Capítulo 1

"Retorno"

30 de abril de 2017

Kurumi, una hermosa chica de cabello negro como la noche y de una piel blanca como la luna miraba con su ojo derecho de color carmesí a un chico de ojos color caramelo que estaba sosteniéndola fuertemente en un abrazo. Ella no sabía que sucedió y lo único que recordaba era que todo estaba oscuro.

Kurumi, ¿estás bien? – Preguntaba el chico preocupado por la joven.

Shido-san. – Dijo ella en plena confusión viendo que estaban en un edificio algo viejo.

El chico sonrió para después tomarla de los hombros y mirarle directamente de manera seria.

¿Eres la Kurumi con la que me case? – Preguntó el chico de cabello azul opaco mientras analizaba a la chica que tenía frente a ella. - ¿Querías que ese deseo se cumpliera?

Ante esas palabras la chica mostraba confusión para que después su mente se empezara a llenar de imágenes, recuerdos que habían sido bloqueados por la oscuridad misma de la que ella nació. Recordó cuando ella confrontó al chico para ser asesinada por ella misma, su yo más actual en tiempo y después su renacimiento de la muerte gracias al deseo de verlo a él.

Recordó el tiempo que pasó con él, la boda que tuvieron gracias a una mentira que dijo. El deseo que pidió y que tanto anhelaba y su segunda muerte a manos de ella misma nuevamente. Lágrimas de dolor, tristeza y amor caían por sus mejillas mientras un terror estaba presente en su rostro.

Shido-san. – Fue todo lo que dijo mientras se abrazaba fuertemente a él.

Kurumi. – Shido decidió abrazarle y no soltarla, no quería perderla nuevamente. – Yo te cuidare. –

Kurumi ante esas palabras quedo conmovida, siempre era así según lo que recordaba. Los recuerdos llegaban a ella de golpe y recordar ese día en que pudieron casarse, aunque sea de manera falsa le hacía sentir una calidez en su interior.

Ella sonrió tristemente, aunque ella trato de huir de la verdadera Kurumi no podría, aunque lograra escapar nuevamente de la muerte y de ella, solo era cuestión de tiempo para que le encontrase nuevamente.

Shido san, ella nos encontrará ya que yo sólo soy un recuerdo, un clon de ella. – Expresó Kurumi tristemente.

Aunque ella quiera hacerte daño yo te cuidare. – Respondió Shido quien negaba a dejarla nuevamente.

No tengo derecho a ponerte en peligro. – Decía ella mientras su voz se quebraba. – Sólo estás cuidando un recuerdo, la verdadera Kurumi… -

La verdadera Kurumi eres tú. – Le cortó él quien no deseaba perderla. – Tú eres parte de ella como ella de ti, ambas son iguales y son verdaderas. Tú tienes tanto derecho a vivir como ella ya que para mí tú eres real y no sólo un recuerdo rechazable. –

Shido. – Al escuchar esas palabras Kurumi no aguanto mucho y rompió en llanto. – No debes de ser así, estás en peligro por salvar a un simple recuerdo. –

No me importará hacerlo. – Respondió él mientras una lágrima triste bajaba por su mejilla. – Yo estaré contigo y te protegeré.

Aun así, mi tiempo es muy corto. – Shido sabía a lo que se refería.

¿Hay manera de conseguir tiempo? – Preguntó él con temor. Kurumi le había explicado que ella consumía a personas para obtener tiempo y de esta manera seguir viviendo. Él sabía gracias muchos encuentros con la Kurumi original que sus experiencias pasadas influían mucho en ella.

No lo sé. Yo sólo soy un recuerdo de ella y no sé si Kurumi encontró una manera alterna. – Explicó ella mientras se aferraba más a Shido quien se daba cuenta que no podía dejarla ir.

¡Onii-chan! –

Una voz dulce y algo autoritaria saco de los pensamientos a ambos. Los dos jóvenes voltearon a ver el origen de la voz encontrándose con una chica de cabello rosa rojizo. La chica veía un poco triste a ambos, Kurumi sabía de quién se trataba por la original, pero ella no tenía el corazón más consumido en la oscuridad como la original.

La peli negra se soltó del abrazo y camino hacia la chica quien se puso inmediatamente en defensa. Shido iba a hacer algo, pero noto algo de confianza en Kurumi.

Eres el espíritu de fuego, ¿no es así? – Preguntó ella, aunque ya sabía quién era la chica que tenía enfrente.

¿Deseas tener un combate? – Respondió la chica mientras unas llamas empezaban a brotar de su cuerpo. - ¿Qué le haces a mi Onii-chan?

Kurumi sonrió.

Pues lo que una mujer y su marido hacen, cosas de adultos. – Ante tal respuesta Shido se sonrojo a más no poder y la chica estaba en shock por tal respuesta para después mirar al chico con una mirada de muerte. – Oh, Shido-san siempre me ha cautivado, aunque creo que aún no hemos consumado nuestro matrimonio. –

La identificada como el espíritu de fuego se puso roja y se encendió en llamas para ver directamente al chico que sudaba de miedo.

