel, pastel que Mizaki había comprado la noche anterior.
- ¿Usagi? – pregunta viendo su expresión preocupada. De de ser la culpa o el empacho - No es para tanto, prepararé huevos -
- ¿Eh? Claro… huevos. Está bien -
Aquí termina el primer capítulo xDDD espero que les ha gustado tanto como a mí escribirlo. La verdad no sé ni como continuará, supongo que la inspiración viene en los momentos críticos porque tengo que estudiar matemáticas y no quiero dejar el computador, he ahí mi gran dilema. Espero me dejen sus comentarios, para saber si vale o no la pena seguirlo, y creo que quedó un poco OCC en partes pero trato de manejar los personajes lo mejor que puedo. Por otro lado, no recuerdo si es Mizaki o Mizuki xDDD me parece que Mizaki porque así también se llama un amigo. Sino, me corrigen y asunto arreglado.
Mil gracias nuevamente y nos estamos leyendo pronto! Ya llega vacaciones, si les gusta lo continuaré en ese periodo xDDD
Suerte!
Se despide
Suika-chan
