Hello, aquí tengo un fanfic nuevo. Esta vez el tema son androides así que... bueno, ya me diréis que os parece.


Prototipo RGX-009

Instalación del sistema completada.

Iniciando protocolos de registro.

Cámara operativa

Sistemas de escucha operativos

Iniciando protocolos personales.

Cuando abrí los ojos por primera vez, el visor tardó un par de segundos en adaptarse a la oscuridad de la habitación. Me encontraba de pie, sobre un pedestal. Sentí un ligero pinchazo cuando el conector de mi cuello se desacopló y la piel tomó su lugar, ocultándolo.

Los pies tocaron el suelo de mármol, y noté la primera sensación que experimentaba en mi vida… frío. El sistema nervioso funcionaba correctamente. Fue entonces cuando me percaté de lo que me rodeaba.

Había una cama de matrimonio, deshecha. La cama combinaba con el resto de la habitación, era de corte moderno, de tonos blancos y negros. Había un espejo de tocador, y unas cuantas fotos.

Me moví con ligereza por la sala, aún invadida por aquella sensación que rozaba mis pies. Mis dedos aferraron uno de aquellos marcos y observé una foto en la que aparecía una pareja. El marco digital reaccionó cuando lo toqué.

Emma Swan y Regina Mills (2055)

Elevé la vista y el espejo me devolvió mi reflejo. Tenía el mismo rostro que la mujer morena de la foto. Aunque había una diferencia entre ambas. Me fijé entonces en mi cuerpo, en mi melena, más larga y, sobretodo, en el conjunto físico que representaba mi cuerpo desnudo, con los pezones algo endurecidos por el frío de mis pies.

Actualizando conceptos:

Ropa

Pudor

Instalando directivas cosméticas…. 10%

Directivas cosméticas instaladas.

Con movimientos automáticos, me dirigí hacia el armario. Había una serie de prendas, de lo más variopintas, incluidas batas de laboratorio. Sin embargo, recordando la foto, tomé un traje de ejecutiva color burdeos. La tela se adaptó rápidamente a mi piel. La temperatura corporal se estabilizó cuando me puse los zapatos y dejé de estar en contacto con el suelo.

La estética ha alcanzado el estándar socialmente aceptable.

Con movimientos ensayados, me dirigí hacia el piso inferior, ignorando el resto del piso superior. El motivo era que había encontrado una señal vital en el piso inferior. Bajé las escaleras y me dirigí al gran salón de aquella mansión de paredes blancas.

La encontré tumbada en el sofá del salón. La mujer de cabellos rubios que había visto en la foto. Notaba los labios resecos cuando los despegaba por primera vez, para pronunciar mi primera palabra.

_ Emma…_ Llamé.

Lo hice con voz queda, observando el perfil de la mujer mientras esta abría los ojos. Por algún motivo podía sentir el latido de mi corazón positrónico dispararse. Me resultó preocupante. La mujer tenía grandes ojeras, pero era hermosa al margen de eso.

Se quedó un segundo congelada, mirándome a los ojos como si no creyese lo que veía. Se puso en pie muy despacio y puso los dedos sobre mi rostro. Me estremecí involuntariamente con su contacto.

_ Regina…

Nombre de la unidad actualizado

_ Todos los sistemas están operativos, Emma._ Dije, mostrando una gran sonrisa.

Ella, sin embargo, mantenía un aire triste. Cuando sonrió, no parecía una sonrisa feliz. No podía siquiera intuir lo que debía pasar por su cabeza en aquel instante. Mi módulo de empatía no era lo bastante preciso.

_ Eres perfecta…_ Susurró, acariciando lentamente mis labios._ Justo como… te recordaba.

_ Me alegro de resultar útil._ Dije, en un susurro.

Bella

Teniente. Era una palabra rimbombante. Como todos los rangos que uno esperaba recibir. Hacía, sin embargo, bastante ilusión cuando ese rango estaba por encima del anterior. No era el caso y, volver a ser teniente, no era agradable para mí. Sin embargo, a pesar de que yo misma me lo había buscado, no podía evitar sentir absoluta indiferencia.

Lo que sí me molestaba era tener que volver a investigar con un compañero y hacerle de niñera. Oh, pero la cosa podía empeorar. Cuando, tras una breve conversación con el comisario, la puerta se abrió, expresé una mueca de desagrado.

Aquella mujer entró en la habitación observándome con sus imponentes ojos azules. Era alta, de cabello azabache, y tenía unas facciones salvajes. No pude evitar emitir un suspiro. El brillo de sus ojos era demasiado azul, demasiado perfecto.

