Disclaimer: Saint Seiya Omega no me pertenece, todos los derechos están reservados por la TOEI y sus respectivos autores.
Complicidad
— Voy a extrañarlo, me sentiré algo sola... —susurró ella, bajando un poco su cabeza.
— ¿Pero qué dices? Recuerda que me tienes a mí a tu lado —le dice él, mientras posiciona su mano sobre su blanquecino hombro.
— Muchas gracias, Seiya... —le respondió, posando su mano sobre la de él. Sus miradas se conectaron durante unos segundos, antes de que él se acercara lentamente a ella.
Por más que me gustaría ir e interrumpir ese pequeño momento, exclamando que lo que acabo de presenciar es el más grave delito que un Caballero puede cometer... simplemente no me es posible. De hecho, creo que ni siquiera yo me veo haciéndolo.
"¿Por qué?" Se han de preguntar. La respuesta es muy sencilla: Para mi, que tuve la oportunidad de convivir con ellos desde pequeño, sin yo estar realmente bajo las ordenes de Athena como lo estuvo mi Maestro, esto es lo más natural del mundo, por más loco que pueda sonar.
¿Es mi obligación recordarles en donde están y quiénes son? Tal vez, como Caballero Dorado de Athena que vela por una de las 12 y como discípulo de mi Maestro es probable que ver que las condiciones que nuestra misma Diosa impuso se cumplan sea una de mis tantas tareas como su Santo.
Pero como vuelvo a repetir, ellos no sólo son mi compañero de armas y mi Diosa, son mis amigos de toda la vida, gente que yo aprecio y deseo ver feliz. Y si dentro de mis posibilidades está, los ayudaré a que de vez en cuando puedan tener momentos como estos, en donde demuestran su doloroso y prohibido amor mediante un sencillo y casto beso que daño no le hace a nadie.
Maestro Mü, perdone la complicidad que tengo con estas dos personas... pero los quiero tanto, que no deseo más que su felicidad. Sé que usted sabrá comprender.
No teniendo nada más que hacer en ese lugar, y viendo que las cosas se han normalizado, finalmente me alejo del cementerio donde se encuentran Athena y Sagitario. Había venido a buscar a cualquiera de los dos para coordinar algunos asuntos pendientes, pero ya será después.
— Ya hablaremos después Seiya, y no sólo de asuntos del Santuario —se dijo a sí mismo el joven jamiriano de cabellos naranjas mientras se alejaba del sitio.
Suki: Y bueno, aquí traigo otro pequeño retillo que tenía pendiente por parte de Mouxe. Esto está situado justo en el final de Omega, en donde Seiya y Saori ven a Koga marcharse de su lado para ir con Edén en su viaje. La idea radicaba en que la pareja en cuestión, un beso y un Caballero Dorado.
La idea inicial era hacer una narrativa normal en tercera persona, enfocándose principalmente en Seiya y Saori siendo vistos por Kiki. No obstante, pensé que sería más entretenido ver qué opinaba nuestro dulce jamiriano de esto, al final él creció de alguna manera con ellos y no dudo que sepa que algo se cuece entre estos dos.
En fin, espero que les haya gustado. ¡Nos vemos en una próxima entrega!
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Suki90, presentó.
Y tú, ¿has sentido el poder del cosmos?
