Esta historia contiene slash, mpreg (aunque solo se menciona no se ve) e incesto, quedais advertidos.

Capítulo 1: La perdida de Scorpius

Vestía de riguroso negro. La camisa, la pequeña corbata, los pantalones, los zapatos, todo era de color negro y creaba un contraste muy notorio con la blanca piel, el cabello rubio revuelto y los ojos grises.

—Solo tiene cinco años— el niño de mirada gris, ausente y con los ojos negándose a derramar lágrimas enfrente de tantas personas, tenía la vista fija en las dos elegantes lápidas, bajo la cuales, se suponía, estaban sus padres.

—Scorpius— el niño miró hacia arriba, desde donde provenía la voz que lo llamaba. Se encontró con una mirada verde y un cabello negro, alborotado.

—¿Qué?— el hombre se agachó para verlo de frente, Scorpius cruzó los brazos, ya se habían visto antes, pero aún no sabía su nombre.

—Siento mucho lo que pasó con tus padres— para Scorpius aquello no era una sorpresa y no podía creerlo, nadie podía entenderlo ni saber lo que él sentía— ¿Sabes? Mis padres también murieron cuando yo tenía un año— el niño se sorprendió— entiendo como debes sentirte, solo quiero que sepas que no estás solo. No podrás vivir en tu casa, hasta que tengas la mayoría de edad y puedas heredar todo el dinero de tu familia, pero hasta ese momento nadie va a tocarlo y tú estarás protegido.

—Gracias, señor…

—Harry Potter, pero puedes decirme Harry— el niño asintió y volvió a fijar la vista en las dos lápidas— creo que deberías venir conmigo…

—¿Dónde voy a vivir?— Harry suspiró.

—Donde tu única familia viva, una hermana de tu abuela, Andrómeda.

—No la conozco…

—Lo sé, pero yo sí, es una buena mujer y…

—Quien diría que el hijo del hurón terminaría como tú amigo, justicia divina, supongo— Harry se puso de pie con el ceño fruncido y los puños apretados, Scorpius no entendía nada.

—Ronald Weasley— el pelirrojo le sonrió como en broma— es solo un niño y nosotros éramos solo unos adolecentes, así que si quieres que te vuelva a hablar alguna vez en esta vida, entonces vas a callarte la boca— Ron enrojeció hasta alcanzar el color de su cabello, dio media vuelta y se marchó.

—¿Por qué le dijo eso?— Scorpius observó fijo a Harry, este no entendió— era su amigo y los Malfoy estamos acostumbrados al odio.

Harry se pasó una mano por el rostro con cansancio.

—No tiene que ser así, nadie tiene que dañarte ni decirte nada por lo que hicieron tus padres, tú no eres ellos y…— suspiró y le tendió una mano que el pequeño tomó— tu padre hizo grandes cosas, fue un espía para la orden, encontró el contra-hechizo para una maldición creada por una mortifaga y, nos ayudó a todos, aunque no muchos quieran reconocerlo…— los ojos de Scorpius se llenaron de lágrimas cuando lo escuchó hablar de su padre— yo no me llevé bien con él cuando estaba en el colegio, pero eran cosas de niños y tú no tienes la culpa de eso, no estás solo— le acarició la cabeza y Scorpius ya no podía retener los sollozos—. Ven…— lo atrajo hacia sí y lo abrazó con fuerza— no te harán daño, encontraré a los que le hicieron esto a tus padres y haré que paguen.

—¿Lo juras?— preguntó entre sollozos.

—Lo juro— y aquellos ojos grises se cruzaron con las esmeraldas, conectando una promesa infinita— ahora vamos— lo cogió entre sus brazos, pesaba lo mismos que Albus— conocerás a Andrómeda— Scorpius le dio una última mirada a la tumba y luego de eso, se desaparecieron.

—Volviste— Harry se apareció en el salón de su casa y su esposa se acercó a darle un saludo amistoso, él solo se sentó en uno de los sillones y escondió el rostro entre las manos tratando de respirar— ¿Cómo te fue?

—Mal— la observó fijo— solo tiene cinco años y resulta que sus padres han sido dados por muertos, ha tenido que enterrar unas tumbas vacías para ir a vivir a casa de una tía que no conoce y, si bien Andrómeda es una gran mujer, ambos sabemos que no es su responsabilidad y que ya crió a un nieto y no está en deuda con esa familia, a pesar de que…— gruñó y se apretó el cabello con fuerza— para peor en el ministerio no le dan mucha importancia, como si que dos cuerpos estén desaparecidos no fuera importante.