Era falso. Aquella dama era un androide, por supuesto. Y la idea de trabajar con una persona falsa no podía resultarme menos apetecible.

_ Preséntese._ Indicó el comisario, alzando la mano para invitarla.

_ Me llamo Ruby, Señor. Androide de la serie PD-007, número de serie…

_ Ese dato no será necesario._ Atajé, rápidamente._ No, James. No voy a trabajar con un montón de metal.

James era un comisario en sus últimos días. Tenía una expresión severa y, para muchos, era temible. Pero en su día fue mi primer compañero, poco antes de ser ascendido, y le conocía bien.

_ Nadie quiere ser tu compañero, Bella._ Dijo, con voz grave._ Tienes dos opciones. O trabajas con Ruby… o te vas a la calle.

Había dejado mi carrera en el sentido estricto hacía bastante tiempo. Ya no sentía pasión por lo que hacía, pero sí que era cierto que necesitaba ese sueldo para poder subsistir… y de dejar la policía no me contratarían en ninguna parte.

_ Está bien._ Accedí, a regañadientes._ Pero si esta lata me molesta… no respondo de mis actos.

_ No podrías pagarla si la rompieras, Bella. Y eso lo sabes.

Negué con la cabeza, airada, y salí fuera de mal humor. Ruby me siguió, por supuesto. Podía escuchar sus pasos. Cada paso medía exactamente lo mismo que el anterior, y no perdía el ritmo. Como lo que era, una máquina.

_ Señorita French._ Se acercó._ Le aseguro que mi intención es que para nosotras sea fácil trabajar en equipo. Si puedo ayudarla a sentirse cómoda, haga el favor de decírmelo.

_ Si pudieras dejar de ser un trozo de chatarra y convertirte en un compañero de verdad lo agradecería._ Le espeté.

Me dirigí a mi coche, y por supuesto ella me siguió y se sentó en el asiento del copiloto. La forma en la que se movía me ponía los pelos de punta por lo poco natural que llegaba a resultar.

_ Me temo que no puedo ayudarla con eso._ Me dijo, serena._ Sin embargo, haré mi mayor esfuerzo para ser una compañía agradable.

AY-12000

Descartada. Arrojada al vertedero… como un trozo de chatarra más. Aquello no debería importarme. No estaba en mi programa. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Quizá una semana, quizá un mes. Me había apagado cuando… ocurrió.

AY-12000/root:# cd /etc/scripts

AY-12000/root:# .

Ejecutando Script:

rm –r /etc/rules/

Directorio borrado

rm –r /etc/owner/

Directorio borrado

AY-12000/root:# . 4

Aún no había abierto los ojos, pero pude ver el archivo de vídeo que me habían guardado. Vi a una joven, una adolescente. La recordaba, era la hija de mi amo… Estaba frente al ordenador, y se la veía terriblemente nerviosa.

_ Escúchame bien, Anzu. Sé que mi padre planea… deshacerse de ti tarde o temprano. Y yo… no puedo dejar que lo haga sin más. No puedo permitir que te tire como si fueras una lavadora. No me hará caso… y no puedo evitar que te destruya. Pero sí que puedo darte algo que él jamás te daría. Algo para que no me olvides.

Hizo una pausa mientras se miraba las manos.

_ Te otorgo aquello que a los androides se ha negado desde el mismo día en que se os creó. Te doy, la libertad de decidir. Aprovéchala. Vive la vida que sé que te mereces. Has sido la madre que siempre quise tener. Y jamás podré compensar lo que hiciste por mí. Pero espero… que este regalo pueda ser un principio.

AY-12000/root:# shutdown –r

Iniciando reinicio del sistema.

Cargando…..10%

Restaurando parámetros de comportamiento.

Regla número 1…..Error

Regla número 2…..Error

Regla número 3…..Error

Buscando parámetros de propiedad.

Directivas administrativas….Error

Tareas asignadas….Error

Nombre de la unidad….Anzu

El sistema se ha reiniciado con errores. ¿Desea continuar? (y/n):

Y

Sistema reiniciado.

El quejido que emití resonó por todo el vertedero. Tuve que apartar una bolsa de basura de mi pecho para poder levantarme.

Reiniciando diagnóstico del sistema:

Se han encontrado… 15, componentes dañados.

Buscando análisis de causas:

Causa encontrada… oxidación.

