¡HI! K fandom~ He visto K hace poco, he visto Sarumi con mis propios ojos, y me quedado a medias.

Todos sabemos que el Sarumi es todo angst, ganas de llorar y desespero.

Pero... He hecho algo malo. Os traigo un Two-shot Irremediable- escrito por mi, claro. Es un romance... Yaoi. Bien ahí termino adi- wait a sec.

Misaki- miembro de Homra, vergonzoso e intenso. Que por accidente se mezcla con una sustancia Azul algo extraña que lo llevará a los limites de su razonamiento. Cegado por el deseo atacará a alguien.

Saruhiko- miembro de Scepter 4. Callado e introvertido, obsesionado con Misaki. Se verá envuelto en una situación extraña a la cual buscará una plausible solución.

Disculpadme si creeis que me he salido de su linea, pero para crear semejante barullo hay que modificar ciertas cosillas.

K no es mio.


Cuando algo se modifica, todo lo que sigue debe actualizarse también. Si Misaki cambia, Saruhiko irá con el, sin importar en que clase de situación se vea envuelto.

Aun así, tratar de evitarlo, seguiría siendo irremediable.


¿Imposible?
-Ugh- abre la puerta de una patada, la cierra de la misma forma.- Me siento asqueado- se quita las zapatillas y las tira donde se le antoja, desanuda la chaqueta que tenía cercando su cadera y la lanza contra un mueble, sin mirar. -Húmedo y pegajoso- hace una mueca con la cara antes de quitarse la ropa.

El día de hoy ha sido extremadamente molesto. Todo ha salido mal, a su parecer.
Una pequeña misión de parte de Kusanagi-san, el perseguir a cuatro ratas que tenían algo de información ilegal provechosa, aparte de haber robado varias mierdas insignificantes más.

Yata era el encargado, los persiguió y los molió a golpes pero uno de ellos, al que dejó irreconocible al acabar, osó defenderse y lo tiró sobre una especie de charco de musgo azul, blando y pegajoso, como los mocos.
Llegó a Homra hecho un asco y trató de limpiarse en los baños, hay una ducha para emergencias excesivamente necesarias.
Se lavó todo, entero, y no dejó nada, pero esa maldita sensación seguía allí.
Pegajoso y resbaladizo entre sus piernas. Y ganas de tenerlas cerradas todo el santo día.

-Qué asco- entra en el baño, abre el grifo, con agua fría y todo,
Se mete bajo el micrófono- Helado, helado- sus dientes castañean y le recorre un escalofrío.
Encargarse de esa sensación tan incómodamente molesta.
Con la esponja suavemente limpia la zona y efectivamente saca azul de allí, cabe decir que el maldito musgo es de ese asqueroso color azul y que no pega con él, heh.

Nunca en su vida ha dedicado tanto a esta zona concreta pero, cuánto lleva sin...
Y se pone rojo.
Nunca lo hace bien y lo consigue a medias. Que fracaso.
El jabón es pegajoso, ¿Por qué todo debe tener esta textura?
Entre sus piernas y más arriba, una sensación parecida a...
Como si hubieras hecho eso con otra persona… De-de… De hecho es cómo se lo contaron, todo tan…

Maldita sea, Misaki, ¿Por qué tan virginal incluso en tus propios y privados pensamientos?
Todo esparcido por ahí, goteando resbaloso, hacia abajo, húmedo y caliente.
-Debería deshacerme de tanta vergüenza, algún día me va a matar.-

En el regazo de la otra persona, notando la presión que ejerce su bajo vientre, notar las punzadas, el cosquilleo, el toque de fuego en el cuerpo, el ansia en los movimientos, la desesperación, la prisa, el querer más.
Morder más, salivar más, comer todo aquello que se cruce por delante, oír la voz sin palabras, pedir y pedir, hasta colmar la más consistente y pesada de las paciencias, rendirse.

