N.A. Bueno aquí va una nueva historia, en un estilo un poco diferente, espero que les guste... Es para las lectoras de siempre, ya saben quienes, pero también para ls nuevs, también saben quienes... Como siempre estoy a la espera de sus comentarios. Saludos.
Historia de una noche de lluvia
1. Sola
Miró detenidamente el horizonte, como si pudiera distinguir algo entre el tumulto de nubes, como si la cortina de lluvia no cortará la vista, como si realmente hubiera algo que ver en la distancia más que nubes, lluvia y oscuridad... miró a la distancia con todos los sentidos aguzados, esperando que algo sucediera, miraba fijamente el horizonte convenciéndose minuto a minuto de que en cualquier momento, tal vez tras pasar otro relámpago, alguien aparecería en la distancia.
Se sentó en el suelo húmedo sin apartar la vista del horizonte, creyendo en lo más profundo de su ser que alguien aparecería por entre la cortina de lluvia y le ayudaría a salir de ahí y podría volver a casa... no es que, en cualquier otra circunstancia, no pudiera volver sin ayuda, era valiente y autosuficiente y no le daban miedo las tormentas o la detenían las heridas... Pero sabía perfectamente que estaba metida en una trampa mortal y salir de ahí en esas condiciones era el equivalente a un suicidio.
Se apoyo contra una vieja silla, no era capaz de sentarse en ella porque estaba gastada y húmeda y no tardaría en deshacerse con el primer contacto, se recargo y siguió mirando el horizonte que apenas llegaba a distinguirse en medio de la lluvia torrencial, conocía esas nubes, podía seguir lloviendo toda la tarde, tal vez incluso hasta la noche, no le quedaba más que sentarse y esperar.
Le molestaba sentirse así de indefensa, le molestaba tener que esperar a que alguien más apareciera a su rescate, no era de la clase de personas que necesitan un héroe, podía arreglárselas sola, siempre había podido... Tanteó la herida sobre su tobillo, no era tan profunda como había parecido en un principio, pero le punzaba constantemente y con la pierna así era mucho menos ágil.
Así que en total tenía una pierna herida, bueno un tobillo, una contusión en la cabeza, estaba en un terreno peligroso y desconocido, probablemente totalmente vacío, en medio de una tormenta eléctrica... todo eso sumado resultaba con que sus posibilidades de huir eran de cero.
No tenía ni su estúpido teléfono celular, se había perdido en medio de toda la persecución y a esas alturas seguramente estaba sepultado en un montón de lodo bastante lejos de ella, era ilocalizable de ese modo y eso era un serio problema para que la encontraran, por eso no apartaba la vista del horizonte, para no perder nada, por si acaso... No tardarían en buscarla, se volverían locos buscándola, estaba segura...
Y en ese momento al menos tenía algo así como un refugio, con algunas goteras, muchas telarañas, pero seguro, al menos esa especie de pueblo abandonado le había dado un buen lugar donde resguardarse... Sondeó el terreno nuevamente con la mirada, pero nada perturbaba la cortina interminable de lluvia.
Suspiró... y siguió mirando el horizonte. Intentó recordar ¿Cómo había terminado así?