—Pues… tienes que tener en cuenta que son dos cuerpos Malfoy— Ginny lo observó con el rostro serio y el mentón ligeramente alzado— y el niño podría haber sido perfectamente llevado a un hogar de menores, no entiendo por qué se lo llevaste a Andrómeda.

Harry la observó como si no la reconociera.

—Es solo un niño Ginny, acaba de perder a sus padres. Me vale que su padre haya sido Malfoy, no lo creo capaz de lastimar a su hijo ¡Joder, hizo de todo para mantenerlo seguro! Me lleva a imaginar mínimamente que era un buen padre y Scorpius es solo un niño… joder— golpeó el brazo del sillón mientras Ginny seguía mirando a Harry con los mismos ojos altivos y serios— no podía dejarlo así nada más, Malfoy prácticamente me lo confió a mí— y de cierto modo era verdad, el niño había aparecido frente a él, siendo llevado por un traslador que su padre había programado para que, si estaban en problemas, lo llevara con él (aunque aún no entendía cómo lo había logrado). Harry no sabía por qué lo había hecho, nunca fueron amigos, a las finales de la guerra simplemente ya no peleaban. Pero no por eso iba a dejar al hijo de Malfoy desamparado. Se lo había encargado, suponía que era porque pensó que él entendería la situación del niño, él no iba a fallarle a un pequeño—mañana le diré a Andrómeda que lo traiga a almorzar.

—¿Con nuestros niños?— Ginny lo miró escandalizada y Harry gruñó fastidiado.

—Sí Ginny, con nuestros niños que, si me disculpas, voy a ver— se puso de pie hirviendo de rabia y subió a ver a sus dos hijos, James y Albus.

—Papá…— James se sentó de inmediato en su cama cuando escuchó la puerta abrirse.

—Hola James— sonrió y fue a sentarse junto a su hijo— ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien, le gané a Albus en el juego de cartas— sonrió ampliamente y Harry le revolvió el cabello mientras le abrazaba, James solo tenía ocho años.

—Tu hermano solo tiene cinco años James ¿No le habrás hecho trampa?— el pelirrojo sonrió.

—Me ofendes papá— Harry le devolvió la sonrisa.

—Eres un merodeador de cuidado— besó su frente, James se limpió con la manga— ahora, a dormir, iré a ver a tu hermano.

—Buenas noches papá— Harry le sonrió desde la puerta.

—Buenas noches hijo— cerró tras de sí y abrió la puerta de enfrente.

—¡Papi!— Albus saltó desde su cama a sus brazos, Harry lo abrazó con fuerza, recordando que Scorpius tenía más menos el mismo peso y que ahora estaba solo en el mundo y era solo un niño, bien podría ser su pequeño— papi, ya puedes soltarme— Harry le sonrió triste y se limpió rápido unas lágrimas que caía por su mejilla. Caminó con él hasta la cama y lo acostó.

—Me contó James que te ganó a las cartas— el pequeño pelinegro se cruzó de brazos y arrugó el ceño.

—Sí, pero me hizo trampa— Harry sonrió, pero no podía dejar de pensar en Scorpius, en que su padre ya no lo visitaría por las noches ni lo abrasaría.

—Mañana vendrá un niño de tu edad a casa, su nombre es Scorpius Malfoy y ha perdido a sus padres…

—¿Malfoy? No es el apellido de ese señor del que siempre habla mal tío Ron…— Harry cerró los ojos con fuerza.

—Sí, pero su padre fue un buen hombre, no importa lo que tío Ron haya dicho y su hijo no es un mal niño ¿Cómo te sentirías tú si muriéramos mamá y yo al mismo tiempo?— Albus agrandó mucho los ojos— te sentirías muy solo y eso que tú tienes a James y los abuelos, él no tiene a nadie, por eso te digo. No voy a obligarte a tratarlo bien o que seas su amigo, simplemente te pido que no lo molestes ni le incomodes ¿Bien?

—Bien.

—Genial— besó su frente— ahora a dormir…

—Buenas noches.

—Buenas noches— salió del cuarto y al cerrar la puerta se apoyó en ella, calló hasta el suelo y suspiró.

