Numero de palabras: 497 gracias a contador de palabras.
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto, pero la historia es de mi invención.
Aviso:Este fic participa en el reto Regalos de San Valentín del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Excusa para un regalo
Durante la guerra, Kankuro quedó fascinado con aquella castaña que manejaba armas con la misma gracia que él marionetas. Quería hacerle un regalo desde hacía tiempo, y un día tradicional de Konoha le dio la excusa para dárselo.
Una semana le tomo hacer la funda roja y terciopelada, con un mecanismo que al detectar chakra en la palma, se abría y formaba un escudo como el que usaba con Sasori en su brazo.
Hacer la espada fue otra historia. Seis meses le tomo forjar y re-forjar la hoja formada de diez fragmentos que se unían por un mecanismo interno que daban vida a la espada serpiente. Sumado al jutsu de control de chakra, el mango, el balanceo del arma y todos los detalles que involucraba.
A la final, el resultado valió la pena. Con una sacudida, la hoja se reformó y varios "click" resonaron. Sonrió ―¡Perfecta!― pronuncio orgulloso de su trabajo.
Temari, que lo vio jugando con el arma que blandía, se le acercó divertida―¿Una espada? ¿Es ese tu regalo para tu chica Kankuro? Como se nota que te falta tacto.
―Le gustara ―replicó, enfundando el arma― ¡Ya lo veras! ―Temari sonrió divertida:
―Empácala y que no se te olvide, mañana salimos a Konoha.
.
oOoOo
.
Día del amor y amistad, una fecha que no se celebraba en la aldea de la arena, pero poco le importaba; era la excusa que necesitaba.
Encontrar a la castaña no fue problemas, convencerla para ir a un lugar más privado… fue un poco más difícil, hasta que la oferta de un entrenamiento sedujo a Tenten quien aceptó.
Una vez solos, Kankuro convocó el arma que había hecho y se la extendió ―¡Feliz día!― pronunció. Tenten se quedó maravillada con el arma, los detalles en la funda y en el mango y guarda de la espada cuyo diseño era la cabeza de un león chino dorado.
Tan pronto la sujetó la funda, frunció el ceño. Al desenvainar la espada, este gesto se acentuó.
―Se siente rara ―sus palabras sacaron una risa de Kankuro, no esperaba menos de ella.
Kankuro expuso los secretos del arma, y tan pronto Tenten los puso a prueba se maravilló con el trabajo del marionetista, bailando con ambas armas como si la manejara de hacía años.
―¡Es asombrosa Kankuro! ―expuso Tenten con una sonrisa, sacudiendo funda y espada regresándola a las normalidad.
―¡Me alegra que te gusten! ―rió orgulloso.
―Pero Kankuro… ¿Qué conmemoras con esto…? ―pronunció Tenten divertida, envainando su regalo. La risa de Kankuro cesó, mostrándose ingenuo a la interrogativa. La castaña pronuncio divertida ―¿Amor… o amistad?
Kankuro quedó frió, y cuando regresó en sí; encontró a la castaña a un par de centímetros de su rostro sonriéndole ―. Tienes hasta el final del día para responder. Por ahora, vamos a entrenar… luego te invito algo de comer ―pronuncio dándose la vuelta, preparándose para probar sus regalos.
Kankuro entrenó con Tenten, comieron y esa noche… Kankuro respondió… Tenten le sonrió y sus labios con los del marionetista selló.
Fin.
