Diciembre 1992

Repíteme por qué hicimos esto, Sirius. –preguntó mientras trataba de arreglar un poco su cabello.

Porque, mi querida Victoria, no podrás visitarme por lo menos en 3 meses. Además ¿Qué es lo peor que puede pasar? Ya estoy en Azkaban – le sonrió a la rubia mujer que se encontraba con él.

Prometo que vendré a visitarte tan pronto como pueda, ¿De acuerdo?

Pues no me queda otra opción. – la miro con el ceño fruncido.

Victoria solo pudo reír ante el comentario, se acercó a besarlo y salió dejando a un Sirius sonriente como hace muchos años no lo hacía…

Si algo había aprendido Sirius Black después de más de diez años en Azkaban es que el tiempo pasa muy lentamente, especialmente cuando estas esperando ver a alguien, y es que, ya habían pasado más de cuatro meces desde aquella vez que Victoria fue a visitarlo. No es que no creyera en que ella regresaría pero lo ponía muy nervioso el hecho de que tardara más del tiempo prometido.

5 meses y 7 días, tenía el tiempo perfectamente contado y no es que fuera desesperado pero ella era de las principales razones por las que todavía no se volvía loco allí dentro.

¿Pensando otra vez en tu novia, Black?

¡Por Merlín, Victoria!, pensé que te había pasado algo. – Estaba realmente sorprendido por escuchar su voz otra vez. Ella estaba ahí, la misma chica rubia, alta y simpática que él tanto quería. Esa ocasión tenía puesta una gran túnica negra que la cubría completamente.

Lo siento mucho de verdad. Quería venir antes pero hubo un… pequeño inconveniente, no sé cómo llamarlo… o llamarla- Lott estaba bastante seria. Eso no era algo que se viera todos los días.

¿Por qué? ¿Te pasó algo? – La miró preocupado, ella no era alguien que se pusiera nerviosa.

Pues… Pasó esto… - Victoria se quitó la túnica que la cubría y dejó al descubierto un poco abultado vientre.

¿Pero como…? – Sirius tardó unos segundos en reaccionar para después solo reírse mientras Victoria lo veía un poco enojada.

No creo necesario explicarte cómo demonios es que se hacen los bebés, mucho menos cuando tú estabas presente en ESE momento. ¡Deja de reírte! Estoy hablando en serio.

Perdón, perdón. Es solo que nunca me imaginé que algo así pasaría. Quiero decir, ¿Alguna vez me imaginaste con bebés?

Por supuesto que no. A ninguno de los 2 pero lo hecho, hecho está.

¿Y cuándo se supone qué…?

El doctor dice que en los primeros días de Agosto. Por eso no había podido venir. Dementores y bebés no son la mejor comb…

Voy a escapar –Black no dejó que terminara de hablar.

No estás hablando en serio. Sirius, esto ya no es como Hogwarts, no es otro castigo con Filch del que te puedes escapar. –Por primera vez en su vida él no mostraba señal alguna de estar bromeando.

Lo sé, lo sé pero ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo? – Black le sonrió para intentar tranquilizarla aunque ni él estaba seguro de cómo iba a escapar. – relájate un poco, Lott. Si me escapé de la loca de mi madre, Azkaban no debe ser tan difícil. – La cara de Victoria no mostraba señal alguna de tranquilidad- Además, alguien debe estar ahí para enseñarle como ser un merodeador ¿No crees? – entonces sí, ella sonrió un poco.

Podría ser una niña…

No importa, podría ser la primera merodeadora.

Si tú dices – Rodó los ojos ante el comentario del joven Black – Debo irme, Sirius y por favor no vayas a hacer algo estúpido.

¿¡Cuándo he hecho algo así! – Le gritó, mientras la joven se alejaba y escuchaba su risa a lo lejos.