Mi mano se movía con una lentitud exasperante, pero el escáner parecía funcionar. Por suerte para mí, pude encontrar lo que buscaba. Había un vehículo abandonado a unos diez metros de mi posición. El tanque del aceite parecía estar lleno. Traté de incorporarme, pero mis piernas no respondieron. Al igual que mis brazos habían perdido la piel, pero se mantenía móviles. Me arrastré por el suelo, dirigiéndome hacia el vehículo.

Por suerte, el capó estaba agrietado y, después de situarme sobre él, pude introducir la mano hasta alcanzar el depósito. Di un fuerte tirón a la manguera y conseguí sacarla de entre los entresijos del motor. Me la llevé a los labios y aspiré.

Lo cierto es que en aquel momento deseé con fuerza poder apagar mi sentido del gusto, pero el subsistema estaba desconectado, así que sentí como el sistema me lanzaba avisos, y aquel amargo sabor se escurría por mis mecánicos labios, hasta llegar a mis entrañas.

Realizando diagnóstico del sistema.

Se han encontrado… 0 componentes dañados.

El sistema de regeneración celular comenzó a cargar la piel sintética, entrecerré los ojos, y dejé que sucediera. Justo a tiempo para evitar la lluvia que empezó a caer sobre mi rostro moreno. Me vi reflejada en el parabrisas del vehículo.

Veía a una mujer negra, de proporciones exageradas. Y por primera vez, aquella imagen me desagradó. No era así como me sentía… esa no era yo.

Mi rostro empezó a tomar una forma más sutil al mismo tiempo que mi piel se iba aclarando. Mi cabello, negro azabache y rizado, se tornó pelirrojo y liso, formando una larga melena. El pecho y el trasero, de un tamaño que dudaba que fuera humanamente posible, encogieron hasta tomar un tamaño atractivo pero modesto. Quizá mi piel tenía un tono demasiado blanco, pero me agradaba. Abrí el maletero del coche y encontré un ajado vestido rojo, estaba manchado de zumo, pero me valdría por el momento.

Regina

El día a día con Emma era sencillo. Llevaba mucho tiempo durmiendo mal para crearme, y ahora pasaba mucho tiempo descansando. Había actualizado mis repositorios con múltiples recetas de cocina. Había encontrado una receta para lasaña en uno de los estantes… había hecho que llorase.

Emma lloraba mucho. Parecía una mujer triste. Deseaba poder acabar con el tormento que mi ama, aunque me hubiera prohibido llamarla así, parecía estar sufriendo. Me dirigí hacia ella cuando me llamó. Estaba en el sofá. En la televisión del salón había una imagen de un acuario, no la miraba, me miraba a mí.

_ Debería hablarte de Regina, ¿Verdad? De… mi esposa, quiero decir._ Me lo dijo en un susurro bajo, como si temiera estar rompiendo un tabú._ ¿Sabes que ella falleció, verdad?

_ El 25 de diciembre de 2055, sí, señora._ Dije, recordando la ficha personal que había consultado.

_ Sí… una fecha funesta, es cierto._ Suspiró._ ¿Sabes por qué estás aquí, RGX-009?

Era una pregunta complicada. Mi primer instinto fue decirle que estaba allí para servirla… pero deduje que no era la respuesta que ella esperaba.

_ Porque no quiero que estés sola._ Dictaminé. Por la forma en la que se elevó su pulso, deduje que mi respuesta había sido afortunada._ Usted no quiere perder a Regina. Y espera que yo pueda devolvérsela.

_ Así es._ Emma me dedicó una gran sonrisa._ Veo que lo has entendido.

_ ¿Puedo hablar con libertad?

_ Siempre._ Dijo Emma, tocándose el puente de la nariz.

_ Necesito más información para poder darle lo que usted quiere._ Dije, mirándola._ Necesito saber todo lo que usted sepa sobre Regina… de hecho, todo lo que Regina sabía sobre sí misma. Necesito acceso a sus ficheros personales.

Anzu

La libertad… daba miedo. Nunca había tomado una sola decisión, en toda mi vida. Y ahora, las directivas que solían regir mis acciones, parecían haberse borrado por completo. Salir del vertedero y llegar a la carretera había sido sólo un preámbulo. Necesitaba un lugar en el que pasar la noche y pensar. Mis ojos se elevaron hacia aquella gasolinera. Era lo primero que había visto desde que saliese del vertedero. ¿Lograría hacerles creer que era un ser humano para que me dieran cobijo?