Hola, ¿Qué tal? Aquí vuelvo con un nuevo fic retorcido y de puro terror (espero que os guste), éste fic habla de una de las enfermedades mentales más peligrosas de la historia de la humanidad: La sociopatía, o el narcismo negro (Enfermedad mental que consiste en disfrutar al matar o ver sufrir a personas, generalmente a las que quieres, aunque esto no es del todo cierto. El sociópata suele ser Narciso, es decir, se ama a sí mismo, y cree que es perfecto. Además, no presenta ningún tipo de escrúpulo, es más goza al hacer sufrir o matar. El sociópata esconde su enfermedad, hasta que está seguro que no lo van a descubrir). Espero que os guste éste fic :D

"Y CUANDO MI CUCHILLO ATRAVIESE TU CARNE,

Y TU SANGRE SALPIQUE MI CARA,

SONREIRÉ Y DIRÉ: MÍRALO POR EL LADO BUENO, AL MENOS TENDRÁS UN CONCIERTO SOBRE TU TUMBA"

La fría lluvia impactaba con la losa de piedra de aquel lincho, aquel lincho que parecía enfermo, como si el cadáver que contenía no tenía que estar allí. Como si algo extraño sucediese con ese cuerpo inerte. Dentro de ese lincho, se podía contemplar un difunto, maloliente y totalmente estático. Solo había una pequeña peculiaridad: sus ojos marcaban desesperación, ya que murió en una posición facial terrorífica, mostrando que antes de morir sufrió una desesperante tortura. Un agujero profundo se abría paso de un lado al otro de su cuerpo, amenazando con partirla en dos. El pelo pelirrojo de la muchacha, yacía mustio y sin vida, como si algo o alguien hubiese hecho que aquel color tan vivo se convirtiese en un color grisáceo y triste. En el lincho se podía leer el grabado: "Erza Scarlet (1995-2014)", y una multitud de personas con los rostros llenos de lágrimas rodeaban esa tumba, mostrando una gran tristeza colectiva.

-¡ERZA, HIJA!- la madre de la chica lloraba sobre la tumba de su hija, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para no vomitar de los nervios. Un chico pelirrosa que tenía toda su mirada llena de pena y sus mejillas completamente manchadas de lágrimas, le tocó el hombro, en señal de que se fueran. Natsu Dragneel era el nombre de éste chico pelirrosa, el cual era seguido de una chica rubia y un hombre de mediana edad. Todos tenían marcada en sus caras la más pura desesperación.

Erza era la mediana de tres hermanos, e hija de Layla y Jude (el hombre de mediana edad). Los hermanos de Natsu son Lucy (la chica rubia), y antes Erza, pero de un día para otro, su hermana se encontraba muerta, torturada y tumbada en el interior de un lincho, condenada a no despertarse jamás. ¿Por qué siempre se van los mejores?

La familia iba caminando, aún con los trajes negros puestos, hacia su casa. Sus pasos eran lentos y concisos, como si no quisieran separase de su hija, como si no quisieran dejar que el destino les arrebatase una de las mejores cosas que había en sus vidas. Pero si te pones a pensar, Un muerto es un muerto, y eso amigos, ya no se puede remediar. Pero…no a sido una muerte cualquiera, alguien torturó a Erza, y al parecer lo disfrutó mucho, pues no paró hasta que murió de la forma más horrible pensable.

Después de unos meses, en la consulta de un conocido psicólogo…

Un señor mayor salía de la consulta de un psicólogo en la clínica psicológica central de Tokio, y el psicólogo en cuestión le izo reír, para que después se girase y se fuese con una sonrisa en los labios. "Nada como ayudar al enfermo" pensó aquel psicólogo, más cuando estaba a punto de cerrar la puerta de su estancia, otro psicólogo lo interceptó, halagándole.

-Sr. Gray, otro cliente que se va satisfecho, ¿deje un poco para los demás, no?- Gray lo miró sonriente, con una expresión divertida.

-Sr. Markus, quizás si se centrara más en su trabajo en vez de halagarme sin parar, usted también podría hacer reír a los clientes- sonrió Gray. En verdad le gustaba que le recalcasen sus puntos fuertes, solo disimulaba.

-Pero, Sr. Gray, usted es una eminencia de la psicología, ¿como no quiere que lo halague?- Gray, resopló y cerró la puerta de su estancia, haciendo que la enfermera llámase al siguiente paciente.

Gray Fullbuster era un genio de la Psicología, uno de los más avanzados en su campo, y había sido llamado a trabajar en los hospitales más prestigiosos de Estados Unidos, China y Alemania; sin embargo, para él la familia estaba siempre antes que el trabajo, y no podía permitirse dejar a una cuidadora al cuidado de su hija Wendy, sobre todo después de que ésta perdiera a su madre. Si, la mujer de Gray: Juvia, había muerto hace tres años en extrañas condiciones.

-Aquí tiene a los siguientes pacientes- La enfermera, que llamaba a Gray des de detrás de la opacidad de la puerta, le izo volver a la Tierra, dispersando así sus divagaciones.

-Que pasen- Al decir esto, los ojos del psicólogo vieron a dos chicos de no más de 16 años. Un chico pelirrosa, y una chica rubia habían entrado en la consulta, haciendo que por algún extraño motivo, el estómago de Gray se revolviese.

-¿Vuestros Nombres?- Preguntó Gray, no haciendo caso a su malestar estomacal.

-Lucy- Contestó la chica rubia.

-Natsu- Contestó el chico pelirrosa.

-Bien chicos, explicadme, ¿que ocurre?- Preguntó de nuevo Gray.

-Nada, solo es que nuestra madre nos obliga a estar aquí- Dijeron Lucy y Natsu, casi al unísono.

-¿Pero algo habrá pasado, no?- Aclaró Gray.

-Bueno, yo creo que…- dijo Natsu, con la mirada ensombrecida.

-…aún está afectada por la muerte de nuestra hermana Erza- Añadió Lucy, también con la mirada entre las sombras.

-¿Y que pasó?- Dijo Gray, pensativo.

-Bueno, es que yo…- Una lágrima cayó de los ojos de Natsu, haciendo que Gray tragara saliva.

-Tranquilo, se que fue duro para vosotros. Mirad esto es mejor tratarlo lentamente, ¿vale? Mañana venís, respiráis, contáis hasta tres y me decís con todo lujo de detalles lo que pasó con vuestra hermana, ¿vale?- Gray, acompañó a sus nuevos pacientes a la puerta y la cerró a su paso. Un caso interesante, sin duda…

Gray abrió la puerta, y llamó de nuevo a los chicos, se le había olvidado algo.

-Antes de iros os cuento un chiste, ¿vale?- Natsu y Lucy se quedaron desconcertados. ¿CHISTE?

-Si, no me miréis así, se llama RIOSTERÁPIA- aclaró el psicólogo.

-¿Que le dice un árbol a otro…?- Natsu y Lucy subieron los hombros en señal de ignorancia.

-Nos han dejao plantaos, eh- Natsu y Lucy sonrieron, con la comisura de sus labios hacía arriba, pero uno de los dos no sonreía precisamente por el chiste, no, era algo mucho más oscuro, y tenebroso…

CONTINUARÁ…

Espero k os haya gustado, REVIEWS PLS BYE!