Siendo este el fanfic elegido en la encuesta, que sea de este modo el comienzo de los fanfics propuestos. Un saludo para quienes han votado por esta opción, y enhorabuena por esta victoria.
La mafia Scaglietti
En el banco central de Midchilda se estaba llevando una jornada como cualquier otra. Gente entraba y salía para depositar o retirar dinero, según fuera la necesidad o el impulso del momento, y cerca de allí se encontraba el concejal de la ciudad, Yuuno Scrya. Era un día completamente normal, quizá hasta más bonito que de costumbre, y el concejal Scrya estaba escuchando la programación de su agenda mientras se dirigía lentamente al banco.
─ ...y no debe olvidar que a las ocho tiene la cena con el arquitecto Zest.
─ Estaré allí sin ninguna duda. Gracias por recordármelo, Schach.
Estaban a muy pocos metros de llegar a las puertas, pero el concejal tropieza sin querer, y a su lado queda tendida una niña pequeña que empieza a llorar en el acto. Tanto Schach como Yuuno estaban sorprendidos por la presencia de esa niña, si ni siquiera la habían visto apenas un segundo atrás.
─ Mis rodillas... ¡Me duelen las rodillas! ─ empieza a llorar la niña.
─ T-tranquila, pequeña ─ Yuuno rápidamente se asusta y trata de acercarse a la niña ─. No llores, voy a buscar ayuda...
─ ¡ME DUELE MUCHOOOO! ─ la niña se pone a llorar a todo pulmón, haciendo que los dos adultos estuvieran al borde del pánico, especialmente por todas las miradas que eran dirigidas desde los transeúntes cercanos.
─ Vamos, deja de llorar. Vamos a llevarte a un hospital que te ayudará a que te deje de doler ─ dice Schach casi con desesperación.
─ Tranquilízate, te ayudaremos. Haremos lo que sea para ayudarte ─ dice Yuuno.
─ ¿Dijeron... lo que sea? ─ la niña deja de llorar casi por arte de magia.
─ Sí, eso fue lo que dije.
La niña esboza una pequeña y maliciosa sonrisa, pero la misma no es notada por Yuuno y Schach, los cuales todavía intentaban averiguar qué necesitaba la pequeña. Ninguno de los dos se daba cuenta que justo a unos metros de ellos, en la misma entrada del banco, estaban ingresando unas personas encapuchadas y armadas hasta los dientes
Banco Central
─ ¡TODO EL MUNDO CON LAS MANOS ARRIBA! ¡ESTO ES UNA COLECTA BENÉFICA! ─ grita una de las personas encapuchadas, cuya voz le delataba como una mujer.
─ ¿Una colecta? ¿No era esto un atraco? ─ dice otra persona encapuchada, también una fémina.
─ Pero así suena menos agresivo y más bonito... ¡TODO EL MUNDO DEJE SU DINERO AQUÍ! ─ los asaltantes sacan varias bolsas y las dejan en el centro del recinto, y todos los que estaban allí ponen su dinero y pertenencias.
─ Eso, sigan haciendo sus donaciones, que es por una buena causa... Nosotras ─ dice la tercera persona encapuchada, otra mujer.
─ Vamos, vayan dejando todo en calma. De uno en uno, por favor ─ la segunda chica se acerca a uno de los ahorristas que ya había dejado todas sus pertenencias en la bolsa ─. Una pregunta, señor ¿Cómo terminó el juego entre Midchilda y Uminari?
─ P-pues... ─ el hombre temblaba de pies a cabeza, y daba la impresión de que se iba a orinar encima en cualquier momento ─ G-g-g-ganó el equipo de Uminari, con resultado de dos a uno...
─ ¡Mierda! ¡O sea que perdí la apuesta! ─ la criminal pisa un par de veces con rabia, y el hombre se encoge todavía más por el miedo ─ Deje de ponerse así, señor, que no le voy a disparar porque yo haya perdido una apuesta. Solamente le dispararía si llamara a la policía...
En cuanto ya habían asegurado todas las pertenencias de los ahorristas, el trío criminal se acerca a los cajeros y les acercan las bolsas, obviamente apuntándoles en todo momento.
─ Ahora metan aquí todo el dinero que haya guardado en este banco. No debe quedar un solo centavo fuera de estas bolsas ─ dice la segunda criminal.
Temiendo por sus vidas, los cajeros hacen lo que se les ordena y ponen todo el dinero del banco, hasta que las bolsas quedan tan llenas que se veía dudoso que se pudieran cerrar. Haciendo caso omiso a ello, las criminales tomaron las bolsas, y sus risas las hacía ver bastante contentas.
