Notas: Hola a todos! se que hace mucho que no escribo una historia, la verdad es que por un tiempo creí que mi momento como escritora de fanfics había terminado, con todo lo nuevo de mi profesorado y eso no tenia tiempo ni para pensar.

Pero me surgió esta idea y tenia ganas de compartirla con ustedes.

Espero que les guste.

Les aconsejo que cuando habrán los liks que están dentro de la historia, cierren los ojos, así se disfruta mucho mas el sonido de la música. (Para tener acceso a los links solo borrenles los paréntesis y los espacios)

En fin, ¡Dejen sus reviews!


El hombre del piano

Capitulo 1

"¿Suplir a un profesor en una universidad tan prestigiosa? ¿En qué rayos estaba pensando?"

Blaine comenzaba a dudar de que su decisión hubiese sido la correcta. Por supuesto, amaba tocar el piano y había estudiado durante años, incluso se había recibido allí mismo, pero que su primer trabajo fuera como profesor suplente en la mismísima Juilliard no estaba dentro de sus planes en absoluto.

Sin embargo, su antiguo profesor, el señor Carson le había pedido con todas sus fuerzas que fuera él quien lo supliera ya que necesitaba hacer un viaje de urgencia hacia Canadá donde uno de sus familiares estaba realmente enfermo.

A Blaine no le había quedado otra más que aceptar, ya que apreciaba muchísimo a su profesor y además era un gran honor dar clases allí siendo tan joven e inexperto. Sin embargo el señor Carson había pedido que él fuera quien lo supliera, eso quería decir que había depositado mucha confianza en él y que creía que estaba listo para algo como eso.

Blaine se sintió orgulloso y entusiasmado cuando el señor Carson se lo propuso. Pero luego, viéndose frente a la puerta del salón de clases y observando al alumnado esperándolo impaciente, sentados cada uno en un piano, Blaine comenzó a sentirse inseguro y sobrevalorado.

"Bien, pues ya te metiste en este lio, no te queda otra alternativa" se dijo a sí mismo. Respiró hondo y cruzó la puerta sin más, aferrándose a la pila de partituras que traía consigo.

-Buenos días-Dijo con un tono autoritario que jamás creyó tener y tuvo que sonreír para que la clase no creyera que era de ese tipo de profesores que solo quería hacerles difícil la existencia-Soy el profesor sustituto Blaine Anderson, Espero que en el tiempo que estemos juntos podamos lograr grandes avances.

Los jóvenes alumnos, de entre 18 y 20 años lo miraban de una manera extraña, como si fuese alguien a quien le tuvieran respeto y al mismo tiempo a quien quisieran hacerle millones de preguntas.

No eran muchos, no más de diez alumnos, de todas maneras Blaine se sintió intimidado por la forma en que lo miraban.

-Bien, ¿Qué les parece si hacemos una presentación para conocernos mejor?-Nadie respondió, así que prosiguió dejando las partituras sobre su escritorio y sentándose sobre este mientras se frotaba las manos con nerviosismo-empezaré yo. Soy Blaine Anderson, tengo 24 años, estudie aquí mismo y me recibí hace poco, amo tocar el piano y tengo un gato llamado Pelos que es mi única compañía aquí en Nueva York. Bien, sigue tú.

Blaine señaló a una muchacha pelirroja que resultaba llamarse Olivia y se parecía muchísimo a una vieja amiga de él de la secundaria. Luego Habló Marco, un joven de cabello negro y ojos grises quien amaba el futbol tanto como el arte y Luego una chica llamada Diana que estaba segura que la música salvaría al mundo.

Luego le llegó el turno al siguiente chico, un joven de cabello castaño claro y ojos de un color extraño entre verde agua y azul claro.

-Yo Soy Kurt Hummel, tengo 18 años y vine desde Lima, Ohio para estudiar aquí, Vivo con mi mejor amiga en un departamento…-el chico se quedó pensativo unos segundos, mientras Blaine se sentía más animado que nunca al conocer a alguien quien viniera de Ohio al igual que él- bueno, toco el piano desde que tengo memoria y es lo que más amo en el mundo, creo que eso sería todo. No tengo mascotas.

