Nargles en las cortinas.

Summary: Nargle, torposoplos, cortinas y otras cosas. Regalo para Suave-Primavera.

Aclaración: Las letras en negrita son por un reto que me hicieron.

Disclaimer: Los personajes y lugares le pertenecen a J.K. Rowling, exceptuando a David Rocks, George Rocks y Josh Laurent, que son inventados por mi. Esta historia no tiene fines de lucro.

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Luna terminó de preparase su mixto de jamón y queso y se sentó a comerlo. Cuando terminó de comer el mixto, se paró y fue al trabajo.

Luego de la batalla, su padre siguió escribiendo "El Quisquilloso". Luna había empezado a trabajar en la revista; pero no lo hacía sola, "El Quisquilloso" contaba con un equipo conformado por: Rolf Scamander, David y George Rocks, Josh Laurent y otros. Rolf y David pertenecían al grupo de "aventureros" que se encargaban de viajar para tomar fotos de las criaturas que encontraban e investigar sobre ellas.

Luna y Josh se encargaban de redactar la revista, y George se encargaba de todo lo gráfico.

Todos se llevaban muy bien y solían salir a reuniones juntos.

En ese momento, un chico castaño de ojos verdes entró y saludó a Luna.

-Aquí están las fotos para el próximo número, Luna-dijo, dándole unas fotos que había realizado durante el viaje.

-Muchas gracias,Rolf -dijo Luna.

-Luna, tu padre me dijo que te ayudara con la información que he conseguido.

-Está bien.

Luna y Rolf terminaron de hacer un segmento para la revista. Rolf se paró y estaba atravesando la puerta, pero se detuvo. Giró y se acercó a Luna.

-Por cierto, estás muy linda hoy-dijo-. Bueno, siempre lo estás.

Aunque había dicho lo último en un susurro, Luna lo había escuchado y pensó "Quizás tenga un torposoplo en la cabeza".

-Gracias-dijo un poco sonrojada-. Ten cuidado con los torposoplos- añadió.

Rolf sonrió, amaba como Luna sonreía y hablaba de aquellas criaturas que probablemente ni existieran. Amaba la expresión soñadora del rostro de la chica. Pero sobre todo; la amaba a ella.

-Luna, tengo algo que decirte- dijo Rolf, acercándose a ella.

-¿Si?

Rolf tomó aire y dijo:

-Me gustas, mucho.

Luna sonrió y dirigió su mirada a las cortinas que estaban a los costados de la puerta de vidrio que daba al patio.

-Está llena de nargles.

El chico miró la cortina sonriendo, y en ese momento Luna se acercó y lo besó. No importaba si Rolf tenía torposoplos en la cabeza. A Luna también le gustaba Rolf, el sarcástico, misterioso y aventurero Rolf. Amaba cuando Rolf le preguntaba sobre los nargles, torposoplos o incluso sobre los snornacks de cuerno arrugado.

Cuando se separaron Rolf le dijo:

-Y yo quería ser abogado, si lo hubiera sido no te habría conocido.

Rolf había considerado la opción de ser abogado, pero finalmente se había decidido a trabajar en "El Quisquilloso".

-¿En serio hay nargles en las cortinas?

Luna sonrió con expresión soñadora y dijo:

-Si, ¿acaso no los ves?

Rolf siguió sonriendo y le dijo:

-¿Quieres ser mi novia?- Luego de que ella asintiera, agregó: -Vamos a pescar mañana.

-No olvides llevar carnada- recordó Luna.

Ambos rieron recordando cuando habían Rolf ido a pescar junto a sus amigos y había olvidado llevar carnada.