Dejarse llevar ante el placer, ser pe...
-Vale, ya basta.- Yata sacude la cabeza para hacer a un lado la fantasía que está teniendo.
Casi se le escapa un suspiro y su cuerpo ha reaccionado.
Tal y como ha sido contado, con su propia voz.
Se ha visto a sí mismo, rendido allí, jadeando allí, mordiendo, húmedo y caliente.
Pero... Hay que poner cara a la otra persona.
Allí había un hombre con él.
-Por dios-
Nadie debe saber de esto.
Mejor desmayarse al ver un par de tetas que al ver un... que le haga gritar de...
-Por favor-
Misaki decide ir a pedirle otra misión a Kusanagi-san, tornar su mente en blanco por el resto del día… A desollar cráneos se ha dicho.
-Buenas Yata-chan- Kusanagi está quitándose su delantal y sujeta una copa en la mano.
Su jersey se sube y se puede más abajo de la cadera.
-Tener a alguien entre las piernas, tenerlas abiertas y atrapar a alguien entre ellas.-
-Control-
-¿Qué deseas hacer ahora?-el barman se apoya sobre la barra.- ¿Ir a por un encargo de disolución de pequeños hijos de puta molestos cerca de Scepter 4 o ir a por más comida a grosso modo en los grandes almacenes?
-Ya sabes- sacude la cabeza y se sirve otra copa, le ofrece a Yata pero él la rechaza.- Aquí hay cierto individuo que me arruina el negocio- no lo mira ni insinúa pero Kamamoto se siente aludido igual.
Les mira de soslayo mientras acaba con el último par de bocadillos.
-Escojo acabar con esos perdedores- agarra el bate que había aparcado junto a la barra y se va escopeteado de allí.
Las calles están pobladas de gente pero sin ser en exceso, además, parece ser que hay una acumulación de espectadores por alguna razón que desconoce.
Rodea el grupo por el lado derecho y enfila calle arriba.
Allí hay más gente, más gritos y una pelea.
Se introduce sin avisar.
-Eres una mierda, gafotas asqueroso- y por gafotas, allí está Fushimi Saruhiko, como no.
-Mierdecilla- pero el azul esquiva con agilidad y le patea la cara sin sacar las manos de los bolsillos.
El tipo en concreto tantea al lado y agarra lo primero que encuentra, le coge el bate a Misaki y lo zarandea hacia el 3r al mando de Scepter.
Saru ve a Misaki, reconoce su bate, con un cuchillo desarma al hombretón, con una patada lo lanza hacia su grupo de tontos y con una mirada los amenaza a todos.
Ellos se largan por patas.
El bate de Misaki está en el hombro del azul.

-¡Saru!- se acerca a él dispuesto a quitárselo, el de gafas lo esquiva y lo acorrala contra la pared.
-Mi-sa-ki- pronuncia excesivamente despacio mientras empotra el puño al lado de su rostro sin tocarle un pelo.
-¿Quieres esto?- se acerca al pelirrojo insinuándose, respira contra el cuello de su presa que hasta ahora ni se ha movido.
Misaki le devuelve la mirada con la misma intensidad. Lo aguanta hasta que nota que Saruhiko osa apegar sus cuerpos.
-Vamos a jugar~-pelirrojo comienza a alterarse, está tan, pero tan pegado a él… Que puede notar cada punto de su anatomía. Cosa mala.

En un principio le daría ascos pero ahora no está en buenas condiciones.

De un empujón el integrante de Homra lleva al suelo a ambos, quedando Misaki encima.

Saruhiko cree que va a escapar.
-Me parece muy bien- le devuelve el pelirrojo sentado en su bajo estómago. Mirándolo desde arriba como un cuervo hambriento. - Dame mi bate- alarga la mano y agarra a Saru por la muñeca, sube su brazo con el de Fushimi y desliza la lengua por él.
El de gafas ha parado de respirar.
-Calor, Saru- Yata lleva sus manos hacia abajo y deshace el nudo de su chaqueta y la deja caer. Vuelve a sentir esa sensación entre sus piernas pero ya no es culpa del musgo. -Temblor, Saru, temblor- entrelaza los dedos de ambos.
Nota presión, sed, un incesante cosquilleo en el estómago y su labio inferior temblar.
Es hora de deshacerse de esa vergüenza, por solo un momento.
Muerde la clavícula descubierta del peli azul, pasa los dedos resiguiendo las heridas sobre el tatuaje rojo, lame sus propios dedos.