Blaine rió ante la perspicacia de Kurt, quien le dedico una sonrisa divertida.

La clase continuó con tranquilidad, los demás alumnos hicieron sus presentaciones al igual que sus anteriores compañeros; Había una chica llamada Clara, de ojos dorados y pecas cubriéndole gran parte del rostro, lo que le quedaba muy bien en contraste con su cabello oscuro. Luego estaba Alan, quien tenía la capacidad de decir una sarta de estupideces con una naturalidad y una seguridad que parecía hablar de cosas serias. Luego estaba Milo, un joven de tez morena y gran atractivo, era realmente serió y venia desde Haití. Luego estaban Maia e Isabelle que eran un par de Mellizas que solo se parecía por su despampanante sonrisa y su cabello rubio. Y finalmente estaba Joshua, un chico tímido de ojos verdes y cabello marrón oscuro, a quien parecía agradarle muy poco, la idea de hablar en público.

Finalmente las presentaciones acabaron y Blaine tuvo que empezar a jugar el papel de profesor. Primero les hablo un poco de lo que verían con él y luego decidió pedirles que hicieran una muestra individual cada uno.

Eran extraordinarios, todos ellos. Tocaban con pasión y sentimiento, Blaine sentía que los admiraba y por un momento creyó estar fuera de lugar intentando enseñarles a jóvenes que tenían aquel don.

El ultimo que toco fue Kurt Hummel, el chico de ojos extraños. La melodía comenzó a sonar y por un momento Blaine creyó que aquel chico y el piano se harían uno. Sus dedos largos de pianista de deslizaban por cada tecla con seguridad y dulzura, como si las acariciara, como si cada tecla tuviera un valor para él. Sus ojos permanecían cerrados y sus labios curvados en una suave sonrisa. Su rostro mostraba la pasión y el amor.

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El silencio se extendió por todo el lugar cuando la última nota dejo de sonar, Pero Blaine permaneció observando al chico con admiración. Solo dejó de mirarlo cuando notó que los pómulos de este se teñían de color carmín.

-Eso…-dijo Blaine titubeando-Eso fue extraordinario.

Kurt sonrió levemente y bajó la cabeza algo avergonzado.

-Bueno, ¿Qué hay de usted Sr. Anderson?-Dijo la chica pelirroja, Olivia.- ¿Nos hará una demostración de lo que puede hacer?

-Yo no tenía pensado…

-Si Sr. Anderson-Dijo Alan con ironía- Demuéstrenos porque es tan bueno… Muéstrenos porque le dieron este trabajo, debe ser en verdad un genio.

A Blaine le molestó demasiado aquello. ¿Lo estaba desafiando? Claro que sí. Obviamente Blaine sabia que Olivia no se lo había dicho con esas intenciones, pero Alan parecía haber aprovechado aquellas palabras para desafiarlo. ¿Por qué lo haría? Blaine no lo comprendía del todo, tal vez porque no podía entender como un joven de 24 años tenía un puesto en la mejor universidad de arte. De cualquier manera Blaine decidió hacer lo que se le pedía.

-Bien, tienen razón, al igual que ustedes yo les mostrare algo de lo que sé- Blaine se acercó al primer piano del lado derecho, el de Diana.- ¿Me permites?

La joven se paró para dejarle el lugar, Blaine tomó asiento y sonrió. Sus dedos tocaron un par de teclas con gracia y sus alumnos comenzaron a reír. Blaine pudo ver como Alan rodaba los ojos.

-Está bien, esta vez en serio-Sus dedos comenzaron a deslizarse sobre las teclas con seguridad, trazando una melodía muy conocida para sus propios oídos. El silenció inundó la habitación, lo que le permitió con mayor facilidad internarse en su música, en cada nota. Estaba seguro de que no tenía ni la gracilidad ni la delicadeza que había mostrado El chico Hummel, pero era bueno, sabía que lo era.

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Blaine miró a sus alumnos al terminar con su demostración. Todos lo miraban perplejos, como si nunca hubiesen escuchado nada parecido.

-Eso fue Maravilloso-Dijo Kurt con los ojos brillantes-¿Tu qué dices Alan?