Sentía terribles ganas de llorar, alguien más había muerto ¿Cuándo había sido la última vez que vio a Malfoy? Un mes antes de que Ginny estuviera embarazada de Al, en una fiesta, no recuerda mucho de esa noche, estaba ebrio. Solo recuerda que Ginny lo reprendió porque llegó a la casa de amanecida, sin embargo, no recordaba nada. Ese era el último recuerdo que tenía de Malfoy, una fiesta algo difusa y nada más. Luego no habían vuelto a verse más que en diarios.

Tomó mucho aire, bajó a su living y sin mirar a Ginny se metió en la chimenea a casa de sus amigos.

—Harry— a penas llegó Hermione se acercó a él y lo abrazó— me imagino como debes sentirte por ese niño.

—Ni que lo digas Herm— suspiró y se sentó con ella en uno de los sillones, casi agradeciendo que no estuviera Ron.

—No volverá hasta dentro de una hora— adivinó Hermione— ¿Qué ocurrió?

—Comenzó a decir unas cosas de Malfoy— la castaña apretó los labios— y del niño, con él allí— el ceño de Hermione se frunció con rabia, notándose que estaba claramente alterada.

—Yo hablaré con él…

—Hermione es… es…— suspiró— lo hubieras visto, allí, tan solo, vestido de negro y tan parecido a él, solo que su cabello era menos ¿Cómo decirlo? ¿Ordenado? Eso es, es como… desordenado, un poco más largo que el de él y le caía desordenado, era lo único distinto y… me inspiraba tanto cariño… ya le mandé una lechuza a Andrómeda para pedirle que vayan mañana a almorzar a casa. No puedo dejarlo solo— se cubrió el rostro con las manos y trató de calmar sus nervios— no puedo, no puedo.

—Harry— Hermione posó una mano sobre la espalda de su amigo— sé que probablemente te sientes un poco identificado con él y… pues, aún quiero saber como hizo Malfoy para que ese traslador lo llevara contigo, pero él no es tu responsabilidad Harry— el moreno la miró como si no la reconociera

—¿Tú también?— se apartó de su toque y la castaña tomó mucho aire.

—No Harry, yo no, yo no juzgo a Malfoy ni a su hijo, yo solo no quiero que te alteres. Has estado teniendo problemas de nervios— Harry la fulminó con la mirada.

—Tú sabes porqué.

La castaña se acercó a él nuevamente

—Sé que las cosas con Ginny no van bien.

—¿No van bien? Creo que simplemente no van Hermione— gruñó— debiste ver como se puso por lo de Scorpius y hace no recuerdo cuánto tiempo que no estamos juntos y…— la miró fijo, derrotado y cansado— si te soy sincero creo que tiene otro.

—Esa es una acusación muy grave ¿Estás seguro de que las cosas van tan mal? Tal vez puedan remontar y…

—No, Hermione— negó con la cabeza— sabes que si sigo con ella es por mis hijos, pero no creo que esto de para más y, sí, estoy casi seguro que tiene otro, especialmente porque el otro día la vi besarse con uno de sus compañeros de trabajo— y la cara de Hermione se desencajó por completo.

—¡Por Merlín, Harry! ¿Qué hiciste?— el moreno se encogió de hombros.

—No mucho, en parte es mi culpa también, las cosas se hacen o, en este caso, no se hacen de a dos— se puso de pie— solo me puse a tramitar los papeles de divorcio— se revolvió el cabello con una mano— supongo que en ese sentido es bueno que no hayamos hecho una alianza mágica.

—¿Y los niños?— Harry apretó los labios, ese era el tema que más problemas le daba.

—Lamentablemente tendrán que elegir, hablaré con Ginny para que no los involucremos en esto, pero creo que sería peor si seguimos juntos y luego comenzamos a pelearnos todo el tiempo. No estaría bien, además, los dos trabajamos y ellos van al colegio, aunque ahora estén de vacaciones— y la mente de Harry se detuvo un momento ¿Scorpius iría al colegio?— solo espero que no arme un gran alboroto de todo esto.

—Harry, lo siento mucho— se puso de pie y lo abrazó— espero que las cosas terminen bien entre ustedes, lo digo en serio y…— suspiró— creo que deberías hablar lo antes posible con ella, mientras más pronto comiencen a hablarlo, mejor.