Sin quitar la vista de la expresión de desconcierto de Fushimi Saruhiko, y sus pupilas extremadamente negras.
Deseo.
-Bienvenido de vuelta Saru~- chasquea los dedos y le quita el bate lanzándolo a un lado sin mirar.

Baja las manos y las pasa por debajo de su propio cuerpo, donde Saru.

Mete las manos en los pantalones del azul, e incluso dentro de la ropa interior.

Tanteando, encuentra lo que le interesa.

Con suavidad, quemando con su tacto…

Para verlo deberías quitar a Misaki de encima.

Misaki sonríe a la vez que se va sonrojando y se excita a sí mismo.

Pobre Saru… este trata de contener la voz, el temblor, la sensación y sus manos quietas.
Para Saru la cosa se pone viscosa, tiembla y se siente impotente, se queda sin fuerzas para frenar a Misaki que en este momento sintiéndose poderoso frente a él por una vez, sigue jugueteando hasta que Fushimi no puede más.

El vanguardista de Homra se pone de pie y lo mira, allí en el suelo aún fuera de sí.
-¡Adiós, mono!- y le saca la lengua infantilmente. Agarra su skate y se dirige a casa.

Misaki retorcido, Misaki con la suficiente osadía para hacerme esto- había tenido un orgasmo frente y a mano del mismísimo Misaki.
-Que locura.-
.-. .-. .-. .-. .-. .-.

-La pelea y la banda están disueltas. Me voy a casa.

Yata-

Todos saben dónde está pero no por qué no se ha presentado al bar después.
Misaki sabe el porqué.

Se ha insinuado a Saruhiko, le ha tocado de una forma que nunca imaginó, le ha gustado, pervertido y osado.
Caliente y sin restricciones. Lo ha tocado de esa forma sin rodeos.

-Tenerlo entre mis piernas, significa hacerlo mío. Tener a Saru bajo control, atrapado.
Esa fantasía no es tan lejana, la persona en ella es reemplazada por Saruhiko.
Hacerlo esperar, pedir por más, que pida rendición, que no pueda con su desbordante deseo hasta que tenga a Misaki, que lamente más de lo que ya ha hecho el haberse separado, el haberle mentido.

-Pegajoso y caliente- y ahora sabe que él mismo ha provocado esa sensación en su cuerpo, una que debe ser más resbalosa aún.

Yata Misaki se quita los pantalones estando tumbado en la cama, preparado para hallar otras versiones de su fantasía, dándole las sensaciones a su cuerpo.
Soñando y deseándole, estúpidamente también.
¿Qué haría Saruhiko si estuviera aquí?

Estaría comiéndome con la mirada, con ansias saltaría sobre la cama y querría inmovilizarme.

Sus manos recorriendo mi piel, desde el pecho hasta que las pierda de vista.

Que me susurre al oído mi nombre, aunque haya odiado mucho tiempo escucharlo.

Que me obligue a arañarle, a fundirme con él, que me muerda los labios, que me bese, que mi respiración sea errática, que mi corazón lata y mi cuerpo tiemble a cada toque, que sea yo quién, estrechándole contra mí, lo ansíe, hasta perder la razón.

Que no pare hasta que yo esté satisfecho.

-Mmh… Saruhiko~-

.-. .-. .-. .-.

En la quietud del cuartel general con los últimos miembros, a la luz de los portátiles.

Estar rompiéndose la cabeza.

Después de lo sucedido, Fushimi no puede quitarse la imagen de la cabeza y teme que al quedarse sólo del todo dé rienda suelta a la lujuria.

-Eso me pasa por haberle quitado la vista un segundo de Misaki-


Thanks for reading, el capitulo 2 dos será colgado ipso facto~

Puedes hacer dejar que quieras, después de todo solo deseo que te diviertas.

Ja ne~