Blaine no pudo evitar sonreír al igual que todos allí, al ver como Kurt le tomaba el pelo al otro chico.

-Fue bueno-Fueron las únicas palabras que dijo Alan.

-Mas que bueno-Soltó Isabelle con una gran sonrisa mirando a su hermana quien le correspondió la sonrisa y asintió como si afirmara lo que ella estaba diciendo.

-Bueno, se acabaron las demostraciones, ¿Qué les parece si nos ponemos a trabajar?-Dijo Blaine con una sonrisa satisfecha. Alegre de haber ganado el desafío de Alan. Tal vez cuando llegara a su casa se lo reprocharía, porque no debía ponerse a la altura de los alumnos, él era la figura de autoridad ahora y nadie podía ponerlo en tela de juicio. Sin embargo, durante el resto de la clase se sintió completamente bien consigo mismo.

Al terminar la clase Blaine se despidió de sus alumnos y salió rumbo a su casa. Se sentía agotado, jamás habría creído que dar clases lo agotara de aquella manera. Lo único que quería en esos momentos era descansar. Tendría una presentación esa misma noche en un bar bastante conocido y debía estar fresco para esas horas.

Antes de llegar a su auto Blaine se detuvo al oír una voz que lo llamaba.

-Sr. Anderson- Blaine se volvió hacia el joven de ojos claros, Kurt.-Lo eh estado llamando y no se ah dado ni por enterado.

-Lo siento, todavía no me acostumbro a que me llamen señor-dijo riendo, Kurt se unió a él.-¿Para qué me necesitabas?

Kurt sonrió suavemente.

-Solo quería decirle que su presentación fue formidable, me alegro que alguien como usted nos de clases, realmente se nota su talento y la pasión por su instrumento… será un placer volverlo a escuchar algún día-Blaine sonrió, realmente ese día había pasado su cuota de halagos.

-Bueno Kurt, debo decir lo mismo de ti, eres impresionante y tienes mucho futuro por delante, me alegro de tener estudiantes de tan excelentísimo nivel.-Kurt se sonrojó en respuesta.

-Bueno, solo era eso, lo veo mañana-Kurt se volteó y comenzó a alejarse.

Blaine solo pensó unos segundos, si siquiera lo pensó.

-Kurt espera-Esté se detuvo y se volteó hacia él. Blaine caminó los pocos pasos que los separaban- Esta noche haré una presentación en el bar "Awesome" por si quieres venir.

-¡Oh, eso sería fantástico!-contestó con entusiasmo.

-Bien, pues te espero, puedes venir con alguien si quieres. Ah, es a las nueve-Dijo y comenzó a marcharse.

-¡Ahí estaré Sr. Anderson! Gracias por la invitación-Kurt se volteó y comenzó a correr entusiasmado de vuelta al edificio de la universidad.

Blaine lo observó alejarse con una media sonrisa. Se sentía extraño, no le parecía correcto que alguien con tanto talento lo admirara a él por el suyo. Blaine estaba seguro que Kurt era mil veces mejor que él con el piano.

Agitó la cabeza intentando alejar esos pensamientos. Se metió en el auto y comenzó a andar hacia su casa, debía descansar o esa noche estaría frito.

Al llegar a su casa su gato, Pelos, lo recibió con entusiasmo, enrollándose en sus piernas en busca de caricias. Blaine se agachó y le acarició tiernamente la cabeza. El color naranja de su pelaje parecía brillar.

-¿Cómo estuvo tu día amigo?-El gato maulló en respuesta y Blaine sonrió-Si, el mío también.

Se incorporó con un suspiró, se sacó la corbata y desprendió los botones de la camisa blanca que llevaba puesta. Se sacó los zapatos de un tirón y se dirigió a su cuarto, donde se tiró en la cama así como estaba. Pelos se subió segundo después de él y se acomodó a su lado apoyando la pequeña cabeza naranja sobre el pecho de Blaine.

Sentía ganas de llamar a casa en esos momentos, hablar con sus padres o con alguno de sus amigos. Y también, sentía una gran necesidad de preguntarles sobre Kurt Hummel, el misterioso, talentoso y entusiasta chico de Ohio.


Notas: No se olviden de dejar su review! Un besote!