Siempre había sido la primera de la clase. Me pasaba las horas del patio mirando las niñas jugar y coquetear con los chicos. Siempre fui una marginada.

Pensé que al llegar a Hogwarts, sería todo distinto... Pero no ha sido así. Sigo siendo la mejor, porqué los libros me ayudan mucho más y no tengo que saber cómo comportarme. He intentado acercarme a mis compañeras de cuarto, pero sólo me miran como si fuera un drapo sucio.

Pero en Halloween todo cambio... Un troll se coló en el baño de chicas. Aparecieron Harry y Ron y me salvaron de él. Y luego yo eché la cara por ellos contra la profesora McGonagall.

Harry y Ron son amigos míos ahora. Estoy muy contenta de poder confiar en ellos, a pesar de que uno de los costos es tener que dejar sus trabajos y deberes.

Luego fuimos averiguando que escondía el perro de tres cabezas, Nicolas Flamel... y llegó el día que tuvimos que pasar por la trampilla.

Ayudé a Harry tanto como pude, pero tuve que quedarme en la prueba de Snape, más lógica que magia.

Porque fue allí cuándo descubrí que yo era sólo cerebro y había cosas mucho más importantes.

Atte. Hermione Granger