¿Pensé que me amabas, Onii-chan? – Decía ella con una mirada juzgante al chico al que llama hermano. – Ahora me las vas a pagar. –

K-Kotori, espera no es lo que crees. – Trataba de defenderse él peli azul de una muerte asegurada a manos de la chica que le llama hermano.

Pero si hasta tenemos fotos. – Agregó Kurumi con su inocencia que salía de vez en cuando. – Fue en ese festival donde escribimos los deseos. –

La chica se encendió más y se acercó a su hermano mientras bajaba la mirada siendo que sus ojos se ensombrecían por los mechones de su cabello. La chica llegó hasta donde estaba el chico quedándose unos segundos sin hacer nada para el asombro de Shido como Kurumi.

¡Onii-chan, yo deseaba casarme contigo! – Gritó ella para después abrazar fuertemente a Shido y llorar en el pecho de este de manera muy cómica. – Yo no quería borrar mi deseo, quería que te casaras conmigo. –

¡¿Eh!? – Gritó él al no esperarse esa reacción de su hermana.

Kurumi estaba riéndose al ver tal bella escena.

Después de unos minutos de calmarse y de paso explicarle a Kotori lo que sucedía, pudieron salir de aquel edificio oscuro en el cual estaban. Kotori caminaba tomada de la mano de su hermanastro mayor ya que tenía cierto temor del lugar en el que se encontraban.

Kurumi por su lado abrazaba el brazo derecho de Shido. Su mirada estaba perdida en sus pensamientos.

¿Cómo era posible esto?

¿Acaso la verdadera Kurumi sabría dónde estaba ella?

Shido, recuerda que debemos ir cuanto antes al Caballero Caído. – Comentó Kotori mientras seguía mirando a su alrededor aquel edificio abandonado.

¿Caballero caído? – Preguntó Kurumi con duda.

Shido noto esto, pero era mejor que su hermana lo explicara ya que él aún no sabía mucho sobre la nueva organización en la que estaban.

Es mi nueva nave de una nueva organización creada por ex miembros de la AST y Ratatoskr con el fin de investigar los terremotos espaciales y los espíritus después de un accidente ocurrido hace unos meses. ¿No lo recuerdas? – Preguntó Kotori a Kurumi quien estaba aún más confundida.

¿Debería de hacerlo? – Preguntó nuevamente Kurumi.

Pensé que al ser parte de ella deberías de recordarlo. – Respondió Kotori un poco seria.

Aunque forme parte de los recuerdos de ella, no soy capaz de abrir los recuerdos más actuales ya que esos pertenecen a las Kurumi de esos tiempos. – Explico la peli negra. – Aunque puedo acceder aún a mi vestido astral, pero yo consumo más energía y debo de alimentarme. –

La idea de alimentarse del tiempo de otros sólo provocaba escalofríos en ambos, aunque después se enteraron que Kurumi asesinaba a violadores y asesinos como gente que maltrataba animales, eso no evitaba sentir terror por la peli negra. Un poco retorcida la llamada justicia de parte de ella, pero al final mostraba la bondad que había en ella.

La peli rosa recordó algo inmediatamente. Unos datos que había recogido en un encuentro anterior con Kurumi antes de la desaparición total de Ratatoskr.

Creo que hay una manera. Ahora que recuerdo Kurumi necesitaba los poderes de Shido, ¿no es así? –

Sí, ella lo necesitaba para viajar al pasado. – Respondió el chico.

Necesitábamos el poder para usar la 12va bala y así viajar en el tiempo para detener al primer espíritu. – Confesó Kurumi.

Así que ¿pueden viajar en el tiempo? – Preguntó Shido.

Sólo si tenemos el poder suficiente. – Respondió Kurumi quien estaba un poco cansada. – El viaje es muy peligroso en teoría y sólo se puede hacer uno.

¿Qué pasa si fallaban? – Ahora Kotori estaba llena de dudas respecto al plan de Kurumi.

Desaparecería en el espacio tiempo sin posibilidad de regresar. – Una sonrisa triste apareció en el rostro de ella mientras su único ojo visible brillaba como nunca antes.

Tanto Shido como Kotori estaban algo impactados con esta noticia. Sabían bien que las cosas no habían ido de lo mejor en estos meses desde la última aparición de Kurumi a pesar de que saben que ella está por ahí. La clon de Kurumi podía sentir la presencia de su yo verdadera, pero por alguna razón mostraba confusiones dentro de ella.

"Será que al final has decidido cambiar con todas las experiencias nuevas que tuvimos." – Pensaba la peli negra mientras veía la salida de aquel lugar donde había aparecido. – Shido-san, mira lo que tenemos enfrente.

Shido quien estaba pensativo miro y vio feliz la salida.

Al fin saldremos de este horrible lugar. – Para sorpresa de Shido, Kotori se mostraba algo aterrada con estar ahí aun si usaba sus listones negros. – Espero que Tohka no esté molesta porque no ha cenado. –

De repente Shido sudó frío al recordar lo preocupadas que pueden estar las chicas, pero más aún al olvidar que Tohka se preocuparía por él.

Ara, Ara Shido-san, parece que aún no has finalizado con algunos problemas. – Respondió Kurumi en su usual tono hacia Shido quien sólo sonrió. – Ahora sólo debo imaginar cómo se pondrán al verme. –