—Gracias…— pero tampoco pensaba mucho en ello, el pequeño rubio había vuelto a su cabeza y solo podía pensar lo mismo a cada momento es solo un niño.

Cuando Harry regresó a casa Ginny lo esperaba en frente a la chimenea, con el rostro serio y el cabello algo desordenado.

—Tenemos que hablar— las palabras de Harry no salieron violentas, si no serias y tranquilas, era simplemente la constatación de un hecho claro, de unas palabras que habían estado colgando allí, frente a ellos y ahora Harry se había atrevido a decirlas.

—Lo sé— Harry tomó asiento frente a ella y se miraron en silencio. La había querido, porque era necesario querer a una persona para tener dos hijos con ella, la había querido y aún la quería, pero ya no era lo mismo que al principio. Las cosas habían cambiado y ambos lo sabían, ya no había pasión, solo frío.

Se miraron por largo rato en silencio, mientras muchas cosas pasaban por sus cabezas, tratando de ordenar ideas, se miraron en silencio diciéndose muchas cosas y callando otras.

—No podemos continuar con esto…— después de largo rato Harry se atrevió a hablar, Ginny asintió lentamente.

—Es la realidad…— dijo con voz algo resignada— ambos sabemos que ya no da para más…

—¿Qué haremos con los niños?— a Harry se le tornaba hasta bizarro que lo estuvieran hablando con tanta calma.

—Pues, ambos trabajamos y los niños estudian— esta vez estaba seria— ¿Qué quieres tú?

—Por supuesto que me gustaría quedarme con ellos— Ginny asintió.

—Lo sé y a pesar de esto, te quiero Harry y…— suspiró— sé que sin los niños estarás solo…

—Tú podrás visitarlos siempre que quieras— la pelirroja sonrió.

—Lo sé— tomó mucho aire— además me han ofrecido un nuevo contrato para volver a jugar Quidditch— Harry se sorprendió.

—¿En dónde?

—Francia— Harry se sorprendió aún más.

—Pero vendría cada dos fines de semana y…

—No tienes que darme explicaciones— ella lo observó fijo.

—Lo sé, pero hemos pasado varios años juntos y creo que te mereces esto— lo observó con seriedad— no voy a abandonar a los niños, los amo, sé que eso te preocupa, pero no tiene porqué, además siempre has sido su favorito, estarán bien y… estoy enamorada de alguien más— aquello último no se lo esperaba, se puso de pie, fue hasta el que era su estudio y volvió con un pergamino extendiéndoselo a Ginny, esta lo observó con extrañeza.

—¿Qué es?

—Tu libertad— Ginny abrió el pergamino y se sorprendió al ver los papeles de divorcio, solo podía haber un motivo para ello.

—¿Desde cuándo lo sabes?— preguntó con ojos llorosos, aunque no estaba realmente triste.

—Eso no importa— le extendió tinta y una pluma— firma, yo ya lo he hecho— y Ginny se secó las lágrimas, cogió la pluma y con mano firme la llenó de tinta para luego dejar su firma en el pergamino.

Y así fue como acabo el matrimonio Potter, sin ceremonias ni peleas, sin grandes espavientos, solo las dos mitades de ese matrimonio, mirándose y asumiendo que todo había acabado.

—Espero que seas feliz— le dijo Harry y ella le sonrió acariciando el cabello del moreno.

—Yo espero que tú encuentres a alguien que te haga feliz— él se separó un poco de ella.

—¿Cuándo se los diremos?— Ginny suspiró.

—Mañana en la noche sería un buen momento— lo observó fijo.

—Bien…— bostezó levemente— iré a dormir al cuarto de invitados.

—Harry— el moreno se volteó en las escaleras— ¿Podremos ser amigos?— Harry cerró los ojos un momento.

—Deja que llueva por una temporada, luego ya veremos…— ella asintió, entendiendo. Harry entró al cuarto de invitados y se dejó caer en la cama, había un peso menos sobre él y, a la vez, otro distinto y nuevo en sus hombros, pero no era molesto como el anterior, porque la responsabilidad de sus hijos era ahora solo suya, pero no le importaba, al contrario, le aliviaba saber que podría quedarse con ellos.


Espero que les haya gustado, voy a subir la historia completa porque si la quieren leer igual la podrían encontrar en otro lado así que no veo el caso de subirla una vez a la semana o algo así

Sani