─ Agradecemos su caritativa colaboración con nuestra ONG "Ladrones sin Fronteras". Nuestra banda criminal esta noche tendrá bastante comida y fiesta gracias a ustedes. Nos volveremos a ver ─ la primera criminal lanza besos en todas direcciones a modo de despedida.
En la calle
─ Mi mami... Quiero ver a mi mami...
─ ¿Y dónde está ella? ─ dice Yuuno.
─ Ella vive al otro lado de la ciudad, así que tengo que tomar varios transportes para volver a casa, y encima con este dolor que tengo, necesito dinero para poder regresar...
─ Pero podemos llevarte sin ningún costo a casa, y así estarás muy pronto con tu mamá ─ anima Schach.
─ Pero no me sé la dirección, solamente me guío por los autobuses que debo tomar ─ la niña otra vez empieza a llorar ─. Y ahora no tengo dinero para pagar todos esos viajes, pues mi bolsita de dinero se me cayó cuando tropecé, y no pude ni ver dónde...
Yuuno y Schach sentían que el corazón se les retorcía. Era bastante doloroso ver a una niña así, así que Yuuno revisa en sus bolsillos para darle algo de dinero a la pequeña.
─ Siento que no sea mucho, pero supongo que esto servirá para que puedas volver a tu casa y comprarte algo para el dolor ─ Yuuno le da a la pequeña un fajo medianamente grueso de dinero.
─ ¿Tan poquito? ─ Yuuno y Schach ponen cara de WTF ante la reacción de la niña ─ Esto es apenas la mitad de lo que tengo que pagar para los viajes en autobús.
─ ¿En serio? ¿En qué parte del mundo vives? ─ suelta Yuuno bastante sorprendido ─ Bueno, entonces ten un poquito más... Es todo lo que tengo.
─ Yo también quisiera aportar algo... ─ Schach también saca algo de dinero de su bolsillo y se lo da a la niña.
─ Gracias... De verdad muchas gracias ─ dice la niña llorando otra vez.
De pronto suenan unas alarmas, y Yuuno y Schach ven a las tres ladronas huyendo con varias bolsas a reventar de dinero y joyas entrando en una furgoneta que arranca apenas las tres se montan. El concejal y su asistente no se podían creer que se había llevado a cabo un robo a pocos metros de ellos.
─ ¿Qué significa esto? ─ dice Yuuno.
─ Un atraco, y justo a un lado de nosotros... ─ responde Schach con la mirada en dirección a donde desapareció la furgoneta ─ Hemos tenido mucha suerte de que no estuviéramos ahí en ese momento, nos hubieran robado también a nosotros.
─ Así es. Y todo se lo debemos a la peque... ─ Yuuno voltea a ver a la niña, pero ésta no estaba en ninguna parte ─ ¿Y la niña? ¿Y qué pasó con mi reloj?
─ Scrya-san, creo que nosotros no nos salvamos tanto como pensamos ─ dice Schach decepcionada de sí misma.
Guarida
Las tres ladronas, en cuanto estuvieron completamente seguras de que nadie les perseguía, habían puesto rumbo en su base secreta, donde aprovecharon que el garaje se encontraba abierto para ellas para así introducir el furgón, y de inmediato cerraron la puerta del garaje para desaparecer completamente de la vista. La zona no contaba casi con gente, y los pocos que podrían haberlas visto no tenían ni idea de sus actividades, por lo que nadie las denunciaría. Una vez que ya todo estaba asegurado, las tres chicas se quitan las capuchas y una de ellas enciende la luz.
─ ¡Otro robo perfecto! El toque no lo perdemos por nada del mundo.
─ Ya tú lo has dicho, Sein ─ la segunda en hablar llevaba lentes y el cabello lo tenía atado con dos trenzas ─. La gran mafia Scaglietti ataca de nuevo, y no hay autoridad alguna que sea capaz de ponernos un dedo encima.
─ Tú lo has dicho, Quattro ─ la tercera chica tenía el cabello de color rojo y una vivaz mirada dorada ─. El jefe estará muy contento en cuanto le demos la noticia...
─ ¿De qué noticias están hablando, Quattro, Sein, Nove?
Las tres chicas se sobresaltan y miran que había llegado la persona de la que estaban hablando. El líder de la banda, Jail Scaglietti, lucía toda una serie de ostentosas prendas y ropa a la moda, todo ello con un aspecto claramente de ser muy costoso, y su retorcida sonrisa denotaba diversión y malicia. Tras él se encontraba el resto de la banda, que con excepción de un chico de aspecto sereno, todas eran chicas.
─ Jail-sama... Le venimos a decir que el robo ha sido un rotundo éxito ─ dice Quattro con una gran sonrisa ─. Ni siquiera le dimos tiempo a la policía para presentarse y seguirnos.
