El perchero orador

En una galaxia, muy, muy lejana. Había un reactor nuclear, donde la mayoría de sus trabajadores eran religiosos. Entre ellos, se encontraba Jefferson Gutierritos. Él era religioso, como la mayoría, sin embargo, también era uno de los trabajadores más incompetentes, que todos se preguntaban cómo es que llegaron a contratarlo.

Un día, él quería deshacerse de su viejo perchero, se levantó de su silla y salió de su oficina. Pero, sin darse cuenta, confundió un recipiente de desechos tóxicos con un bote de basura.

Ya en el recipiente, el perchero, en lugar de desintegrarse, cobró vida. Le crecieron brazos y piernas, y le empezó a salir un rostro.

Éste perchero, vagando por el mundo sin rumbo, se encontró una Iglesia. Escuchó a través de la ventana a las personas que estaban orando, y quiso intentarlo. Y así fue como nació el Perchero Orador.

Iba por el mundo hinchando de felicidad y bondad los corazones de la gente y las tribulaciones alborotadas. Y siguió así por un, muy largo, tiempo. Al terminar su labor, oró por última vez para irse a dormir… Y nunca despertó…

Fin