Loca
Y no se mira en aquel charco de agua inmunda.
Su cuerpo no es el de antes, ahora está añejado, quebradizo, débil y sucio.
Con un poco de cordura la loca intenta recordar el pasado, pero sólo le llega a su mente retazos de imágenes y palabras compuestas por gritos y risas diabólicas.
Sonríe y se pasa la lengua por los agujeros que le quedan en lugar de dientes. Se saborea la sangre y gime cuando el frío la acecha nuevamente.
Sus costillas se estremecen contra el suelo y un crujido le ahoga la voz. El grito no le sale así que se aguanta el dolor con un gemido que la asfixia.
Su mente se oscurece y su cuerpo se sacude como si una corriente eléctrica se le hubiera enchufado en los dedos de los pies, hasta que por fin grita. Es tan escalofriante, agudo y torturador que su garganta se rompe vomitando sangre.
Cuando el dolor cesa, se pasa una manga sucia por la boca y se vuele a saborear la sangre pasando la lengua por sus brazos y dedos. Está loca. Ya no le queda cordura, no queda marcha atrás. Sin embargo aún es dueña de un sentimiento más poderoso, y confía ciegamente en aquel Dios con forma de serpiente que la sacará de esa jaula marchita. Ya olvidó contar, olvidó hablar, se comunica sólo a través de gemidos y espasmos.
Podría estar muerta. Pero no lo ha conseguido. Aún espera por él, por aquel salvador que la sacará de esa mugre de prisión. Por aquel hombre mitad demonio al que le debe su vida y su alma. Y es sólo por él que se mantiene relativamente cuerda.
Aunque 'cuerda' en el diccionario se usa para describir a una persona en todos sus cabales. Ella sin embargo está ciega, sorda y muda. Su conciencia la ha abandonado y sólo queda dentro de su cuerpo una promesa vacía. Pero confía en que algún día saldrá de ahí. Confía en él, y aunque tarde mil años, sabe que él volverá por ella.
Al menos tiene el cuerpo de su marido que yace en un rincón y que sirve para apaciguar un poco la ansiedad… y el hambre.
No le importa, ya está muerto, y de hecho, sabe bien.
Ser loca le sienta bien. Y ser sicópata, mejor. Así es ella, ama ser cómo es y por sobretodo agradece a la vida por haberle robado la cordura, porque ahora la muerte le fascina, le causa placer, y mucho más si es causada con sus propias manos.
Una viñeta cruel y sanguinaria.
No se me da escribir estas cosas, pero se me ocurrió mientras iba caminando por la calle pensando en Harry Potter. Así que me dije "Ey, nunca haz escrito nada sobre Bellatrix", y la verdad es que esta mujer merece una y mil historias más.
Espero que dentro de lo horrible que es (como contexto) les haya gustado.
Gracias por leer.
Anya.-