─ Han sido rápidas. Muy bien hecho. Nuevamente esta banda le ha dado una muy buena lección a las autoridades de esta ciudad sobre quién manda aquí ─ dice Jail bastante complacido.
El resto de la banda manifiesta toda clase de mensajes de felicitación a Quattro, Sein y Nove por su éxito en el robo. Ya cuando Jail Scaglietti estaba por empezar a contar la cantidad de dinero que sus secuaces habían robado, alguien abre la puerta, llamando la atención de todos.
─ Veo que no me esperaron para celebrar. Ustedes sí que son malos conmigo ─ aparece la niña pequeña que había tropezado con el concejal Scrya.
─ Por el contrario, todavía estábamos preparando todo mientras te esperábamos ─ dice el único varón del grupo al mando de Scaglietti.
─ ¿Y qué tal te fue con tu "dolor de rodillas", Vivio? ¿El concejal fue considerado contigo? ─ dice Nove.
─ Sí lo fue. Bastaron un par de lagrimitas para que el pobre hombre soltara todo para mí ─ Vivio saca de sus bolsillos el dinero y el reloj de Yuuno ─. Por pura casualidad terminé acordándome de la dirección en la que vivo, así que no necesité pagar ningún autobús, pero supongo que podría utilizar una parte de esto para comprar algo lindo.
─ Algo no, lo que tú quieras, Vivio. Te puedes quedar con toda esa parte como recompensa ─ dice Jail con una enorme sonrisa ─. Sin ti no habría sido posible lograr el atraco. Ha sido un riesgo tremendo el haber decidido robar el banco en el momento en que Yuuno Scrya tenía pensado pasar por ahí a depositar sus ahorros. Ese sujeto está muy bien contactado gracias a que es amigo de una oficial de alto rango en el cuerpo de policía. Fue una gran labor la que hiciste al distraerlo.
─ El placer es enteramente mío, jefecito ─ Vivio descubre una especie de reloj que tenía en su muñeca izquierda, presiona unos cuantos botones, y enseguida pasa de ser una niña a una joven con un físico bastante bien desarrollado, y sus ropas se convirtieron en un conjunto casual un tanto provocativo, puesto que se ceñía bastante bien a sus atributos ─. En vista que esto es completamente mío, supongo que me podré comprar ese conjunto de ropa interior tan caro que a mí me gusta.
─ ¡Por supuesto que puedes! ¡Eso y todo lo que quieras! ─ dice Jail casi riendo, y luego se acerca a Vivio ─ Y como seguramente todos recordarán, la semana que viene nuestra princesa cumple los dieciocho. Ya va a ser una adulta hecha y derecha, así que deberíamos pensar todos en algún regalo para darle, ¿no les parece?
Todos asienten y vitorean a Vivio, la cual alza las manos en señal de victoria. Acto seguido, todas las chicas de la banda se forman en fila india para felicitar a Vivio con un choque de palmas con ella en seguidilla, aunque hay algunas que complementan su felicitación con un "saludo de beisbolista" (una nalgada luego del choque). Vivio se sentía bastante contenta por el gesto de parte de la banda, hasta que al final toma el dinero que le había sustraído a Yuuno y Schach (el reloj de Yuuno sí lo dejó, en caso de la fuesen a identificar si lo llevase), y se despidió de todos para irse de compras.
─ Cuídate mucho, y procura volver antes de las once y con una fechoría para contarnos, o te quedarás una semana sin ver televisión ─ despide una de las secuaces.
─ De acuerdo, Une.
─ Muy bien, en vista que tenemos que celebrarle el cumpleaños a Vivio, pues vamos a tener que robar un poco más para así comprar todas las cosas para hacer una gran fiesta, ¿no creen? ─ opina Quattro, recibiendo un asentimiento de parte de toda la banda.
─ Ne, Sein.
─ ¿Qué ocurre, Cinque? ¿Necesitas algo? ─ responde Sein.
─ Yo ya supe lo que pasó con el juego de anoche entre Uminari y Midchilda, y yo gané la apuesta, así que págame.
Sein se da un facepalm con frustración. No esperaba que Cinque se fuera a acordar de aquel detalle en ese preciso momento.
CONTINUARÁ...
Fin del primer capítulo. Para el siguiente entra en escena los enemigos de nuestros ilegales protagonistas: ¡La policía! Nanoha, Fate, Hayate y compañía serán parte del mismo, por si acaso queda alguna duda ¿Qué tal ha quedado el primer capítulo de esta historia? Muy pronto vendrá más. Solo espérenlo.
Hasta otra
